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El banquete de bodas del Rey en el propósito de DiosLa Atalaya 1975 | 15 de mayo
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El banquete de bodas del Rey en el propósito de Dios
“El reino de los cielos ha llegado a ser semejante a un hombre, un rey, que hizo un banquete de bodas para su hijo. Y envió sus esclavos a llamar a los invitados al banquete de bodas, pero ellos no quisieron venir.”—Mat. 22:2, 3.
1. ¿Qué ha sido predicado a las naciones ya por sesenta años, y qué ejemplo histórico muestra si será beneficioso la manera en que han respondido a ello?
EL MUNDO entero está en dificultades. No hay razón para dudar que el sistema de cosas bajo el cual vive está en el predicho “tiempo del fin.” Por los pasados sesenta años el “reino de los cielos,” el “reino de Dios” ha sido proclamado por todas partes del globo terráqueo como la “única esperanza” para la humanidad angustiada. Pero la vasta mayoría de la humanidad no cree en este remedio divino. La gente en general no lo quiere. Son como una nación de personas que, hace mil novecientos años, no quiso el “reino de los cielos,” cuando se les ofreció. El que rechazaran esta oferta válida no resultó en bien para la nación de aquellas personas. A la luz de la experiencia nacional de ellas, el apartarse del “reino de los cielos” hoy no será beneficioso a los que prefieren los proyectos y arreglos humanos a esta “única esperanza” para nuestro mundo en dificultades.—Dan. 12:4; Mat. 3:1, 2; 4:17; Mar. 1:14, 15; Luc. 6:20.
2. ¿Cuándo, dónde y a quién comenzó a predicarse el “reino de los cielos,” y a qué nación habría de ser entregado ese reino?
2 Hace mucho tiempo, el Imperio Romano estaba solo en su primer siglo de gobernación sobre el Oriente Medio cuando se comenzó a proclamar allí el “reino de los cielos,” el “reino de Dios.” El año 33 de nuestra era común fue el cuarto año de su proclamación. Este reino fue tema de discusión acalorada en la ciudad judía de Jerusalén. La discusión de él penetró hasta en el templo de fama mundial de aquella ciudad santa. En el transcurso de una discusión, el principal Proclamador de las buenas nuevas del Reino dijo a sus muchos oyentes, entre los cuales estaban los sacerdotes principales y hombres de la secta de los fariseos: “El reino de Dios les será quitado a ustedes y será dado a una nación que produzca sus frutos.” (Mat. 21:43-46) Según esas palabras, el reino de Dios pronto habría de serle quitado a la nación de ellos y ser entregado a una nación recién formada que produciría fruto que la identificaría como nación gobernada por el reino de Dios. Las palabras del que hablaba se realizaron, porque hasta este día la nación que anteriormente había sido favorecida no tiene el reino de Dios.
3. ¿Cómo comenzó el que habló esas palabras proféticas su ilustración relacionada con ellas?
3 ¿Qué razón hubo para que esto sucediera? El que profirió aquellas palabras proféticas pasó a ilustrarlo contando otra de sus parábolas colmadas de significado. Un hombre que la oyó guardó un registro de ella para nosotros, y comienza este relato particular diciendo: “Tomando de nuevo la palabra, Jesús volvió a hablarles con ilustraciones, diciendo: ‘El reino de los cielos ha llegado a ser semejante a un hombre, un rey, que hizo un banquete de bodas para su hijo. Y envió sus esclavos a llamar a los invitados al banquete de bodas, pero ellos no quisieron venir.’”—Mat. 22:1-3.
4. ¿Qué muestra a quién el “hombre, un rey,” de la ilustración de Jesús, representó?
4 La figura principal de esta ilustración era el “hombre, un rey.” ¿De quién, pues, era ilustración éste? Era ilustración de Dios mismo, porque toda la ilustración parabólica empezó diciendo: “El reino de los cielos ha llegado a ser semejante a un hombre, un rey,” cuando tomó cierta acción a la cual hubo cierta reacción. La expresión “el reino de los cielos” significa lo mismo que “el reino de Dios,” pues Dios gobierna supremamente en los cielos espirituales invisibles. Por ejemplo, al antiguo gobernante de Babilonia se le sometió a una experiencia humillante con este propósito declarado: “hasta que sepas que el Altísimo es Gobernante en el reino de la humanidad, y que a quien él quiere dárselo se lo da . . . después que sepas que los cielos están gobernando.” (Dan. 4:25, 26) Jesús se refería a Dios cuando dijo acerca de Jerusalén: “No juren . . . por Jerusalén, porque es la ciudad del gran Rey.” Jesús enseñó a sus discípulos a orar a este Rey celestial, diciendo: “Venga tu reino. Efectúese tu voluntad, como en el cielo, también sobre la tierra.”—Mat. 5:34, 35; 6:9, 10.
5. ¿Quién es el “hijo” para quién el Rey celestial hace el “banquete de bodas,” y qué prueba hay de ello?
5 Del rey de la ilustración de Jesús se dice que tiene un hijo. No obstante, Dios el Rey celestial tiene centenares de millones de hijos espíritus, que son llamados en las Escrituras “hijos de Dios.” (Job 38:7; Dan. 7:9, 10) ¿A cuál de estos muchos hijos es que se hace referencia en la parábola de Jesús? Es al Hijo de hijos en la familia celestial de Dios. Es para este hijo prominente que el Rey celestial hace un “banquete de bodas,” y las Sagradas Escrituras muestran que este hijo es el que habló la ilustración parabólica, Jesucristo mismo. Juan el que Bautizaba, que bautizó a Jesús, dijo con referencia a Jesús bautizado: “Yo no soy el Cristo, sino que, he sido enviado delante de aquél. El que tiene la novia es el novio. Sin embargo, el amigo del novio, cuando está en pie y lo oye, tiene mucho gozo a causa de la voz del novio. Por eso este gozo mío se ha hecho pleno.” (Juan 3:28, 29) En otra ilustración, Jesús se refirió a sí mismo, cuando dijo: “Entonces el reino de los cielos llegará a ser semejante a diez vírgenes que tomaron sus lámparas y salieron al encuentro del novio.”—Mat. 25:1; 9:15.
6, 7. (a) ¿Quién es la “novia” de este Hijo del Rey celestial? (b) Efesios 5:23-32 asemeja la relación entre Jesucristo y su congregación a ¿qué?
6 Como cualquier novio en perspectiva, Jesús debe haber sentido gran placer al pensar y hablar acerca de esta “novia” que el Rey, su Padre celestial, le daría. La “novia,” por supuesto, no es una persona individual, no es un solo discípulo de Jesucristo. Al contrario, es una persona compuesta o colectiva, su entero cuerpo o congregación de discípulos ungidos fieles. Esto no debería parecer raro. En las profecías de la Biblia a la antigua nación de Israel se le asemeja a la esposa de Jehová Dios, porque la nación se casó con Él, por decirlo así, al aceptar el pacto de la Ley que fue mediado por el profeta Moisés en el monte Sinaí en Arabia. (Isa. 54:5; Jer. 3:14; 31:31, 32) De modo que la relación entre el Hijo de Dios y su congregación ungida se asemeja a la de esposo y esposa; como leemos:
7 “El esposo es cabeza de su esposa como el Cristo también es cabeza de la congregación, siendo él salvador de este cuerpo. Esposos, continúen amando a sus esposas, así como el Cristo también amó a la congregación y se entregó a sí mismo por ella. Este secreto sagrado es grande. Ahora yo estoy hablando tocante a Cristo y la congregación.”—Efe. 5:23, 25, 32.
8. ¿Dónde y cómo será consumado el matrimonio del Hijo del Rey celestial y su “novia”?
