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  • ¿“Quién es Jehová,” para que todos deban adorarlo?
    La Atalaya 1975 | 15 de abril
    • de cosas político mundial, es decir, Satanás el Diablo semejante a dragón, quiere obligar, solapadamente, a todo habitante de la Tierra a adorarlo a él por medio de su ahijado, el Estado político. Sin embargo, no vale la pena adorarlo, porque pronto llegará el día en que él mismo será expuesto por el dios falso que es. Pero será imposible exponer como falso al Dios verdadero del universo. ¿Estamos sinceramente deseosos de adorar a este Dios? El tiempo de tomar nuestra decisión en cuanto a esto no puede diferirse mucho más. Especialmente los elementos políticos de este mundo tendrán que tomar una decisión final en cuanto a lo que realmente quieren hacer en relación con esto. Resultará desastroso para ellos si en esa ocasión, de manera desafiadora, plantean la pregunta: ‘¿Quién es Ése (Aquel que nos mencionan por nombre), para que todos, incluso nosotros los políticos, Lo adoremos?’

      10, 11. ¿Cuándo planteó una pregunta similar un antiguo Faraón de Egipto, y por qué?

      10 Tenemos la historia que nos puede ayudar a tomar la decisión correcta. Los gobernantes políticos y sus apoyadores patrióticos lo hallarían provechoso ahora considerar el caso histórico del cabeza de un antiguo estado político que planteó una pregunta precisamente como ésa. Ese individuo fue el Faraón real que vivió a fines del siglo dieciséis antes de nuestra era común. Esto aconteció cuando lo afrontaron dos hermanos, Moisés y Aarón, y otros ancianos del pueblo esclavizado de Israel. La cuestión en cuanto a quién es el Dios verdadero entonces estaba siendo puesta a prueba. Usando a Aarón como su vocero, Moisés le dijo a Faraón: “Esto es lo que ha dicho Jehová el Dios de Israel: ‘Envía a mi pueblo para que me celebre una fiesta en el desierto.’” Si el Faraón a quien se habló aquí se consideraba a sí mismo como otros Faraones, un dios, no se hallaría dispuesto a renunciar a su propia divinidad en obediencia al Dios de aquellos a quienes Faraón entonces estaba explotando como esclavos de Egipto. Por eso, de vuelta vino la pregunta retadora de Faraón y su propia respuesta a ella:

      11 “¿Quién es Jehová, para que yo obedezca su voz y envíe a Israel? Absolutamente no conozco a Jehová y, lo que es más, no voy a enviar a Israel.”—Éxo. 5:1, 2; 3:18, 19.

      12, 13. (a) Aquí hubo una confrontación entre ¿quiénes?, y ¿quién ganó? (b) ¿Qué mandato acerca de adoración tenía el derecho de dar al principio de los Diez Mandamientos el Libertador de Israel?

      12 Cuando menos, esa situación quiso decir una confrontación entre el Dios del pueblo esclavizado de Israel y el Faraón egipcio, cuya estatua como de un dios posiblemente se hallaba colocada entre las estatuas de todos los otros numerosos dioses de Egipto, que entonces era la superpotencia de la tierra habitada. Quién fue el que ganó en esta confrontación dramática, lo muestra la historia digna de confianza. Todos los dioses del antiguo Egipto quedaron expuestos como falsos, y el victorioso Dios de los israelitas sacó a su pueblo de la casa de esclavitud de Egipto, los llevó a través del mar Rojo y hasta el monte Sinaí en Arabia, donde les dio los Diez Mandamientos y centenares de otras leyes para el gobierno de ellos como nación. Al principio de esos Diez Mandamientos el Libertador divino de los israelitas tenía el pleno derecho de mandar a su pueblo liberado lo siguiente, al decir:

      13 “Yo soy Jehová tu Dios, que te he sacado de la tierra de Egipto, de la casa de esclavos. No debes tener otros dioses contra mi rostro. No debes hacerte una imagen tallada ni una forma parecida a cosa alguna que esté en los cielos arriba o que esté en la tierra debajo o que esté en las aguas debajo de la tierra. No debes inclinarte ante ellas ni ser inducido a servirles, porque yo Jehová tu Dios soy un Dios que exige devoción exclusiva, que trae castigo por el error de padres sobre hijos, sobre la tercera generación y sobre la cuarta generación, en el caso de los que me odian, pero que ejerce bondad amorosa para con la milésima generación en el caso de los que me aman y guardan mis mandamientos.”—Éxo. 20:1-6.

