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Por qué necesitamos el reino de JesucristoLa Atalaya 1976 | 15 de abril
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invisibles que han sido las mentes directoras de estos gobiernos políticos. Pero ¿qué son esas inteligencias sobrehumanas invisibles? La ciencia moderna no creerá lo que decimos cuando contestamos: Satanás el Diablo y sus ángeles demoníacos. Pero que sea a Jesucristo mismo, no a la ciencia moderna, a quien se halle veraz. Él dijo que Satanás el Diablo es “el gobernante de este mundo.” Ciertamente Jesucristo, enviado por Dios desde el cielo, debe conocer la realidad.—Juan 12:31; 14:30.
14. ¿Qué gobierno será lo suficientemente poderoso como para desalojar a Satanás y sus demonios de la posición que han ocupado sobre los habitantes de la Tierra, y cómo?
14 Además, en la visión que el glorificado Jesucristo le transmitió al apóstol cristiano Juan él señaló que Satanás el Diablo es quien “está extraviando a toda la tierra habitada.” (Rev. 12:9) De modo que se requerirá un gobierno espiritual celestial para sacar a Satanás y sus ángeles demoníacos de su posición de control sobre todos los habitantes de la Tierra. El reino de Jesucristo es precisamente un gobierno celestial de esa índole con suficiente poder para traerle este alivio a la humanidad. Por eso, también, es que necesitamos ese reino. Después que resulte victorioso en la guerra peleada en Har-Magedón, ese reino hará que Satanás el Diablo y todos sus ángeles demoníacos sean aprisionados en un abismo bien lejos de la vecindad de nuestra Tierra. El aprisionamiento de ellos durará por los mil años del reino de Cristo.—Rev. 19:11 a 20:3 inclusive.
15. ¿Cómo representa Revelación los beneficios dadores de vida que abundarán para todos los que estén en la Tierra bajo el reino de Cristo?
15 Durante este reino milenario de Jesucristo, beneficios dadores de vida fluirán como un río a toda persona en la Tierra por la cual él dio su vida como Cordero de sacrificio. Esto se pinta hermosamente en el último capítulo 22 de Revelación. En éste el apóstol Juan muestra la fuente de las provisiones que se hacen para la vida eterna de la familia humana. Juan dice: “Y [un ángel de Dios] me mostró un río de agua de vida, claro como el cristal, que fluía desde el trono de Dios y del Cordero por en medio [del] camino ancho [de la ciudad]. Y de este lado del río y de aquel lado había árboles de vida que producen doce cosechas de fruto, dando sus frutos cada mes.”
16. ¿Cuál es la fuente de todos esos beneficios dadores de vida, y cómo se encargará el Reino de que no haya más maldición sobre la humanidad?
16 Entonces, para mostrar que esas bendiciones tienen como fuente el trono real de Dios y del Cordero Jesucristo, el apóstol Juan añade estas palabras: “Y ya no habrá ninguna maldición. Pero el trono de Dios y del Cordero estará en la ciudad, y sus esclavos le rendirán servicio sagrado.” (Rev. 22:1-3) El reino de Dios por Cristo es para bendecir a la humanidad, y no para que les venga maldición. El Hijo de Dios, Jesucristo, se encargará de que los asuntos en la Tierra se efectúen en justicia de modo que resulten en bendiciones.
LOS MUERTOS HUMANOS NECESITAN EL REINO
17. ¿Quiénes serán los primeros que participarán de esas provisiones dadoras de vida, pero por qué habrá otros participantes?
17 Los primeros que participarán de esas provisiones dadoras de vida que vienen del trono de Dios por medio de Cristo serán los de la “grande muchedumbre” de adoradores que pasan con vida a través de la “grande tribulación” en la cual los reinos de este mundo son triturados. (Rev. 7:9-14; Dan. 2:44; Mat. 24:21, 22) Pues bien, ¿habrá otras personas que participen del simbólico río de agua de vida y los simbólicos árboles de vida? Sí, puesto que Jesucristo murió como “el Cordero de Dios” por más criaturas humanas que solo esas personas que quedan con vida después de la tribulación. Recordemos lo que Jesús dijo no lejos de una tumba en Betania cerca de Jerusalén en el año 33 E.C. En aquel tiempo dijo: “Yo soy la resurrección y la vida. El que ejerce fe en mí, aunque muera, llegará a vivir; y todo el que vive y ejerce fe en mí no morirá jamás. ¿Crees tú esto?” Marta, la hermana del muerto Lázaro, respondió: “Sí, Señor; yo he creído que tú eres el Cristo, el Hijo de Dios, El que viene al mundo.” (Juan 11:25-27) Pues, ¿qué hay de nosotros hoy día? ¿Podemos nosotros dar la misma respuesta de fe a esa pregunta?
