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Viniendo al Oidor de la oraciónLa Atalaya 1975 | 15 de noviembre
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Viniendo al Oidor de la oración
“Oh Oidor de la oración, aun a ti vendrá gente de toda carne.”—Sal. 65:2.
1, 2. (a) ¿Qué invitación se extiende a todo el mundo? (b) ¿Es difícil que Dios oiga la oración? ¿La oración de quiénes oye él?
¿A QUÉ grado usted usa usted su facultad del habla? Usted ciertamente puede ser una excelente bendición a otros con la maravillosa facultad del habla. Pero, además, el Diseñador del habla y de la voz extiende la magnífica invitación de ir a él en oración. Los que sienten aprecio, a su vez, aceptan esta invitación y elevan su voz en alabanza agradecida y petición al Hacedor del lenguaje.—Sal. 150:6.
2 Al orar usted a Dios, cuyo nombre es Jehová, el ambiente a su alrededor pudiera estar zumbando con el sonido de otras voces, de música o de ruidos de diversas clases. No obstante, el que hizo posible el habla puede descifrar las oraciones de los que aceptan su invitación de acercarse a él con sus peticiones. El oír de él no depende de las ondas del sonido, y no le presenta un problema el que las ondas del aire se congestionen con charla vacía de impíos. Tocante a que Dios puede escuchar, se nos asegura: “El deseo de los mansos ciertamente oirás, oh Jehová. . . . Prestarás atención con tu oído.”—Sal. 10:17.
3. ¿Hay una vía apropiada para orar? ¿Cómo lo sabe usted?
3 La oración es una práctica religiosa popular en todo el mundo, y hay una multitud de nociones en cuanto al procedimiento pertinente. Es posible que usted se encuentre entre estas muchas personas que han orado, y sin embargo se haya preguntado si está utilizando la manera o vía apropiada de acercamiento al Dios verdadero. Obviamente, hay una vía reverencial para el hablar con él. Como Dios comunicativo que siente gran amor, él ha suministrado amplia información en su Palabra inspirada para gente de todo fondo de circunstancias nacional sobre cómo pueden llegar a conocer la vía correcta y respetuosa para ‘acercarse a Dios’ en oración.—Sant. 4:8.
4. ¿Cuáles son algunos de los requisitos necesarios para que Dios oiga las oraciones?
4 Cuando usted ora, no está hablando simplemente con alguien, sino a “la Majestad en los cielos.” (Heb. 8:1) Tan solo esto enfatiza la necesidad de que uno reconozca su estado de imperfección. La sinceridad y la fe también se pueden alistar entre los requisitos. Note, en las palabras de Jesús, lo estrechamente que se conectan la fe y la oración: “Por eso les digo: Todas las cosas que oran y piden tengan fe de que pueden darse por recibidas, y las tendrán.” (Mar. 11:24) Al esforzarse usted por explicar en pensamiento y palabra cosas que le interesan, hágalo con “todo [su] corazón.”—Sal. 119:145.
LA VÍA DE ACERCAMIENTO
5, 6. (a) ¿A quiénes permitió Jehová previamente que le oraran? (b) ¿De qué manera le fueron contestadas sus oraciones a Cornelio?
5 “Gente de toda carne” y de todo origen nacional puede venir a Dios al discernir que necesita ayuda espiritual. Hasta cuando la nación de Israel era ‘propiedad privada’ de Dios, los extranjeros también podían acercarse a Jehová. Podían venir y orar hacia la casa de Jehová en Jerusalén, con seguridad de que Dios escucharía desde los cielos. (2 Cró. 6:32, 33) En el hogar de Cornelio, el apóstol Pedro reconoció ese hecho, diciendo: “Dios no es parcial, sino que en toda nación el que le teme y obra justicia le es acepto.”—Hech. 10:34, 35.
6 Cornelio era un hombre de las naciones, “oficial del ejército . . . hombre devoto y que temía a Dios,” pero un hombre que expresaba su fe. ¡Imagínese el gozo que tuvo Cornelio cuando un ángel le aseguró que sus oraciones y dones de misericordia le habían traído una respuesta favorable de Dios! Recibió con regocijo el testimonio que Pedro dio, y él y su casa se bautizaron.—Hech. 10:1-4.
