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“Una mujer excelente” despliega amor lealLa Atalaya 1978 | 15 de julio
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“Una mujer excelente” despliega amor leal
“Toda persona en la puerta de mi pueblo se da cuenta de que eres una mujer excelente.”—Rut 3:11.
1, 2. ¿En qué encuentro de medianoche fijamos nuestra atención, y qué preguntas hace surgir este encuentro?
LA OSCURIDAD de la noche ha descendido y una acallada tranquilidad se ha posado sobre Belén, Judá, y las zonas rurales circundantes. En una era de uno de los campos un hombre de edad avanzada dormita. Pero ¡mire! Una joven se acerca furtivamente, lo descubre a grado leve y se acuesta. Él despierta, la encuentra a sus pies, y pregunta: “¿Quién eres?” ¿Cómo contesta ella? “Soy Rut tu esclava.” Ella ha venido a él con un propósito especial y altamente noble. De hecho, en reconocimiento de la virtud de ella a medida que continúa la conversación, él declara: “Toda persona en la puerta de mi pueblo se da cuenta de que eres una mujer excelente.”—Rut 3:9-11.
2 ¿Qué ha conducido a este extraordinario encuentro de medianoche? En realidad, ¿quién es esta mujer? ¿Y qué hay de la identidad del hombre de edad avanzada? ¿Por qué dice él que a ella se le conoce como “mujer excelente”? ¿Qué cualidades despliega ella? Estas preguntas y otras nos llenan la mente a medida que reflexionamos en aquella extraordinaria escena nocturna.
3. (a) ¿Qué libro de la Biblia vamos a considerar? (b) ¿Cuándo se escribió este libro de la Biblia, quién lo escribió, y a qué da realce?
3 El relato divinamente inspirado que nos disponemos a considerar, probablemente escrito en los días de David (para 1090 a. de la E.C.) por el profeta hebreo Samuel, tiene la singularidad de ser uno de solo dos libros bíblicos que llevan el nombre de una mujer. (El otro es Ester.) Aunque algunos consideran el libro de Rut como una conmovedora historia de amor, es mucho más que eso. El relato pone de relieve el propósito de Jehová Dios de producir un heredero del Reino, el Mesías por largo tiempo prometido. Además, ensalza la bondad amorosa de Dios.—Gén. 3:15; Rut 2:20; 4:17-22.a
¡AZOTA LA ADVERSIDAD!
4. ¿En qué período tuvieron lugar los sucesos que se relatan en el libro de Rut?
4 Los sucesos que se relatan en esta narración acontecieron en “los días en que administraban justicia los jueces” en Israel. El tiempo debe ser a principios de ese período, porque el hombre a quien vimos en la era con Rut era Booz, el hijo de Rahab la de los días de Josué. (Rut 1:1; Jos. 2:1, 2; Mat. 1:5) A medida que esta interesante historia se desenvuelve, se extiende por 11 años, quizás para aproximadamente 1300 a. de la E.C.
5. ¿Por qué circunstancias, y por darse cuenta de qué, muda Elimelec su familia a Moab? ¿Tiene esto alguna relación con las responsabilidades cristianas?
5 El hambre se ha presentado en la tierra de Judá y tiene en sus garras a Belén (o Efrata). La adversidad ha azotado de manera especial a la familia de cierto hombre, Elimelec. Dándose cuenta de lo apremiante de suministrar las necesidades de la vida a los suyos, él toma acción decisiva. Pronto se ve a Elimelec, su esposa Noemí y sus dos hijos, Mahlón y Quilión, cruzando el río Jordán. Estos efrateos llegan a ser residentes forasteros en Moab, un país sobre una meseta al este del mar Muerto y al sur del río Arnón.—Rut 1:1, 2; compare con 1 Timoteo 5:8.
6. Describa las circunstancias que ponen a Noemí, Rut y Orpa en la aflicción del que ha perdido seres amados.
6 Con el tiempo, Elimelec muere, y Noemí queda viuda en su edad avanzada. Más tarde, sus dos hijos se casan con mujeres moabitas. Mahlón se casa con Rut, mientras que Quilión toma a Orpa como esposa. (Rut 1:4, 5; 4:10) Pasan unos 10 años, y entonces la calamidad azota de nuevo. Los dos hijos de Noemí mueren, y sin que siquiera hayan tenido prole. Ahora las tres mujeres quedan completamente solas, y ciertamente es difícil soportar la privación causada por la muerte, y la viudez.
7. ¿Qué posibilidad parece especialmente remota para Noemí en su viudez?
7 Noemí, especialmente, se siente triste. Ella es de la tribu de Judá y está al tanto de la bendición especial que en su lecho de muerte pronunció el patriarca Jacob sobre su hijo Judá en estas palabras: “El cetro no se apartará de Judá, ni el bastón de mando de entre sus pies, hasta que venga Silo; y a él pertenecerá la obediencia de los pueblos.” Este Silo tendrá el cetro real... de hecho, será el Mesías, la Descendencia de Abrahán por medio de la cual todas las familias de la Tierra se bendecirán. ¡Sí, para mujeres de Judá es posible el dar a luz hijos que llegaran a ser antepasados de ese Ungido! Pero los hijos de Noemí han muerto sin prole, y ella ha pasado de la edad de dar a luz hijos. Ciertamente es remota la posibilidad de que Noemí y su familia pudieran contribuir al linaje mesiánico.—Rut 1:3-5; Gén. 22:17, 18; 49:10, 33.
