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  • El Sermón del Monte... Las tres primeras “felicidades”
    La Atalaya 1978 | 1 de julio
    • En las Escrituras el término para ‘apacibilidad de genio,’ o “mansedumbre,” no sugiere cobardía, debilidad ni un disfraz de delicadeza condescendiente, hipócrita. Al contrario, la mansedumbre es una cualidad interior de apacibilidad y sosiego que la gente ejerce ante todo en su relación con Dios, en su respuesta a Su voluntad y guía. Los individuos realmente mansos, en vez de amargarse ante la extensa opresión e injusticia que hay en la Tierra, disciernen que estos ayes se deben en gran medida a la imperfección humana. Para con Dios no sienten amargura, sino un sentido intenso de dependencia. Esta disposición mental, a su vez, se refleja en comportarse para con sus congéneres en armonía con este consejo: “No devuelvan mal por mal a nadie. . . . Si es posible, en cuanto dependa de ustedes, sean pacíficos con todos los hombres.”—Rom. 12:17-19; Tito 3:1, 2.

      La felicidad de estas personas de genio apacible se debe a que “heredarán la tierra.” ¿Cómo se realiza eso? Jesús, quien en sentido perfecto era “de genio apacible y humilde de corazón,” es el principal Heredero de la Tierra. (Sal. 2:8; Mat. 11:29; 28:18; Heb. 1:2; 2:5-9) Las Escrituras Hebreas predijeron que el “hijo del hombre” tendría quienes estuvieran asociados con él en la gobernación en su reino celestial. (Dan. 7:13, 14, 22, 27) Como “coherederos con Cristo,” los de genio apacible participarán en la herencia de la Tierra perteneciente a Jesús. (Rom. 8:17) Además, en la región o esfera terrestre del reino de Jesús muchas otras personas que por sus cualidades son ‘como ovejas’ entrarán en la vida eterna. (Mat. 25:33, 34, 46) ¡Ciertamente una expectativa de felicidad!

  • Graduados de Galaad muy amados... ¿por qué?
    La Atalaya 1978 | 1 de julio
    • Graduados de Galaad muy amados... ¿por qué?

      “¿POR qué se nos han hecho tan amados ustedes?” preguntó el discursante a la clase graduanda número 64 de la Escuela de Galaad. “No es porque sean tan bien parecidos . . . o porque sean tan brillantes doctos en la Biblia,” explicó. “No, más particularmente es por el espíritu que muestran con relación a la obra del Señor.”

      El discursante, D. Parsons, fue el primero de ocho miembros del personal de la oficina central de los testigos de Jehová que dio amonestación y estímulo de partida a los 24 graduandos. En total, 1.944 personas se congregaron para los ejercicios de graduación en el Salón de Asambleas de los Testigos de Jehová en Long Island City, Nueva York, el 5 de marzo de 1978.

      El programa empezó a las 10 de la mañana, y lo presidió C. W. Barber, miembro del Cuerpo Gobernante de los Testigos de Jehová. Después del cántico y la oración de apertura, Barber señaló que la Escuela de Galaad ha servido para la diseminación de la verdad bíblica hasta los fines de la Tierra.

      Durante los 35 años del funcionamiento de la escuela, 5.633 graduados han sido enviados a una amplia diversidad de lugares en la Tierra para predicar. Estos graduados han manifestado una disposición altruista de servir, aun en medio de adversidades. Algunos de los que componían la clase graduanda ya habían pasado más de 10 años en la obra de predicar de tiempo completo en los cinco países de los cuales habían venido. Pero al venir al curso de cinco meses de Galaad se ofrecieron para ir a cualquier lugar en la Tierra donde la gente tuviera una necesidad particular de la ayuda de ellos. ¿No se le hacen muy amadas a usted también las personas que tienen un espíritu cristiano tan altruista?

      El segundo discursante, T. Jaracz, hizo notar que los graduandos “están dispuestos a dejar padre y madre y hermanos y hermanas y hogares y otras posesiones e ir a un nuevo país, y enfrentarse a problemas y persecuciones.” Pero preguntó: “¿Por qué razón están ustedes dispuestos a hacer todo esto?” Apropiadamente, enfatizó, debería ser “por causa de [Cristo] y por causa de las buenas nuevas.” (Mar. 10:29, 30) Jamás olviden esa razón, concluyó Jaracz.

