-
Las visitas de ancianos benefician al pueblo de DiosLa Atalaya 1979 | 15 de julio
-
-
“Volvieron a Listra y a Iconio y a Antioquía, fortaleciendo las almas de los discípulos, animándolos a permanecer en la fe y diciendo: ‘Tenemos que entrar en el reino de Dios a través de muchas tribulaciones.’”—Hech. 14:21, 22.
1. ¿Por qué son necesarias las visitas de superintendentes viajantes hoy, como lo fueron en el primer siglo?
EN EL primer siglo, los apóstoles y otros ancianos hacían visitas oportunas como superintendentes viajantes a las congregaciones cristianas. Hoy día hay superintendentes viajantes que visitan con regularidad a más de 42.000 congregaciones de testigos de Jehová por todo el mundo. ¿Tienen mucho en común las visitas de esa índole, antiguas y modernas? ¡Ciertamente que sí! Porque las necesidades de los cristianos de hoy día son iguales a las que existían en los tiempos apostólicos. Necesitamos el estímulo y la ayuda práctica de estas visitas para seguir efectuando la voluntad de Dios en medio de condiciones difíciles.
2. (a) ¿Qué problemas han afrontado los cristianos, tanto en el primer siglo como ahora, y, por eso, qué trabajo se ha tenido que hacer? (b) ¿Por qué se han recibido con aprecio las visitas de los ancianos?
2 Debido a las imperfecciones heredadas, los cristianos primitivos experimentaron problemas que eran similares a los nuestros. (Rom. 3:23) Las tentaciones a las cuales se encararon eran muy parecidas a las que tenemos que resistir nosotros. (1 Cor. 10:13) Vivían en medio de un inicuo sistema de cosas que todavía está presente hoy y del cual todos anhelamos liberación. (Gál. 1:4) También tenemos que oponernos al adversario principal de ellos, el Diablo. (1 Ped. 5:8) Frente a sus debilidades carnales, presiones procedentes del mundo y la oposición que les venía de fuerzas invisibles inicuas de la región de los espíritus, aquellos creyentes del primer siglo tenían un trabajo que hacer. Su comisión era predicar las “buenas nuevas” y hacer discípulos. Esa comisión también aplica a los testigos de Jehová hoy día y tiene que efectuarse completamente antes del fin venidero de este mundo impío. (Mat. 28:19, 20; Hech. 1:8) Tanto en aquel tiempo como ahora, las visitas de hombres espirituales han sido acogidas como una provisión que tiene el fin de fortalecer, animar y ayudar en otros sentidos al pueblo de Dios.
3. ¿Qué beneficio podemos derivar de repasar los relatos de las visitas que se efectuaron en tiempos apostólicos y notar paralelos con lo que sucede en la actualidad?
3 Estas visitas hechas en tiempos apostólicos suministran una guía útil para nosotros hoy. (Hech. 14:21-23; 15:36) A medida que examinamos algunos relatos bíblicos y trazamos paralelos con lo que sucede en la actualidad, debería ser posible que profundizáramos nuestro aprecio de la provisión de tales “dones en la forma de hombres,” que rinden servicio según nuestras necesidades y las satisfacen.—Efe. 4:8, 11, 12.
CÓMO SE CONSIDERABAN LAS VISITAS DE LOS ANCIANOS
4. ¿Cómo ayudó a los hermanos una visita a la congregación de Antioquía?
4 Fue después de haberse celebrado el Concilio de Jerusalén de 49 E.C. que Judas y Silas fueron enviados junto con Pablo y Bernabé a Antioquía. Si usted hubiera estado allí, ¿qué habría experimentado? Según Hechos 15:32 los dos “profetas” Judas y Silas “animaron a los hermanos con muchos discursos y los fortalecieron.” Anteriormente había habido alguna disensión en Antioquía debido a la cuestión de la circuncisión. Pero ahora la congregación de Antioquía había recibido una carta preparada bajo dirección de espíritu santo, y esto, junto con esta visita de los dos “profetas,” había arreglado el asunto. La congregación tenía razón para regocijarse.—Hech. 15:2, 22-31.