8. ¿Qué factores hacen que Noemí regrese a Judá a pesar de los peligros que haya en el camino?
8 Sin embargo, por lo menos hay un destello de esperanza de que algo bueno está por suceder. Noemí ha oído, quizás de algunos mercaderes viajantes hebreos, que Jehová ha “dirigido su atención a su pueblo dándole pan.” Sí, el hambre ha terminado y, con la bendición divina, nuevamente hay pan en Judá, alimento saludable en Belén, la “casa de pan.” No pasa mucho tiempo antes de que se vea “andando en el camino . . . a la tierra de Judá” a las tres mujeres a quienes la muerte ha privado de sus amados. Éste no es un viaje fácil, porque tienen que pasar por regiones que suelen estar infestadas de ladrones y desesperados. Pero la devoción de Noemí a Jehová Dios y un deseo de estar con el pueblo de Jehová la impulsan a seguir adelante a pesar de los peligros que pueda haber en el camino.—Rut 1:6, 7.
TIEMPO DE DECISIÓN
9. ¿Por qué se les dice a Rut y Orpa que vuelvan “cada una a la casa de su madre”?
9 “¿Obrarán solo por cortesía las viudas jóvenes y acompañarán a su suegra anciana solo hasta la frontera entre Moab e Israel, o irán más allá? Veremos. En algún punto en el camino, Noemí dice: “Anden, vuélvanse, cada una a la casa de su madre.” (Rut 1:8) ¿Por qué “su madre,” cuando por lo menos el padre de Rut todavía vive? (Rut 2:11) Bueno, es natural que una mujer de edad avanzada hiciera un comentario de esta índole a mujeres de menos edad, y sus madres sí tenían hogares bien establecidos, a diferencia de lo que sucedía en el caso de la suegra de ellas, que estaba desamparada. Sea como fuere, el afecto maternal sería especialmente consolador para una hija afligida.
10. ¿Con qué esperanza está dispuesta Noemí a despedir a sus dos nueras?
10 Escuche mientras Noemí continúa: “Que Jehová ejerza bondad amorosa para con ustedes, así como ustedes la han ejercido para con los hombres ya muertos y para conmigo. Que Jehová les haga una dádiva, y de veras hallen un lugar de descanso cada cual en la casa de su esposo.” (Rut 1:8, 9) Las dos moabitas han desplegado bondad amorosa, o amor leal, para con Noemí y los difuntos esposos de ellas. No han sido como las esposas hititas de Esaú que fueron “fuente de amargura de espíritu a Isaac y Rebeca.” (Gén. 26:34, 35) Desprovista ahora de bienes, Noemí solo puede acudir a Dios como quien puede recompensar a sus nueras. Y está dispuesta a despedirlas con la esperanza de que Jehová dé a cada joven el descanso y consuelo que viene junto con tener un esposo y un hogar, lo cual significaría que serían libradas de la viudez y sus tristezas.
11. (a) ¿Por qué, aparentemente, sería doloroso para Rut y Orpa, separarse de Noemí? ¿Sugiere esto algo respecto a las relaciones de familia entre los cristianos hoy día? (b) ¿Son prometedoras las perspectivas de volverse a casar para Rut y Orpa si se apegan a Noemí? ¿Por qué?
11 Pero Rut y Orpa no se van. Cuando Noemí las besa, empiezan a alzar la voz y llorar. Obviamente ella es una suegra bondadosa y amorosa y sería doloroso separarse de ella. (Rut 1:8-10; compare con Hech. 20:36-38.) Pero Noemí persiste, con este razonamiento: “¿Tengo yo todavía hijos en mis entrañas, y tendrán ellos que llegar a ser sus esposos? Vuélvanse, hijas mías, anden, porque yo me he hecho demasiado vieja para llegar a pertenecerle a un esposo. Si hubiese dicho que tenía esperanza también de que ciertamente llegaría a ser de un esposo esta noche y que también ciertamente daría a luz hijos, ¿se quedarían ustedes esperándolos hasta que pudieran crecer? ¿Se mantendrían ustedes recluidas por ellos para no llegar a ser de un esposo?” Sí, aun si los hijos muertos de Noemí fueran reemplazados por nuevos hijos y éstos crecieran, ¿se abstendrían de casarse con otras personas estas jóvenes mientras tanto? No sería razonable pensar eso. En realidad, por ser moabitas tendrían poca posibilidad de casarse con algún hombre en Judá y entonces criar una familia.—Rut 1:11-13.
12, 13. ¿Cómo se ven sometidas a una prueba Rut y Orpa, y qué decisión toma Orpa?
12 “No, hijas mías,” continúa Noemí, “porque a causa de ustedes me es muy amargo, el que la mano de Jehová haya salido contra mí.” (Rut 1:13) Noemí no está acusando a Dios de haber cometido un mal; todo lo que él hace o permite tiene que estar bien. (Pro. 19:3) Pero ella siente pesar por sus nueras. Y para ellas este tiempo ha llegado a ser un tiempo de decisión. ¿Seguirán ellas con Noemí, en despliegue de altruismo? Sus motivos y lealtades están siendo sometidos a prueba.
