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  • ¿Qué significa ser “ministro”?
    La Atalaya 1976 | 1 de junio
    • 19 Estos no reciben ese nombramiento por medio del bautismo. El apóstol Pablo no se estaba refiriendo al bautismo cuando le escribió a Timoteo: “Nunca impongas las manos apresuradamente a ningún hombre,” sino que se estaba refiriendo a la acción de nombrar a un hombre a una asignación de servicio en la congregación y a la responsabilidad concomitante. (1 Tim. 5:22; compare con 1 Timoteo 3:1-15.) Pablo mismo, junto con Bernabé, había sido ‘apartado’ para cierto trabajo por espíritu santo. Los que componían el cuerpo de ancianos de Antioquía, en reconocimiento de esto, entonces “les impusieron las manos.”—Hech. 13:1-5; compare con la acción de los apóstoles al ‘nombrar’ a los “siete varones acreditados” para manejar cierta asignación de servicio, según se registra en Hechos 6:1-6.

      20, 21. ¿Cómo ilustran los ejemplos de Pablo, Timoteo y Arquipo que dentro de una congregación ciertos miembros son “siervos” o “ministros” en sentido de nombramiento, por asignación con relación a la congregación?

      20 Por eso, aunque todos los cristianos verdaderos (hermanos y hermanas por igual) sirven (o “ministran”), solo algunos de ellos son nombrados a un servicio en particular en una congregación. Pero esto no significa que los hermanos y las hermanas que no tienen tal nombramiento forman una clase de legos. Cuando el apóstol Pablo dijo: “Ni mi propia vida vale nada para mí, con tal que con gozo pueda yo correr hasta el fin de la carrera y cumplir el encargo [diakonía; el servicio, Kingdom Interlinear Translation; el ministerio, NM] que me dio el Señor Jesús, de dar las buenas noticias,” evidentemente se refería a la asignación especial de servicio que recibió para ‘que hablara de Jesús a la gente de las otras naciones’ o gentiles. (Hech. 20:24; 9:15, Versión Popular; compare con Hechos 21:19; 1 Timoteo 1:12; Colosenses 1:25.) En Romanos 11:13 él dice: “Por cuanto soy, en realidad, apóstol a las naciones, glorifico mi ministerio [diakonía; servicio, Int].”—Compare también con Hechos 1:15-17, 20-25.

      21 De modo similar, cuando Pablo le escribió a Timoteo: “cumple bien con tu trabajo [efectúa tu ministerio (diakonía) plenamente, NM],” se estaba refiriendo a la asignación particular de servicio que le había sido confiada a Timoteo en Éfeso, donde lo habían dejado para que ayudara a corregir ciertos problemas relacionados con la congregación. (2 Tim. 4:5; VP; 1 Tim. 1:3, 4) En Colosenses 4:17 (VP) Pablo dijo especialmente “esto” a Arquipo: “Mira que cumplas bien el trabajo [diakonía; ministerio, NM] que el Señor te ha dado en su servicio.” Aunque todos los demás discípulos allí en Colosas eran siervos de Dios, Arquipo evidentemente había recibido alguna clase de asignación específica de servicio, y esto sin duda había sido acompañado por la imposición de manos de un cuerpo de ancianos.

      SIERVOS “ORDENADOS” EN LAS CONGREGACIONES

      22. En el sentido en que se usa hoy la palabra “ordenado,” ¿a quién aplicaría, en armonía con precedentes bíblicos establecidos por Cristo Jesús y sus apóstoles?

      22 ¿Qué vemos entonces? Que, aunque Jesús tuvo muchos discípulos, seleccionó a doce; los “escogió” y ‘nombró’ apóstoles. (Mar. 3:14, 15; Luc. 6:12, 13; Juan 15:16) Vemos que Pablo y Bernabé fueron especialmente ‘nombrados’ de entre los discípulos que había en Antioquía para llevar las buenas nuevas a las naciones. (Hech. 13:47) También, que Pablo les dijo a los ancianos de Éfeso que ellos habían sido ‘nombrados’ por espíritu santo para servir al resto de la congregación. (Hech. 20:17, 28) En ninguno de todos estos casos se recibió aquel nombramiento al tiempo del bautismo de aquellas personas, sino después de él. Por eso hoy en las congregaciones del pueblo de Dios hay hombres (por lo general bautizados ya por algún tiempo) a quienes se ha nombrado para servir a la congregación en ciertas capacidades asignadas. Se puede decir que los que han recibido esos nombramientos relacionados con la congregación a servicios particulares han sido “ordenados,” en el sentido en que se usa hoy día dicha palabra.b

      23, 24. (a) Por lo general, ¿cómo entienden las agencias gubernamentales que aplica la expresión “ministro ordenado”? Y si esta expresión surgiera en una investigación por ellas, ¿cómo respondería uno? (b) ¿Sería razonable llamar a la gente del territorio donde se efectuara testificación pública la “congregación” de uno y al umbral de la puerta de sus casas el “púlpito” de uno?