7. ¿A quiénes concede conocimiento Dios?
7 Como Cornelio, hoy los que espiritualmente se están muriendo de hambre deberían estar buscando a tientas a Dios de modo similar y esforzándose con solicitud por hallarlo. (Hech. 17:27) Deberían estar esforzándose con solicitud por conocer su voluntad y lo que Dios requiere de la persona que ha de agradarle. A su vez, Dios es benévolo y misericordioso, y concede ese conocimiento en respuesta a los que tienen un corazón inclinado hacia la justicia y que expresan fe sincera.
8. (a) ¿Qué provisión ha hecho Jehová para que vengamos a él? (b) ¿Por qué pidió Jesús que la oración se hiciera en su nombre?
8 Para comunicarse prestamente con el Padre celestial, uno tiene que aceptar a Cristo Jesús como Señor. La paz con Dios solo puede venir por medio del camino señalado, la provisión del rescate por el Señor Jesús. (Mat. 20:28; 1 Tim. 2:5, 6) Él es la provisión para acercarse a Dios en oración y para obtener reconciliación con él. Jesús declaró correctamente: “Nadie viene al Padre sino por mí.” (Juan 14:6) Él es el “ayudante” que desempeña un papel vital en que tengamos acceso al Oidor de la oración. (1 Juan 2:1, 2) Por lo tanto, el camino o vía para venir a Dios tiene como base los servicios oficiales de Cristo como sumo sacerdote así como el rescate que suministró para la humanidad. El que pidamos en su nombre y vengamos al Padre se hace, por lo tanto, en reconocimiento del puesto que Dios le ha dado a Jesús como “Agente Principal de la vida.” No necesitamos ningún otro intermediario cuando dirigimos nuestras oraciones a Dios.—Hech. 3:15; Juan 14:13, 14; Heb. 10:19-22.
9. Si esperamos que Dios oiga nuestras peticiones, ¿cómo debemos orar?
9 A todo tiempo debemos presentar nuestras peticiones a Dios con la confianza del que tiene libertad para hacerlo. Esto es excelente, pero debemos recordar que él no tiene que contestarlas todas, ni está bajo ninguna obligación de hacer eso. ¿Por qué debería escuchar o contestar oraciones que no estuvieran a favor de sus intereses o los intereses de su pueblo, o que quizás hasta fueran para daño del que estuviera pidiendo? Él no obra contra sus propios propósitos ni contra las personas que lo adoran. Para que se conceda cierta petición, ésta tiene que agradar al Oidor de la oración. Esto muestra que es necesario que pidamos de acuerdo con la voluntad de Dios si esperamos que él preste oídos a nuestras oraciones, tal como está escrito: “Esta es la confianza que tenemos para con él, que, no importa qué sea lo que pidamos conforme a su voluntad, él nos oye.” (1 Juan 5:14) Un conocimiento de su voluntad debe gobernar el contenido de nuestras peticiones a él.
ORE CON FE
10. ¿Por qué se necesita fe para hablar franca y libremente con Dios?
10 El entero derrotero de la vida de un cristiano verdadero está controlado por la fe, y esto hace que pueda vencer obstáculos en su servicio a Dios. Lo mismo sucede cuando se trata de la oración: el creer que hay un Dios verdadero y vivo que puede oír y sí oye las oraciones conduce a que hablemos franca y libremente con él. De hecho, es importante que tengamos plena fe en que ‘Dios existe y que es remunerador de los que le buscan encarecidamente.’ (Heb. 11:6) Aquel que lo conoce todo mejor y que más interés tiene en otros siempre está informado de nuestras necesidades, aunque varíen extensamente para gente que vive en diferentes partes del mundo. En sentido figurado ‘Jehová está cerca de todos los que lo invocan con fe,’ y responde con celeridad a la necesidad de ayuda de ellos.—Sal. 145:18.
11. (a) ¿Conoce Dios nuestras necesidades? (b) Entonces ¿por qué deberíamos orar acerca de ellas?