13 Orpa toma su decisión. Con lágrimas en los ojos besa a su suegra y parte. “¡Mira!” dice Noemí a Rut. “Tu cuñada enviudada se ha vuelto a su pueblo y a sus dioses. Vuélvete con tu cuñada enviudada.” (Rut 1:14, 15) Sí, Orpa iba a volver a su pueblo y “sus dioses.” Tanto ella como Rut habían sido criadas entre el “pueblo de Kemos” y quizás fueron testigos del horrible sacrificio de niños que se practicaba en la adoración de aquel falso dios moabita. ¡Orpa está volviendo a todo aquello!—Núm. 21:29; 2 Rey. 3:26, 27.
14. ¿Cómo se expresa Rut ante Noemí, y por eso, qué decisión ha tomado la moabita?
14 Pero Rut no hace eso. “No me instes con ruegos que te abandone, que me vuelva de acompañarte,” dice, “porque a donde tú vayas yo iré, y donde tú pases la noche yo pasaré la noche. Tu pueblo será mi pueblo, y tu Dios mi Dios. Donde mueras tú yo moriré, y allí es donde seré enterrada.” A esto la moabita añade un voto ante Dios, diciendo: “Que Jehová me haga así y añada a ello si cosa alguna aparte de la muerte hiciera una separación entre yo y tú.” ¡Qué conmovedora expresión de amor leal! Es, en realidad, mucho más que eso. Rut ha escogido una vida de servicio a Jehová, y el pueblo de Noemí —los que están en relación de pacto con el Dios verdadero— será el pueblo de ella. La moabita está resuelta a servir a Jehová en fidelidad. Por eso, Noemí deja de esforzarse por despedir a la joven.—Rut 1:16-18.
15. (a) Hasta ahora, ¿cómo ha desplegado amor leal Rut? (b) ¿Qué provecho podemos sacar de las decisiones de Rut y Orpa?
15 Mientras la mujer de edad avanzada de Judá y la joven de Moab reanudan su dificultoso viaje lado a lado, tenemos la oportunidad de reflexionar en las escenas conmovedoras de las cuales hemos sido testigos. Orpa ha cedido al interés en sí misma. Sea cual haya sido el progreso que haya logrado en aprender acerca de Jehová, esto no ha significado lo suficiente para ella como para evitar que regrese a su pueblo y “sus dioses.” Si Rut hubiera anhelado egoístamente su país nativo, ella, también, pudiera haber regresado a él. (Compare con Hebreos 11:15.) Pero esta joven moabita ha desplegado amor leal, no solo a Noemí en su edad avanzada, sino especialmente a Jehová. Ha manifestado un espíritu abnegado y una resolución de servir con fe al Dios verdadero. Al observar estas decisiones contrastantes, nosotros también recibimos estímulo para no ‘retraernos para destrucción’ sino ‘tener fe que resulta en conservar viva el alma.’—Heb. 10:38, 39.
¡BELÉN SE AGITA!
16. ¿Por qué siguen preguntando las mujeres de Belén: “¿Es ésta Noemí?”
16 Finalmente, las dos mujeres llegan a su destino, Belén. Su presencia agita al pueblo entero. “¿Es ésta Noemí?” siguen preguntando las mujeres. Los años han dejado su huella. Ciertamente las mujeres notan que esta mujer que en el pasado irradiaba alegría ha sido afectada por el dolor y la aflicción. ¡Sí, su misma respuesta indica dolor de corazón!
17. ¿Qué significado encierra la declaración de Noemí: ‘No me llamen Noemí, sino Mara’?
17 “No me llamen Noemí [mi agradabilidad],” dice. “Llámenme Mara [amarga], porque el Todopoderoso me ha hecho la situación muy amarga. Estaba llena [por tener un esposo y dos hijos] cuando me fui, y es con las manos vacías que Jehová me ha hecho volver. ¿Por qué deben llamarme Noemí, cuando es Jehová quien me ha humillado y el Todopoderoso quien me ha causado calamidad?” (Rut 1:19-21) ¡Oh! Noemí está dispuesta a aceptar lo que Jehová permita, pero está claro que cree que Jehová está contra ella. (Rut 1:13; compare con 1 Samuel 3:18.) No hay duda de que en días en los cuales una matriz fructífera se considera una bendición divina y la esterilidad una maldición, es una humillación para una mujer el no tener prole viva. ¿Y qué esperanza puede tener ahora Noemí de contribuir al linaje del Mesías?
UNA HUMILDE ESPIGADORA HALLA FAVOR
18. Al espigar, ¿qué estará haciendo Rut, y en el campo de quién da “por casualidad”?
18 Noemí y Rut han venido a Belén “al comienzo de la siega de la cebada,” a principios de la primavera. (Rut 1:22) Rut, que es industriosa y está dispuesta a servir, se va con el permiso de Noemí y empieza a espigar detrás de los segadores en los campos de grano. Ella sabe que el espigar es la provisión amorosa de Jehová para los pobres y afligidos, el residente forastero, el huérfano de padre y la viuda. En Israel a éstos se les permite recoger o espigar cualquier porción de un sembrado que inadvertidamente o intencionadamente los segadores dejen atrás. (Lev. 19:9, 10; Deu. 24:19-21) Aunque Rut tiene el derecho de espigar, humildemente solicita permiso para hacerlo en cierto campo, y lo recibe. Pero evidentemente la mano de Jehová está en el asunto cuando “por casualidad” ella llega a dar “en la porción del campo que le pertenecía a Booz.”—Rut 2:3.
