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  • Las Naciones Unidas... ¿hasta qué grado son fuerza mundial?
    La Atalaya 1975 | 1 de febrero
    • Las Naciones Unidas... ¿hasta qué grado son fuerza mundial?

      HABIENDO nacido en 1945, la Organización de las Naciones Unidas tiene casi treinta años de edad. ¿Qué posición ocupa hoy como fuerza mundial? Después de años de evidente decadencia, ¿está ahora en un tiempo de fuerza creciente?

      La evidencia señala en esa dirección. Desarrollos recientes indican que a esta organización global le corresponde desempeñar un papel sumamente significativo en futuros asuntos mundiales. La profecía bíblica señala en la misma dirección.

      Se tenían elevadas esperanzas cuando se produjeron las N.U. por medio de la Conferencia de San Francisco en 1945. “La más importante reunión humana desde la Última Cena,” exclamó el Post de Nueva York al describir la conferencia.

      El mundo entonces acababa de surgir del mayor holocausto militar de la historia humana, el final del cual había sido iluminado brillantemente por las devastadoras explosiones de bombas atómicas. La promesa de que esta organización recién nacida sería la agencia mediante la cual todas las naciones podrían unirse en los intereses de la paz y la seguridad internacionales le pareció bien a la gente hastiada de la guerra. Inspiraba visiones de una nueva era de progreso y prosperidad por medio de una cooperación internacional sin paralelo en el pasado.

      Durante los primeros años, las N.U. capturaron la atención mundial. El establecimiento de la República de Israel, la disputa fronteriza de Cachemira entre la India y Paquistán, el estallido de la guerra en Corea, el incidente del canal de Suez y acontecimientos similares mantuvieron a las N.U. en la primera plana de los periódicos alrededor del mundo. La organización tuvo algunos éxitos... impidió que estallaran varias situaciones potencialmente explosivas, sirvió de medio para efectuar treguas en algunos casos y un zanjamiento temprano de conflicto en otros. Su fulgurante central en el río Este en Manhattan llegó a ser una atracción turística de importancia.

      EMPIEZA LA DECADENCIA

      Luego, durante los años sesenta, las N.U. empezaron a deslizarse a oscuridad relativa, desvaneciéndose de la atención pública. Para 1970 algunos aludían a ella con sarcasmo como la “Sociedad en debate del río Este,” una “plataforma de propaganda” y un “sofá de psiquiatra internacional” donde las naciones iban a expresar sus quejas. Sus galerías de visitantes se hallaban en gran parte vacías. Los reportajes periodísticos menguaron. Por un tiempo las N.U. hasta estuvieron en peligro de bancarrota financiera debido a falta de apoyo de naciones miembros.

      Cierto, agencias de las N.U., como la Organización Mundial de la Salud, el Banco Mundial, la Organización para la Agricultura y la Alimentación y la Organización Educacional, Científica y Cultural de las Naciones Unidas, todas estaban logrando progresos notables en zonas extensas de la Tierra. Pero las N.U. fueron designadas para ser principalmente un instrumento político. Y fue en el campo de la política mundial donde parecía evidente su mayor debilidad.

      La organización, por supuesto, tenía limitaciones y debilidades intraconstruidas desde su mismísima formación. Como declara la World Book Encyclopedia de 1970: “Las NU no son un gobierno mundial. Normalmente, solo pueden hacer estudios y recomendaciones.” Esto es particularmente cierto de la Asamblea General, el cuerpo principal de la organización, que puede redactar y aprobar resoluciones... pero resoluciones que no son obligatorias sobre los miembros de la organización.

      El Consejo de Seguridad de quince miembros tiene mayor iniciativa y puede tomar decisiones que son obligatorias. Sin embargo, cada uno de sus cinco miembros permanentes (los Estados Unidos, la Unión Soviética, la Gran Bretaña, Francia y China) tiene el poder de veto.

      El presente secretario general de las N.U., Kurt Waldheim, resumió el problema al decir:

      “No se debe esperar que las Naciones Unidas efectúen milagros. Nos componemos de naciones soberanas. Solo podemos efectuar lo que nuestras naciones miembros nos permiten efectuar.”

      La unidad ha sido el factor crítico para cualquier acción decisiva de la organización gigantesca. Y en el transcurso de un año a partir de su formación, la unidad de las Naciones Unidas era en gran parte solo de nombre. La “guerra fría” incitaba a las naciones comunistas contra las potencias occidentales.