18. ¿Por qué tenemos razón sólida para responder Sí a la pregunta de Jesús, como Marta lo hizo, y por qué puede Jesús todavía decir: “Yo soy la resurrección y la vida”?
18 Tenemos razón sólida para responder: Sí, porque Jesús entonces apoyó sus notables palabras por medio de resucitar a su amigo Lázaro aunque fue en el cuarto día desde la muerte de aquél. (Juan 11:28-45) No fue mucho después de eso que llegó el tiempo en que Jesús mismo hubo de ser resucitado de entre los muertos. Él murió en el Día de la Pascua. Al tercer día desde entonces fue levantado de entre los muertos por la potencia todopoderosa de su Padre celestial. En el día cuadragésimo desde entonces, ascendió al cielo desde un lugar cerca de Betania en el monte de los Olivos. (Luc. 24:50-53; Hech. 1:1-12) En el cielo el glorificado Jesucristo todavía puede decir: “Yo soy la resurrección y la vida.” Del hecho de que está autorizado por Dios su Padre para levantar a los muertos él nos da seguridad por estas palabras suyas que se encuentran en la visión de la Revelación que se le dio a Juan: “Llegué a estar muerto, pero, ¡mira! vivo para siempre jamás, y tengo las llaves de la muerte y del Hades.”—Rev. 1:18.
19. ¿Cómo fue Jesucristo, al ser resucitado, “el primogénito de entre los muertos,” y no lo fueron su amigo Lázaro y otros a quiénes Jesús resucitó?
19 Jesucristo fue el primero que fue resucitado de entre los muertos para vivir como persona resucitada para siempre. Por eso correctamente se le llama “el primogénito de entre los muertos” y “las primicias de los que se han dormido en la muerte.” (Col. 1:18; 1 Cor. 15:20) Hasta su amigo Lázaro y otros a quienes él y sus apóstoles levantaron de entre los muertos sucumbieron después a la muerte y fueron enterrados en el sepulcro común de la humanidad, es decir, en el Hades. Su liberación anterior de la muerte y el Hades había sido solo temporaria. Por lo tanto, “las puertas del Hades” tenían que permanecer cerradas sobre éstos y sobre todos los demás muertos humanos rescatados hasta el establecimiento del reino de Cristo en los cielos al tiempo señalado de Dios.—Mat. 16:18; Isa. 38:10, 18.
20, 21. ¿Cuándo y dónde se estableció el reino de Cristo, y a quiénes resucitaría él primero como Rey en funciones reales?
20 La historia mundial de nuestro siglo veinte nos suministra el cumplimiento de la profecía bíblica e indica que el reino de Cristo nació en los cielos al fin de los Tiempos de los Gentiles en el año 1914 E.C. (Luc. 21:24; Eze. 21:25-27) Jesucristo, en poder celestial del Reino, dirigiría su atención primero a sus discípulos fieles ya muertos, como sus apóstoles y otros discípulos que fueron llamados a estar en el reino celestial con él. A éstos él los resucitaría a la vida celestial inmortal, para que fueran un “reino y sacerdotes para nuestro Dios,” como se declara en Revelación 5:10. Así se cumpliría lo que el apóstol Juan nos dice en Revelación 20:4-6:
21 “Y vi tronos, y hubo quienes se sentaron sobre ellos, y se les dio poder para juzgar. Sí, vi las almas de los que fueron ejecutados con hacha por el testimonio que dieron de Jesús y por hablar acerca de Dios, . . . Y llegaron a vivir y gobernaron como reyes con el Cristo por mil años. . . . Esta es la primera resurrección. Feliz y santo es cualquiera que tiene parte en la primera resurrección; sobre éstos no tiene autoridad la muerte segunda, sino que serán sacerdotes de Dios y del Cristo, y gobernarán como reyes con él por los mil años.”
22. Durante su reinado milenario, ¿cómo usará Jesucristo las “llaves de la muerte y del Hades,” y de qué manera verá la grande muchedumbre de los que habrán permanecido vivos a través de la tribulación algo que nunca antes se ha visto en la Tierra?