8 El matrimonio entre el Hijo del Rey y su “novia” figurativa se consumará por medio de la unión de Jesucristo y su congregación fiel en los cielos de los espíritus con relación al “reino de los cielos.” Como una virgen desposada, los miembros de esta congregación ungida tienen que ser fieles a Jesucristo hasta el momento de la muerte. En recompensa por su fidelidad virginal hasta el fin de su derrotero terrestre, serán resucitados de entre los muertos para ser la “novia” celestial de él, su congregación nupcial, para siempre en la casa del Padre Celestial y Rey.—2 Cor. 11:2, 3.
“LOS INVITADOS AL BANQUETE DE BODAS”
9. En la ilustración de Jesús, ¿qué relación existía entre los invitados al “banquete de bodas” y el rey, y que mostraría el que obraran favorablemente respecto a la invitación?
9 Una invitación al banquete de bodas de su hijo era un gran favor por parte del Rey. Las personas a quienes invitó eran personas sobre las cuales él era rey. Eran sus súbditos. Él los conocía por nombre. Sabía dónde vivían dentro de su dominio, y por eso podía enviar sus esclavos a la dirección de ellos para notificarles en aquel tiempo que el banquete estaba listo, un banquete al cual ya habían sido invitados. El que estos invitados obraran favorablemente al recibir notificación de que el banquete estaba listo desplegaría debido respeto a su rey. ¿A quiénes, pues, representaron “los invitados al banquete de bodas” de la ilustración de Jesús?
10. Al tiempo de la ilustración, Jehová Dios era Rey sobre ¿qué pueblo, y por qué arreglo?
10 Bueno, puesto que el rey representa a Jehová Dios, ¿quiénes eran, pues, el pueblo sobre el cual Él era rey en aquel tiempo? ¿A quiénes fue que Jesús dijo: “El reino de Dios les será quitado a ustedes y será dado a una nación que produzca sus frutos”? Fue a la nación judía. En el año 1513 a. de la E.C. Jehová Dios los había introducido en un pacto con él por mediación de su profeta Moisés, en el monte Sinaí. Ellos entraron voluntariamente en este pacto, para guardar su código de Ley, que tenía como leyes fundamentales los famosos Diez Mandamientos. (Éxodo 19:1 a 24:8 inclusive) Especialmente por este arreglo de pacto, Jehová llegó a ser el Rey celestial sobre este pueblo, y esto significaba que ahora eran una “nación” sujeta a Él. (Deu. 33:5) Los israelitas ya habían cantado las alabanzas de Él como Rey de ellos, después de haber sido librados por Él de la muerte en el mar Rojo, cuando cantaron: “Jehová reinará hasta tiempo indefinido, aun para siempre.”—Éxo. 15:18.
11, 12. (a) ¿Cómo había llegado la nación de Israel a ser el pueblo que llevaba el Nombre de Dios? (b) ¿Por qué podía Dios enviarles una invitación por el nombre nacional de ellos?
11 Este Rey celestial tiene un nombre —Jehová— y, en virtud de que la nación de Israel entró en un pacto de Ley con él como Dios de ellos, llegó a ser el pueblo que llevaba su Nombre. El nombre de él se llamaba sobre ellos. Dijo el mediador Moisés al pueblo de Israel en pacto: “Jehová te establecerá como pueblo santo para sí, tal como te juró, porque continúas guardando los mandamientos de Jehová tu Dios, y has andado en sus caminos. Y todos los pueblos de la tierra tendrán que ver que el nombre de Jehová ha sido llamado sobre ti, y de veras tendrán miedo de ti.” (Deu. 28:9, 10) A esta nación escogida, Jehová dijo por boca de su profeta Amós: “Solo a ustedes he conocido de todas las familias del suelo.” (Amós 3:2) No solo se identificaba a la nación por el nombre de Él, sino que también Él conocía a la nación por nombre.
12 A ella dijo por boca del profeta Isaías: “Y ahora esto es lo que ha dicho Jehová, tu Creador, oh Jacob, y tu Formador, oh Israel: ‘No tengas miedo, porque yo te he recomprado. Te he llamado por tu nombre. Eres mío.’” (Isa. 43:1) Por eso, si Él deseaba enviarles una invitación o darles una invitación que siempre estuviera en vigor, podía hacerlo por el nombre nacional.
13. ¿Cómo sabía el Rey celestial las direcciones de “los invitados al banquete de bodas,” y la realidad de esto se mostró en el caso del nacimiento de quién?
13 El rey de la ilustración de Jesús sabía las direcciones de las personas a quienes había invitado al banquete de bodas. Igualmente Jehová sabía la “dirección” de su pueblo escogido, su pueblo invitado. Sabía dónde vivían. Era la tierra que Él había prometido a sus antepasados Abrahán, Isaac y Jacob, y la tierra a la cual fielmente los había llevado. Aun después que ellos estuvieron desterrados en la tierra de Babilonia, Jehová los restauró a aquella misma tierra. Sin que hubiera equivocación de dirección, Jehová el Rey envió su Hijo Jesús a aquella tierra. No fue error ni accidente el que Jesús el Descendiente de Abrahán y del rey David naciera en la ciudad de Belén en la Provincia de Judea, en el otoño del año 2 a. de la E.C. Con siglos de anterioridad, por medio de Su profeta Miqueas, Jehová el Rey había predicho la dirección para este nacimiento milagroso.—Miq. 5:2.
14. ¿Fue originalmente cuando los mensajeros que llevaban la notificación llegaron que la invitación inicial les fue dada a “los invitados,” o qué relación hubo entre la notificación y la invitación?
14 En cumplimiento de la ilustración de Jesús, Jehová el Rey sabía cuáles eran las direcciones o ubicaciones de “los invitados al banquete de bodas.” Naturalmente, pues, sabía adónde enviar los mensajeros que llevarían su notificación cuando estuviera listo el banquete de bodas, al cual ya habían sido invitados, y fuera hora de que ellos vinieran con mucho apetito. La invitación al banquete no les fue extendida originalmente cuando los mensajeros que llevaban la notificación visitaron sus hogares para decirles que el banquete ya estaba listo y que deberían ir a él inmediatamente. Esa llamada fue meramente algo suplementario, no la invitación original. Pues, entonces, ¿cuándo y de qué manera habían sido “invitados” ya o habían recibido la llamada inicial?
15. (a) ¿En qué año fue extendida la invitación al “banquete de bodas,” y a quién o a quiénes? (b) En aquella ocasión, la invitación estuvo contenida en ¿qué, y en qué términos?
15 Esto fue, de hecho, en el año 1513 a. de la E.C., y la manera en que se hizo fue por la acción de Dios el Rey, al introducir al pueblo de Israel en el pacto de la Ley por medio de Moisés como mediador. La llamada o “invitación” inicial fue extendida a los israelitas como nación, no como individuos, porque era la nación más bien que los miembros como individuos lo que continuaría existiendo hasta que el “banquete de bodas” del Rey estuviera preparado y listo para ser servido. La llamada o “invitación” inicial a la nación de Israel estuvo incluida en los términos de Dios que indicaron el beneficio que le vendría a la nación de Israel por entrar en el pacto de la Ley con Jehová Dios y observarlo o guardarlo. Al proponer el pacto a Israel en el monte Sinaí, Dios le dijo a Moisés que dijera: “Y ahora si ustedes obedecen estrictamente mi voz y verdaderamente guardan mi pacto, entonces ciertamente llegarán a ser mi propiedad especial de entre todos los demás pueblos, porque toda la tierra me pertenece a mí. Y ustedes mismos llegarán a ser para mí un reino de sacerdotes y una nación santa.”—Éxo. 19:1-6.
16. (a) ¿Sobre qué base fue celebrado el pacto de la Ley con la nación de Israel, y cómo? (b) ¿A quiénes fue que se extendieron a un mismo tiempo las obligaciones de aquel pacto y la invitación contenida en él, hasta cuándo?