5. ¿Qué nos dice Filipenses 2:20-22 acerca de cómo calificaba Timoteo para su obra?
5 Lo que hacía que los “ancianos” fueran tal estímulo a sus hermanos era el espíritu humilde y abnegado de ellos. Por ejemplo, tenemos a Timoteo, el compañero misional de Pablo, acerca del cual Pablo escribió: “No tengo a ningún otro de disposición como la de él que genuinamente cuide de las cosas que tienen que ver con ustedes. Porque todos los demás están buscando sus propios intereses, no los de Cristo Jesús.” Pablo, con quien Timoteo había trabajado, no vaciló en enviar a Timoteo a la congregación de Filipos con la confianza de que rendiría servicio como esclavo entre ellos para el “adelanto de las buenas nuevas.”—Fili. 2:20-22.
6. (a) ¿Cómo beneficiaría a los hermanos de Creta el que Tito llevara a cabo las instrucciones de Pablo? (b) ¿Qué efecto tendría el consejo de Tito en jóvenes y personas de edad avanzada, hombres y mujeres?
6 Por lo general los ancianos enviados a alguna zona en particular permanecían allí largo tiempo para fortalecer a los hermanos. Hubo gran necesidad de que Tito ayudara a resolver problemas en Creta. Se le dijo que ‘corrigiera las cosas defectuosas e hiciera nombramientos de ancianos en ciudad tras ciudad.’ Además, en vista de que algunos estaban enseñando a otros a ser ingobernables y habladores sin provecho, y comunicando ideas que engañaban, Tito había de seguir censurando a los desordenados con severidad, para que llegaran a ser “saludables en la fe.” (Tito 1:5-14) Había de aconsejar y exhortar a hombres y mujeres de edad avanzada, así como a hombres y mujeres más jóvenes, además de a los esclavos, para que el modo de vivir de todos ‘adornara la enseñanza de nuestro Salvador, Dios, en todas las cosas.’—Tito 2:1-10.
7. (a) ¿Cómo calificaban para su obra los superintendentes viajantes de aquel tiempo? (b) Según 1 Corintios 11:1, ¿cómo habría de considerarse a ancianos fieles como Pablo?
7 Está claro que hubo superintendentes bien capacitados que comunicaron instrucción necesaria a las congregaciones del primer siglo al visitarlas. Todos tenían años de experiencia en la obra de predicar, en encargarse de responsabilidades de ancianos y en aguantar penalidades. Pablo, después de alistar las persecuciones y peligros que afrontó, reveló su profundo sentido de responsabilidad, al decir: “Además de esas cosas de carácter externo, hay lo que se me viene encima de día en día, la inquietud por todas las congregaciones.” (2 Cor. 11:23-28) Tito, Timoteo y otros estuvieron estrechamente asociados con él en estas experiencias. (2 Cor. 8:23; 2 Tim. 3:10, 11) La fe ejemplar hizo de ellos ejemplos dignos de imitación.—1 Cor. 11:1.
8. ¿Qué amonestación recibieron los ancianos que habían venido de Éfeso, y cuál era su pensar y sentir con relación a Pablo?
8 Los hermanos no solo respetaron profundamente por su excelente trabajo a estos ejemplares “ancianos” visitantes, sino que también expresaron gran afecto personal por ellos. Un caso sobresaliente fue el de Pablo cuando se reunió con los ancianos que habían venido de Éfeso. Él les dio esta amonestación: “Presten atención a ustedes mismos y a todo el rebaño, entre el cual el espíritu santo los ha nombrado superintendentes, para pastorear la congregación de Dios, que él compró con la sangre del Hijo suyo.” (Hech. 20:28) Entonces les advirtió acerca de una apostasía que se acercaba, y los exhortó a mantenerse despiertos y ayudar a los débiles. Después de orar juntos, aquellos ancianos se sintieron conmovidos emocionalmente al despedirse de Pablo; les dolió de modo especial el enterarse de que ya no verían más el rostro del apóstol.—Hech. 20:29-38.