22 Durante su reinado milenario Jesucristo como Sumo Sacerdote y como Rey usará las “llaves de la muerte y del Hades” a favor de los demás de la humanidad muerta. Estos muertos oirán su voz y saldrán, tal como él mismo predijo en sus palabras registradas en Juan 5:28, 29. Entonces la “grande muchedumbre” que habrá permanecido viva después de haber acontecido la “grande tribulación” y de haberse atado y encerrado en el abismo a Satanás y sus demonios será testigo de un milagro sin igual. Serán testigos del regreso a la vida en la Tierra de todas las criaturas humanas muertas por las cuales el Sumo Sacerdote Jesús sacrificó su vida humana perfecta como “el Cordero de Dios.” (Juan 1:29; 1 Tim. 2:5, 6; Heb. 2:9) Con el tiempo la cantidad de resucitados ascenderá a miles de millones, todos descendientes del pecaminoso Adán de quien heredaron la imperfección, lo pecaminoso y la condenación a muerte. Nunca habrá ocurrido nada como esto en la Tierra. Al apóstol Juan se le dio una visión breve de este maravilloso milagro de Dios por medio de Cristo, y Juan lo describe en Revelación 20:11-14.
23. ¿Por qué no se desalentó Juan ante la visión de la resurrección, y cuándo verán los habitantes de la Tierra el cumplimiento de 1 Corintios 15:26?
23 ¿Quedó desalentado Juan ante lo que vio? ¿Vio él una Tierra superpoblada de gente? ¡De ninguna manera! Jehová Dios hizo la Tierra para que fuera cómodamente llena de hombres y mujeres en perfección humana, sin condenación de muerte sobre ellos, sino habiéndoseles otorgado el derecho a la vida eterna como la recompensa por devoción inquebrantable a Jehová Dios. ¡Todos vivirán en un paraíso global! (Gén. 1:26-28) Por eso, cuando el último de los muertos humanos rescatados haya sido llamado para que salga por las “puertas del Hades” abiertas, el sepulcro común de la humanidad no existirá más. El Hades habrá sido echado en el “lago de fuego,” para su propia muerte eterna. Y cuando todos los que vivan en la Tierra bajo el reino milenario de Cristo hayan respondido a la disciplina de este reino y así hayan sido librados de todo lo pecaminoso y sanados de toda imperfección humana, entonces ciertamente estarán vivos, completamente. Entonces “la muerte,” la muerte que la humanidad heredó de Adán, irá a estar con el Hades en el “lago de fuego.” (Rev. 20:14) Con ese glorioso logro los hombres verán cumplidas las palabras de 1 Corintios 15:26: “Como el último enemigo, la muerte ha de ser reducida a la nada.” Cualquiera que sea destruido después de eso con Satanás y sus demonios por desobediencia voluntariosa sufrirá “la muerte segunda,” de la cual no hay resurrección.
24. ¿Por qué jamás tenemos que avergonzarnos de dar testimonio de Jesús, y con quiénes nos sentimos movidos a dar testimonio de él?
24 No tendríamos tiempo para dar testimonio de Jesucristo y decir todo lo que él significa para nosotros como miembros de la familia humana caída. Nunca quedaremos desilusionados con él. “Pues dice la Escritura: ‘Ninguno que cifre su fe en él será desilusionado.’” (Rom. 10:11; Isa. 28:16) Jamás tenemos que avergonzarnos de dar testimonio de Jesucristo verbalmente o por la página impresa. El apreciar con mayor profundidad lo mucho que lo necesitamos nos mueve a unirnos a los ángeles en dar testimonio de él para la gloria de Jehová Dios y para bien de la humanidad en su desesperado aprieto del presente.
25. ¿Por qué no debe darse crédito alguno a nosotros los Testigos por la sustancia del testimonio que damos, y quién inspiró las profecías acerca de Jesús, y con qué propósito?
25 Recordemos lo que el ángel dijo cuando el apóstol Juan cayó agradecidamente a sus pies para adorarlo: “Yo simplemente soy coesclavo tuyo y de tus hermanos que tienen la obra de dar testimonio de Jesús. Adora a Dios; porque el dar testimonio de Jesús es lo que inspira el profetizar.” (Rev. 19:10) De modo que no debe ir ningún crédito a nosotros, criaturas humanas, como si la sustancia del testimonio acerca de Jesucristo se originara de nosotros. Es Jehová Dios quien vio nuestra extrema necesidad y desvalimiento y quien amorosamente suministró a su Hijo celestial para que llegara a ser el hombre Jesucristo a favor de todos nosotros. Además, Dios por medio de su espíritu activo inspiró todas las profecías bíblicas acerca de Jesucristo para que, por ellas, fuéramos dirigidos al “Cordero de Dios,” a este Sumo Sacerdote de Dios, a este Rey Mesiánico que finalmente le dará un gobierno perfecto y justo a la humanidad, que por largo tiempo ha sido mal gobernada.