16 Así se colocaron delante de la nación de Israel perspectivas del Reino, la oportunidad, realmente la invitación, de llegar a ser un “reino de sacerdotes.” Ese reino sacerdotal obraría como el siervo de Dios para beneficio de todo el resto de la humanidad. El pueblo de Israel aceptó esta invitación de su Rey celestial al aceptar Sus proposiciones y decir: “Todo cuanto ha hablado Jehová estamos dispuestos a hacerlo.” Por consiguiente, Dios el Rey celebró el pacto de la Ley con la nación de Israel sobre sacrificios efectuados por el mediador Moisés. (Éxo. 19:7, 8; 24:1-12) No fue solo las obligaciones de aquel pacto de la Ley Mosaica, sino también la invitación a llegar a ser un “reino de sacerdotes,” lo que se extendió hasta el primer siglo de nuestra era común a los descendientes naturales de aquellos israelitas que habían hecho el pacto. (Rom. 9:4, 5; Hech. 3:25, 26) Debido a que aquellos descendientes naturales del primer siglo E.C. eran una nación ‘invitada,’ Dios el Rey estuvo obrando en armonía con los términos de su pacto al levantar a Juan el Bautista y enviarlo a predicar a la nación de Israel: “Arrepiéntanse, porque el reino de los cielos se ha acercado.”—Mat. 3:1, 2.
17. (a) ¿Cómo tiene conexión con un reino un “banquete de bodas” que se celebrara para el hijo del rey? (b) ¿En qué otra función servirán los que componen la “novia” del Padre Eterno?
17 Pero, ¿qué tiene que ver un “reino de sacerdotes” con la fiesta de bodas que un rey celebrara para su hijo? El hecho de que hay una conexión entre las dos cosas Jesucristo mismo lo dio a entender al introducir su ilustración con las palabras: “El reino de los cielos ha llegado a ser semejante a un hombre, un rey, que hizo un banquete de bodas para su hijo.” (Mat. 22:1, 2) Naturalmente la “novia” con quien se casara el hijo del rey llegaría a ser princesa y, ordinariamente, una reina electa, una reina designada. Correspondientemente, la “novia” que Dios el Rey casa con su Hijo Jesucristo es la congregación ungida de fieles discípulos de éste. En los cielos estos discípulos ungidos fieles han de ser más que una “novia” para Jesucristo como quien llegará a ser “Padre Eterno” para la raza redimida de la humanidad. También han de ser coherederos con su Novio celestial en el Reino que Dios el Rey asigna a su Hijo Jesucristo sobre toda la humanidad.
18. ¿Cómo mantuvo Jesús la esperanza del Reino ante sus discípulos en su Sermón del Monte y en su última Pascua?
18 Jesucristo puso constantemente esta esperanza del Reino ante sus verdaderos discípulos. En su Sermón del Monte, les dijo: “Felices son los que están conscientes de su necesidad espiritual, puesto que a ellos pertenece el reino de los cielos. Felices son los que han sido perseguidos por causa de la justicia, puesto que a ellos pertenece el reino de los cielos. . . . Pues su Padre celestial sabe que ustedes necesitan todas estas cosas. Sigan, pues, buscando primero el reino y Su justicia, y todas estas otras cosas les serán añadidas.” (Mat. 5:3, 10; 6:32, 33) Y en la noche de la última Pascua con sus fieles apóstoles y después que Jesús había establecido la Cena del Señor, les dijo: “Ustedes son los que con constancia han continuado conmigo en mis pruebas; y yo hago un pacto con ustedes, así como mi Padre ha hecho un pacto conmigo, para un reino, para que coman y beban a mi mesa en mi reino, y se sienten sobre tronos para juzgar a las doce tribus de Israel.”—Luc. 22:23-30.
19. ¿Cómo es que el Hijo real no sigue siendo eso sin un reino, y cómo participa con él la congregación nupcial?
19 De modo que la congregación nupcial de Jesucristo habrá de ser copartícipe de él, pues son sus coherederos en el reino celestial y él es el Novio que es cabeza de ellos. Él ha de ser un Gobernante como el antiguo Melquisedec, que era tanto rey de Salem como sacerdote del Dios Altísimo y por lo tanto un rey-sacerdote. (Gén. 14:18-20; Sal. 110:1-4; Hebreos 5:5, 6; 6:20 hasta 7:28 inclusive) Jesucristo sirve de Sumo Sacerdote de Jehová, y la congregación nupcial de Cristo suministra los subsacerdotes. De esta manera la congregación cristiana verdadera llega a ser un “reino de sacerdotes.” A esta congregación el apóstol Pedro escribió, diciendo: “Ustedes son ‘una raza escogida, un sacerdocio real, una nación santa, un pueblo para posesión especial, para que declaren en público las excelencias’ de aquel que los llamó de la oscuridad a su luz maravillosa.” (1 Ped. 2:9) Así Jesucristo el Hijo de Dios no sigue siendo un Hijo real sin un reino, sino que Dios el Rey asigna al Hijo un reino especial sobre toda la humanidad, y su clase de la Novia participa con él en este reino mesiánico.—Rom. 8:16, 17.
ACTITUD DE “LOS INVITADOS AL BANQUETE DE BODAS”
20. (a) ¿Qué pregunta surgió acerca de la generación cuando se le informó que ella era la generación que podía asistir al banquete de bodas? (b) ¿Qué pregunta surge respecto a cuántos responderían favorablemente?
20 A la nación de Israel se le ofreció un maravilloso privilegio e “invitación” al ser introducida en el pacto de la Ley Mosaica. Respecto al “banquete de bodas” para el cual hizo arreglos su Dios, Jehová el Rey, eran una nación de “invitados.” Pero había condiciones relacionadas con el que llegaran a ser un “reino de sacerdotes.” Por eso surge esta pregunta: ¿Qué actitud mostraría tener la nación cuando se le notificara que ella era la generación a la cual se favorecía con la oportunidad de obrar ahora conforme a la invitación de su Rey y entrar en las festividades del casamiento? ¿Responderían favorablemente tantos individuos de la nación como la cantidad o número de lugares o asientos que hubiera dentro de la sala del banquete de bodas? Había oportunidad para muchos, porque la ilustración indica que el rey invitó a muchos y que se habían provisto muchos lechos en los cuales reclinarse a la mesa del banquete los invitados.
21. ¿Cuándo fue que el Rey celestial empezó a enviar sus “esclavos” a notificar a los “invitados” que el banquete estaba listo?
21 ¿Cuándo fue, en cumplimiento de la parábola, que Dios el Rey envió sus “esclavos” a notificar a los “invitados” que había llegado el tiempo para el “banquete de bodas” y que por eso deberían venir inmediatamente? Esto fue después del bautismo de Jesús en agua y de su ungimiento con el espíritu santo de Dios para llegar a ser el Cristo, el que había sido ungido para ser el Rey Mesiánico. Cuando Jesucristo regresó después de haber pasado cuarenta días en el desierto de Judea, Juan el Bautista señaló a él y dijo a los que escuchaban: “¡Mira, el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo!” Juan no solo identificó a Jesús como el Cordero figurativo que sería sacrificado para rescatar al mundo de la humanidad de la pena del pecado, sino que también dio testimonio de que Jesucristo era el Hijo de Dios. Poco después de esto, el ungido Jesús comenzó su obra de enseñanza con algunos que empezaron a seguirlo como el Mesías. Uno de éstos, llamado Andrés, halló a su hermano Simón y le dijo: “‘Hemos hallado al Mesías’ (que, traducido, significa Cristo).” (Juan 1:26 a 2:2 inclusive) Así Jesús empezó a formar un cuerpo de discípulos.
22. ¿Cuánto tiempo duró el primer período de notificación, y a quiénes fue que se notificó en esa ocasión?