      Es preciso que recordemos que la composición de las N.U. allá en 1945 era sumamente diferente de lo que ha llegado a ser hoy día. Entonces los miembros fundadores ascendían a cincuenta y uno. De éstos, veintidós estaban en el hemisferio occidental (incluyendo a los Estados Unidos y el Canadá), aproximadamente otros doce eran de Europa occidental y el Commonwealth Británico de Naciones. Entre los restantes, solo había un puñado de países comunistas y neutrales.

      Por lo tanto, la mayoría de los miembros de las N.U. eran aliados de los Estados Unidos, y por muchos años la manera en que los Estados Unidos votaban era la manera en que votaba la mayoría. Esta preponderancia de poder para las naciones occidentales colocaba al bloque comunista y a su líder, la Unión Soviética, en una posición desagradable. Esa fue una razón importante por la cual la Unión Soviética usó su poder para vetar medidas del Consejo de Seguridad más de cien veces en las primeras dos décadas de la existencia de las N.U. Para los años sesenta el cuadro había sufrido un cambio dramático. Las brillantes esperanzas vacilaban, se debilitaban.

      UN FACTOR BÁSICO EN LA DECADENCIA

      Durante los primeros cinco años de la vida de la organización, solo nueve miembros nuevos fueron admitidos, elevando el número de miembros a 60. Pero para 1960 había 99 miembros. Actualmente hay 138. La inmensa mayoría de nuevos miembros ha venido de Asia y África (donde antiguas colonias imperiales constantemente han estado consiguiendo independencia, a menudo con ayuda de las N.U.). Este cambio en composición resultó ser un factor básico en el descenso de las N.U. de su lugar de importancia mundial. ¿Por qué?

      Por una parte, esta expansión hizo a la organización verdaderamente global. Sin embargo, al mismo tiempo la influencia occidental sufrió erosión constante. El celo y el entusiasmo por la organización disminuyeron, notablemente en los Estados Unidos.

      Una causa principal de desilusión tenía que ver con la votación en la Asamblea General. Allí cualquiera de los ahora abundantes países pequeños, algunos de los cuales tienen una población de menos de un millón de habitantes, tenía un poder de votar igual al de naciones del tamaño de Inglaterra, el Brasil, los Estados Unidos o la Unión Soviética. A menudo las “superpotencias” hallaban frustratorio esto.

      En la década pasada se ha traído el ascendiente de los estados afroasiáticos a una posición mayoritaria en las N.U. (más de 70 de los 138 miembros). Esto sin duda fue un fuerte factor en el éxito del movimiento de veinte años para admitir a la China comunista como miembro, con su enorme población de unos 800.000.000 de personas. Su entrada en 1971 a una posición permanente en el Consejo de Seguridad en el lugar de la China nacionalista también contribuyó al aspecto radicalmente cambiado de las N.U. Claramente, las cosas jamás volverían a ser como fueron durante la infancia de la organización global.

      A pesar de la expansión, a la vista del mundo no había señal notable de que tuviesen fuerza renovada las N.U. El llamado “Tercer Mundo,” compuesto de las naciones más pobres, “en desarrollo,” había entrado a la posición extraordinaria de poder hacer que se aceptaran resoluciones en la Asamblea General a pesar de la oposición de las “superpotencias.” Pero las naciones del “Tercer Mundo” no tenían los medios para dar “fuerza” a estas resoluciones. El estado general de la frustración continuó y la organización gigantesca se contorció, gimió y gritó, pero generalmente no podía coordinar su fuerza para acción decisiva.

      En consecuencia, como lo expresó un editorial de la revista Life en 1970: “El egoísmo nacional todavía es el rasgo común de la política internacional, y el poder verdadero reside donde siempre ha residido... en los gobiernos y las fuerzas militares de las grandes potencias.”

      ¿Por qué, entonces, hay razón para creer que las Naciones Unidas actualmente están experimentando un resurgimiento de poder? ¿Qué factores contribuyen a esto? ¿Qué papel desempeñará todavía esta organización global en el futuro de toda la humanidad?

  • ¿Qué encierra el futuro para las Naciones Unidas?
    La Atalaya 1975 | 1 de febrero
    • ¿Qué encierra el futuro para las Naciones Unidas?

      EVIDENTEMENTE las Naciones Unidas están entrando en una era de vigor y prominencia renovados en la escena mundial. En el futuro cercano estarán envueltas en acontecimientos de impacto sacudidor del mundo. ¿A qué se debe esto?