19, 20. (a) ¿Quién es Booz? (b) ¿Por qué se puede decir que Rut no es una mujer consentida?
19 ¡Mire! Booz se acerca. Es “un hombre poderoso en riquezas,” y es el hijo de Salmón y Rahab. Sí, Booz es de la tribu de Judá. No solo es Booz un amo considerado a quien sus trabajadores estiman altamente, sino que también es un adorador devoto del Dios verdadero, porque saluda a los segadores con las palabras: “Jehová esté con ustedes,” y ellos responden: “Jehová te bendiga.”—Rut 2:1-4.
20 Del joven que está a cargo de los segadores, Booz se entera de que Rut es la moabita que recientemente ha venido a Belén con Noemí. Después de recibir permiso, ella ha estado espigando continuamente durante la frescura de la mañana hasta que el Sol ha subido en el cielo, y ha estado aguantando el calor sin quejarse. Pero ahora ella estaba sentada temporáneamente en la casa, que aparentemente era una simple cabaña de segadores. ¡Ciertamente Rut no es una consentida!—Rut 2:5-7.
21. ¿Qué hay en cuanto a Rut que impresiona a Booz? ¿Pueden las mujeres cristianas derivar algunas conclusiones de esto?
21 Más tarde, Booz insta a Rut a no espigar en otro campo, sino permanecer cerca de las jóvenes de él, quienes probablemente seguían a sus segadores y ataban las gavillas. Booz ha dado a los hombres jóvenes el mandato de no tocarla, y ella puede beber de las vasijas de agua que ellos han llenado. Con profundo aprecio, Rut cae humildemente sobre su rostro y se inclina a tierra y pregunta: “¿A qué se debe que yo haya hallado favor a tus ojos de modo que se me preste atención, cuando soy una extranjera?” Pues bien, Booz no está tratando de ganarse el afecto de ella para satisfacer el capricho de un viejo. Más bien, ha oído que la moabita ha dejado a su padre y madre y su país y se ha apegado a su suegra de edad avanzada. Obviamente impresionado por el amor leal y la humildad de Rut, él se siente impulsado a decir: “Que Jehová recompense tu manera de obrar, y que llegue a haber para ti un salario perfecto procedente de Jehová el Dios de Israel, bajo cuyas alas [protectoras] has venido a buscar refugio.” De seguro, como reconoce Rut, Booz la ha consolado y le ha hablado de tal modo que le ha inspirado confianza.—Rut 2:8-13; Sal. 91:2, 4.
22, 23. (a) ¿De qué manera trata Booz generosamente con Rut? (b) ¿De qué manera se manifiestan la industriosidad y el altruismo de Rut?
22 A la hora de comer de los segadores, Booz le dice a Rut: “Acércate acá, y tienes que comer parte del pan y mojar tu pedazo en el vinagre [vino agrio].” ¡Qué refrescante condimento durante el calor del día! A Rut, Booz le brinda grano tostado, y ella participa de éste hasta quedar satisfecha, y sobrarle alguno.—Rut 2:14; compare con La Santa Biblia, Ediciones Paulinas.
23 Entonces a trabajar de nuevo. Con espíritu de generosidad, Booz dice a sus hombres jóvenes que dejen que Rut espigue “también entre las espigas cortadas.” Hasta les da la instrucción de “sacarle algunas espigas de los manojos,” y dejarlas atrás para que ella las espigue. Llega la noche, y Rut todavía está ocupada ‘batiendo,’ o desgranando, lo que ha recogido. Usando una vara o desgranador para batir el grano a mano directamente en el suelo, uno puede hacer que la cebada se separe de su tallo y tamo. ¡Fíjese, lo que Rut ha espigado en el día pasa de 18 litros de cebada! Ella se lleva esto a su casa en Belén. Altruistamente, Rut también saca el alimento que le había sobrado a la hora de la comida antes en aquel día y lo da a su necesitada suegra.—Rut 2:14-18.
24. (a) ¿Por qué no sorprende el que la gente vea a Rut como “una mujer excelente”? (b) Por eso, ¿por qué es Rut un excelente ejemplo para cualquier mujer piadosa?
24 De nuevo Rut está desplegando amor leal para con Noemí. Añádase a esto el amor de la joven a Jehová, su industriosidad y humildad, y no sorprende el que la gente la viera como “una mujer excelente.” (Rut 3:11) De seguro Rut no come “el pan de la pereza,” y debido a su duro trabajo tiene algo que compartir con el que está en necesidad. (Pro. 31:27, 31; Efe. 4:28) Y al asumir responsabilidad para con su suegra viuda y de edad avanzada, la moabita tiene que conocer la felicidad que resulta de dar. (Hech. 20:35; 1 Tim. 5:3-8) Rut ciertamente es un ejemplo excelente para cualquier mujer piadosa.
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Jehová otorga “un salario perfecto”La Atalaya 1978 | 15 de julio
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Jehová otorga “un salario perfecto”
“Que Jehová recompense tu manera de obrar, y que llegue a haber para ti un salario perfecto procedente de Jehová el Dios de Israel, bajo cuyas alas has venido a buscar refugio.”—Rut 2:12.