26. ¿A qué respuesta nos ha llevado nuestro estudio de la pregunta: ¿Quién es Jesucristo, que todos lo necesitamos?
26 ¿Quién, pues, es Jesucristo, que todos necesitamos? Nuestro estudio investigador de esta desafiadora pregunta nos ha llevado a una respuesta satisfactoria. Él es el Personaje necesario provisto por el Creador de todas las cosas y usado por él para restaurarnos a la feliz y bendita familia de nuestro Padre celestial. Dentro de ese universal círculo de familia disfrutaremos de la vida en bienaventuranza para siempre, abundando en su amor y cuidado y amorosamente rindiéndole adoración y servicio para siempre.—1 Cor. 15:28; Juan 14:6; Hech. 4:12.
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Ponderando las noticiasLa Atalaya 1976 | 15 de abril
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Ponderando las noticias
El K.K.K. adquiere un nuevo elemento
● El Ku Klux Klan comenzó en la parte meridional de los Estados Unidos después de la Guerra Civil y efectuó una guerra secreta contra políticos del Norte y contra los libertos. Con el tiempo el Klan casi desapareció, pero fue reorganizado después de la I Guerra Mundial. El líder entonces era el coronel William J. Simmons, predicador y promotor de órdenes fraternales. El Klan entonces profesaba devoción a la ‘protección de la mujer y a la supremacía de los protestantes blancos.’ A su hostilidad para con la raza negra, el nuevo Klan agregó fuerte prejuicio para con los católicos, los judíos y los extranjeros.
Es sorprendente, por lo tanto, que un artículo por el profesor católico John E. Fitzgerald presente evidencia de que hay un número considerable de miembros católicos en el Klan moderno. Se dice, escribe él, que “casi la mitad de los miembros de Luisiana son católicos romanos.” ¿A qué se debe este cambio? Él sugiere que las preocupaciones debidas al incremento en la delincuencia, junto con prejuicio racial, es la razón para que haya miembros católicos. Sin embargo, profundizando más, agrega que hasta cierto grado “se pudiera criticar a nuestro clero católico por no aclarar la distinción entre la filosofía encallecida y corrosiva del Klan y las enseñanzas compasivas del cristianismo.” Él cree que cualquier solución a esta situación tiene que “comenzar con individuos concienzudos que estén resueltos a seguir el desafío original del cristianismo como modo de vivir.”
Un buen comienzo sería aceptar la declaración inspirada de la Biblia de que Dios “hizo de un solo hombre toda nación de hombres, para morar sobre la entera superficie de la tierra,” y las palabras inspiradas del apóstol Pedro de que “Dios no es parcial, sino que en toda nación el que le teme y obra justicia le es acepto.”—Hech. 17:26; 10:34, 35.
El alcoholismo y los judíos
● Entre los hebreos de los tiempos bíblicos el vino solía acompañar el alimento. (Gén. 27:25) Se convirtió en rasgo normal de la celebración de la Pascua judía. ¿Resultó esto en una elevada incidencia de borrachera entre el pueblo judío? No, la evidencia indica lo contrario, y eso sigue siendo cierto hasta este día. Así, un informe reciente menciona un estudio que efectuó una universidad en cuanto a la proporción del alcoholismo entre los judíos de los EE. UU. Este muestra que, mientras que el alcoholismo afecta a una persona entre 14 de la población general, solo afecta a uno de cada 200 judíos. El informe declara, entre otras cosas, que el estudio atribuyó la proporción baja de alcoholismo entre los judíos a “estrechos vínculos de familia y al hecho de que el vino es un símbolo religioso y se bebe por primera vez temprano en la vida.”
¿Dulce caridad. . . ?
● La gente de los Estados Unidos donó unos 25.100 millones de dólares a la caridad en 1974, según una fuente de información. ¿Cuánto de todo ese dinero en realidad rinde un servicio caritativo?
No tanto como muchos piensan o a la mayoría le gustaría, según un artículo de “The National Observer.” Con frecuencia hasta de 40 a 50 por ciento, o aun más, del dinero que se recoge va a dar —no a los necesitados— sino a los que promueven la caridad. Los salarios de la administración pueden llevarse una porción de alcance considerable, como en el caso del vicepresidente de una prominente organización ‘caritativa’ que recibe
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