22 No solo Jesucristo enseñó y predicó el reino mesiánico de Dios; él también envió sus discípulos judíos a predicar con él: “El reino de los cielos se ha acercado.” (Mat. 10:1-7; Luc. 9:1-6; 10:1-9) De esta manera el Rey celestial, Jehová Dios, envió sus “esclavos” bajo el pacto de la Ley para dar la primera notificación. Esto sucedió desde el otoño del año 29 E.C. hasta la primavera de 33 E.C., o por aproximadamente tres años y medio. Estos “esclavos” fueron enviados solo a “los invitados.” Es decir, la nación judía bajo el pacto de la Ley Mosaica que ofrecía una oportunidad de llegar a ser un “reino de sacerdotes.” En reconocimiento de “los invitados,” Jesús dijo a los discípulos que envió a anunciar que el tiempo había llegado: “No se vayan por el camino de las naciones, y no entren en ciudad samaritana; sino, más bien, vayan continuamente a las ovejas perdidas de la casa de Israel.” Y con referencia a sí mismo, Jesús dijo: “No fui enviado a nadie aparte de las ovejas perdidas de la casa de Israel.”—Mat. 10:5, 6; 15:24.
23. ¿Cómo mostró Jesús que era el tiempo apropiado para la primera llamada, pero cómo indicó su ilustración la actitud que los invitados mostrarían?
23 Era el tiempo apropiado para esta obra inicial de notificación. Jesús le recordó a la “casa de Israel” esta fijación divina del tiempo de las cosas, cuando dijo a los judíos: “El tiempo señalado se ha cumplido, y el reino de Dios se ha acercado. Arrepiéntanse y tengan fe en las buenas nuevas.” (Mar. 1:15) Pero, ¿resultó la predicación de alcance nacional por los “esclavos” del Rey celestial en un arrepentimiento y conversión nacional y una aceptación del Hijo del Rey como el Mesías de categoría real? Fue casi al fin de la primera llamada de notificación que Jesús describió cómo había sido recibida esta llamada inicial. En su ilustración pasó a decir: “Pero ellos no quisieron.”
24. ¿Exactamente cuán tercos fueron en su no querer “los invitados,” y con qué suceso terminó la primera llamada?
24 Ah, sí, no había habido ninguna conversión nacional, ninguna aceptación en escala nacional de Jesucristo el Hijo del Rey como el Mesías al cual le esperaba un “banquete de bodas” real. Tan tercos fueron en su no querer, que indujeron al gobernador romano Poncio Pilato a darle muerte en el día de la Pascua de 33 E.C. Así Jesús murió como “el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo.” (Juan 1:29, 36) Su muerte como sacrificio humano perfecto resultaría en beneficio duradero para los “invitados” al “banquete de bodas” real del Rey. No obstante, esta muerte de sacrificio terminó la participación directa, personal, de Jesucristo en la obra de notificación. De este modo, terminó la primera llamada a “los invitados.”
25. (a) ¿Por qué no fracasó entonces el propósito de Dios de celebrar el banquete de bodas? (b) ¿Por qué todavía otorgó Dios reconocimiento a los que originalmente fueron “invitados” según el pacto de la Ley?
25 Entonces, ¿qué? ¿Fue completamente en vano que el Rey preparara el “banquete de bodas para su hijo”? ¿Estaba condenado al fracaso el banquete? No, no según el propósito de Dios el Rey. Dios Todopoderoso resucitó a su fiel Hijo Jesucristo de entre los muertos y lo ensalzó a un asiento real a la diestra de Dios en los cielos. (Hech. 2:32-36; Sal. 110:1, 2; Mat. 22:41-45) En la presencia de Dios el resucitado Jesús presentó el valor de su sacrificio humano como el Cordero de Dios, y esto puso fin al pacto de la Ley Mosaica con sus sacrificios animales subhumanos. A pesar de esta cancelación del pacto de la Ley y el establecimiento de un nuevo pacto con Jesucristo como Mediador, Jehová Dios el Rey todavía misericordiosamente otorgó reconocimiento a “los invitados al banquete de bodas” según el pacto de la Ley. Hizo esto debido a que eran la “casa de Israel” por nacimiento natural y la prole carnal, natural, del fiel patriarca Abrahán, el amigo de Dios.—Dan. 9:24, 27.
SEGUNDA NOTIFICACIÓN A LOS “INVITADOS”
26. ¿Cómo indicó el resucitado Jesús que habría de dárseles una segunda notificación a los invitados para que llenaran exclusivamente todos los lugares?
26 Jehová Dios el Rey tenía causa para sentir gran indignación contra la nación de “invitados,” pero dio a la nación otra oportunidad de ocupar exclusivamente todos los asientos en el “banquete de bodas para su hijo” que él se proponía. Les envió una segunda notificación, pero una final. Jesucristo indicó esa extendida misericordia de Dios a los invitados, cuando dijo a sus discípulos precisamente antes de su ascenso a los cielos: “Recibirán poder cuando el espíritu santo llegue sobre ustedes, y serán testigos de mí tanto en Jerusalén como en toda Judea y [primero tras de eso] en Samaria y hasta la parte más lejana de la tierra.”—Hech. 1:8.
27. ¿Cómo ilustró Jesús cuál sería la reacción de los invitados a la segunda notificación?
27 Jesús predijo en su ilustración la reacción que habría a esta segunda notificación por parte de la nación en general, diciendo: “De nuevo [el rey] envió otros esclavos, diciendo: ‘Digan a los invitados: “¡Miren! He preparado mi comida, mis toros y animales cebados están degollados, y todas las cosas están listas. Vengan al banquete de bodas.”’ Pero ellos, sin importarles, se fueron, uno a su propio campo, otro a su negocio comercial; pero los demás, echando mano a sus esclavos, los trataron insolentemente y los mataron.”—Mat. 22:4-6.
28. ¿Cuándo empezó la segunda notificación, y qué acusación por parte del Tribunal Supremo judío muestra que la nación de invitados estaba recibiendo la notificación?
28 Esta parte de la ilustración de Jesús empezó en el día del Pentecostés del año 33 E.C., cuando se derramó espíritu santo sobre los discípulos de Jesús que esperaban, y ellos empezaron a predicar las buenas nuevas del reino mesiánico de Dios en Jerusalén a los judíos y prosélitos circuncisos del judaísmo. El registro inspirado no dice cuántos centenares de miles de celebrantes de todas partes de la Tierra estaban allí en Jerusalén. Miles de celebrantes empezaron a oír las buenas nuevas acerca del resucitado Jesús el Mesías. No pasó mucho tiempo antes que el Tribunal Supremo judío dijera a los doce apóstoles de Jesucristo: “¡Miren! han llenado a Jerusalén con su enseñanza, y están determinados a traer la sangre de este hombre sobre nosotros.” (Hech. 5:27, 28) Indiscutiblemente, la nación de “invitados” estaba recibiendo la notificación, ahora por segunda vez.
29. ¿Cómo respondieron los invitados a la segunda llamada del rey, y qué registro muestra lo verídica que fue la ilustración de Jesús acerca de esto?
29 ¿Cómo respondió la mayoría masiva de la nación al segundo recordatorio que les envió el Rey celestial acerca de la invitación de ellos al “banquete de bodas” que ya estaba listo? ¡Con insulto al Rey y con desdén para su Hijo casadero, mostrando más interés personal en sus intereses materialistas que en dignificar al Rey por medio de presentarse en el banquete de bodas para Su Hijo! Hasta recurrieron al asesinato directo de los “esclavos” obedientes de él, los predicadores cristianos de las buenas nuevas del reino mesiánico de Dios. Basta con que uno lea el libro de Hechos de los Apóstoles, Hech. capítulos tres al nueve inclusive, para tener un registro histórico de lo verídica que fue la ilustración profética de Jesús relativa a esto.
30, 31. (a) ¿Cuándo terminó la segunda notificación? (b) En la ilustración, después que fue rechazada su segunda notificación, ¿qué hizo el rey?
