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Preguntas de los lectoresLa Atalaya 1978 | 1 de noviembre
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Cuando esta clase de aparato está funcionando, la sangre del paciente fluye desde un vaso sanguíneo a través de tubos y de la máquina (donde se le bombea, oxigena y/o filtra) y entonces vuelve a fluir al sistema circulatorio del paciente. La máquina ejecuta temporeramente algunas de las funciones que normalmente efectúan los propios órganos del paciente.
Considerando su conciencia, algunos cristianos han razonado que la sangre está fluyendo continuamente y que el circuito externo pudiera considerarse como una extensión del sistema circulatorio. Han considerado esto comparable a un trozo de tubo que pudiera ser implantado en el cuerpo para hacer que la sangre, al fluir, evite una obstrucción en un vaso sanguíneo.
Por supuesto, cada cristiano debe considerar cuidadosamente lo que está envuelto en el uso de estos aparatos y otros similares. Pudiera considerar si ve la sangre que está envuelta en este proceso como sangre que claramente ha abandonado su cuerpo y por lo tanto es sangre de la cual se debe disponer o como sangre que fundamentalmente es todavía parte de su sistema circulatorio. (Deu. 12:16) Entonces puede tomar una decisión que lo deje con una conciencia limpia delante de Dios.—1 Ped. 3:16.
● ¿Sería incorrecto someterse a un examen de la sangre?
Basándose en su conocimiento de las Escrituras, la mayoría de los testigos de Jehová, si no todos, no objetan a tales exámenes. La pequeña cantidad de sangre que se remueve del cuerpo no se come ni se inyecta en otra persona. Simplemente se examina antes de que se disponga de ella.—Deu. 15:23.
● ¿Son compatibles con la creencia cristiana las inyecciones de sueros?
En nuestro número del 1 de marzo de 1975, presentamos en esta columna una consideración detallada del uso de las vacunas (que no contienen sangre) y de sueros que se hacen de sangre. Para esos detalles, sírvase ver esa presentación en las páginas 159, 160.
Se reconoce que la profesión médica va apartándose cada vez más del uso de transfusiones de sangre completa. En vez de eso, la sangre humana está siendo separada en componentes principales que pueden ser transfundidos... glóbulos rojos, glóbulos blancos, plaquetas y plasma. Sobre esto dijimos: “Creemos que el uso de sangre como transfusión [para sostener la vida], o el uso de un componente de la sangre para efectuar un propósito similar, está obviamente en pugna con el mandato bíblico de ‘que se abstengan . . . de la sangre.’ (Hech. 15:20)”
Sin embargo, ¿qué hay de aceptar inyecciones de sueros para combatir la enfermedad, como las que se emplean para la difteria, el tétano, la hepatitis de virus, la rabia, la hemofilia y la incompatibilidad de Rh? Parece que esto cae dentro de una ‘zona gris.’ Algunos cristianos creen que el aceptar con tal propósito una pequeña cantidad de una sustancia derivada de la sangre no sería una manifestación de falta de respeto a la ley de Dios; su conciencia permitiría tal cosa. (Compare con Lucas 6:1-5.) Otros, no obstante, se sienten obligados por su conciencia a rehusar los sueros porque contienen sangre, aunque solo una cantidad minúscula. Por eso, hemos adoptado la posición de que esta cuestión tiene que ser resuelta por cada individuo personalmente. Instamos a cada uno a esforzarse por tener una conciencia limpia y responder a la guía de Dios que se halla en Su Palabra.—Sal. 119:105.
● ¿Hasta qué punto debe preocuparse el cristiano en cuanto a la sangre que se pone en productos alimenticios?
Dios le dijo a Noé, y así a toda la familia humana: “Todo animal moviente que está vivo puede servirles a ustedes de alimento. . . . Solo carne con su alma —su sangre— no deben comer.” (Gén. 9:3, 4) Así, el deseo de los adoradores verdaderos debe ser evitar el comer carne en la cual se haya dejado sangre u otros alimentos a los cuales se haya añadido sangre.
Esto quizás exija cierto grado de cuidado. Por ejemplo, en algunos países se suele estrangular a los animales, o se les mata de alguna otra manera que deja la sangre en ellos. En los casos en que esto es lo que se practica en su localidad, los cristianos por lo general compran solo de comerciantes, carniceros o agricultores de los cuales ellos saben que venden carne de animales que han sido debidamente desangrados.