SE DA AYUDA PRÁCTICA A LAS CONGREGACIONES
9. ¿Cómo daban encomio y estímulo a las congregaciones los superintendentes que las visitaban?
9 Los superintendentes viajantes solían expresar encomio a aquellos primeros creyentes por las excelentes cualidades que éstos desplegaban. Así sucedió con relación a los “santos” de Colosas. Epafras había hablado acerca de las excelentes obras de éstos y del amor de ellos en sentido espiritual, y Pablo expresó gracias a Dios por esto. (Col. 1:2-8) La visita de Pablo a Tesalónica produjo resultados sobresalientes. Más tarde él escribió a los creyentes de aquel lugar y llamó atención a la obra fiel, la labor amorosa y el aguante de ellos. Ellos habían aceptado la palabra bajo tribulación y habían llegado a ser dignos imitadores de hombres como Pablo, Silvano (Silas) y Timoteo. (1 Tes. 1:1-7) Por palabra y ejemplo, aquellos ancianos enseñaron a los discípulos primitivos y les mostraron cómo podía desplegarse el fruto del espíritu de Dios en la vida diaria de ellos. Los animaron a colocar confianza implícita en Jehová y a confiar constantemente en él al orar. Las congregaciones se regocijaban con aquellas visitas, pues reconocían que se les fortalecía y se les animaba “a permanecer en la fe.”—Hech. 14:22.
10. (a) ¿Por qué no podría transigirse en cuanto a la limpieza espiritual y moral? (b) ¿Cómo estimularon aquellos ancianos a los pastores nombrados locales?
10 No hay duda de que los apóstoles y los ancianos tomaron medidas para encargarse de que las congregaciones de aquel tiempo funcionaran de manera ordenada, armoniosa, bajo la jefatura de Cristo. (Efe. 4:15, 16) Ellos sabían que había que mantener la limpieza espiritual y moral. No se podía transigir a este respecto. De otro modo, ¿cómo podría la congregación cristiana mantenerse separada del mundo y ser usada como vaso honorable para llevar a cabo la obra de Jehová? (2 Cor. 6:14-17; 1 Tes. 4:3-8; 2 Tim. 2:20-22) Para dar énfasis a la importancia de obedecer los requisitos divinos, aquellos ancianos hicieron visitas y escribieron cartas para ayudar a los pastores nombrados de la localidad y al rebaño que estaba al cuidado de ellos.—1 Ped. 5:1-5.
11. En armonía con el consejo de Pablo a Timoteo, ¿qué estímulo pueden dar los superintendentes viajantes a todos los superintendentes de las congregaciones hoy?
11 Pablo dio la siguiente amonestación al joven superintendente Timoteo: “Hazte ejemplo para los fieles . . . aplicándote a la lectura pública, a la exhortación, a la enseñanza . . . para que tu adelantamiento sea manifiesto a todos.” (1 Tim. 4:12-15) En sus visitas, los superintendentes viajantes de hoy dan consejos similares. Y tal como Pablo dio una encomienda a Timoteo, ellos animan a todos los superintendentes de las congregaciones a ‘predicar la palabra, ocuparse en ello urgentemente en tiempo favorable, en tiempo dificultoso, censurar, corregir, exhortar, con toda gran paciencia y arte de enseñar,’ y a ‘hacer la obra de evangelizador,’ y efectuar plenamente este ministerio.—2 Tim. 4:1-5.
12. ¿Qué consejo que envolvía juzgar se dio a la congregación corintia?
12 Los apóstoles no vacilaron en expresar lo que debería hacerse con relación a juzgar asuntos. Cuando Pablo supo de una situación que tenía que ver con un mal que no había sido corregido, avisó por carta lo que él habría hecho si hubiera estado presente personalmente, y dio a los hombres de responsabilidad de Corinto la firme dirección de ‘remover al hombre inicuo’ de entre ellos. (1 Cor. 5:3, 13) También animó a adoptar el proceder de usar para encargarse de las diferencias personales que hubiera entre los hermanos a hombres que fueran competentes para juzgar. (1 Cor. 6:1-6) Aquel consejo ayudó a los hermanos responsables a ajustar su manera de pensar.