1-3. (a) ¿Qué sugiere acerca de la comunicación entre una familia amorosa la conversación que hay entre Noemí y Rut? (b) ¿En qué sorpresa resultó el que Rut le hablara a Noemí acerca del trabajo de espigar de aquel día, y, por eso, la guía procedente de quién se hace patente así?
“QUE llegue a haber para ti un salario perfecto procedente de Jehová.” Booz, el hombre de edad avanzada, le había dicho eso a Rut la moabita. Ese había sido el deseo sincero de él para esta excelente joven que había buscado protección bajo las alas del Dios de Israel. (Rut 2:12) Pero ¿se haría realidad ese deseo? Si así era, ¿de qué manera? Veremos.
2 En una familia amorosa, las personas mayores se interesan en las actividades de las menores. Todas ellas reciben con gusto las oportunidades de compartir pensamientos y relatar las actividades del día. No era diferente en el hogar humilde en Belén donde Noemí y Rut compartían conversación agradable durante las horas de la noche. ¡Escuche!
3 “¿Dónde espigaste hoy, y dónde trabajaste?” La buena cantidad de grano y alimento que Rut ha traído a casa ha impelido a Noemí a hacer esta pregunta. Obviamente alguien ha mostrado consideración especial a la moabita. “Llegue a ser bendito el que te prestó atención,” dice la mujer de más edad. Pero cada una de ellas va a recibir una alentadora sorpresa. “El nombre del hombre con quien trabajé hoy es Booz,” responde Rut. ¡Espléndido! De seguro se manifiesta la guía de Dios. “Bendito sea él de Jehová, que no ha abandonado su bondad amorosa para con los vivos y los muertos,” exclama Noemí. “El hombre es pariente nuestro. Es uno de nuestros recompradores.”—Rut 2:19, 20.
4. ¿Cómo definiría usted a un “recomprador” del antiguo Israel?
4 ¡Qué animadas se sienten! Estas mujeres saben que un recomprador (hebreo, goel) es un deudo (un hermano, u otro pariente consanguíneo varón) que tiene el derecho de recobrar, redimir, recomprar o comprar de nuevo a la persona, propiedad o herencia de un pariente cercano. Por ejemplo, puede comprar un terreno hereditario antes de que éste sea colocado en el mercado público, y así mantenerlo dentro de la familia. ¡Imagínese! Por casualidad Rut ha dado en el campo de Booz y él es un recomprador, un hombre de la familia de Elimelec.
5. A diferencia de Dina la hija de Jacob, ¿qué ejemplo pone Rut respecto a asociación con otras personas?
5 Además, Booz desea que Rut se mantenga cerca de sus jóvenes trabajadores hasta que la siega entera haya sido completada. Por supuesto, Noemí aprueba, diciendo: “Mejor es, hija mía, que salgas con las jóvenes de él, para que no te causen incomodidad en otro campo.” De modo que la moabita continuará espigando en el campo de Booz por aproximadamente dos a tres meses, hasta que terminen las cosechas de cebada y trigo. A diferencia de Dina la hija de Jacob, quien estuvo acompañando a muchachas cananeas y se acarreó calamidad y acarreó angustia a su familia, Rut sigue morando con su suegra, mientras también vigila sus propias asociaciones. ¡Excelente ejemplo!—Rut 2:22, 23; Gén. 34:1-31; 1 Cor. 15:33.
LA HUMILDAD EN ACCIÓN
6. ¿Cómo muestra Noemí que ella tiene deseo altruista de que Rut disfrute de cosas buenas?
6 Pasan las semanas y las siega está por terminar. Noemí le pregunta a Rut: “¿Hija mía, no debo buscarte lugar de descanso, para que te vaya bien?” (Rut 3:1) La viuda de edad avanzada no está tratando de retener egoístamente para sí a la joven moabita, sino que desea que Rut conozca el descanso, la comodidad, la tranquilidad de corazón y seguridad que le vendrían en el hogar de un esposo bueno y amoroso. Pero Noemí también está interesada en conservar el nombre de Elimelec su esposo en Israel. (Deu. 25:7) A ese respecto, ella revela un plan de acción especial, y su humilde nuera está anuente a cumplir con él. De modo que Rut se baña, se unta aceite, se pone sus mantos, o vestiduras exteriores, y sale a su noble misión.
7. Al aventar la cebada, ¿qué procedimiento sigue Booz?
7 Mientras tanto, Booz —un hombre pudiente, pero también industrioso— ha estado aprovechando las brisas del anochecer para aventar cebada en la era. El trillar ha separado el grano y el tamo, y la paja ha sido cortada en pedacitos. Pues bien, en el proceso de aventar, todo esto se arroja al aire contra el viento con una gran horca o pala de aventar. La brisa se lleva el tamo, echa la paja a un lado, y deja que los granos caigan a la era. Este es un tiempo de alegría, y por eso después de estas tareas hay una comida deleitable. Booz come y bebe y su corazón ‘se siente bien,’ aunque no hay indicación de que haya participado de estas cosas hasta el exceso. (Sal. 104:15) Entonces se acuesta “al extremo del montón de grano,” y pronto duerme profundamente bajo la bóveda estrellada de los cielos.—Rut 3:1-7.
8. ¿Qué acción toma Rut respecto a Booz en la era? ¿Tiene ella un propósito inmoral?