      14. ¿Cómo difiere Jehová Dios del “dios de este sistema de cosas” en lo relacionado con imágenes, y por qué?

      14 Los primeros dos de esos Diez Mandamientos identifican por nombre a un Dios que no tiene igual, un Dios cuyo registro no puede ser igualado por el de ningún llamado “dios,” ni siquiera por el de Satanás el Diablo mismo, que es “el dios de este sistema de cosas.” Satanás el Diablo permite que se hagan imágenes idólatras hasta de sí mismo y de los “dioses” asociados con él. Pero el Dios cuyo nombre es Jehová prohíbe estrictamente el que se haga imagen alguna para representarlo a él y prohíbe la asociación de cualquier otra imagen idólatra con la adoración de Él. No se le puede comparar con ninguna cosa creada, con ninguna imagen hecha por los hombres. Hablando por otro profeta que vino después de Moisés, él dijo: “Yo soy Jehová. Ese es mi nombre; y a ningún otro daré yo mi propia gloria, ni mi alabanza a imágenes esculpidas.”—Isa. 42:8.

      15. ¿Por qué puede decirse que Jehová es “un Dios celoso,” y por eso qué pudieran preguntar respecto a esto los que poseen poder político?

      15 Esta declaración divina exige que se dé devoción exclusiva a Jehová como Dios y excluye el uso de todas las imágenes hechas por los hombres a las cuales se da adoración relativa. Debido a que es invisible los hombres pudieran creer que es necesario hacer imágenes para ayudar a los adoradores a dirigir su atención a Él. Pero esas imágenes solo serían una mentira, incapaces de representarlo como Él realmente es. En realidad, estarían distrayendo al adorador y abaratando a Dios en la estimación del adorador. El único Dios vivo y verdadero jamás puede ser representado por una imagen creada, inanimada. Él no se asocia con ninguno de los dioses que se han levantado por sus propios esfuerzos, y Sus adoradores verdaderos ‘no deben tener otros dioses contra su rostro,’ como copartícipes de él en el puesto auténtico de Dios. Él exige la devoción exclusiva de los que lo adoran, y por esto se puede decir que es “un Dios celoso.” Gústeles o no, todas Sus criaturas inteligentes tendrán que rendirle devoción exclusiva si quieren vivir felizmente para siempre. Por esta razón, los que poseen poder político hoy quizás adopten el lenguaje de Faraón y pregunten: “¿‘Quién es Jehová,’ para que todos deban adorarlo?”

      EL MATERIALISMO ADORADO COMO UN DIOS

      16, 17. (a) Además del Estado, ¿qué otras cosas adora la gente hoy día? (b) ¿Cómo hacen muchos que el materialismo sea un dios para ellos?

      16 Sin darse cuenta de lo que realmente está haciendo, la gran mayoría de la humanidad está adorando a la simbólica “bestia salvaje,” el Estado político que, en una forma u otra, gobierna a “toda tribu y pueblo y lengua y nación.” (Rev. 13:7) Pero hay otras cosas que los hombres imperfectos y egoístas pueden elevar a la posición de dioses en su vida. En la vida de muchos la ciencia física del día moderno ha llegado a ser una “vaca sagrada” que ellos adoran porque creen que los científicos humanos pueden lograr cualquier cosa, resolver todo problema. También, en este día de entretenimiento y diversión de tantas clases, se ve que idolatran a las “estrellas” teatrales, a las celebridades del cine, a actores y ejecutantes de la radio y televisión que se han ganado aplauso. La inmoralidad sexual viene consiguiendo cada vez más adoradores a medida que se vienen abajo las normas anteriores de moralidad y decencia.