      El conflicto del Oriente Medio en octubre de 1973 y su secuela ayudaron a restaurar mucho del prestigio de las N.U. Cierto, las potencias grandes desempeñaron papeles dominantes en los arreglos de tregua entre Israel, Egipto y Siria. Pero como escribe el historiador finlandés Max Jakobson en el Saturday Review/World (23 de marzo de 1974):

      “Aun las superpotencias encontraron que no podían prescindir enteramente de las Naciones Unidas. El acuerdo de cesar el fuego negociado . . . fue legitimado por el Consejo de Seguridad [de las N.U.]. Las Naciones Unidas suministraron la supervisión del terreno. La vista de las boinas azules a lo largo de las riberas del canal de Suez revivió la fe entre los creyentes: Las Naciones Unidas se necesitaban después de todo.”

      De la designación del secretario general de las N.U., Kurt Waldheim, como presidente de la conferencia de paz del Oriente Medio, el reportero de las N.U., Anthony Astrachan, dice:

      “Su papel como presidente de las conversaciones de apertura sobre la paz en Ginebra puede ser simbólico, pero los símbolos desarrollan importancia, si no desarrollan poder. Moscú y Washington . . . lo cultivan ahora para proteger sus opciones con el mundo.”

      El más reciente conflicto en Chipre también enfocó muy claramente el papel de mantenedor de la paz de las N.U.

      PROBLEMAS QUE CLAMAN POR ACCIÓN INTERNACIONAL

      Pero el Oriente Medio solo es una parte pequeña del cuadro global. Hay, mundialmente, una comprensión creciente de la necesidad de acción unida veloz, internacionalmente, para enfrentarse con los problemas severos que ahora ascienden en el horizonte de la humanidad.

      Enormes regiones de la Tierra se encuentran ahora en lamentable necesidad de alimento. Pero los graneros del mundo virtualmente están vacíos de abastecimientos de reserva. Mientras tanto la población del mundo continúa ascendiendo constantemente... setenta y ocho millones más en 1973.

      La pobreza se profundiza. Según el presidente del Banco Mundial, Robert McNamara, 800.000.000 de personas logran vivir actualmente con aproximadamente treinta centavos de dólar al día. En otros países más acaudalados, la inflación desenfrenada produce precios que se elevan estratosféricamente, y las monedas nacionales por lo general se enfrentan a su peor tiempo de inestabilidad.

      El poder destructor de las armas desarrolladas por las grandes potencias en años recientes hace parecer realmente pequeñas a las bombas atómicas de la II Guerra Mundial. Ahora, por explosión de un dispositivo nuclear, la India ha llegado a ser el sexto miembro del ‘Club de Armas Atómicas.’ La probabilidad de que otras naciones sigan este derrotero aumenta la probabilidad de que algún miembro del ‘club’ recurra a armas nucleares en un conflicto futuro. La destrucción que se podría desarrollar hace vacilar la imaginación.

      Las demandas de recursos energéticos están sobrepujando los abastecimientos disponibles. La crisis energética ha empujado a último término la preocupación por la contaminación. Pero el problema de la contaminación del aire, tierra y mares del planeta Tierra no desaparece así. Continúa y empeora.

      Hablando acerca de estos problemas ante las Naciones Unidas, el secretario de estado de los EE. UU., Henry Kissinger, dijo: “Los desafíos de esta magnitud no se pueden resolver por un mundo fragmentado en naciones-estados autónomos o bloques rígidos.” La situación requiere acción colectiva en escala mundial. Pero todavía hay otros factores que realzan la posición de las Naciones Unidas.

      OTROS FACTORES BÁSICOS

      Como señala el Dr. George W. Shepherd, el mundo ya no es como un tablero de ajedrez en el cual las dos superpotencias se enfrentaban una a la otra, con las naciones europeas como los caballos y los alfiles, y las naciones del “Tercer Mundo” como peones. “Es por eso,” dice este profesor de la Universidad de Denver, “que estamos viendo un reavivamiento de [las Naciones Unidas].”

      Aunque anteriormente las naciones del “Tercer Mundo” solo podían hacer ruido en las N.U. y aprobar resoluciones que nunca eran puestas en vigor, las potencias grandes ya no pueden tratar a estas naciones más pequeñas a la ligera. El reciente boicot del petróleo árabe mostró el poder potencial que existe en el “Tercer Mundo.” Esto es cierto no solo de las tierras ricas en petróleo. Muchas de las materias primas y minerales básicos —estaño, cinc, cobre, manganeso, uranio, mineral de hierro, bauxita (para producir aluminio)— de los que dependen fuertemente las naciones industrializadas, provienen de estas llamadas naciones “subdesarrolladas.” ¿En qué puede resultar esto?

