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Librándose de la masturbación... ¿Por qué? ¿Cómo?La Atalaya 1974 | 1 de febrero
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inmoralmente o de una manera malsana en asuntos sexuales.
Pero, ¿no es la masturbación más eficaz y satisfaciente para aliviar la tensión sexual que estas emisiones nocturnas?
No; porque en vez de un alivio sencillo e inmediato de la tensión, el masturbador halla que todo su sistema nervioso es lanzado a una condición elevada de excitación a medida que la tensión se intensifica debido a la autoestimulación. Después esto puede dejarlo con un sentimiento de frustración nerviosa y descontento. Sin embargo, pronto tiene un deseo apremiante de repetir el acto. Es un círculo vicioso que es difícil romper y que no suministra ninguna satisfacción genuina.
También es indicación de que la masturbación es anormal y contranatural el hecho de que las personas anormales, mentalmente enajenadas son masturbadores notorios. De modo algo similar, The Bremerton Sun (Washington) declara que muchos sacerdotes y monjas con perturbaciones mentales son masturbadores crónicos.
EL PUNTO DE VISTA CRISTIANO DE LA MASTURBACIÓN
Es del conocimiento general que hoy la gente del mundo, incluso un porcentaje grande de personas que van a las iglesias, estando “más allá de todo sentido moral,” fomentan y recomiendan la práctica contranatural de la masturbación. (Efe. 4:19) En contraste notable, los cristianos verdaderos tratan de aprender y seguir lo que dice la Palabra de Dios, la Biblia, sobre asuntos de sexo y moralidad. Cierto, la palabra “masturbación” no está en la Biblia. La ley mosaica habla de “emisión de semen,” pero como señalan los comentaristas bíblicos, la referencia es a emisiones nocturnas involuntarias, no a eyaculaciones autoinducidas. (Lev. 15:16) Sin embargo, hay principios bíblicos que abarcan adecuadamente el tema de la masturbación.
Por ejemplo, Colosenses 3:5, 6 dice: “Amortigüen, por lo tanto, los miembros de su cuerpo que están sobre la tierra en lo que toca a fornicación, inmundicia, apetito sexual, deseo perjudicial y codicia, que es idolatría. Por causa de esas cosas la ira de Dios viene.” Como hemos visto, la masturbación realmente es un “deseo perjudicial.” También es “inmundicia,” porque es una práctica inmoral, y esto explica por qué el masturbador por lo general se avergüenza y oculta su acto repugnante de la vista de otros.
El consejo del apóstol cristiano Pablo va al grano: “Dios nos llamó, no con permiso para inmundicia, sino con relación a la santificación.” Y vuelve a escribir: “Por lo tanto, dado que tenemos estas promesas, amados, limpiémonos de toda contaminación de la carne y del espíritu, perfeccionando la santidad en el temor de Dios.”—1 Tes. 4:7; 2 Cor. 7:1.
¿Qué hay del “apetito sexual” del masturbador? ¿Está ‘amortiguado’? O ¿constantemente alimenta y alienta su deseo vehemente sexual, sí, aun al grado de ‘hacer planes con anticipación para los deseos de la carne,’ contrario al consejo de la Biblia?—Rom. 13:14.
El texto menciona que la “codicia, que es idolatría,” también debe ser ‘amortiguada.’ Esto aplicaría aquí, porque el afecto del masturbador es desviado del Creador y es otorgado a un objeto codiciado, en este caso sus órganos genitales, que asumen importancia indebida. Así es que esta práctica podría rayar en la idolatría, como en la antigua práctica de la adoración fálica que Dios odiaba tanto. En vez de estar dedicado ‘de toda alma a Jehová’ (Col. 3:23), el individuo puede hacerse esclavo de sus impulsos, deseos y apetito sexuales carnales y hacer de éstos el objeto de su devoción. “Tales hombres,” dice el apóstol, “no están sirviendo a nuestro Señor Cristo, sino a sus propias pasiones viles,” “su apetito es su dios.”—Rom. 16:18; Fili. 3:19, An American Translation.
