BIBLIOTECA EN LÍNEA Watchtower
Watchtower
BIBLIOTECA EN LÍNEA
español
  • BIBLIA
  • PUBLICACIONES
  • REUNIONES
  • “Paz entre los hombres que tienen su aprobación”
    La Atalaya 1979 | 1 de diciembre
    • después su ensalzamiento al poder del reino:

      “Retengan en ustedes esta actitud mental que también hubo en Cristo Jesús, quien, aunque existía en la forma de Dios, no dio consideración a un arrebatamiento, a saber, que debiera ser igual a Dios. No, antes bien se despojó a sí mismo y tomó la forma de esclavo y vino a estar en la semejanza de los hombres. Más que eso, hallándose en estilo de hombre, se humilló a sí mismo y se hizo obediente hasta la muerte, sí, muerte en un madero de tormento. Por esta misma razón también Dios lo ensalzó a un puesto superior y bondadosamente le dio el nombre que está por encima de todo otro nombre, para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en el cielo y de los que están sobre la tierra y de los que están debajo de la tierra, y reconozca abiertamente toda lengua que Jesucristo es Señor para la gloria de Dios el Padre.”

      Jesucristo llega a ser el Príncipe de Paz de quien se habla en Isaías 9:6, y como rey de justicia de Jehová introducirá las condiciones de paz que se describen en Salmo 72:6, 7: “Descenderá como la lluvia sobre la hierba cortada, como chaparrones copiosos que mojan la tierra. En sus días el justo brotará, y la abundancia de paz hasta que la luna ya no sea.” Por lo tanto, fue apropiado que el ángel que anunció el nacimiento de Jesús a los pastores se haya referido a él como aquel que traería “paz entre los hombres que tienen su aprobación.” Todo esto nos aclara el hecho de que la muerte de Jesús es lo de importancia. Su nacimiento fue necesario como preludio de su muerte, pero su muerte fue lo que logró tanto y merece conmemoración. Por eso la fecha de su nacimiento ni siquiera está registrada, pero la fecha de su muerte es conocida y se manda recordarla.—Luc. 22:7, 19, 20.

      “LOS HOMBRES QUE TIENEN SU APROBACIÓN”

      Jehová prohíbe el que uno mezcle la adoración de él con la que se da a dioses demoníacos. “No has de celebrar un pacto con ellos ni sus dioses,” dijo él a su pueblo Israel. “No deben ellos morar en tu tierra, para que no te hagan pecar contra mí. En caso de que sirvieras a sus dioses, eso llegaría a ser un lazo para ti.” (Éxo. 23:32, 33; 1 Sam. 5:1-4) Se repite esta restricción a los cristianos: “No lleguen a estar unidos bajo yugo desigual con los incrédulos. Porque ¿qué consorcio tienen la justicia y el desafuero? ¿O qué participación tiene la luz con la oscuridad? Además, ¿qué armonía hay entre Cristo y Belial?”—2 Cor. 6:14, 15.

      El artículo anterior mostró las raíces no cristianas de la Navidad. Se funda en la adoración del Sol que muchos pueblos de la antigüedad practicaban. Hasta se remeda o parodia la obra de rescate y reconciliación que la muerte de Jesús logró. Como mediador, Jesús resucitado reconcilia a la humanidad pecaminosa con Dios. El muérdago que se usa en las costumbres relacionadas con Navidad es la representación pagana de un mesías falso que reconcilia al hombre con Dios. La obra The Two Babylons (Las dos Babilonias), de Hislop, comenta sobre esto y sobre el beso que los celebrantes de algunos países acostumbran darse bajo el muérdago:

      “Considere el lector la práctica singular de besarse bajo una rama de muérdago que todavía se observa en el Sur en Nochebuena. En la superstición druídica, que, como hemos visto, provino de Babilonia, esa rama de muérdago era una representación del Mesías, ‘El hombre la rama.’ Se consideraba el muérdago como una rama divina... una rama que había venido del cielo, y crecido sobre un árbol que brotó de la tierra. Así, al injertarse la rama celestial en el árbol terrestre, el cielo y la Tierra, que habían sido separados por el pecado, fueron unidos, y así la rama del muérdago llegó a ser el símbolo de la reconciliación divina con el hombre, ya que el beso es el símbolo bien conocido de perdón y reconciliación.”—Págs. 98, 99.

      Los hombres y mujeres que tienen la aprobación de Jehová y por lo tanto disfrutan de la paz que él ha prometido evitan las celebraciones paganas, aunque éstas estén disfrazadas y se les dé la apariencia de honrar el nacimiento de Jesús. Además, la grosera comercialización de la Navidad es una descarada violación del espíritu de Jesús.

