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¿Controla su vida el temor al vecino?La Atalaya 1974 | 1 de septiembre
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entero habría perdido toda oportunidad de vida. Pero debido al amor que le tenía a su prójimo, sí, hasta a sus enemigos, Jesucristo continuó adhiriéndose a la verdad. Su fidelidad resultó en gran bendición para toda la humanidad.
También, piense en lo que les hubiera sucedido a los testigos de Jehová en Alemania si hubieran abandonado su posición neutral en cuanto al programa político y militar de Hitler. Hubieran sido engullidos por ese régimen, y millares de alemanes que ahora sirven a Dios no hubieran tenido la oportunidad de oír la verdad.
Además, la gente respeta al valeroso, pero desprecia al que se retrae temerosamente. Los pocos testigos de Jehová que negaron su fe mientras estuvieron en campos de concentración alemanes durante la II Guerra Mundial fueron puestos en ridículo delante de todo el campamento por los oficiales nazis, fueron vilipendiados como hipócritas y cobardes. A algunos de ellos se les preguntó: “Ahora que ustedes han negado a su Dios Jehová, ¿a qué dios van a servir?” Algunos que transigieron fueron enviados al frente de batalla, donde fueron muertos. Otros, habiendo perdido la protección de Dios al retraerse, se salvaron temporalmente, pero fueron muertos por los rusos cuando éstos invadieron.
Si usted ama a su familia, no le conviene abandonar el servicio de Dios y la asociación con Su pueblo. Usted tiene la verdad. Posiblemente su familia y sus vecinos no la tienen. Usted tiene una responsabilidad para con ellos, como escribió el apóstol Pablo a Timoteo: “Presta constante atención a ti mismo y a tu enseñanza. Persiste en estas cosas, pues haciendo esto te salvarás a ti mismo y también a los que te escuchan.”—1 Tim. 4:16.
Además, ¿ama usted a Jehová Dios y a su Hijo Jesucristo? ¿Aprecia usted lo que ellos han hecho por usted? Si es así, usted los apoyará fielmente. Tal como un padre amoroso le diría a su hijo respecto de vituperio sobre el nombre de la familia, Jehová le dice a usted: “Sé sabio, hijo mío, y regocija mi corazón, para que pueda responder al que me está desafiando con escarnio.” (Pro. 27:11) El que permanece fiel trae honra a Dios y obtiene su favor. El que se retrae en temor le acarrea gran vituperio a Jehová. Las Escrituras dicen: “‘Mi justo vivirá a causa de la fe,’ y, ‘si se retrae, mi alma no se complace en él.’ Ahora bien, nosotros no somos de la clase que se retrae para destrucción, sino de la clase que tiene fe que resulta en conservar viva el alma.”—Heb. 10:38, 39; Luc. 9:62.
LO QUE USTED PUEDE HACER PARA VENCER EL TEMOR
¿Qué puede hacer usted si el temor al vecino tiende a hacer que usted se retraiga? El medio hermano de Jesús, Santiago, que vivía en Jerusalén donde la comunidad se oponía enconadamente a la enseñanza de Cristo y los apóstoles, escribió: “Considérenlo todo gozo, mis hermanos, cuando se encuentren en diversas pruebas, puesto que ustedes saben que esta cualidad probada de su fe obra aguante. Pero que el aguante tenga completa su obra, para que ustedes sean completos y sanos en todo respecto, sin tener deficiencia en nada. Por lo tanto, si alguno de ustedes tiene deficiencia en cuanto a sabiduría, que siga pidiéndole a Dios, porque él da generosamente a todos y sin reconvenir; y le será dada.”—Sant. 1:2-5.
Aquí Santiago indica que quizás uno no tenga la sabiduría, en uno mismo, para arrostrar una prueba con buen éxito. Quizás parezca que no hay salida. Pero, si usted pide, a Dios le da gusto darle la sabiduría que necesita, así como fuerza. (Fili. 4:13) Y Dios no lo reconviene a usted por ser débil o por pedir ayuda, sino que da generosamente, con corazón completo. Usted no debe pensar que su problema personal es demasiado pequeño, que él lo considera a usted como tonto al presentárselo a él.