11 Al invocar a Aquel cuyos oídos están abiertos a las oraciones de los justos, se nos recuerda que él está completamente informado de lo que necesitamos aun antes que pidamos. Con relación a alimento, bebida y ropa, su propio Hijo declaró: “Su Padre celestial sabe que ustedes necesitan todas estas cosas.” (Mat. 6:32) Pero aunque Dios tiene todo el conocimiento de estas cosas y está al tanto de ellas, desea que le pidamos con relación a nuestras necesidades y carencias. En vista de su invitación permanente para que vayamos a él, sería mostrar falta de aprecio el adoptar el punto de vista de que no deberíamos molestarlo pidiéndole las cosas que necesitamos cotidianamente. Como guardián del hombre, el “Dios que ve” tiene sus ojos sobre los buenos así como sobre los malos en la Tierra, y no ha abandonado a los que lo aman, de modo que se vean obligados a resolver todos sus problemas por sí solos. De hecho, Jehová Dios con seguridad disfruta de escuchar a los que confían en él, al decirle ellos en sus propias palabras que lo reconocen como su Padre y refugio, y la fuente de su fuerza.—Gén. 16:13; Sal. 46:1; Pro. 15:3.
12. (a) ¿Cómo consideran algunos incorrectamente la oración? (b) ¿Por qué, sin embargo, es provechoso orar?
12 Los que tienen poca fe quizás consideren a Dios como uno que se ha ausentado y ha dejado a la humanidad por su propia cuenta. O quizás piensen que la oración es solo una manera de engañarse uno mismo. Otros quizás piensen que es una ayuda o muleta psicológica para mantenerlo a uno en un estado de ánimo apacible, en el cual los pensamientos de uno corren por conductos espirituales. Sin embargo, hay mucho más envuelto en ello que solo una experiencia emocional. Uno no se está hablando a uno mismo, sino que se está dirigiendo al Padre celestial viviente, que puede “hacer más que sobreabundantemente en exceso de todas las cosas que pedimos o concebimos.” (Efe. 3:20) Cuando hay que tomar decisiones, grandes o pequeñas, es el espíritu y la dirección de Jehová lo que puede revelar por qué camino ir. Aunque Dios es autosuficiente, pues no carece de nada, ve con gran empatía o sintonía afectiva las necesidades de su pueblo, y les extiende la invitación ‘de echar todas sus inquietudes de la vida cotidiana sobre él, porque él se interesa por ellos.’—1 Ped. 5:7.
LA ORACIÓN DA RESULTADOS
13. ¿Cómo le dio resultados la oración a Elías?
13 Fue por medio de un profeta de Israel que se ilustró la fuerza y efectividad de la oración. Después de anunciar el fin próximo de una larga sequía que le había venido a Israel, Elías oró en la cumbre del monte Carmelo que lloviera nuevamente. Desde aquel sitio su servidor vio contestada la oración... primero una nubecita, precursora de la lluvia, y entonces el aguacero que vino después. El escritor bíblico Santiago, al llamar atención a ese acontecimiento de la historia, comenta sobre el hecho de que Jehová puede contestar las oraciones de sus siervos que oran en armonía con su propósito. Leemos: “El ruego del hombre justo, cuando está en acción, tiene mucho vigor.”—Sant. 5:16-18; 1 Reyes, capítulos 17, 18.
14. ¿Por qué debe uno ser persistente en orar por lo que necesita?
14 El Padre de la familia humana ha arreglado que todos se mantengan en comunicación con él, día y noche, como uno que verdaderamente se interesa en el bienestar y felicidad de todos. Los padres aprecian el que sus hijos acudan a ellos a todo tiempo por lo que necesitan; tanto más sabe Jehová cómo proveer lo necesario a los que son persistentes en sus peticiones a él. Comunicando el mismo punto, Jesús dio a sus discípulos una ilustración “respecto a lo necesario que les era orar siempre y no desistir.” (Luc. 18:1-8) El solicitar repetidamente lo que uno necesita muestra el interés de uno, y cuando sus oraciones son contestadas su persistencia se ve remunerada.