Sin embargo, los reglamentos federales acerca del degüello de animales en muchos países, por ejemplo, en los Estados Unidos de América, exigen que se desangre apropiadamente a los animales. Por eso, los cristianos de estos lugares no tienen que preocuparse mucho por estas cosas. Pueden comer libremente de la carne que se vende en los mercados o de la que se sirve en los restaurantes. (Compare con 1 Corintios 10:25, 26, donde se hace referencia a carne que había sido ofrecida a ídolos: “Todo lo que se vende en la carnicería sigan comiéndolo, sin inquirir nada por causa de su conciencia; porque ‘a Jehová pertenecen la tierra y lo que la llena.’”) Sin embargo, pudiera ser necesario inquirir acerca de la carne de animales que hayan sido muertos en la localidad, como carne de animales “salvajes,” sea que se haya obtenido de un cazador, una carnicería o un restaurante.
Pero ¿qué hay de los productos alimenticios que quizás contengan sangre o algún componente de la sangre, como proteína del plasma?
Algunos gobiernos exigen que los productores alisten los ingredientes en la etiqueta del alimento que ha sido sometido a elaboración. Los cristianos que hayan investigado etiquetas de productos por algún tiempo quizás hayan notado que en el sector donde ellos viven casi nunca se usa sangre en los alimentos. Por eso, correctamente quizás hayan limitado su lectura de etiquetas solo a las ocasiones en que pudiera haber alguna razón para creer que se ha añadido sangre a algún artículo.
Sin embargo, recientemente la República Federal de Alemania aprobó una ley que permite a las compañías que venden carne usar, sin alistarlo en una etiqueta, hasta 2 por ciento (o, en algunos casos, 10 por ciento) de plasma sanguíneo seco en “salchichas de viena y alemanas y productos similares, entre ellos pasta de carne, carne enrollada . . . albóndigas, rellenos de carne, fricasé, ragout, carne en manteca, . . .” ¿Qué puede hacer en esos casos el cristiano que toma en consideración su conciencia?
Pudiera investigar preguntando al carnicero o al productor. Se informa que en respuesta a estas preguntas unos productores de un país escandinavo inmediatamente aseguraron que la sangre no se usa como ingrediente en sus carnes elaboradas; no quieren perder negocio. Pero, en algunos casos, los Testigos que preguntaron sobre esto a carniceros o productores de carne recibieron respuestas vagas o dudosas. Debe notarse que, aunque la ley permita que las compañías añadan alguna sangre sin declararlo, esto no necesariamente significa que todas lo hagan, o siquiera la mayoría de ellas.
Por lo tanto, los cristianos tienen que decidir individualmente qué hacer. La conciencia de algunos quizás los mueva a evitar toda cosa de la cual ellos tengan serias dudas o a hacer la investigación necesaria para mantener una conciencia tranquila. (Rom. 14:23) En los casos en los cuales no parece posible obtener información absoluta por medio de investigación razonable, otros cristianos pudieran llegar a esta conclusión: ‘Donde no hay razón sustancial para que yo piense que hay sangre presente ni hay manera clara por medio de la cual yo pueda determinarlo, puedo “seguir comiendo” con conciencia limpia.’ Sin embargo, deben considerar lo que otros piensan según la conciencia de ellos, tal como aconsejó Pablo.—1 Cor. 10:28-30; Rom. 14:13-21.
Los cristianos verdaderos no deben ser indiferentes con relación a la sangre. Deben hacer lo que puedan para evitar una clara violación de la ley de Dios. Un profundo respeto a esa ley es de importancia central. Al hacer todo lo que razonablemente puedan hacer para ‘abstenerse de sangre,’ el pueblo de Dios manifiesta aprecio a la santidad de la vida y a la sangre que la representa.—Hech. 21:25.
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¿Deberían aceptar sangre los cristianos?La Atalaya 1978 | 1 de noviembre
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¿Deberían aceptar sangre los cristianos?
Cada año se administran millones de transfusiones de sangre. Sin embargo algunos cristianos dicen que la Biblia prohíbe aceptar sangre. ¿Qué dice la Biblia acerca de este asunto? ¿Y cuáles son los hechos acerca de las transfusiones de sangre?
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