30 No de otra manera, pues, aquella segunda notificación a los invitados tuvo fin, tenía que tener fin según la profecía. Lo tuvo en el año 36 E.C., tres años y medio después del martirio de Jesucristo en Jerusalén. ¿Cómo sucedió esto? La ilustración de Jesús representó cómo. Señalando al castigo que le vendría a la nación de “los invitados” por rechazar con deslealtad la invitación de su Rey celestial, Jesús dijo:
31 “Entonces el rey se airó, y envió sus ejércitos y destruyó a aquellos asesinos y quemó su ciudad. Luego dijo a sus esclavos: ‘El banquete de bodas por cierto está listo, pero los invitados no eran dignos. Por eso vayan a los caminos que salen de la ciudad, e inviten a cualquiera que hallen al banquete de bodas.’ Por consiguiente aquellos esclavos salieron a los caminos y reunieron a cuantos hallaron, tanto a inicuos como a buenos; y la sala para las ceremonias de bodas quedó llena de los que se reclinaban a la mesa.”—Mat. 22:7-10.
32. ¿Significa el orden de las palabras en la ilustración de Jesús que el rey dejó de hacer más arreglos para el banquete de bodas hasta después que hubiera mandado destruir la ciudad de los “invitados”?
32 Por este orden de las palabras de Jesús al dar los detalles de la ilustración, no hemos de entender que, antes que el rey prestara más atención al banquete de bodas, ordenó que sus ejércitos salieran a rendir servicio activo y los envió contra la ciudad donde vivían los “invitados” que no habían mostrado aprecio y “destruyó a aquellos asesinos y quemó su ciudad.” Si así fuera, esto significaría que el Rey celestial, Jehová Dios, no envió sus esclavos a recoger gente sin discriminación al banquete de bodas sino hasta tarde en el año 70 de nuestra era común, puesto que fue en el verano de ese año que Jerusalén fue arrasada por los romanos bajo el general Tito, hijo del emperador Vespasiano. Entonces, en realidad, aquellos “asesinos” fueron muertos. Como informa Flavio Josefo, 1.100.000 judíos perecieron en el asedio y destrucción de Jerusalén y 97.000 fueron llevados cautivos y se dispuso de ellos como esclavos.—Luc. 21:20-24; 19:41-44.
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El recogimiento de reemplazos para el banqueteLa Atalaya 1975 | 15 de mayo
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El recogimiento de reemplazos para el banquete
1. (a) ¿Cómo mostraron “los invitados” al banquete de bodas que “no eran dignos”? (b) ¿Qué hubiera significado para ellos el dejar sus intereses materialistas egoístas?
¿A QUÉ se debió que se diera muerte a los “asesinos” anticristianos en la destrucción de su ciudad santa, Jerusalén, y que se desbaratara su condición de nación judía en el año 70 E.C.? Se debió a que, como dijo el rey en la ilustración de Jesús, los que habían sido invitados al banquete de bodas “no eran dignos.” (Mat. 22:8) Los judíos habían probado esto al negarse insultantemente, irrespetuosamente, deslealmente y muchas veces violentamente, a obrar en armonía con la invitación del Rey celestial después de la segunda notificación procedente de Él. ¿Qué hubiera significado para ellos el dejar sus intereses materialistas egoístas e ir al “banquete de bodas” espiritual? Hubiera significado arrepentirse, no solo de no haber llegado a guardar el pacto de la Ley Mosaica, sino también de haber rechazado violentamente al Mesías procedente de Dios, y entonces bautizarse en agua como discípulos de Jesús como Mesías de ellos. Pero eran demasiado orgullosos, demasiado pagados de su propia rectitud, estaban demasiado ocupados con sus propios planes, y por eso resistieron abruptamente el satisfacer esos requisitos. Esto fue lo que sucedió en el caso de la nación de Israel en general.
2. (a) ¿Por qué no quedaron sin ser ocupados todos los lugares que había en el banquete de bodas al fin de la segunda notificación? (b) ¿Cuántos lugares pensaba el Rey llenar de individuos “dignos”?
2 ¿Significa esto que todos los lugares que había en el “banquete de bodas” quedaron entonces sin ser ocupados? ¡No, no todos ellos! El registro bíblico muestra que hubo algunos de los judíos “invitados” que respondieron después de la primera notificación y todavía otros judíos y conversos circuncisos judíos después de comenzar la segunda notificación en el día del Pentecostés del año 33 E.C. Pero éstos fueron pocos en realidad, en comparación con los muchos asientos que estaban disponibles en la sala del banquete de bodas. ¿Cuántos lugares pensaba llenar el Rey? Puesto que los que ocupaban dignamente los lugares de reclinarse a la “mesa” representaban a los que llegan a ser coherederos con el Hijo del Rey en el “reino de los cielos,” el Rey celestial Jehová pensaba llenar 144.000 lugares para que la “sala para las ceremonias de bodas” estuviera llena de individuos “dignos.” Lo que Jesucristo nos muestra en el último libro de la Biblia, Revelación, prueba ese punto. (Rev. 7:4-8; 14:1-3; 20:4-6) Ese número significa muchos lugares en la cena de bodas.
3, 4. (a) Según la ilustración de Jesús, ¿a quién o quiénes se había ofrecido la oportunidad de llenar exclusivamente 144.000 lugares? (b) ¿Podían ellos numéricamente llenar tantos lugares?
3 Según la ilustración de Jesús, Jehová el Rey presentó la oportunidad para que la nación entera de Israel que estaba en el pacto de la Ley suministrara suficientes individuos dignos para llenar todos aquellos 144.000 lugares. Ellos eran la “descendencia” carnal natural de Abrahán con quien Dios había hecho su pacto para que todas las familias del suelo fueran bendecidas por medio de aquella “descendencia.” (Gén. 12:3; 22:17, 18) El pacto de la Ley en el cual Dios los introdujo por medio de Moisés los ponía en vías de llegar a ser el “reino de sacerdotes” que Dios se proponía establecer bajo el Mesías, el Mediador mayor que Moisés. Ellos eran exclusivamente “los invitados” al banquete de bodas espiritual.
4 La nación de ellos en general o en conjunto pudo haber suministrado 144.000 judíos naturales que ocuparan los muchos lugares disponibles. La reserva judía para suministrar los candidatos que se necesitaban era lo suficientemente grande, pues sin duda contaba con millones de personas de entre los cuales sacarlos. ¡Pues, según Josefo, hubo 1.197.000 judíos en la celebración de la Pascua en Jerusalén en el año 70 E.C.! Y no todos los judíos esparcidos por toda la tierra habitada de entonces estuvieron allí en la Pascua.
5. (a) Aquellos de la “descendencia” carnal natural de Abrahán que respondieron a la invitación fueron considerados por Pablo como ¿qué? (b) No obstante, ¿había tantos lugares disponibles como hubo antes?
5 Así había muchos, los 144.000 en total, que estaban invitados de entre la “descendencia” carnal natural de Abrahán. Pero el cálculo bíblico muestra que solo unos cuantos de la descendencia natural de Abrahán obraron conforme a la invitación a ellos que estaba puesta dentro del pacto de la Ley. Aproximadamente en el año 56 E.C., el apóstol Pablo, judío convertido al cristianismo, calculó que el número de los judíos escogidos era meramente un “resto” de la nación de Israel. (Rom. 9:27-29; 11:5) No obstante, la presencia de este “resto” judío en la “sala para las ceremonias de bodas” dejó menos lugares disponibles que los muchos, el número completo de 144.000, que había disponibles cuando empezó la primera notificación en 29 E.C.