      17 Además, en este tiempo en que el mundo de la humanidad abunda como nunca antes en las llamadas “comodidades de la vida,” con sus inventos que ahorran trabajo, medios para viajar rápidamente a partes lejanas, y una variedad más extensa de cosas de comer, es posible que una persona sea inducida a procurar una abundancia de estas cosas. O puede que la inflación del mundo y sus crecientes problemas económicos ejerzan presión en ella y hagan que la consecución de cosas materiales llegue a ser su preocupación principal. En tanto un caso como en el otro, el individuo puede hacerse materialista, a tal grado que no tenga tiempo para cosas espirituales ni interés en ellas. Aunque no le guste pensarlo, el materialismo ha llegado a ser un dios para él.

      18. ¿Es sabio adorar el Materialismo, y por qué no quiso satisfacerse con riquezas materiales Agur el hijo de Jaqué?

      18 No es sabio adorar el Materialismo. De seguro dañará la espiritualidad del que lo haga. Agur el hijo de Jaqué, un hombre de la antigüedad que quería evitar la adoración desastrosa de dioses falsos, reconoció los peligros del materialismo. Dirigiendo sus palabras al Creador de la Tierra, el viento y la lluvia, Agur dijo: “Dos cosas te he pedido. No las retengas de mí antes que muera. La falsedad y la palabra mentirosa aléjalas de mí. No me des ni pobreza ni riquezas. Déjame devorar el alimento prescrito para mí, para que no vaya a quedar satisfecho y realmente te niegue y diga: ‘¿Quién es Jehová?’ y para que no venga a parar en pobreza y realmente hurte y acometa el nombre de mi Dios.”—Pro. 30:1, 7-9.

      19. ¿Qué actitud para con Dios produce el materialismo en la persona codiciosa, parecida a la de los políticos, y por qué no conseguirá vida de Dios el materialista?

      19 En un mundo en que la extremada riqueza existe lado a lado con la deplorable pobreza, nos vemos obligados a ser como Agur el hijo de Jaqué y tomar el derrotero seguro. Tenemos que evitar las dos condiciones opuestas que pueden volvernos en contra de adorar al Dios verdadero. La abundancia material para satisfacer la codicia puede colocarnos en la misma posición con los gobernantes estatales que son ávidos en su deseo por poder político, de modo que adoptan las palabras desafiadoras del antiguo Faraón y dicen: “¿Quién es Jehová?” Si no solo el poder político sino también la avaricia por riquezas materiales produce esa actitud, entonces ¿qué está haciendo el que busca tesoros terrestres en demasía sino haciendo del Materialismo, no de Jehová, su Dios? Puesto que Jehová es un Dios celoso, es decir, un Dios que exige la devoción exclusiva de los que lo adoran, una persona no puede servir a los dos al mismo tiempo y ganar el premio de la vida eterna en felicidad de las manos del Dios verdadero.

      20. ¿Qué dijo alguien más sabio que Agur acerca de tratar de servir como esclavo a Dios y las Riquezas a la misma vez?

      20 Un hombre que era mucho más sabio que Agur el hijo de Jaqué dijo: “Nadie puede servir como esclavo a dos amos; porque u odiará al uno y amará al otro, o se apegará al uno y despreciará al otro. No pueden ustedes servir como esclavos a Dios y a las Riquezas [Mammón].”—Mat. 6:24, NM; Versión Valera.

      21. ¿De qué clase de adoración son culpables de todos modos los que dicen que no creen en un dios personal?

      21 Hoy la humanidad en general está atrapada entre las fuerzas del nacionalismo y el materialismo. Muchos están sucumbiendo a la adoración de ambas cosas, el nacionalismo y el materialismo. Los otros, aunque no tienen ningún interés personal y especial en la política nacional, están cediendo a la adoración del materialismo. ¿Qué individuo hay en la Tierra hoy que pueda decir que no adora nada? Tal vez crea que, porque se jacta de no creer en un Dios personal inteligente, no está adorando a un dios o dioses. Pero si hace un examen honrado de sí mismo, descubrirá que está haciendo del nacionalismo, materialismo, deportes, sexo, su propio vientre, y otras cosas egoístas, sus dioses y que está trabajando como esclavo por ellos. Además, al adorar estas cosas egoístas del mundo, él está, sin saberlo, adorando a la personificación del egoísmo, Satanás el Diablo, “el dios de este sistema de cosas.” Es absurdo el que uno se engañe a sí mismo. Seamos honrados todos con nosotros mismos y reconozcamos los hechos.