15. ¿De qué valor es la oración durante oposición?
15 Tarde o temprano, los estorbos que se presentan a la diseminación de las buenas nuevas invariablemente afectan a los portadores de éstas. El resultado puede ser sufrimiento y persecución, tal como en el caso de Cristo Jesús, que experimentó esas cosas. Está escrito: “Todos los que desean vivir con devoción piadosa en asociación con Cristo Jesús también serán perseguidos.” (2 Tim. 3:12) Sin embargo, la oración y el ruego a Dios, junto con amor a él y confianza en él, son una ayuda a los testigos cristianos de Jehová en su derrotero de fidelidad, venga lo que venga. (Sal. 34:15) El consejo de Romanos 12:12 es: “Perseveren bajo tribulación” y, al mismo tiempo, “persistan en la oración.”
16, 17. (a) ¿Cómo podemos mostrar interés en nuestros hermanos bajo persecución? (b) ¿Qué, a su vez, muestra esto por parte del peticionario?
16 De vez en cuando se imponen proscripciones para estorbar la predicación de las buenas nuevas, y esto resulta en casos jurídicos, persecuciones y a veces en condenas en prisión para los predicadores. Cuando nos enteramos de esas cosas nos compadecemos mucho de nuestros hermanos que permanecen firmes, que no transigen ni siquiera para tener alivio temporal. La espléndida posición de ellos a favor de la justicia mientras están bajo presión puede fortalecernos, y, a la vez, nuestras oraciones pueden estimularlos y ayudarlos a ellos. Sí, es apropiado orar por los que están en posiciones gubernamentales a fin de que los cristianos sigan llevando su vida y actividad cristianas sin estorbo.—1 Tim. 2:1, 2.
17 Cuando nuestros hermanos están en dificultades, como en un notorio caso jurídico, entonces nuestro interés se puede reflejar en la persistencia con la cual oramos por ellos. Es patente que Dios permite que los peticionarios desplieguen la profundidad de su amor, lo genuino de sus motivos, cuando solicitan socorro. Ni la distancia ni muros de prisión hacen ineficaz su ruego. No hay duda en cuanto a ello: las Escrituras muestran que el persistir en la oración puede resultar en socorro para los que están en circunstancias deplorables.—2 Cor. 1:8-11.
PACIENCIA Y PERSEVERANCIA EN LA ORACIÓN
18. ¿Por qué es vital la paciencia con relación al orar?
18 Pero siempre tenemos que reconocer que es necesario esperar en Jehová, que él conteste las oraciones con relación a proscripciones y persecución. La aparente demora a veces por parte de Dios no debe considerarse desde el punto de vista de que él no pueda obrar a favor de los que ama. Posiblemente no sea su tiempo para traer una victoria en los tribunales judiciales o socorro de otras maneras, porque se pudiera dar un testimonio aun mayor para el reino de Dios si el socorro viene después. Nunca llame “lento” a Dios, sino reconozca que él tiene su ‘debido tiempo’ para todo. En el ínterin, puede suministrar protección angelical. También se puede sacar consuelo de esto que el apóstol Pedro dijo: “Jehová sabe librar de la prueba a personas de devoción piadosa . . . No es lento Jehová respecto a su promesa, según lo que algunos consideran lentitud.” (2 Ped. 2:9; 3:9) Sí, ciertamente el Oidor de la oración puede fortalecer a los que son pacientes y que son persistentes en hacer su voluntad.
19. (a) ¿Debemos orar que Dios impida la persecución? (b) ¿Qué puede hacer siempre Jehová si opta por hacerlo?
19 El poder de la oración intercesora a favor de otros no debe ser pasado por alto, sea que la ofrezca un individuo o la ofrezcan muchos. El puro peso del número de personas que oren no obliga a Jehová a entrar en acción. El ruego de los que piden es que se efectúe la voluntad de Jehová, y el interés unido y amoroso de ellos está en que reciban ayuda y protección sus compañeros que predican las buenas nuevas. Tal vez la voluntad de Dios sea traer socorro de una manera que no prevén los que están envueltos en la situación. Con confianza aténgase a este hecho: ¡Jehová respaldará a los que mantengan la integridad en medio de dificultades!