6. En la ilustración de Jesús, ¿cómo no dejó el rey que su bondadoso propósito fuera derrotado para deshonra de él?
6 Según la ilustración de Jesús, el tiempo se le estaba acabando al rey con relación al banquete de bodas que ya tenía listo. En vista de que tantos de los invitados no aceptaron, ¿cómo llenaría el rey la sala del banquete con convidados para debida honra de aquella ocasión? El que hubiera pocas personas en esta sala sería una deshonra para él, una derrota de su bondadoso propósito. Pero el rey no se dejaría derrotar. ¡Si los invitados originales no lo honraban con su concurrencia, entonces él llenaría con reemplazos los lugares que estaban en reserva para ellos! Prontamente antes de la destrucción de la “ciudad” de aquellos “asesinos,” el rey envió sus esclavos a lugares fuera de aquella ciudad, fuera de aquella comunidad, “a los caminos que salen de la ciudad.” De allí los “esclavos” del rey traerían los reemplazos, sí, “a cualquiera” que encontraran.
7. ¿Qué muestra si los esclavos del rey recogieron los reemplazos con una invitación que era de la misma clase que la invitación original?
7 A estas personas desconocidas, que no estarían en sus direcciones de alojamiento, los esclavos podrían persuadirlas a tomar un lugar en el banquete de bodas. Esto se llamaba una invitación, porque los que ahora eran recogidos no tomaban la iniciativa y ‘se metían’ por su cuenta en las festividades de la boda. Esos que ahora eran recogidos como reemplazos no eran invitados en el sentido en que lo habían sido los invitados originales. En la ilustración correspondiente que dio Jesús, en Lucas 14:15-24, cuando se llama a convidados por vez tercera y final, el amo de casa que da la “gran cena” dice a su esclavo: “Sal [es decir, más allá de la ciudad] a los caminos y a los lugares cercados, y oblígalos a entrar, para que se llene mi casa. Porque les digo a ustedes: Ninguno de aquellos varones que fueron invitados gustará mi cena.”—Luc. 14:23, 24.
8. ¿Quiénes eran estos a quiénes se recogió ahora, y cuándo y cómo empezó el recogimiento de éstos?
8 Esta obra de recoger a suficientes convidados de los “caminos” fuera de la “ciudad” de los invitados no empezó en 70 E.C., sino en el otoño de 36 E.C., siete años, o una “semana de años,” después del bautismo y ungimiento de Jesús, el Hijo del Rey celestial. (Dan. 9:24-27) El primer esclavo que fue enviado fue el apóstol Pedro, judío que había llegado a ser cristiano. Fue enviado a Cesarea, la capital provincial del gobernador romano Poncio Pilato, y allí predicó a gentiles incircuncisos, no judíos. Dios derramó espíritu santo sobre el centurión italiano que escuchó, Cornelio, y sobre sus amigos creyentes, después de lo cual el apóstol Pedro los bautizó. (Hechos 10:1 a 11:18 inclusive) Desde entonces en adelante este recogimiento de personas no judías incircuncisas ha continuado hasta dentro de este siglo veinte. Todos éstos son reemplazos.
9. (a) ¿A qué asemeja Pablo a Abrahán y sus descendientes carnales naturales? (b) ¿Por qué fueron desgajadas ciertas “ramas,” y cómo fueron reemplazadas?
9 Según la ilustración que dio el apóstol Pablo en el capítulo once de Romanos, los judíos naturales bajo el pacto de la Ley eran como las ramas naturales de un olivo. Este árbol tiene un número limitado de ramas. Estas eran los descendientes naturales del amigo de Dios, Abrahán, y, como tales, eran herederos naturales de la promesa y pacto de Dios a Abrahán. El patriarca Abrahán era el tronco de este olivo simbólico que tenía las raíces firmemente fijadas en aquella promesa y pacto de Dios. Pero lo que Dios quería era una “descendencia” espiritual de Abrahán, un Israel espiritual. Por lo tanto, cuando los judíos naturales que estaban invitados a llegar a ser un “reino de sacerdotes” rehusaron satisfacer los requisitos para esto, fueron desgajados del olivo simbólico; no fueron hechos herederos del “reino de los cielos.” Tuvieron que ser reemplazados, para que el olivo simbólico fuera uno que tuviera todas sus ramas. Para enfrentarse a esta emergencia, Dios misericordiosamente injertó en sus lugares a los gentiles creyentes, como ramas de un acebuche. Así Dios consigue su pleno Israel espiritual, la “descendencia” espiritual de Abrahán.
EL HOMBRE SIN “TRAJE DE BODA”
10. Deberíamos estar muy cerca del tiempo en que se cumpla ¿qué rasgo de la ilustración, y por qué?
10 Pues bien, después de toda la obra de recogimiento de los anteriores dieciocho siglos, deberían necesitarse comparativamente pocos reemplazos, o muchos menos, para el tiempo de este siglo veinte. Por eso no se recogería a muchos. Ahora desde el fin de los Tiempos de los Gentiles en 1914 y el comienzo del “tiempo del fin” desde entonces, deberíamos estar en el tiempo en que la “sala para las ceremonias de bodas” del Rey celestial debería estar llena. En la ilustración de Jesús se alcanza este punto, y él pasa a decir: “Cuando entró el rey para inspeccionar a los convidados [los que estaban reclinados] alcanzó a ver allí a un hombre no vestido con traje de boda. De modo que le dijo: ‘Amigo, ¿cómo entraste aquí sin tener puesto traje de boda?’ Él enmudeció.”—Mat. 22:11, 12.
11. ¿Por qué enmudeció el hombre sin traje ante la pregunta del rey?
11 El rey había suministrado un traje de boda que cada convidado había de usar en las festividades de las bodas, y por lo tanto no había excusa para que el hombre sin traje estuviera sin uno. Correctamente enmudeció, quedó sin poder hablar. Jesús en su ilustración no dice que el hombre se puso el traje para entrar y después se lo quitó. Más bien, el hombre rechazó el traje cuando el sirviente del rey se lo ofreció o le mostró el conjunto de trajes que tenía el rey para los convidados. El rey no le preguntó: ‘¿Por qué te quitaste el traje de boda?’ sino: “¿Cómo entraste aquí sin tener puesto traje de boda?” Él rehusó usarlo. No quiso usarlo en la mesa del banquete. No satisfacía los requisitos para estar allí a la mesa, y no le pertenecía estar allí. ¿A quién representa hoy?
12. ¿A quién, brevemente, representa el hombre sin traje, y qué dicen algunos comentadores de la Biblia que el “traje de boda” representa?
12 Representa a los que afirman que son cristianos piadosos pero que no se han puesto lo que fue representado por el “traje de boda.” Según los informes, esos trajes que el anfitrión suministraba gratis eran largas vestiduras de lino blanco, de modo que externamente todos los convidados estaban vestidos igualmente, prescindiendo de si uno fuera originalmente un invitado judío o un gentil a quien se hubiera recogido. Por eso, muchos comentadores de la Biblia remiten a Revelación 19:7, 8, donde dice lo siguiente acerca de la esposa del Cordero: “A ella se le ha concedido estar vestida de lino fino, brillante y limpio, porque el lino fino representa los actos justos de los santos.” De modo que se alega que el “traje de boda” representa la justicia que se le ha imputado al cristiano bautizado, su justificación.
13. ¿Por qué representa más que “justificación” el “traje de boda”?
13 Sin embargo, el traje de boda debe significar más que el que uno sea declarado justo por Dios por medio de la fe de uno en Cristo como el sacrificio de rescate. (Rom. 5:1, 9) Esa justificación o ese ser declarado justo ahora no es un fin en sí mismo; no es cosa que subsista sola ahora. Su propósito ahora es el de que el justificado sea adoptado por Dios el Justificador como su hijo espiritual y llegue a ser miembro de la “descendencia” espiritual de Abrahán y así miembro del Israel espiritual. Como tal, a este hijo adoptado de Dios se le introduce en el nuevo pacto mediado por el Hijo de Dios, Jesucristo. (Gál. 4:4-7; Rom. 8:16, 17; Luc. 22:19, 20) Por lo tanto, el “traje de boda” simboliza todo eso para el convidado arrepentido y bautizado que está en el banquete. De modo que es la identificación de uno como israelita espiritual, uno de la “descendencia” espiritual de Abrahán.