UNA PROVISIÓN AMOROSA PARA FORTALECERNOS
13. (a) ¿Por qué podemos sentirnos agradecidos de que Jehová haya provisto superintendentes fieles, entre ellos los que con regularidad visitan a las congregaciones? (b) ¿Qué experiencia han tenido muchos superintendentes viajantes?
13 Hoy, debido a que el espíritu de Jehová funciona en su pueblo, hay hombres capacitados e industriosos que tienen muchos años de experiencia y que están disponibles para visitar las congregaciones. (Compare con Efesios 4:11, 12.) Aunque son hombres imperfectos, demuestran muchas de las excelentes cualidades que caracterizaron a Pablo, Silas, Bernabé, Timoteo y otros. En la actualidad, hay muchos superintendentes viajantes que tienen más de 30 años de experiencia en la obra de tiempo completo. Un superintendente de circuito que se encuentra activo en la actualidad emprendió el servicio de tiempo completo hace 55 años, a la edad de 18. (Ecl. 12:1) Ha servido continuamente desde entonces, y ha pasado los últimos 30 años visitando a las congregaciones. Casi todos estos hombres han servido también de superintendentes en las congregaciones locales y de precursores. Otros han pasado años en el campo misional o en una oficina sucursal de la Sociedad Watch Tower. La presencia de hombres como éstos en una congregación es una bendición que hace posible que toda la congregación derive fortaleza de las cosas espirituales que ellos pueden compartir con otros. Sus visitas pueden ayudarnos a efectuar nuestro servicio y adoración así como a cultivar personalidades cristianas.
14. ¿Qué muestra que estos ancianos califican para su obra, y qué se esfuerzan por edificar en otros?
14 Los representantes enviados a las congregaciones son invariablemente hombres que llevan la delantera en la obra de predicar el Reino y hacer discípulos. Han captado el sentido de la palabra y llevan excelente fruto. (Mat. 13:23) Imbuidos con un sentido de urgencia que nace de una genuina comprensión de lo que significa el reino de Dios, y reconociendo la seriedad de estos últimos días, no son holgazanes en su ocupación. (Rom. 12:11) Porque tienen esta actitud, se esfuerzan por edificar en otros el mismo espíritu evangelizador que identificó a la congregación cristiana primitiva.—Hech. 5:42; 8:1-4.
15. (a) ¿Cómo consideran los superintendentes viajantes los mandatos de Jesús que se dan en Mateo 24:14 y Mat. 28:19, 20? (b) En armonía con lo que sucedió después del Pentecostés de 33 E.C., ¿qué ayuda y ejemplo suministran ellos para las congregaciones hoy?
15 La alta estima en que tienen los superintendentes viajantes el mandato de Jesús de predicar las “buenas nuevas” y hacer discípulos los mueve a dar énfasis a esta comisión doble como una encomienda sagrada, un requisito divino. (Mat. 24:14; 28:19, 20) Recuerdan lo que sucedió después del día del Pentecostés en 33 E.C., y también más tarde, después de la conversión de Cornelio y su casa, a saber, que hubo un gran aumento en la cantidad de creyentes, y que a éstos se les instruyó plenamente, para que pudieran vivir en armonía con las “buenas nuevas” y declararlas eficazmente a otros. (Hech. 2:46, 47; 5:14; 6:7; 10:44-48; 20:20) Hoy, para que se siga multiplicando la cantidad de creyentes, los superintendentes viajantes invitan a la mayor cantidad posible de personas a participar con ellos en la testificación. Dan ayuda a los que carecen de experiencia. El celo y la excelente dirección de los ancianos visitantes contribuyen a la expansión de la obra de dar el testimonio. Ellos dicen, con Pablo: “¡Ay de mí si no declarare las buenas nuevas!”—1 Cor. 9:16.