      23 En vista de todo esto, ¿qué debería uno hacer si, como a veces sucede, una agencia gubernamental investigara la profesión o puesto de los ciudadanos? Para ellos la expresión “ministro ordenado” da a entender un individuo que atiende por nombramiento o sirve por nombramiento cosas espirituales a una congregación, un individuo que actúa como “pastor” de una congregación. Los diccionarios, por ejemplo, por lo general definen “ministro” en términos que señalan a una persona autorizada para conducir servicios religiosos. Por el término “ministro” esas agencias gubernamentales no describen o dan a entender el servicio que todo individuo cristiano, hombre o mujer, desempeña en sus esfuerzos personales por compartir las buenas nuevas con otras personas. Al contestar las preguntas que se le hicieran, pues, uno razonablemente contestaría en armonía con lo que los investigadores oficiales estuvieran tratando de saber, en vez de imponer uno su propia definición en tales términos.

      24 La gente no esperaría, por ejemplo, que un publicador que va de casa en casa dijera que la “congregación” a la que sirve consta de las familias que hay en un territorio donde se testifica, puesto que la gente que vive en esa zona quizás no reconozca o acepte como su “ministro” al que efectúa la testificación, y, de hecho, pudiera tener otra religión. De modo similar, ¿entenderían apropiadamente la respuesta si llamáramos al umbral de la puerta de la gente de aquel lugar el “púlpito” del portador de las buenas nuevas, aunque éste pronunciara lo que llamara un “sermón” de 3 minutos o de 5 minutos? Por lo general lo que se entiende por tal “púlpito” es el atril del orador en el edificio al cual se invita a venir al público en general.

      25. Si uno sí tiene un nombramiento relacionado con la congregación para servicio, ¿qué fecha podría dar como su fecha de “ordenación”?

      25 Por supuesto, si uno en realidad ha sido nombrado a una posición de servicio en particular por hombres con la debida autoridad, puede contestar en armonía con ese hecho y puede dar, como el tiempo de su “ordenación,” no la fecha de su bautismo, sino de cuando el cuerpo cristiano designado ‘le impuso las manos,’ por decirlo así, al darle tal nombramiento.

      26. ¿Recibían todos los cristianos primitivos un nombramiento (u “ordenación”) relacionado con la congregación a una asignación de servicio en particular? ¿Afectaba esto su unidad?

      26 En la congregación cristiana primitiva todos los creyentes bautizados eran “ungidos” con espíritu santo, pues recibían la llamada hacia el cielo. Sin embargo no todos eran apóstoles, profetas, maestros, ancianos o siervos ministeriales. Por eso no todos recibían un nombramiento oficial a algún servicio en particular después de su bautismo. Sin embargo todos servían juntos, tal como un cuerpo tiene muchos miembros y todos cooperan en unidad y tienen “el mismo cuidado los unos de los otros,” como señala el apóstol en 1 Corintios 12:12-30.

      27. ¿Qué actitud saludable debemos adoptar, pues, todos nosotros con gozo hoy día en cuanto a nuestro servicio a Dios y a nuestro congénere?

      27 Por lo tanto, sea que hayamos llenado los requisitos para un nombramiento oficial de esa índole y lo hayamos recibido para prestar un servicio y llevar una responsabilidad en particular o no, sirvamos todos juntos hombro a hombro para efectuar la voluntad de Dios para nuestro tiempo. Atesoremos y usemos celosamente todos el privilegio que tenemos en común de hablar la verdad a otros, compartiendo con otros las buenas nuevas que han traído luz y esperanza a nuestra vida.

  • Oración que llevó a hallar la verdad de Dios
    La Atalaya 1976 | 1 de junio
    • Oración que llevó a hallar la verdad de Dios

      ◆ En Colombia un contratista oró a Dios pidiéndole que lo usara de alguna manera. Cuando fue visitado por un testigo de Jehová, misionero, y su compañero de diez años, el contratista escuchó atentamente. Impresionado por el conocimiento bíblico del muchacho, el hombre convino en estudiar la Biblia con el misionero. Poco después se libró de sus libros sobre espiritismo, dejó de fumar y, más tarde, después de explicar a su esposa lo que la Biblia dice sobre el asunto de idolatría, echó fuera las imágenes. Diez meses después de empezar a estudiar las Escrituras el hombre se bautizó en una asamblea de distrito de los testigos de Jehová.

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