8 Reina la quietud hasta que una figura sombreada se acerca lentamente, silenciosamente, sin ser observada. Es una mujer, que descubre al dormitante Booz en los pies y se acuesta allí completamente vestida. A medianoche él comienza a temblar, se inclina hacia delante, ¡y se sorprende al hallar a una mujer acostada, aparentemente cruzada enfrente, a sus pies! No pudiendo reconocerla en la oscuridad, pregunta: “¿Quién eres?” y oye la respuesta: “Soy Rut tu esclava.” Pero ella añade rápidamente: “Y tienes que extender tu falda sobre tu esclava, porque tú eres un recomprador.” (Lev. 25:25) Aunque Booz se sorprende, no se siente confundido ni se indigna. Y la moabita no está allí con algún propósito inmoral. Humildemente, por medio de esta acción simbólica y sus palabras, ella ha llevado a cabo las instrucciones de Noemí. Rut ha hecho que el hombre de Judá de edad avanzada se dé cuenta de su obligación de recomprador, de pariente del esposo difunto de ella, Mahlón, y del padre difunto de éste, Elimelec. Noemí había estado segura de que esta empresa tendría buen éxito, y evidentemente la joven confiaba en que Booz trataría con ella de manera honorable. (Rut 3:4, 7-9) Pero ¿cómo responderá él?
9. (a) ¿Cómo ha expresado Rut su bondad amorosa en lo que Booz llama el “primer caso” y el “último caso”? (b) ¿Es Rut “una mujer excelente” debido a riqueza, diseño del peinado y vestiduras costosas, o qué?
9 Booz bendice y encomia a la humilde y leal moabita, diciendo: “Bendita seas de Jehová, hija mía. Has expresado tu bondad amorosa mejor en el último caso que en el primer caso, al no ir tras los jóvenes, fuesen de condición humilde o ricos.” En el primer caso, Rut desplegó amor leal para Noemí. Ahora, en vez de buscar la compañía de jóvenes casaderos, la moabita está dispuesta a casarse con un hombre de mucha más edad para levantar un nombre para su difunto esposo Mahlón y para su suegra, la envejecida viuda de Elimelec. Pero ¿qué piensa de eso Booz? Impartiéndole confianza tranquilizadora, él dice: “Y ahora, hija mía, no tengas miedo. Todo lo que dices lo haré para ti, porque toda persona en la puerta de mi pueblo se da cuenta de que eres una mujer excelente.” Rut no ha proclamado en alta voz sus virtudes, y de seguro no es riqueza, diseño del peinado ni vestiduras costosas lo que hace que otros la admiren. Más bien, el temor de Jehová que la joven despliega, sus buenas obras, su espíritu tranquilo, apacible, su amor leal, su industriosidad... hechos y características como éstas han hecho que la gente la vea como “una mujer excelente.” ¿Existe acaso alguna mujer piadosa que no quisiera tener tan excelente reputación?—Rut 3:10, 11; compare con Proverbios 31:28-31; 1 Timoteo 2:9, 10; 1 Pedro 3:3, 4.
10. ¿A qué se debe que Rut no haya de llegar a ser inmediatamente la esposa de Booz?
10 ¿Tomará Booz inmediatamente a Rut como esposa? No, porque hay un pariente varón que está en más estrecho parentesco con Elimelec y Mahlón. “Pero si no se deleita en recomprarte, entonces yo ciertamente te recompraré, yo mismo,” asegura Booz con un juramento, “tan ciertamente como que Jehová vive.” Booz se encargará del asunto en la mañana.—Rut 3:13.
11. ¿Qué impulsa a Booz a dar a Rut seis medidas de cebada?
11 Puesto que la hora es avanzada, Booz hace que Rut permanezca allí hasta temprano en la mañana. Pero nada inmoral ocurre, y ellos se levantan mientras todavía está oscuro, evidentemente para no dar principio a rumores de mal gusto e infundados. Antes de que la moabita se vaya, Booz le llena el manto de seis medidas de cebada, quizás para significar que, tal como seis días de trabajo son seguidos por un día de descanso, así el día de descanso de la joven está cerca, porque él se encargará de que ella tenga un “lugar de descanso,” un hogar con un esposo. (Rut 1:9; 3:1) Por supuesto, el generoso Booz tampoco desea que Rut regrese con las manos vacías a su suegra.
12. ¿Por qué pregunta Noemí: “¿Quién eres, hija mía?”
12 La moabita finalmente llega a casa, y Noemí clama: “¿Quién eres, hija mía?” Quizás ella no reconoce a la que en la oscuridad está buscando que la dejen entrar, pero esta pregunta quizás se refiera a la posible nueva identidad de Rut con relación a su recomprador. Habiéndose enterado de los acontecimientos de la noche anterior, Noemí confía en que Booz cumplirá su palabra y obrará con rapidez. “Siéntate tranquila, hija mía, hasta que sepas cómo haya de resultar el asunto,” son sus palabras con instancia a la joven, y añade, en su sabiduría femenina y comprensión de la naturaleza humana, “porque el hombre no tendrá reposo a menos que haya acabado con el asunto hoy.”—Rut 3:12-18.
13. ¿Qué beneficio nos puede dar el considerar la fe de Noemí y Rut?