16, 17. (a) Al estar alerta contra el que se introduzca la mundanalidad, ¿qué estímulo pueden dar los superintendentes viajantes? (b) ¿De qué maneras pueden ayudar a los hermanos a combatir la sutil influencia del materialismo?
16 Además, queda mucho trabajo que hacer en cuanto a ayudar a los que se asocian con las congregaciones a adelantar en el vivir cristiano. (2 Ped. 1:5-10) Algunos que todavía no se han librado de la mundanalidad pudieran tratar de introducir prácticas que aflojarían las elevadas normas de conducta que se establecen en la Palabra de Dios. Para evitar que penetre la mundanalidad, es necesario que los superintendentes viajantes desplieguen discernimiento y observen ciertas tendencias sutiles. Querrán animar al pueblo de Dios a adherirse estrechamente a los principios bíblicos con relación a sus hábitos de vida, la moralidad y sus tratos con otros, tanto en asuntos personales como en asuntos sociales. (1 Cor. 10:31-33; 1 Ped. 1:14-16; Heb. 13:18) A veces quizás tengan que recordar a los ancianos que deben obrar de manera decisiva en cuanto a mantener la limpieza moral, doctrinal y espiritual en las congregaciones.
17 En armonía con el consejo que Timoteo recibió, se insta a los superintendentes viajantes a advertir a los cristianos en contra de las influencias del materialismo, que tienden a introducirse en la congregación. (1 Tim. 6:9, 10, 17-19) Por su propio ejemplo al poner en primer lugar las cosas espirituales estimulan a otras personas a ‘buscar primero el reino de Dios.’—Mat. 6:33.
18. ¿Por qué es tan esencial el lograr estabilidad y madurez espiritual, y cómo se puede estimular a otros a alcanzar esto?
18 En un mundo en el cual vientos de doctrina religiosa confunden a la gente y la azotan de un lado a otro, es necesario que los que componen el pueblo de Jehová sean cristianos estables, plenamente desarrollados. (Efe. 4:13, 14) Deben hallarse en una posición firme, sin cambios rápidos debido a un modo de pensar independiente o presiones emocionales. (Col. 1:23; 2:6, 7) Correctamente, pues, los superintendentes viajantes deben dar énfasis a la necesidad de que todos los cristianos crezcan constantemente en el conocimiento exacto de Dios. (Fili. 1:9, 10; Col. 1:9-11) Estimulan el estudio personal, de familia y de congregación de modo que los cristianos se alimenten, no solo de ‘la leche de la palabra,’ sino de “alimento sólido,” para que comprendan plenamente “las palabras de justicia,” y ‘tengan sus facultades perceptivas entrenadas para distinguir tanto lo correcto como lo incorrecto.’ (Heb. 5:12-14) Cuando inspeccionan la condición espiritual de una congregación, los superintendentes viajantes suministran consejo espiritual acerca de puntos de esa índole.
19. ¿Cómo ayudan los superintendentes viajantes a diferentes personas según la necesidad individual de éstas? (Sant. 5:19, 20)
19 Según tengan oportunidad de hacerlo, estos ancianos quizás visiten a personas enfermas, de edad avanzada y a otras. (Pro. 16:31; Mat. 18:12-14; contraste con Ezequiel 34:4.) Cuando les vienen a hablar individuos entre los cuales ha surgido alguna diferencia en asuntos personales, ellos quizás los amonesten de manera amorosa, pero firme, según las Escrituras, con la mira de restaurar la paz. (1 Tes. 5:14, 15) En modos que suelen pasar sin ser notados, pueden impartir edificación espiritual a los que tienen dudas acerca de la conducta cristiana o a quienes, por otras razones, es necesario ‘arrebatar del fuego.’—Jud. 22, 23.
20. ¿De qué manera han desplegado abnegación o disposición a sacrificarse los superintendentes viajantes y sus esposas?