      EL DAR EN NAVIDAD CONTRA EL DAR CRISTIANO

      Vez tras vez se oyen lamentos por el aspecto comercial de la Navidad, pero algunos insisten en que el mucho dar que se efectúa durante esa época sirve de compensación. Esto da al día festivo un sabor cristiano, puesto que Jesús dio mucho énfasis al asunto de dar. Eso es lo que se alega. Sin embargo, en muchos casos se trata más bien de un intercambio de regalos, de esperar algo de vuelta de la persona a quien uno ha hecho un regalo. Si el que da un regalo no recibe uno de vuelta, el nombre del que dejó de corresponder se elimina de la lista de Navidad y no se le envía un regalo el año siguiente. Esto es precisamente contrario al proceder que Cristo Jesús recomendó. Él nos indicó el espíritu correcto con estas palabras:

      “Cuando des una comida o una cena, no llames a tus amigos, ni a tus hermanos, ni a tus parientes, ni a los vecinos ricos. Quizás alguna vez ellos también te inviten a ti en cambio y esto llegue a ser tu pago correspondiente. Pero cuando des un banquete, invita a los pobres, a los lisiados, a los cojos, a los ciegos; y serás feliz, porque ellos no tienen con qué pagártelo. Pues se te pagará en la resurrección de los justos.”—Luc. 14:12-14.

      Se refleja el mismo espíritu en el consejo que se da en Proverbios 19:17: “El que está mostrándole favor al de condición humilde le está prestando a Jehová, y Él le pagará de vuelta su trato.” Tanto este texto como el que se citó precisamente antes muestran que Jehová paga o recompensa. Tal vez la persona a quien usted da algo también quiera darle algo a usted. No hay nada malo en esto, pero el punto es éste: el motivo de usted al dar no es recibir un regalo de vuelta. Quizás su dar estimule una acción correspondiente, como indicó Jesús: “Practiquen el dar y se les dará. Derramarán en sus regazos una medida excelente, apretada, remecida y rebosante. Porque con la medida con que ustedes miden, se les medirá a ustedes en cambio.” Aun así, usted da porque el dar le produce felicidad. “Hay más felicidad en dar que la que hay en recibir.”—Luc. 6:38; Hech. 20:35.

      Practique el dar durante todo el año. Ese dar beneficia a otros. Le ocasiona felicidad a usted. Agrada a Jesús mucho más que el apartar un día de fiesta mundano en nombre de él para el intercambio de regalos. Y gana la aprobación de Jehová, quien pagará al dador alegre con paz bajo el reino de Dios mediante Cristo.

  • Ponderando las noticias
    La Atalaya 1979 | 1 de diciembre
    • Ponderando las noticias

      ¿Unidad en la desunión?

      ● El presidente de la Iglesia Luterana Americana, el clérigo David Preus, dice que no tiene que haber unidad entre los cristianos. Aseverando que la Biblia apoya este punto de vista, señaló a los saduceos, fariseos y escribas con sus diferentes enseñanzas y declaró: “Diferían entre sí, pero mantenían la unidad de la familia.”

      Sin embargo, el cristianismo verdadero no es solo un asunto de unidad de familia, puesto que hasta los ateos pueden lograr eso. El ejemplo de los saduceos, fariseos y escribas, lejos de apoyar la desunión, la condena, porque Jesús les dijo: “¿Por qué es que ustedes también traspasan el mandamiento de Dios a causa de su tradición? . . . Han invalidado ustedes la palabra de Dios a causa de su tradición.” Así, Jesús rechazó la forma de adoración de ellos, y declaró: “Es en vano que siguen [adorando a Dios], porque enseñan mandatos de hombres como doctrinas.”—Mat. 15:3-9.

      El apóstol Pablo mostró claramente que verdaderos cristianos ‘todos deberían hablar de acuerdo, y que no debería haber divisiones entre ellos.’—1 Cor. 1:10.

      ¿Es pecado casarse?

      ● Hace unos meses, cuando murió en Chicago Walter Imbiorski, ex sacerdote católico romano, oficiales de la jerarquía católica le negaron una misa de cuerpo presente. ¿Por qué? ¿Qué “pecado” había cometido? El National Catholic Reporter explicó: “Había dejado el sacerdocio en 1975 y se había casado.”

      El matrimonio existe por disposición divina. (Gén. 2:18-25) Por eso la Palabra de Dios dice que los que ‘hubieran de prohibir el matrimonio’ habrían abandonado “la fe, por dar oídos a inspiraciones erróneas y enseñanzas de demonios, de impostores hipócritas, embotados de conciencia,” como lo expresa la versión católica Nueva Biblia Española. (1 Tim. 4:1-3) ¡Cuán impropio, pues, el expresar desaprobación del matrimonio, algo que es legal a la vista de Dios!

Publicaciones en español (1950-2025)
Cerrar sesión
Iniciar sesión
  • español
  • Compartir
  • Configuración
  • Copyright © 2025 Watch Tower Bible and Tract Society of Pennsylvania
  • Condiciones de uso
  • Política de privacidad
  • Configuración de privacidad
  • JW.ORG
  • Iniciar sesión
Compartir