20. ¿Debemos pensar alguna vez que nuestros ruegos por otros son en vano?
20 Por eso, nunca debe uno pensar que sus ruegos son en vano o que quizás no haya orado exactamente de la manera correcta para ayudar a los que estuvieran siendo perseguidos. Lo que Dios haga en respuesta será lo que, de haberlo sabido nosotros, deberíamos haber pedido. (Rom. 8:26, 27) Todos debemos abrigar la confianza de que a través de los siglos el poder de Jehová no ha disminuido y él no ha ensordecido, de modo que no pueda oír las oraciones de sus adoradores.
FRANQUEZA EN LA ORACIÓN
21. (a) ¿Por qué no debería uno retraerse de la oración? (b) ¿Qué excelentes cualidades atraen a uno a Jehová?
21 La persona en quien el amor a Dios alcanza su plena expresión se acerca a él con la libertad del que puede ir a él con plena confianza. ¿Por qué se retraería alguien de hacer una oración de gracias, alabanza o petición a un Dios de tantas cualidades maravillosas, entre ellas la misericordia, la gran paciencia y la bondad amorosa? (Sal. 36:7) Al obtener discernimiento de estas cualidades de Su personalidad, la gente imperfecta debería revestirse de valor para venir a Jehová, el “Dios de la gloria,” en cuanto a cualquier tema y pedir ayuda en cuanto a efectuar su voluntad divina. (Hech. 7:2) Viviendo como lo estamos en medio de un mundo frío, egoísta, ¡cómo nos refresca el acercarnos y orar a un padre que es compasivo y tiene misericordia de nosotros cuando estamos en dificultades o en alguna desventaja! Como él mismo le declaró a Moisés: “Jehová, un Dios misericordioso y benévolo, tardo para la cólera y abundante en bondad amorosa y verdad.”—Éxo. 34:6.
22. ¿Cuál es una razón adicional para venir franca y libremente a Jehová?
22 Hay más razón también para que nos acerquemos a un Dios así con franqueza de expresión al orar desde que nos enteramos del papel que desempeña Cristo Jesús en este arreglo. El apóstol Pablo enfoca nuestra atención en él con estas palabras de Hebreos 4:15, 16: “Porque no tenemos como sumo sacerdote a uno que no pueda condolerse de nuestras debilidades, sino a uno que ha sido probado en todo sentido igual que nosotros, pero sin pecado. Acerquémonos, por lo tanto, con franqueza de expresión al trono de bondad inmerecida, para que obtengamos misericordia y hallemos bondad inmerecida para ayuda al tiempo oportuno.” Sabiendo que pasó por las mismísimas cosas que nosotros tenemos que afrontar y aguantar, apreciamos lo comprensivo que puede ser y la ayuda que puede ser para nosotros a medida que nosotros, criaturas pecaminosas, nos esforzamos por reconciliarnos con Dios por medio de él como nuestro redentor y mediador.—Heb. 7:25.
23. (a) ¿Por qué se consideró Jesús en posición de hablar con toda libertad con su Padre? (b) ¿Especialmente en qué ocasiones oró?
23 Jesús se consideró en posición de comunicarse con toda libertad con su Padre que estaba en el cielo cuando él estuvo en la Tierra. En aquel tiempo en que estaba muy alejado de la presencia de Jehová, podemos imaginarnos lo mucho que disfrutaba Jesús de hablar con Dios por medio de la oración. Tenía asuntos importantes acerca de los cuales hablar con Dios, y por lo tanto iba a lugares solitarios que se prestaban a la meditación. Todos los relatos del Evangelio revelan a Jesús como un hombre de oración... en su bautismo estuvo orando, también cuando alimentó a multitudes; nuevamente antes de escoger a sus apóstoles; también en la cena del Memorial, y en el madero de tormento. En estas ocasiones y otras Jesús estuvo comunicándose con su Padre celestial. En todas las cosas quería agradar a su Padre y efectuar la voluntad de su Padre, no la suya. (Juan 5:30) Prosiguió con su trabajo asignado, sabiendo que sus ruegos y peticiones recibían audiencia favorable. (Heb. 5:7-10) Jamás transigió para evitar persecución, sino que llevó un derrotero de vida de integridad, en el cual sostuvo la soberanía de Jehová. Como resultado de esto, hasta las criaturas celestiales lo proclamaron digno de la honra y gloria que había alcanzado.—Rev. 5:11, 12.