14. ¿A quién, pues, representó el hombre sin traje?
14 Puesto que el individuo solitario a quien el rey descubrió no llevaba puesto el traje de boda disponible, representó a la clase que no ejerció fe ni tomó la acción debida en armonía con la fe para ser declarada justa por Dios y adoptada como su hijo espiritual e introducida en el nuevo pacto que se hace con el Israel espiritual por medio de Cristo. No representa a cristianos que hayan sido ungidos con el espíritu de Dios y a quiénes se haya hecho coherederos con Cristo pero que resultan infieles a Dios y salen perdiendo en lo referente al reino celestial. Más bien, representa a los cristianos de imitación, de los cuales está compuesta hoy la cristiandad y que afirman y fingen que están a la “mesa” del banquete de bodas. Dios el Rey nunca los reconoció como quienes estuvieran allí con la identificación correcta, y por eso no los ungió con espíritu santo como herederos del Reino.
15, 16. (a) Tiene que venir el tiempo en que el Rey haga ¿qué? con respecto a la clase sin traje. (b) ¿Cuándo es que el Rey entraría para inspeccionar a los convidados?
15 Tiene que venir el tiempo en que Dios pondrá al descubierto lo malo de la afirmación y el fingimiento de estar a la “mesa” del banquete de bodas que ha hecho la cristiandad y de ejecutar juicio adverso en ella ante los ojos de todos los observadores. Dios el Rey hace esto cuando como el Arreglador del banquete de bodas para su Hijo ‘entra para inspeccionar a los convidados.’ Según la ilustración de Jesús, esto tiene que acontecer cuando “la sala para las ceremonias de bodas” está “llena.” (Mat. 22:10, 11) Al llenarse esta sala con suficientes convidados la obra de recogimiento por los esclavos del rey cesaría. Puesto que el recogimiento de los que han de ser “escogidos” se hace bajo la guía invisible de los ángeles de Dios, el Rey celestial entraría e inspeccionaría cuando la obra predicha por Jesús queda cumplida en la conclusión del sistema de cosas:
16 “Entonces aparecerá la señal del Hijo del hombre en el cielo, y entonces todas las tribus de la tierra se golpearán en lamento, y verán al Hijo del hombre viniendo sobre las nubes del cielo con poder y gran gloria. Y enviará sus ángeles con un gran sonido de trompeta, y juntarán a sus escogidos desde los cuatro vientos, desde un extremo de los cielos hasta su otro extremo.”—Mat. 24:30, 31.
17, 18. (a) Cuando se completara esa obra de recoger sería el tiempo para decidir ¿qué? respecto a la clase sin traje. (b) ¿Cómo muestra la ilustración de Jesús lo que se hará entonces con esa clase?
17 Este recogimiento de los “escogidos” se completaría poco antes de la “grande tribulación” que Jesús comparó con el diluvio de los días de Noé. (Mat. 24:21, 22, 37-41) Por eso, en ese tiempo de la inspección que hace el Rey celestial, ¿se tomaría a la clase representada por el hombre sin el traje de boda como uno de los “escogidos,” o se dejaría a esta clase para que compartiera en lo que les sucederá a “todas las tribus de la tierra” que se golpearán en lamento debido a la destrucción que viene? La clase que compone a la cristiandad no tiene excusa que pueda ofrecer al Rey por tratar de estar en el “banquete de bodas” sin el traje simbólico. Esa clase no puede ofrecer razón alguna para que se le permita disfrutar de las “ceremonias de bodas” y el “banquete.” Al tiempo de la inspección final, se halla ‘enmudecida’ a esa clase. ¿Cómo tratará el Rey a esa clase? La ilustración de Jesús lo muestra:
18 “Entonces el rey dijo a sus sirvientes: ‘Átenlo de manos y pies y échenlo a la oscuridad de afuera. Allí es donde será su llanto y el crujir de sus dientes.’”—Mat. 22:13.
19. ¿Adónde será echada esa clase, y de qué no podrá disfrutar?
19 De modo que a esta clase se le ata de tal manera que no puede de ninguna manera ofrecer resistencia. Así, se le echa a la “oscuridad de afuera,” afuera donde no hay alivio de la oscuridad por cosas como lámparas que iluminen los caminos. Allí, sin esclarecimiento de ninguna clase procedente de Dios, esa clase llorará y hará crujir sus dientes, en la “grande tribulación” en la cual la religiosa Babilonia la Grande y todo lo demás de este sistema de cosas serán destruidos. (Rev. 17:14-18) Esa clase será cortada del “reino de los cielos” y no tendrá parte alguna en la “cena de las bodas del Cordero” arriba en los cielos.—Rev. 19:9.
MUCHOS INVITADOS, POCOS ESCOGIDOS
20. ¿Con qué declaración acabaló Jesús su ilustración, y se refería ésta al hombre sin traje?
20 Para acabalar la ilustración y mostrar el detalle esencial de ella, Jesús dijo: “Porque hay muchos invitados, pero pocos escogidos.” (Mat. 22:14) Jesús no estaba diciendo esas palabras con referencia al hombre que fue echado, que no tenía el traje de boda que se requería.a Este hombre no era el rasgo principal de la ilustración. Ciertamente el hombre no representó lo que quedaba de los “muchos” invitados después que los “pocos” escogidos habían sido sacados. Correspondientemente, los “convidados” que llevan el traje de boda y que no son echados de la “sala para las ceremonias de bodas” no representan a los “pocos” que habían sido escogidos de la nación judía después que la vasta mayoría de todos los judíos “invitados” se habían excusado de asistir. ¿A quiénes, pues, se refirió Jesús al hablar de los “muchos” que habían sido invitados, y a quiénes al hablar de los “pocos” escogidos?
21. ¿Quiénes, pues, fueron los pocos a quienes se escogió, y compusieron ellos todos los “convidados” que se reclinan al “banquete de bodas”?
21 Los “muchos” invitados eran la nación judía que estaba en el pacto de la Ley, que ofrecía ayuda a los judíos para que llegaran a ser un “reino de sacerdotes” para Dios. Los “pocos” a quienes se escogió como dignos del “reino de los cielos” fueron el “resto” de judíos naturales que obraron en armonía con la notificación que dio el Rey celestial. Esos judíos dejaron atrás los intereses materiales mundanos, vinieron a la “sala para las ceremonias de bodas” y aceptaron del Rey el “traje de boda,” se lo pusieron y entonces se reclinaron a la “mesa.” Debido a que, para el año 36 E.C., meramente unos “pocos” (judíos) obraron en armonía con la notificación que envió Dios el Rey, a él se le hizo necesario enviar sus “esclavos” a más allá de la “ciudad” o comunidad judía con órdenes de traer reemplazos de entre los gentiles incircuncisos. Con el tiempo el resultado es una sala llena de convidados. De modo que los “pocos” que compusieron el resto judío fueron solo parte de los “convidados” que estuvieron en el banquete.
22. (A) ¿Cómo mostró Dios el Rey que había escogido a los “convidados” que tenían su traje? (b) ¿Qué tenía el propósito de mostrar la ilustración de Jesús acerca del banquete de bodas que el Rey se propuso celebrar?
22 Por eso, todos los “convidados” que están vestidos con el traje de boda representan más que solo al “resto” de judíos que llegaron a ser israelitas espirituales. En los “convidados” están también todos los fieles reemplazos gentiles. Dios indicó debidamente que escogía a todos estos “convidados” que tenían su traje al ungirlos con su espíritu santo por medio de su Hijo Jesucristo. La ilustración de Jesús en ningún lugar representa, y no tenía el propósito de representar, que un número desconocido de cristianos ungidos se harían infieles y resultarían indignos del “reino de los cielos.” La ilustración de Jesús tenía el propósito de mostrar que el Rey celestial lograría con buen éxito tener un “banquete de bodas” con concurrencia completa a pesar de las dificultades. Tendría un airoso “banquete de bodas” en cumplimiento de su propósito bondadoso.
