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En asambleas para promover fe victoriosaLa Atalaya 1979 | 15 de mayo
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SIGUEN EDIFICANDO FE VICTORIOSA
Los testigos de Jehová esperan con confianza las “condiciones de vida ideales” y otras bendiciones que el reino de Dios traerá para la humanidad. Sin embargo, la adoración de Jehová Dios y el servicio devoto a él ya les han dado un remunerador propósito en la vida. Además, porque aplican los principios bíblicos, ahora disfrutan de vida familiar feliz y tienen la satisfacción que proviene de cambios en la personalidad que armonizan con la voluntad divina. Y estos cristianos se regocijan de que una verdadera hermandad y unidad los enlace unos a otros en este mundo dividido.
Sí, los testigos cristianos de Jehová suministran prueba de que la fe puede salir victoriosa en medio del mundo actual. Sin embargo, saben que es vital el seguir edificando la fe, y estas asambleas han sido provechosas para ello. Una familia de delegados describió esto muy bien al escribir: “Hermanos, todo el mundo salió de esta asamblea mejor equipado para enfrentarse a los problemas que todos tenemos en la vida cotidiana. Gracias por todo el trabajo que se hizo para realizarla, y todo ello para la alabanza de Jehová.” Ciertamente estas asambleas internacionales promovieron fe victoriosa.
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Una condición aprobada ante de JehováLa Atalaya 1979 | 15 de mayo
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Una condición aprobada ante Jehová
El hecho de que alguien haya recibido el favor divino en cierto tiempo no garantiza en sí mismo que ese individuo continúe siendo siervo aprobado de Jehová. Por ejemplo, a los israelitas se les libró de la esclavitud en Egipto y se les llevó al país de Canaán. Sin embargo, el que ellos llegaran a ser el pueblo escogido de Dios no les aseguró una relación incambiable con el Altísimo. Cuando se hicieron idólatras y de otras maneras pasaron por alto la ley de Jehová, el hecho de que Jehová les hubiera escogido por amor a los antepasados fieles de ellos perdió su significado. Por medio de su profeta Amós, el Todopoderoso declaró: “‘¿No son ustedes como los hijos de los cusitas para mí, oh hijos de Israel?’ es la expresión de Jehová. ‘¿No hice subir a Israel mismo de la tierra de Egipto, y a los filisteos de Creta, y a Siria de Kir?’”—Amós 9:7.
Los israelitas quizás se hayan enorgullecido de haber sido escogidos por Dios. Pero a causa de su infidelidad no se hallaban en mejor posición ante Jehová que los cusitas. Su circuncisión no tenía en verdad ningún valor. Siglos después, el apóstol Pablo dio énfasis al mismo punto, al decir: “La circuncisión, en realidad, es de provecho solo si practicas ley; pero si eres transgresor de ley, tu circuncisión ha venido a ser incircuncisión.”—Rom. 2:25.
De manera semejante, el que el pueblo de Israel hubiera sido sacado de Egipto no aseguraba en sí mismo que continuaría teniendo una excelente posición ante Jehová Dios. En el caso de los israelitas infieles, el que sus antepasados hubieran sido librados maravillosamente de Egipto no les daba mayor garantía de continuar recibiendo el favor divino que el hecho de que los filisteos y sirios estuvieran viviendo en zonas que ya no eran donde solían morar antes.
Esto enfatiza vigorosamente el hecho de que una posición aprobada ante Dios no depende de antecedentes nacionales, tribuales o familiares. El simplemente afirmar que se es siervo del Altísimo significa poco. El individuo tiene que ser una persona que haga la voluntad de Jehová Dios.
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