“Autoerotismo” significa literalmente amor propio o amor erótico de uno mismo. Es otro término que aplica apropiadamente a la masturbación, pues la práctica persistente hace que los pensamientos de la persona sean vueltos hacia dentro de modo que llega a ser egocéntrica y egoísta, con problemas al tratar de relacionarse con otros. Por esta razón algunos psicólogos han clasificado la masturbación autosatisfaciente como narcisismo, voz que se deriva del dios mitológico griego Narciso, que se enamoró de su propia imagen, lo cual resultó en su propia destrucción. ¿No advierte la Biblia que “los hombres serán amadores de sí mismos” en estos “últimos días”?—2 Tim. 3:1, 2.
El cultivar la soltería como “eunucos por causa del reino de los cielos” tiene muchas ventajas en este tiempo del fin. (Mat. 19:12; 1 Cor. 7:32-38) Pero que nadie piense que el recurrir a la masturbación es la manera de hacer esto. Más bien, el gobierno de uno mismo es la clave para lograr la soltería. ‘Sin gobierno de sí mismos, que se casen,’ todavía es el consejo óptimo.—1 Cor. 7:9.
‘Pero ¿no perjudicará mi personalidad y arruinará mi sistema nervioso el suprimir las emociones sexuales?’ quizás pregunte alguien. Contesta el libro Why Wait Till Marriage?: “No hay ninguna evidencia de que el gobierno de uno mismo perjudique su vida sexual. . . . Es el tipo o la muchacha que anda con sus emociones completamente desabotonadas que está en el mayor peligro. La persona autocontrolada puede soportar el esperar.” Y esto no es gran problema si uno tiene el espíritu de Dios, pues el fruto del espíritu incluye “gobierno de uno mismo.” Con gobierno de sí mismo el cristiano puede evitar toda forma de autoabuso, y a su vez segar muchos dividendos... beneficios mentales, emocionales y espirituales que dan mucha más satisfacción que las mortíferas “obras de la carne.”—Gál. 5:19-23.
Pero, ¿cómo se apodera de ellos en primer lugar este hábito que molesta la conciencia de tantas personas?
PREVENCIÓN Y CURACIÓN
Si uno entiende la causa, es más fácil llevar a cabo la prevención y la curación de un hábito malo. ¿Sabía usted, por ejemplo, que las madres y los padres que acarician los órganos genitales de sus bebés inquietos para sosegarlos están, sin saberlo, animándolos a hacerse masturbadores más tarde? Puede que los muchachos y las muchachas empiecen a jugar con sus partes pudendas durante la pubertad y, puesto que no reciben consejo en contra de ello, antes que se den cuenta están “enganchados” en el hábito. Y si algunos no saben nada acerca de la masturbación antes de entrar en la secundaria, es muy probable que aprendan de ello ya sea de los condiscípulos o de los maestros mismos.
Las investigaciones indican que un elevado porcentaje de la masturbación no se debe tanto a una acumulación de presión erótica como a las mismas clases de tensión e inquietud que causan insomnio. Jóvenes y muchas personas de mayor edad que están tensas con dificultades emocionales recurren a la masturbación como una ruta de escape de sus incomodidades físicas y emocionales —más o menos como un calmante o el chupador que se da a los niños— piensan ellos, para apartar la mente de sus preocupaciones. Así, también, las personas que padecen de hastío, las personas desocupadas y los presos, especialmente si han usado drogas, a menudo se masturban.
Al evitar estas cosas que causan esta práctica o estimulan a adoptarla, una persona ha logrado mucho en cuanto a impedir el iniciarse en el hábito tenaz en primer lugar. Pero, ¿qué pueden hacer para romper el hábito los miles de personas que actualmente lo tienen?