      22. Considerando lo que la adoración de esos dioses le ha acarreado a la gente, ¿qué debería estar razonando y deduciendo la gente en cuanto a la adoración?

      22 La adoración de todos estos dioses falsos ha traído al mundo de la humanidad a la condición angustiosa en que se halla hoy día. La adoración de todos esos dioses no ha resultado en la paz, felicidad y bienestar general de la raza humana. Cualquier persona que razona pensaría que es tiempo de que la gente en su angustia dudara de lo aconsejable de seguir sirviendo a los dioses que les han acarreado esta perplejidad y dificultades. Deberían razonar y deducir que tiene que haber un Dios verdadero, un Dios que les sea de beneficio real y duradero a sus adoradores. ¿Quién pudiera ser?

      23, 24. ¿Quién es el Dios que está opuesto a todos esos dioses falsos, y de qué manera es Él el Dios de la Biblia?

      23 Solo hay un Dios que se mantiene firmemente opuesto a todos esos dioses falsos y dañinos. No es desconocido por nombre. Su nombre ha sido proclamado a través y alrededor de toda la Tierra, particularmente desde el fin de la I Guerra Mundial en el año 1918. Su nombre es el nombre más prominente en el libro que ha disfrutado de mayor circulación entre la humanidad que todo otro libro que se haya publicado, y en ese libro su nombre aparece unas siete mil veces. Ese libro es el único libro escrito por la inspiración de Aquel cuyo nombre se menciona en él tantas veces. Por esa razón es el libro que ha sido atacado más que todo otro libro del mundo, resultando esto en que sea el libro que se ha desacreditado más que todos. Ese libro se llama La Santa Biblia, Las Sagradas Escrituras. El nombre de Aquel a quien la Biblia presenta del principio al fin como Dios es Jehová. Por eso Él es el Dios de la Biblia. De nada vale disputar este hecho, porque en Salmo 83:18 la Biblia dice:

      24 “¡Conozcan todos que tú, cuyo nombre es JEHOVÁ, tú solo eres Altísimo sobre toda la tierra.”—Versión Moderna.

      25. ¿Quiénes en particular han afrontado la pregunta desafiadora acerca de adorar a Jehová, y con qué preguntas acerca de Él nos dirigimos ahora a la Biblia?

      25 Especialmente desde el año 1919 E.C., los que lo adoran, conocidos en todo el mundo como los testigos cristianos de Jehová, han sido los que han publicado y ensalzado el nombre de él por toda la Tierra en por lo menos 207 países y grupos insulares hasta la fecha de hoy. Es del todo lógico que estas personas en particular sean las que hayan afrontado la pregunta desafiadora: “¿‘Quién es Jehová,’ para que todos deban adorarlo?” Esa es una pregunta válida. Merece una respuesta que sea autoritativa. La respuesta autoritativa con la debida fuerza para convencer solo se puede obtener de la Biblia, el Libro de Jehová. En este libro, ¿qué dice él por sí mismo? ¿Qué ha hecho él que se registre en este libro acerca de sus obras y sus tratos con la humanidad? ¿De qué manera es mejor Él que todos los otros dioses que los hombres han adorado durante todas las edades? ¿Qué hará en cuanto a la condición actual de los asuntos del mundo? ¿Cómo probará que él es el único que merece nuestra adoración como Dios? Por lo tanto, ¡dirijámonos a la Santa Biblia por las respuestas!

  • La razón por la cual escoger adorar a Jehová
    La Atalaya 1975 | 15 de abril
    • La razón por la cual escoger adorar a Jehová

      1, 2. (a) ¿Cómo aplican algunas personas la expresión “Ver y creer” respecto a Dios? (b) ¿A qué astronauta comunista ruso recuerdan a uno estas personas?

      “¡VER y creer!” Eso expresa la actitud que la gente materialista ha adoptado hoy en cuanto a Dios. Debido a que no lo pueden ver a simple vista ni con la ayuda de los telescopios más potentes en uso hoy día, no creen que exista; no pueden persuadirse a creer que él exista.

      2 Los que piensan así nos recuerdan al segundo astronauta que los comunistas rusos despacharon arriba en una cosmonave de cohete para describir órbitas a nuestra

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