24. Para hacer próspero nuestro camino, ¿qué podemos hacer?
24 ¡Qué excelente ejemplo para ser seguido por todos los cristianos, este Caudillo y Amo que hizo próspero su camino mediante la oración! Todos los que quieren ser prósperos como él lo fue deben copiar el ejemplo de este que estuvo tan deseoso de hacer diariamente lo que su Padre quería que hiciera. El hablar a Dios desde el corazón, pidiendo la fuerza y respaldo necesarios para hacer la voluntad divina, ayuda al peticionario a andar y hablar de manera agradable al Creador. El acercarnos a Dios, implorarle con espíritu de dependencia, y buscar su dirección puede ser un alivio refrescante para nosotros. Se nos anima a echar todas nuestras inquietudes sobre Dios. (1 Ped. 5:7) El consejo de Jesús, como usted recuerda, fue orar y no desistir de pedirle a Dios todo lo que necesitemos.—Luc. 18:1-7.
CONTINÚE ORANDO
25. ¿Cómo puede uno mostrar una actitud de espera?
25 El dar la evaluación apropiada al comunicarse con Jehová ayudará al suplicante a adherirse a un derrotero de justicia, mientras que al mismo tiempo no esperará una respuesta espectacular a toda petición. De hecho, quizás sea necesario que uno ejerza mucha paciencia cuando experimenta una prueba o castigo, mientras espera una respuesta. Uno jamás debe desestimar el poder de la oración, sino, más bien, debe mostrar una “actitud de espera” con expectativa confiada, como la que expresa el profeta Miqueas, de que “mi Dios me oirá.”—Miq. 7:7.
26, 27. (a) ¿Cómo puede uno mostrar fe en el poder de la oración? (b) El amor de uno a Dios debe moverlo a hacer ¿qué?
26 Si uno ha cometido alguna maldad, no es hora entonces de dejar de implorar el favor de Dios, como si uno pensara que no califica para orar. Uno no debe ‘encubrir’ sus transgresiones. (Pro. 28:13) Si quiere misericordia, dígale a Jehová su Dios cuánto siente lo que hizo, quizás sin pensar en lo que hacía en aquel instante. Después de haber corregido el asunto al grado sumo de su habilidad, muestre que tiene fe en el poder de la oración y en que Dios está dispuesto a perdonar, y pídale disculpas. Así puede demostrar confianza en que Jehová oye sus clamores por ayuda y entiende lo que usted en realidad necesita.—Sal. 5:1, 2.
27 ¿Entiende usted completamente la importancia de la invitación que se extiende a gente de toda carne para que venga al Oidor de la oración? Si uno siente a cierto grado temor o miedo de acercarse a Dios, ¿no es eso demostrar cierta falta de amor a él, hasta falta de aprecio por la provisión del rescate? Ciertamente las imperfecciones de uno no deben ser un elemento que disuada a uno de acercarse con presteza al Creador amoroso. De hecho, el amor de uno a Dios debe mover a uno a expresarse con franqueza y libertad a su Creador misericordioso.—1 Juan 4:16-18.
28. (a) ¿Cómo pueden ser una bendición para usted los hombres de mayor edad? (b) ¿Qué ejemplo hay de un individuo de pecados crasos que le pidió a Dios que tuviera misericordia de él?