      Un artículo en el periódico alemán Schwabacher Tagblatt dice que sería asombroso si estos países más pobres fuesen a resistir por largo tiempo la tentación de “desafiar a las llamadas naciones ricas y doblar los músculos de su despertada autoconfianza,” imitando a las naciones árabes. El artículo añade: “Cuando sintamos el agarro de la despertada autoconfianza de estos países alrededor de nuestra manzana de Adán, entonces será demasiado tarde . . . surgirán problemas sociales en nuestro mundo industrial con dimensiones como nunca antes nos han confrontado.”

      Todo esto aumenta la inseguridad que mueve a las naciones políticas, grandes y pequeñas, a buscar acuerdos globales Y acción que traiga alivio. El interés en la paz y la seguridad agarra fuertemente a las naciones hoy día como rara vez antes en la historia y ha producido una actitud dominante o “espíritu” que está moviendo a las naciones cada vez más a pensar y obrar sobre una base global. Señalando por qué se puede esperar que se dirijan con más frecuencia a las Naciones Unidas como su instrumento, el ex-embajador de los EE. UU. a las N.U., Charles W. Yost, dice:

      “Las N.U., a pesar de todo, tienen una enorme ventaja sobre todos los otros medios para la conducta de las relaciones internacionales... son una institución permanente. Sin importar cuáles sean los méritos de las reuniones en la cumbre, conferencias regionales, acuerdos bilaterales y multilaterales, todos descansan sobre las arenas mudables del acaudillamiento y opinión pública caprichosos y cambiables. Solo las N.U., como los gobiernos nacionales, se basan firmemente en una constitución y unidades administrativas que tienen vida propia y que duran de década en década.”

      LO QUE REVELA LA PROFECÍA BÍBLICA

      Sin embargo, la respuesta concluyente en cuanto a lo que encierra el futuro para las Naciones Unidas no se halla analizando las condiciones o tendencias mundiales. Se halla en la inspirada Palabra de Dios, la Biblia, y sus profecías. Los acontecimientos y tendencias del día presente confirman lo correcto de esas profecías.

      En la Biblia, a las potencias mundiales políticas se les representa bajo el símbolo de bestias. (Vea Daniel 7:17, 23; 8:20-22.) El capítulo 17 del libro de Revelación predice una organización política compuesta, combinando en sí los restos de las potencias mundiales de la historia. Está representada bajo el símbolo de una bestia de siete cabezas (cada cabeza representando a una potencia mundial, las cuales se cuentan sobre la base de su efecto sobre los siervos del Dios verdadero) con diez cuernos, los cuernos representando la totalidad de los gobiernos políticos terrestres. Esta organización habría de desaparecer de la escena por un tiempo, cayendo como si fuese en un hoyo de inactividad semejante a la muerte. Luego volvería a aparecer y se movería a su destino final.

      Las Naciones Unidas, con su predecesora, la Sociedad de Naciones (que entró en un período de inactividad semejante a muerte durante la II Guerra Mundial), cuadran con esta descripción simbólica. Tal como los gobiernos representados por los “diez cuernos” obtuvieron autoridad aumentada sobre una escala mundial por medio de asociarse con la organización política compuesta, así también vemos que aun naciones pequeñas han conseguido una voz, importancia y poder por medio de ser miembros de las Naciones Unidas.—Rev. 17:7-13.a

      Como se representó proféticamente, estos reyes simbólicos diferentes “tienen un solo pensamiento.” (Rev. 17:13) Es decir, aunque no están de acuerdo en numerosas proposiciones, están unidos en su determinación de utilizar un proyecto humano para establecer paz y seguridad duraderas en escala global. Al proceder así, rechazan la propia provisión de Dios para efectuar esto: su reino por medio de Cristo Jesús. Por lo tanto la profecía muestra que esta organización política internacional pelea contra el Rey nombrado de Dios y contra los que están de parte de él en la cuestión. Esto hace inevitable la destrucción final de esa organización política compuesta y todos sus miembros y apoyadores, abriendo el paso así para el propio gobierno de Dios de la Tierra.—Rev. 17:14; compare con Daniel 2:44.

