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Por qué “el amor al dinero” tiende a destruirLa Atalaya 1977 | 1 de agosto
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El reconocer que la vida está llena de muchas incertidumbres puede ayudar a uno a comprender que la búsqueda de riquezas no conduce a satisfacción. Esto puede poner freno a cualquier deseo indebido de dinero. Al mismo tiempo uno evita la trampa de una vida innecesariamente austera. Puede disfrutar del fruto de su trabajo de manera saludable, beneficiándose uno mismo y beneficiando a otros. Así uno evita el daño que puede causar el amor al dinero.
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Un hombre que tuvo el valor de hablarLa Atalaya 1977 | 1 de agosto
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Un hombre que tuvo el valor de hablar
¿CUÁNTAS personas tienen el valor de hablar a favor de lo que es correcto cuando todos los que las rodean están haciendo lo incorrecto? ¿Lo tiene usted? Supongamos que la cuestión sea religiosa o espiritual. ¿Hay provecho en hablar?
Temprano en la historia humana vivió un hombre que tuvo el valor de hablar sobre asuntos espirituales. Fue Enoc, hijo de Jared. Enoc fue el séptimo hombre en la línea genealógica desde Adán, el padre de la raza humana.—Gén. 5:18; Jud. 14.
‘ENOC ANDUVO CON DIOS’
¿Qué clase de persona fue Enoc? Aunque imperfecto como todos nosotros, “siguió andando Enoc con el Dios verdadero.” (Gén. 5:24) Siguió un derrotero de justicia en armonía con la verdad revelada de Dios. Su vida armonizó con la voluntad y el propósito de Jehová Dios. Y, sin duda, Enoc tenía fe en que por medio de la descendencia de la “mujer” de Dios vendrían grandes bendiciones. (Gén. 3:15) No hay ninguna indicación declarada de que hubiera otro hombre que estuviera ‘andando con Dios’ en el día de Enoc. Por lo menos parece que él fue señalado especialmente como singular en ese sentido.
EL CLIMA RELIGIOSO DE AQUEL DÍA
La situación espiritual entre la humanidad se había deteriorado a un grado notable para cuando nació Enoc en el año 3404 antes de la era común. A través de los años las impiedades se habían hecho cada vez más numerosas. Abel el hijo de Adán, como testigo de Dios, había invocado el nombre de Jehová, y había sufrido martirio por su fidelidad. (Gén. 4:4-8; Heb. 11:4) Más de un siglo después, Set el hijo de Adán procreó un niño llamado Enós. ¿Qué sucedió en los días de Enós? Se nos dice en la Escritura: “En aquel tiempo se dio comienzo a invocar el nombre de Jehová.” (Gén. 4:25, 26; 5:3, 6) ¿Fue esto un reavivamiento de la adoración verdadera?
No, no lo fue. Doctos hebreos sustentan la opinión de que este texto debería decir “empezaron profanamente” a invocar el nombre de Dios, o, “entonces empezó la profanación.” Declara el Tárgum de Palestina, según una versión en inglés: “Aquélla fue la generación en cuyos días empezaron a errar, y a hacerse ídolos, y apellidaron a sus ídolos con el nombre de la palabra del Señor.” Evidentemente esto fue un uso inapropiado del nombre de Jehová. Puede ser que los hombres se lo hayan aplicado a sí mismos o a ciertas personas por medio de las cuales pretendían acercarse a Jehová en adoración. O puede ser que hayan aplicado el nombre divino a ídolos.
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