Una de las maneras más eficaces para vencer el temor es el asociarse con los que son fuertes, confiados. “Mejores son dos que uno . . . Pues si cayese uno de ellos, el otro puede levantar a su socio.” (Ecl. 4:9, 10) No descuide la asociación constante, regular con los testigos de Jehová. Aun el apóstol Pablo necesitaba la fuerza que podía obtener de parte de compañeros cristianos.—Col. 4:11; compare con Romanos 1:11, 12.
Si usted hace estas cosas puede estar seguro de recibir ayuda. Puede confiar en que se mantendrá firme. Dios lo sostendrá. No lo dejará “sin ayuda.” (2 Cor. 4:8, 9) La mofa de parte de otros no hace que Dios abandone su amor y cuidado. El apóstol Pablo dijo: “Estoy convencido de que ni muerte, ni vida, ni ángeles, ni gobiernos, ni cosas aquí ahora, ni cosas por venir, ni poderes, ni altura, ni profundidad, ni ninguna otra creación podrá separarnos del amor de Dios que está en Cristo Jesús nuestro Señor.”—Rom. 8:38, 39.
“Dios es fiel, y no dejará que sean tentados más allá de lo que pueden soportar, sino que junto con la tentación él también dispondrá la salida para que puedan aguantarla.” (1 Cor. 10:13) La salida no es abandonar a Dios, ser un triste fracaso, perdiendo la vida para usted mismo y, quizás, para su familia y vecinos. La salida es un camino que Dios suministra para impedir que usted llegue a ser presa del temor y sufra la pérdida de la fe. Es un camino por el cual usted puede ganar la victoria y ser feliz. “El temblar ante los hombres es lo que tiende un lazo, pero el que está confiando en Jehová será protegido.” El lazo —temor a los hombres— es la cosa de la cual ser librado, dejando que el amor a Dios, no el temor a su vecino, controle su vida.—Pro. 29:25.
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¿En qué templo puede uno hallar a Dios?La Atalaya 1974 | 1 de septiembre
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¿En qué templo puede uno hallar a Dios?
ES LÓGICO y apropiado que el Soberano del universo designara una manera señalada y definida para que la gente en la Tierra se acerque a él. Una criatura humana por su condición inferior no podría esperar razonablemente presentarse precipitadamente ante él sin autorización y sin la actitud y el decoro apropiados.
Es posible acercarse a Dios. Él no está “muerto,” como alegan algunos. Es decir, no está apartado, dejando a los hombres enteramente a sus propios recursos, no estando dispuesto a escuchar nuestros problemas ni hacer algo acerca de ellos. Un apóstol de Jesucristo declaró: “[Dios] decretó los tiempos señalados y los límites fijos de la morada de los hombres, para que busquen a Dios, por si acaso busquen a tientas y verdaderamente lo hallen, aunque, de hecho, no está muy lejos de cada uno de nosotros.”—Hech. 17:26, 27.
Dios no es omnipresente, estando en todas partes a la vez, un espíritu esparcido en todo. Tampoco son todas las cosas parte de él. Él las creó. Puesto que es una Persona, tiene una ubicación, su lugar de residencia donde es posible acercarse a él. Esta residencia está en el cielo, en la región invisible.—Mat. 6:9.
Y no es para su propio provecho, sino para provecho de los hombres que quieren acercarse a él, que ha hecho arreglos especiales. Al hacerlos cambió el aspecto de su residencia celestial. No fue cambiada para con los ángeles, quienes siempre han tenido acceso a él; como dijo Jesús, ellos “siempre contemplan el rostro de mi Padre que está en el cielo.” (Mat. 18:10) Fue un cambio para que hombres pecaminosos pudieran tener una manera de apelar a él y una oportunidad de recibir su favor.
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