      Pero antes de pasar de la escena terrestre, esa organización política compuesta cumplirá otro rasgo de la profecía divina. La Biblia muestra que las naciones miembros de la organización por largo tiempo han estado bajo la engañosa dominación de sistemas religiosos mundanos, los cuales forman un imperio mundial de religión falsa representado en Revelación por una mujer meretricia llamada “Babilonia la Grande.” Pero la profecía muestra que las potencias políticas se cansarán de la hipocresía, el entremetimiento, las demandas de los sistemas religiosos meretricios y se volverán contra ellos, devastándolos completamente.—Rev. 17:1-6, 15-18.b

      Aunque parece extraño, precisamente cuando esta organización global parezca alcanzar el cenit de su prominencia, aparentemente en el umbral de establecer un fundamento político para paz y seguridad, simultáneamente se acercará al punto de su propia caída. Como fue inspirado el apóstol Pablo a escribir: “Cuando sea que ellos estén diciendo: ‘¡Paz y seguridad!’, entonces destrucción repentina ha de sobrevenirles instantáneamente.” (1 Tes. 5:2, 3) Y, aunque después de dicha proclamación esta organización mundial participará en su acto más dramático y sacudidor del mundo —la destrucción del imperio mundial de la religión falsa— ese acto no la protegerá de ser destruida por Dios como una falsificación, un esfuerzo fútil y rebelde para sustituir con un arreglo político el reino prometido de Dios.

      Por esta razón crecientes cantidades de personas en más de 200 países e islas del mar, sí, gente de muchas naciones, ahora se unen en cifrar su plena confianza y esperanza, no en un sistema político de este mundo afligido, sino en el gobierno de Cristo Jesús, el cual gobierno con base en el cielo es la fuente verdadera de paz y seguridad duraderas para esta Tierra.

      [Notas]

      a Para información adicional sobre esta profecía, vea el libro God’s Kingdom of a Thousand Years Has Approached, págs. 308-311.

      b Vea el libro “¡Babilonia la grande ha caído!” ¡El reino de Dios domina!, págs. 173-179, para una explicación más detallada.

  • El práctico códice
    La Atalaya 1975 | 1 de febrero
    • El práctico códice

      CADA año se imprimen millones y millones de libros. Tan solo en la imprenta de la Sociedad Watchtower de Brooklyn, Nueva York, con frecuencia se produce más de un millón de libros encuadernados cada semana. Puesto que los libros son tan comunes hoy, quizás sea difícil imaginarse un tiempo en la historia humana cuando no se conocían. Sin embargo eso fue lo que sucedió durante muchos siglos.

      No fue sino hasta después de haber pasado unos cuatro mil años de historia humana que el códice o libro de hojas, el precursor del libro moderno, entró en uso común. Antes de eso, los rollos de papiro o pergamino servían el propósito que sirven los libros hoy día.

      Los rollos tenían desventajas definitivas que el códice no tenía. Para hallar un punto en particular en una sección concluyente de un rollo había que desenrollar seis, nueve o más metros de éste. Esto quizás explique por qué las citas hechas por antiguos escritores seglares de otras fuentes a menudo son muy inexactas. En vez de molestarse en desenrollar un rollo y tratar de hallar la cita, probablemente la registraban de memoria.

      El códice fue mucho más práctico que el rollo. Aunque pudiera necesitarse un rollo de unos 32 metros para abarcar los cuatro Evangelios, un códice compacto tendría espacio para todos ellos. Debido a que la escritura estaba en páginas separadas y no simplemente en un rollo largo con numerosas columnas de escritura, se le facilitaba a uno el hallar declaraciones específicas. Un códice por lo general contenía el doble de información que un rollo que tuviera la misma cantidad de papiro o pergamino. Esto se debía a que los rollos comúnmente solo tenían escritura en un lado, mientras que las hojas del códice tenían escritura en ambos lados. De modo que el códice era más económico que el rollo.

      DESARROLLO DEL CÓDICE

      En cuanto al desarrollo del códice, la palabra latina de la cual se deriva el término “códice” suministra indicios. Proviene del latín caudex y originalmente quería decir tronco de árbol. Más tarde el término se aplicó a las tablillas de madera que se usaban para escribir después de haber sido untadas con cera. Con el tiempo, las tablillas individuales se juntaban con cuerdas o anillos, y a las tablillas aunadas las llamaron códice.

      Con el tiempo los romanos empezaron a usar pergamino en vez de madera revestida

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