23. ¿Hizo el Rey Jehová que sus “esclavos” trajeran demasiados “convidados” en perspectiva, o de qué manera procedió?
23 El Rey Jehová sabía desde el principio cuántos lugares para reclinarse tendría en la “mesa” del banquete. Por eso él no haría que sus “esclavos” trajeran demasiados “convidados” en perspectiva. Él haría que sus esclavos solo trajeran los que se necesitaban para llenar todos los lugares disponibles. A su tiempo debido hizo que sus “esclavos” trajeran un resto de los judíos que originalmente habían sido invitados. Después de eso mandó traer todos los reemplazos necesarios de entre todas las naciones gentiles incircuncisas. Gradualmente todos los lugares estarían ‘llenos.’
24. (a) ¿Qué cosa no muestra la ilustración de Jesús respecto al hombre que fue echado? (b) En el cumplimiento, ¿por qué no es necesario traer reemplazos para esa clase sin traje?
24 Hay una cosa que la ilustración de Jesús no muestra. ¿Qué? Que, después que el hombre sin el traje de boda fue echado, el rey enviara un esclavo a traer un reemplazo para aquel hombre. Ciertamente el rey no haría que un esclavo saliera afuera a la noche, “a la oscuridad de afuera” a la caza de un reemplazo para el hombre que fue echado. ¿Qué persona estaría en “los caminos” fuera de la ciudad a aquella hora de la noche? El rey aprueba a los convidados de bodas que tienen su traje (los que se reclinan), y el banquete ahora sigue con todos éstos y sin el hombre que no tenía el traje, que fue echado. En el cumplimiento de la parte final de la ilustración de Jesús hoy, no es necesario traer un reemplazo para la cristiandad y su muchedumbre religiosa. Ellos simplemente trataron de meterse hasta la mesa del banquete sin satisfacer los requisitos divinos. Su pretensión de estar allí falla.
25. (a) ¿Quién, pues, es el que llama o invita, y cómo? (b) ¿Cómo se indica que han sido escogidos, y qué se requiere de los escogidos?
25 Jehová el Rey es quien llama o invita. Como en el caso de Cornelio, el primer converso gentil al cristianismo, Dios primero lee el corazón de la persona a quien da atención. Entonces, debido a la actitud prometedora del corazón, Dios envía la ayuda necesaria al que muestra disposición de responder. Así éste recibe la instrucción bíblica acerca de la esperanza del reino celestial. Por consiguiente, no todos los centenares de millones de personas a quienes se predican “estas buenas nuevas del reino” están recibiendo por ello la invitación de Dios para que asistan al “banquete de bodas” espiritual. (Mat. 24:14; 28:19, 20) La mayoría está sencillamente recibiendo un “testimonio” acerca del Reino. Los verdaderamente “invitados,” que satisfacen los requisitos de Dios, son entonces “escogidos” cuando él los unge con espíritu santo para que sean coherederos de Jesucristo. (2 Cor. 1:21; 1 Juan 2:20, 27) Ahora que han sido escogidos así, tienen que mostrarse fieles hasta el fin.—Rev. 17:14; 2:10.
26. ¿De qué disfrutan en la actualidad los “convidados” escogidos que todavía están en la Tierra, y de qué disfrutarán los fieles después de la “grande tribulación”?
26 Hoy el mundo entero de la humanidad está en dificultades, en este “tiempo del fin” del sistema de cosas. Pero los “convidados” fieles escogidos en la brillantemente iluminada “sala para las ceremonias de bodas” disfrutan de los gozos y bendiciones de la aprobación del Rey. Después de apegarse firmemente a su integridad cristiana hasta pasar completamente a través de la “grande tribulación” que se avecina, que le da fin al sistema de cosas mundano, serán admitidos en la “cena de las bodas del Cordero” arriba en los cielos. (Rev. 19:7, 9) Puesto que compondrán la “novia” de Cristo, no hay duda de que a esto se debe que no se mencione a la novia del hijo del rey y no se le presente en la ilustración de Jesús.b Todos los 144.000 escogidos y miembros fieles de la congregación nupcial disfrutarán allí de la comida con su Novio.
COMPAÑERAS FIGURATIVAS DE LA NOVIA
27. ¿Con quiénes se asocia actualmente en la Tierra el resto de la congregación nupcial, y cómo honran éstos al Rey y a su Hijo el Novio?
27 Un casamiento y festividades de boda sugieren compañeras de la novia. Bueno, Salmo 45:13-15 indicó proféticamente que algunas estarían presentes. Hoy, cuando la congregación nupcial de Cristo se acerca al punto de estar completa, ellas se asocian con el “resto” de esa congregación. Por supuesto, estas figurativas compañeras de la novia no esperan ir al cielo con el “resto,” pero honran al Rey celestial y a su Hijo el Novio, y muestran debido respeto al resto de la congregación nupcial. Revelación 7:9-17 muestra que habría una innumerable “grande muchedumbre” de estos compañeros.
28. ¿A quién están ayudando actualmente los que componen la “grande muchedumbre,” y qué galardón recibirán por medio del Padre Eterno?
28 Ellos se regocijan con el desenvolvimiento de este hermoso rasgo del propósito de Dios, y dan ayuda amorosa al resto de la clase de la Novia. Reverentemente se unen a la adoración y servicio del Rey celestial en el palacio de su templo espiritual. De Él recibirán beneficios de vida eterna por medio de su Hijo el Novio como Padre Eterno de ellos. (Isa. 9:6, 7) Bendiciones sin fin serán de ellos en una Tierra paradisíaca bajo el reino del Hijo casado de Dios.
[Notas]
a “Esta declaración del versículo 14 es lo que se infiere de toda la parábola y no de la parte acerca del hombre que no tenía traje de boda.”—Página 104 de Barnes Notes on the New Testament, impresión de 1963. La Biblia de Jerusalén (1966) dice, en una nota al pie de la página sobre Mateo 22:14: “Esta sentencia parece corresponder a la primera parte de la parábola más bien que a la segunda. No se trata de los elegidos en general, sino de los judíos, los primeros invitados. La parábola no dice, pero tampoco excluye, que algunos ‘pocos’ de entre ellos hayan respondido y hayan sido elegidos.”
b Compare con la parábola de las diez vírgenes (Mat. 25:1-12) en este mismo sentido.
[Ilustración de la página 313]
En la parábola de Jesús el rey mandó que sus siervos echaran al hombre que rehusó usar el traje de boda. Este hombre representó a los cristianos de imitación, de los cuales está compuesta la cristiandad
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El arca de Noé no fue embarcación pequeñaLa Atalaya 1975 | 15 de mayo
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El arca de Noé no fue embarcación pequeña
● Es posible que a veces se piense que el arca que Dios le mandó a Noé que construyera fue una embarcación insignificante. (Gén. 6:14, 15) Pero no es así, dice un artículo reciente sobre barcos tanques descomunales: “El arca tuvo que ser una de las más grandes embarcaciones que han surcado los mares hasta días muy modernos, pues, a aproximadamente cuarenta y cinco centímetros el codo, medía 137,2 metros de largo, 22,9 metros de ancho y 13,7 metros de alto. Esta era más grande por mucho que la mayor parte de las famosas naves de madera construidas desde el tiempo de Noé y sobrepujó aun a muchos barcos primitivos de acero impulsados por vapor, lo cual califica a Noé como uno de los magistrales constructores de buques de todos los tiempos... aunque también ha de darse por sentado que recibió más que una pequeña ayuda de una fuente superior.”—Oil Lifestream of Progress, número tres, 1973.
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