13 Mientras esas dos viudas necesitadas esperan en aquella morada humilde, puede sernos provechoso considerar su fe. Como Noemí, ¿confiamos nosotros personalmente en nuestros fieles compañeros de creencia? Y, como Rut, ¿confiamos sin vacilar en Jehová en tiempos de crisis, por estar seguros de que sus arreglos y provisiones son los mejores que puede haber? (Sal. 37:3-5; 138:8) Piense en Rut. Ella ni siquiera conoce a aquel pariente varón que tiene primacía de derecho en este asunto; no conoce el temperamento de éste, y sin embargo está dispuesta a cumplir con la ley de Jehová acerca del matrimonio de levirato. Tiene que estar segura de que Dios hará que el resultado sea bueno. En comparación con eso, ¿confiamos nosotros personalmente en que Jehová “hace que todas sus obras cooperen juntas para el bien de los que aman a Dios”?—Rom. 8:28; 1 Ped. 5:6, 7.
BOOZ ACTÚA DECISIVAMENTE
14, 15. (a) ¿Quién es el recomprador en más próxima relación con Elimelec que Booz? (b) Aparentemente debido a que Noemí está empobrecida, ¿qué tiene que hacer ella, y por lo tanto qué es necesario que haga o el pariente más cercano o Booz?
14 La luz de un nuevo día ha venido a Belén. La gente se mueve en sus calles, los mercaderes exhiben sus artículos de venta, hay grupitos conversando en el claro que hay delante de la puerta de la ciudad y los agricultores parten para su obra en los campos que rodean el pueblo. Y sentado aquí a la puerta de la ciudad está Booz. Sus ojos buscan el rostro de todos los que pasan por aquí. De súbito, clama: “Apártate hacia acá, sí, anda, siéntate aquí, Fulano.” (Rut 4:1) Sí, este hombre a quien no se da más nombre que esa manera de distinguirlo es nada menos que el recomprador que está en relación más próxima con Elimelec que Booz. Hay la posibilidad de que hasta haya sido un hermano carnal del difunto Elimelec.
15 La puerta de la ciudad es donde se hace un registro de las transacciones de negocios y donde los ancianos se sientan para juzgar. Por lo tanto, puesto que Booz se propone representar a las ausentes Noemí y Rut en asuntos de recompra y matrimonio de levirato, él congrega a 10 de los ancianos de Belén allí mismo en la puerta. (Deu. 16:18; 22:15; 25:7, 8) Entonces Booz le dice al recomprador más próximo: “La porción del campo que le pertenecía a nuestro hermano [o pariente] Elimelec la tiene que vender Noemí,” aparentemente debido a que Noemí se encuentra en pobreza. (Rut 4:3) Si un israelita empobrecido tiene que vender la tierra de la familia, el recomprador tiene el derecho de redimirla por medio de pagar un precio basado en el número de años que queden hasta el Jubileo, cuando tal propiedad hereditaria se devuelve al terrateniente original. (Lev. 25:23-28) En vez de tratar de pasar por alto al pariente más próximo y comprar la tierra secretamente, el honorable Booz presenta con justicia los hechos en público. Si el pariente más cercano quiere recomprarla, excelente; si él no lo hace, Booz lo hará.
16, 17. Si el pariente cuyo nombre no se da desea comprarle el campo a Noemí, ¿qué más debe hacer? ¿Cómo reacciona él a eso?
16 “Yo seré el que la recompre,” dice este pariente más próximo. Aparentemente le alegra obtener la tierra y así aumentar lo que tiene. Pero le espera una sorpresa, porque Booz continúa: “El día que compres el campo de mano de Noemí, también es de Rut la moabita, la esposa del muerto [Mahlón el hijo de Elimelec], que tienes que comprarlo para hacer que el nombre del muerto se levante sobre su herencia.” (Rut 4:4, 5) Si este pariente desea ese campo, está obligado a casarse con Rut y producir prole para el deudo o pariente de él... un hijo que heredará esa porción de terreno.
17 Ah, eso es un asunto completamente diferente. “No puedo recomprarlo para mí,” dice el pariente cercano cuyo nombre no se da, “por temor de que arruine mi propia herencia. Recómpratelo tú con mi derecho de recompra, porque yo no puedo hacer la recompra.” (Rut 4:6) Este deudo no dice precisamente cómo ‘arruinaría su propia herencia.’ Pero él gastaría dinero para el terreno, y hasta ese grado reduciría el valor de la heredad suya. Y entonces el hijo de Rut, más bien que cualesquier hijos que el pariente cercano pudiera tener ya, conseguiría el campo. ¡Nada de eso para el egoísta Fulano! Por eso: ‘Cómpratelo para ti, Booz.’
18, 19. ¿Por medio de qué acto renuncia este pariente más cercano a su derecho de recompra en este caso, y por eso, qué hace Booz?
18 Habiendo dicho eso, el pariente cuyo nombre no se da sigue la costumbre reinante relacionada con el derecho de recompra y el intercambio. Se quita una de las sandalias y se la da a Booz. Al hacer esto delante de testigos, está renunciando a su derecho de recompra en este caso. No hay duda de que su proceder egoísta es la razón por la cual se le deja sin nombre. Ahora Booz está autorizado para efectuar la recompra.—Rut 4:7, 8; Deu. 25:7-10.