Se sugieren muchas cosas. Evite el mantener compañía ya sea con literatura pornográfica o con los que tienen moralidad relajada. Manténgase ocupado trabajando duro, física y mentalmente. No permita que los problemas acumulen tensiones, las cuales causan inquietudes que deprimen la mente. Esto no es muy difícil si uno sigue el consejo de la Biblia en Mateo 6:25, 33 y en Filipenses 4:8. Nunca sea un “solitario,” tratando de aislarse. Por eso, de noche haga arreglos para compartir una recámara con otros miembros de la familia. Duerma de lado, no de espaldas o boca abajo. Estas son unas cuantas sugerencias para arreglar la rutina diaria.
Sin embargo, uno nunca puede esperar romper el hábito sin tener un deseo sincero de dejarlo. Mientras “el deseo de la carne y el deseo de los ojos” sean más fuertes que el deseo de uno de agradar a Jehová, es difícil parar. (1 Juan 2:16; compare con Santiago 1:14, 15.) Una vez que tenga un deseo genuino de librarse del hábito indeseable, ármese más con estas armas importantísimas —fuerza de voluntad, determinación y gobierno de uno mismo— si espera ganar la batalla. Además, no se puede pasar por alto la oración, pues Jehová promete ayudarnos si pedimos ayuda para manejar todos nuestros problemas.—Fili. 4:13; Col. 4:2; 1 Ped. 4:7.
Algunas personas lo hallan sumamente difícil descontinuar abruptamente el hábito. Por eso, cuando recaen de vez en cuando —por lo general en una condición de sueño semiconsciente— desarrollan intensos sentimientos de culpa y de ser indignos de la misericordia de Jehová. Por estas razones no solo es provechoso sino a menudo aconsejable buscar la ayuda y estímulo de un anciano cristiano. Cuando una muchacha tenga el problema quizás quiera abordar ya sea a un anciano o a una hermana cristiana madura, respetada, por ayuda.—Tito 2:2-4.
Otra fuerza motivadora para ayudarle a uno a romper el hábito puede ser el deseo de ser de mayor servicio en la congregación cristiana. Si un hombre está “haciendo esfuerzos” por disfrutar de ese privilegio debe notar que uno de los requisitos para ser anciano cristiano es el “gobierno de sí mismo.” (1 Tim. 3:1; Tito 1:8) Si un hombre se masturba con regularidad y habitualmente, ¿podría elevarse a la altura de esas normas? Cierto, quizás uno que ya ocupa tal puesto tenga un encuentro temporal con el problema y, si lo pelea y gana la victoria, no hay por qué sentirse descalificado. Pero el practicante habitual de la masturbación, que carece de gobierno de sí mismo, está en peligro de sucumbir a males aún más serios. Difícilmente puede servir de ‘ejemplo al rebaño.’ (1 Ped. 5:2, 3) El deseo de servir amorosamente a Dios y a su hermano, entonces, también puede ayudar a un individuo a librarse de la práctica de la masturbación.
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“Inmutabilidad heroica a convicciones”La Atalaya 1974 | 1 de febrero
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“Inmutabilidad heroica a convicciones”
✔ Compatible con la posición neutral que ellos como ministros cristianos adoptan en todos los países, los testigos de Jehová en Alemania durante la segunda guerra mundial no participaron en actividades políticas o militares. Las autoridades nazis vieron esta posición basada en la Biblia como oposición al gobierno. Respondieron persiguiendo severamente a estos testigos cristianos.
Comentando sobre esto, el libro Modern Germany—Its History and Civilization (1966) dice: “La más perseguida secta de todas las sectas cristianas, y la que fue tratada con casi la misma crueldad con que se trató a los judíos, fue la de los Testigos de Jehová (Bibelforscher). Poco se ha escrito acerca de este grupo de la oposición, pero desde el punto de vista de la inmutabilidad heroica a convicciones y resistencia valerosa y martirizada los Bibelforscher alemanes ocupan un lugar sumamente honroso en la historia del Zivilcourage [valor civil] alemán.”—Pág. 513.
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