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Mil años de alivio para la humanidadLa Atalaya 1974 | 1 de junio
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los gobiernos de hombres imperfectos. De modo que si usted ama los principios correctos, se interesará en aprender más acerca del gobierno de Dios y sus gobernantes. Esto se considerará en números futuros de esta revista.
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Jehová termina de ‘sellar’ a sus escogidosLa Atalaya 1974 | 1 de junio
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Jehová termina de ‘sellar’ a sus escogidos
EL APÓSTOL Pablo escribió lo siguiente a sus hermanos engendrados por espíritu: “El espíritu mismo da testimonio con nuestro espíritu de que somos hijos de Dios. Pues, si somos hijos, también somos herederos: herederos por cierto de Dios, mas coherederos con Cristo, con tal que suframos juntamente para que también seamos glorificados juntamente.”—Rom. 8:16, 17.
¿Cómo se ‘da este testimonio’? “Nuestro espíritu,” es decir, la actitud dominante de estos cristianos engendrados por espíritu, es moldeada por el espíritu santo de Dios de modo que llegan a saber qué relación tienen con Dios. Pero esto no se hace de alguna manera totalmente misteriosa. La Palabra de Dios, su trato con la congregación cristiana, el “alimento a su debido tiempo” por medio del “esclavo fiel y discreto,” el esclarecimiento que nuestros hermanos nos ayudan a obtener y la percepción clara de los propósitos de Dios junto con el cumplimiento de las profecías, todo esto se une al funcionamiento del espíritu santo de Dios, en este ‘dar testimonio.’
EL ‘SELLAR’ FINAL
Uno de los pasajes bíblicos que se refieren a la actividad de Dios para con sus ungidos en la Tierra en este tiempo es Revelación 7:1-8. Allí, se les dice a los ángeles que retienen los vientos destructivos de la “tribulación grande” que no los suelten hasta que los 144.000 israelitas espirituales sean “sellados” en la frente. (Mat. 24:21) ¿Qué es este ‘sellar’? Algunos han entendido que significa que, durante la “siega” espiritual, que es “la conclusión del sistema de cosas,” la selección de hermanos espirituales del Mesías Jesús continuará hasta el último año, día, hora y minuto antes que los “cuatro vientos” empiecen a soplar sobre la Tierra. ¿Es esto lo que correctamente se ha de entender del pasaje? No. ¿Por qué no?—Mat. 13:39, 40.
Bueno, el ‘sellar’ a que se hace referencia aquí no significa el sellar inicial de los 144.000, como si todos éstos, en particular todos los que todavía permanecen en la Tierra, no hubieran sido sellados todavía. El apóstol Pablo muestra que este sellar inicial acontece cuando se escoge a un individuo para la herencia celestial. Él dice a sus hermanos espirituales: “Por medio de [Cristo] también, después que ustedes creyeron, fueron sellados con el espíritu santo prometido.”—Efe. 1:13.
Algunos del ‘resto,’ por lo tanto, fueron sellados en este sentido inicial antes que el ángel fuera enviado con el “sello del Dios vivo.” El sellar que efectúa el ángel es un sellar final, una determinación de la permanencia del sellar inicial, de modo que se salva “todo Israel [espiritual],” y el número completo de los 144.000 asegura su llamada y selección. (Rom. 11:26; 2 Ped. 1:10) Casi todos éstos, si es que no todos, ya habían sido sellados muchos años atrás con el sellar inicial. Aunque es cierto que algunos, antes que sea permanente el sellar, resultan infieles y por eso otros tienen que ser sellados, no hay ningún recogimiento general de discípulos que estén siendo sellados inicialmente a esta fecha tardía. Si esos israelitas espirituales tienen que dar prueba de ser fieles al propósito de Dios para ellos, no es probable que Dios sellara inicialmente a nuevos miembros de este cuerpo de herederos celestiales al ‘último momento.’
AUTOEXAMEN
¿Cómo puede usted examinarse personalmente si este asunto es una cuestión que le preocupa?
Primero, debe examinar su comprensión de lo que significa ser sellado para la herencia celestial. ¿Considera usted que el ser uno de los israelitas espirituales ungidos de Dios le suministra posición especial en la congregación cristiana, dándole derecho a mayor respeto de lo que sería el caso si usted fuera uno de la “grande muchedumbre” de los que aguardan una herencia terrestre? ¿Le parece que le suministrará conocimiento más profundo? ¿Cree que recibirá revelaciones o entendimiento especiales de las profecías, etcétera? Quizás usted tenga un deseo intenso de disfrutar de esas cosas. Puede ser que tenga buen éxito en colocar literatura bíblica, en conducir estudios bíblicos, en contestar preguntas bíblicas, en dar discursos bíblicos. Quizás esté lleno de celo y esté efectuando progreso rápido, y lleve una vida teocrática ejemplar. Puede ser que todo esto sea así. No obstante, éstas no serían las cosas sobre las cuales se debería edificar la idea de que uno está capacitado para la asignación del Reino celestial. ¿Por qué no? Porque tanto los israelitas espirituales ungidos como las “otras ovejas” tienen el favor de Dios, y los dos grupos tienen que llevar vidas que estén en armonía con la voluntad de Dios.
Sansón y muchas otras personas en días de antes del Pentecostés estuvieron llenos de celo y entendimiento. El espíritu de Dios estuvo sobre ellos y, como resultado de esto, pudieron lograr muchas hazañas sobrenaturales. Sin embargo, ninguno de “tan grande nube” de fieles fueron de la clase celestial.—Jue. 14:6, 19; 15:14; compare con Éxodo 35:30, 31; 1 Samuel 10:6; 16:13; Ezequiel 2:2; Hebreos 11:32-38; 12:1.
Entonces usted quizás repase sus antecedentes y características. ¿Está usted abordando emocionalmente esta cuestión? El individuo que hubiese estado en una religión falsa que ofrecía el cielo como la única esperanza —particularmente una de las más emocionales religiones “fundamentalistas”— pudiera dejarse dominar por la emoción y las maneras de pensar del pasado. ¿Ha usado usted narcóticos o drogas psicodélicas antes de llegar a un conocimiento de la verdad? ¿Ha estado bajo medicación que afecta la mente y las emociones? ¿Ha tenido que someterse a tratamiento psiquiátrico debido a perturbaciones emocionales o mentales? Aunque estas cosas no necesariamente excluirían el recibir la llamada celestial, en el caso de un discípulo arrepentido, convertido, bautizado, son factores que deben considerarse seriamente.
Algunos han dicho que pasan por grandes perturbaciones interiores, y unos cuantos hasta han dicho que el recibir la esperanza celestial produjo dentro de ellos una ‘verdadera lucha.’ Algunos han dicho que primero pelearon contra ella. Otros, que por un tiempo habían perdido toda esperanza... que Dios les había quitado su anterior esperanza terrestre por un tiempo y luego finalmente les había dado la esperanza celestial. Ese procedimiento sería contrario al modo de tratar de Dios, porque uno no puede servir agradablemente a Dios sin esperanza de galardón. (Heb. 11:6) No hay incertidumbre en cuanto a esto. La fe no es incierta, sino segura, convencida.
UNA ILUSTRACIÓN
Quizás una ilustración sencilla sea útil: Los biólogos dicen que lo que determina el sexo de un niño es la diferencia microscópica de uno de los cuarenta y seis cromosomas en el óvulo fertilizado. Este óvulo o huevo, fertilizado por el espermatozoide, contiene veintitrés pares de cromosomas. Un par determina el sexo. Este par puede estar compuesto de dos cromosomas “x” o de un cromosoma “x” y un cromosoma “y”
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