19 Sin demora, Booz compra de Noemí todo lo que pertenecía a Elimelec y a sus hijos Quilión y Mahlón. También, compra a Rut “por esposa para hacer que el nombre del muerto [Mahlón] se levante sobre su herencia” de modo que su nombre “no sea cortado de entre sus hermanos y de la puerta de su lugar.” Sí, el nombre de Mahlón, y por lo tanto el de su padre Elimelec, será recordado por el pueblo y los ancianos congregados en el futuro en la puerta de Belén. “Ustedes son testigos hoy,” declara Booz. En atestación, todo el pueblo y los ancianos gritan: “¡Testigos!”—Rut 4:9-11.
JEHOVÁ OTORGA A RUT “UN SALARIO PERFECTO”
20. ¿Qué desean los testigos que Jehová otorgue a la esposa que está entrando en la casa de Booz, y a quién atribuyen el hijo en perspectiva por medio de Rut?
20 Es conmovedor oír que esos testigos añaden: “Concédale Jehová a la esposa que está entrando en tu casa ser como Raquel y como Lea, las cuales dos edificaron la casa de Israel [porque su prole se hizo numerosa]; y tú, demuestra tu mérito en Efrata y cobra fama en Belén. Y llegue a ser tu casa como la [muy populosa] casa de Peres, que Tamar dio a luz a Judá, de la prole que Jehová te dé de esta joven.” (Rut 4:11, 12) Sí, aquellos testigos ya atribuyen a Jehová ese hijo en perspectiva por medio de Rut, la leal moabita.
21, 22. ¿Por qué dicen las vecinas: “Un hijo le ha nacido a Noemí”?
21 Así es que Booz toma a Rut como esposa y tiene relaciones con ella. Jehová le otorga a Rut concepción, y ella da a luz un hijo. ¡Qué felicidad reina! A la abuela gozosa, Noemí, las mujeres de Belén dicen: “Bendito sea Jehová, que no ha dejado que te faltase hoy un recomprador; para que su nombre sea proclamado en Israel. Y él ha venido a ser restaurador de tu alma y uno que nutre tu vejez, porque tu nuera que de veras te ama, que te es mejor que siete hijos [carnales], lo ha dado a luz.” La deleitada Noemí pone al niño en su seno y llega a ser su nodriza, o cuidadora.—Rut 4:13-16.
22 “Le ha nacido un hijo a Noemí,” dicen las vecinas. Consideran que la criatura es el hijo de Elimelec y su viuda. ¿Y por qué no? Rut sí llega a ser la esposa de Booz a favor de la envejecida Noemí, en armonía con la ley del matrimonio de levirato. Booz y Rut han ejecutado un servicio a Jehová, y es notable el hecho de que las mujeres del vecindario llaman al niño Obed, que significa “siervo” o “uno que sirve.” El joven es el heredero legal de la casa de Elimelec que pertenece a la tribu de Judá.—Rut 4:17.
23. ¿Cómo ha llegado a ser Booz un instrumento en la bendición que le había deseado a Rut?
23 Han pasado varios meses desde que Booz le dijo a Rut: “Que Jehová recompense tu manera de obrar, y que llegue a haber para ti un salario perfecto procedente de Jehová.” (Rut 2:12) Pues bien, por haber engendrado a Obed, Booz ha llegado a ser un instrumento en la bendición que él había deseado para la joven moabita. Un día, Obed, descendiente de Judá por medio de Peres, Hezrón, Ram, Aminadab, Naasón, Salmón y Booz, tendrá un hijo llamado Jesé, quien llegará a ser el padre de David, el segundo rey de Israel.—Rut 4:18-22.
24. (a) El drama que se acaba de considerar da evidencia de la guía de Dios ¿en qué respecto? (b) Entonces, ¿qué fue el “salario perfecto” que Jehová le otorgó a Rut?
24 Este drama de la vida real suministra evidencia de la guía de Dios en la selección de individuos para la preservación de la más importante línea humana de descendencia, la que llevaba al Mesías, Jesucristo. Es verdad que las mujeres israelitas casadas con hombres de la tribu de Judá tenían la posibilidad de contribuir al linaje terrestre del Mesías. (Gén. 49:10) Pero el que una moabita tuviera tan grande privilegio ilustra el principio de que “no depende del que desea ni del que corre, sino de Dios, que tiene misericordia.” (Rom. 9:16) Rut había escogido a Jehová como Dios de ella, y con gran misericordia él le otorgó a ella “un salario perfecto” al permitir que aquella humilde mujer llegara a ser un eslabón en la línea de descendencia del Mesías.—Mat. 1:3-6, 16; Luc. 3:23, 31-33.
25. ¿Cómo debe afectarnos la consideración del “salario perfecto” que Dios le otorgó a Rut?
25 De seguro aquel “salario perfecto” otorgado por Dios a la leal Rut debe mover a las personas pensadoras a acercarse a él con fe implícita, con confianza en que Jehová existe y que “viene a ser remunerador de los que le buscan encarecidamente.” (Heb. 11:6) Sí, el libro de Rut pinta a Jehová como un Dios de amor que obra a favor de los que le son devotos. Además, prueba que el propósito de Dios nunca falla. Por eso, podemos tener, y debemos tener, el mismo espíritu que expresó David, quien declaró: “Ciertamente clamaremos gozosamente a causa de tu salvación, y en el nombre de nuestro Dios alzaremos nuestros pendones. Que Jehová cumpla todas tus peticiones. Ahora de veras sé que Jehová ciertamente salva a su ungido. Él responde desde sus santos cielos con los poderosos actos salvadores de su diestra.”—Sal. 20:5, 6.
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