      M. G. Friend, de ochenta y siete años de edad, quien fue instructor de las primeras 34 clases de Galaad, entonces hizo un conmovedor llamado a la clase. ‘Amados estudiantes de Galaad,’ dijo, ‘continúen demostrando su cooperación gozosa y armoniosa con la organización de Dios.’ Después L. K. Greenlees presentó amonestación de despedida basada en Proverbios 8:33: “Escuchen la disciplina y háganse sabios.” Planteó varias situaciones que quizás tuvieran que afrontar los graduandos en la vida misional y en las cuales resultaría vital el ejercicio de la sabiduría piadosa.

      Entonces L. Weaver habló a la clase acerca del magnífico “privilegio” de que habían disfrutado al asistir a Galaad. “La cuestión es,” dijo, “¿continuarán ustedes apreciando este privilegio, y continuarán asignándole el valor debido?” Weaver señaló a María como ejemplo que se debería imitar. Ella atesoró su privilegio de dar a luz a Jesús el Hijo de Dios a pesar del riesgo a su propia vida.” Porque, como mujer comprometida, según explicó él, ella pudo haber sido apedreada equivocadamente como adúltera.

      Después, los dos instructores de Galaad ofrecieron palabras de despedida. K. A. Adams señaló excelentes lecciones que se derivan del relato acerca del primer misionero mencionado en la Biblia, Jonás, y también de la vida del misionero que tan extensamente viajó, el apóstol Pablo. U. V. Glass destacó la cualidad de lealtad, y señaló que él admiraba esta cualidad en la clase. Entonces llamó atención hacia el sacerdote Abiatar, quien, después de casi una vida entera de servicio leal, se hizo desleal al dar su apoyo a Adonías, el hijo de David, en el intento de éste por apoderarse del reinado. De modo que es necesario ejercer lealtad, enfatizó Glass.

      El discursante final, F. W. Franz, consideró extensamente el capítulo 61 de Isaías y mostró que los que se gradúan de Galaad tienen el privilegio de ofrecer su contribución a la obra del Señor al lado del resto ungido. Franz señaló al Isa. 61 versículo 5 y explicó que las “otras ovejas” del Señor, grupo al cual profesaban pertenecer todos aquellos graduandos de Galaad, son los “extraños” y “extranjeros” que sirven de ayudantes a la clase sacerdotal ungida. Sin embargo, les dijo: “Ustedes, también, son siervos de Jehová Dios en sentido sagrado.”

      Más tarde en el día, después de un intermedio para el almuerzo y después de una consideración de La Atalaya, conducida por R. Walls, los estudiantes presentaron un corto programa musical. Finalmente, el programa concluyó aproximadamente a las 4:45 de la tarde, después que los estudiantes habían presentado dos excelentes dramas bíblicos: “La necesidad del huérfano de padre... ¿puede usted darle ayuda?” y “¿Qué está escogiendo usted?”, el cual destacó la vida temprana de Moisés.

  • ¿Recuerda usted?
    La Atalaya 1978 | 1 de julio
    • ¿Recuerda usted?

      ¿Ha leído usted cuidadosamente los números recientes de La Atalaya? En tal caso, sin duda recordará los siguientes puntos:

      ● ¿Cuál es la función principal de los ancianos en la congregación cristiana?

      Su responsabilidad principal es atender los intereses espirituales de la congregación. Esto exige que lleven la delantera en la proclamación de las “buenas nuevas,” y en enseñar, ayudar, censurar, corregir, exhortar. Tienen que estar interesados activamente en el bienestar espiritual de cada individuo.—15/3 Págs. 22-24a

      ● ¿En qué sentido es angosto el camino que lleva a la vida?—Mat. 7:14.

      Es angosto porque restringe a los que lo siguen de hacer cosas que resultarían en daño para ellos mismos y/u otros.—1/4 Págs. 13, 14.

      ● ¿Por qué pudo decir Jesús: “Yo he vencido al mundo”?—Juan 16:33.

      Jesús triunfó del mundo al no llegar a ser como él. No permitió que el mundo lo absorbiera.—1/4 Pág. 30.

      ● ¿Qué identifica a alguien como “falto de corazón”?—Pro. 6:32; 10:13, 21; 12:11.

      El individuo “falto de corazón” es el inexperto o el que pasa por alto las consecuencias graves que podrían ser el resultado de un derrotero incorrecto. Además de carecer de buen motivo, es una persona sin aprecio de corazón.—1/5 Pág. 19.

      ● ¿Cómo podemos entender Salmo 16:7, donde David dice que sus riñones lo han corregido?

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