28 Sin embargo, puede suceder que se produzca una pérdida de confianza al invocar la ayuda de Jehová. Posiblemente una mala conciencia o algo que haya salido mal en su vida le haya dado un sentimiento negativo de desmerecimiento. En una situación de esa índole hay grave peligro si se desatiende el pedirle ayuda a Dios. ¿Por qué complicar el asunto cesando de orar? Para los que se retraen de venir a Dios por su propia cuenta y de hablarle franca y libremente, las oraciones intercesoras de los hombres de mayor edad de la congregación pueden ser una bendición. Estos hombres capacitados de la congregación están para ayudarlo a usted si pensara que una “masa de nubes” obstruye su acercamiento a Dios y estorba el paso de sus oraciones. (Lam. 3:44) Fue tocante a orar unos por otros que Santiago escribió: “El ruego del hombre justo, cuando está en acción, tiene mucho vigor.” (Sant. 5:16) Esta forma de pedir ayuda es un arreglo amoroso de consejo y oración para los que titubean en cuanto a abrir su corazón por su propia cuenta ante el Dios que es absolutamente justo, bueno y santo. Por otra parte, el pecador que personalmente se acerca a Dios puede ser verdaderamente bendecido al implorar de Dios misericordia. Esto funcionó para el rey Manasés de Judá. Él siguió orando, y finalmente su petición fue oída.—2 Cró. 33:12, 13.
29. ¿Por qué debe toda persona ser honrada en sus oraciones?
29 A todos nos es provechoso ser francos y honrados con Jehová Dios si queremos que él nos conceda nuestras peticiones. ¿Por qué trataría alguien de ocultar algo de él? Él hasta ‘conoce el corazón de todos.’ Por eso nunca trate de engañarlo. (Hech. 1:24; Jer. 17:10) En sus oraciones sea específico, franco, y reconozca los pecados y errores que haya cometido contra su Padre celestial. Tenga el profundo aprecio que tuvo el leal David y pídale a Dios que lo escudriñe completamente y conozca su corazón. Ruéguele que preste oídos a su oración y preste atención a sus súplicas. (Sal. 139:23; 86:6) Recuerde: la oración del justo le es un placer. De modo que piense en las muchas razones por las cuales usted debe seguir orando franca y libremente, esperando confiadamente que Dios lo oiga y le ayude.—Pro. 15:8.
30. ¿A quién debe usted venir sin reserva?
30 Hay Uno al que usted puede venir sin reservas. Es el “Oidor de la oración.” Por eso, ¿por qué no hacerlo feliz a medida que usted por ‘oración y ruego junto con acción de gracias da a conocer sus peticiones a Dios’? (Fili. 4:6) Al proceder así usted puede adelantar, experimentando el amor que Dios les tiene a los que vienen a él.
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Sea constante en la oraciónLa Atalaya 1975 | 15 de noviembre
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Sea constante en la oración
“Todo leal orará a ti.”—Sal. 32:6.
1, 2. (a) ¿Por qué debe uno comunicarse con Dios? (b) ¿Cómo despliega uno preferencia por la voluntad de Dios?
EN ESTA era moderna la mayoría de las personas parecen tener poco tiempo, o ninguno, para Dios. Se presentan muchas excusas en cuanto a por qué no lo consideran en su vida cotidiana. Sin embargo, si uno alega servir al Dios vivo y verdadero, entonces debe comunicarse lealmente con él, acudir a él como aquel a quien se ha de servir y obedecer en todo.
2 Especialmente después que uno se ha comprometido a servir a Jehová Dios uno debe tomar en serio la oración. En vez de considerarla como un deber, uno debe disfrutar de ella como de un privilegio. Con la preferencia de efectuar la voluntad de Dios y una sumisión teocrática a ella, uno orará: “Hazme conocer tus propios caminos, oh Jehová; enséñame tus propias sendas. Hazme andar en tu verdad y enséñame, porque tú eres mi Dios de salvación.”—Sal. 25:4, 5.
SINCERIDAD EN ORACIÓN
3. ¿Cómo podemos ser sinceros en nuestras peticiones a Dios?
3 Hay sinceridad envuelta en hablar con el Altísimo si uno espera que él preste atención a las peticiones de uno. Con toda seriedad y en plena posesión de nuestros sentidos, tenemos que ser honrados en la justipreciación de nosotros mismos. Para ser leales a los caminos justos de Dios, no encubriremos
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