20 Como en el primer siglo, estos superintendentes viajantes y sus esposas sirven en medio de una variedad de circunstancias. En muchas partes de la Tierra se mudan de un sitio a otro cada semana. Para llegar a zonas aisladas o territorio de selva, algunos viajan a caballo o en canoa, o caminan largas distancias sobre caminos o pasos entre las montañas. Por el bien de las congregaciones aguantan grandes penalidades. Muchos han aceptado asignaciones en lugares muy distantes de donde están su familia y amigos íntimos. Pero, sea cual sea su situación, sufren molestias voluntariamente, pues están dispuestos a adaptarse a las circunstancias por las “buenas nuevas.”—1 Cor. 9:23.
21. (a) Nuestro repaso del ministerio de estos ancianos debería ayudarnos a apreciar ¿qué? (b) Por eso, ¿qué preguntas nos sentimos movidos a hacer?
21 Un repaso de las muchas maneras en que las visitas de ancianos fieles han fortalecido las congregaciones, tanto en tiempos apostólicos como en tiempos modernos, no puede menos que ayudarnos a apreciar sus esfuerzos. Ciertamente estos ancianos que se desgastan en sus esfuerzos están entre las personas de las cuales el apóstol Pablo escribió: “Ahora les solicitamos, hermanos, que respeten a los que están trabajando duro entre ustedes y presidiéndolos en el Señor y amonestándolos; y que les den consideración más que extraordinaria en amor por causa de su trabajo.” (1 Tes. 5:12, 13) Aunque estimamos de este modo a los superintendentes viajantes, ¿cómo podemos derivar mayores beneficios, personalmente, de las visitas que nos hagan en los días del futuro? Veamos eso ahora.
-
-
Los superintendentes viajantes benefician hoyLa Atalaya 1979 | 15 de julio
-
-
Los superintendentes viajantes benefician hoy
“Yo verdaderamente doy testimonio de él, que se empeña mucho a favor de ustedes y de los que están en Laodicea y de los que están en Hierápolis.”—Col. 4:13.
1, 2. (a) ¿A qué peligros nos enfrentamos hoy? (b) ¿Cómo podemos estar equipados para resistir al Diablo? (c) ¿Qué sobresaliente provisión ha hecho Jehová a fin de ‘fortalecer a las congregaciones’?
VIVIMOS en “tiempos críticos,” el período de cierre de los predichos “últimos días.” Los estudiantes de la Palabra de Dios saben esto. (2 Tim. 3:1) No obstante, a menudo los recordatorios oportunos pueden ayudarnos a vigilar contra cualquier indiferencia que pudiera introducirse furtivamente con relación a los peligros a los cuales nos encaramos. Un mundo enemigo y su gobernante invisible continúan ejerciendo presiones cada vez mayores para debilitar la fe, engañar y arruinar. (Juan 14:30; Rev. 12:9, 12) Verdaderamente, “el mundo entero está yaciendo en el poder del inicuo.” (1 Juan 5:19) En su ira, Satanás está intensificando su guerra contra los que observan los mandamientos de Dios. (Rev. 12:17) Sutilmente, se esfuerza por apartar del Dios vivo al pueblo de Jehová y llevarlo a un modo de vivir infructífero, mundano, y cortarlos así de la comunicación con el ‘pastor y superintendente de sus almas,’ Jehová Dios. El objetivo del Diablo es devorar a alguien.—Heb. 3:12; 1 Ped. 1:18, 19; 2:25; 5:8.
2 Para evitar un resultado tan trágico, necesitamos todo lo que Jehová provee para que nos mantengamos fuertes en sentido espiritual. Así podemos resistir al Diablo y continuar rindiendo servicio sagrado a Jehová solamente. (Mat. 4:8-11; Sant. 4:7) Entre las provisiones que benefician en gran manera al pueblo de Dios está el arreglo que consiste en que los superintendentes viajantes los visiten y ‘vean cómo están.’ Esas visitas contribuyen a ‘fortalecer a las congregaciones’ para que se pongan firmemente en contra del adversario; las impulsa a mayor actividad en el servicio a Dios.—Hech. 15:36, 41; 1 Ped. 5:9; 1 Cor. 16:9.
3. ¿Cómo deben considerar el rebaño los superintendentes viajantes, y qué esfuerzos deben hacer a favor del rebaño?
3 No cabe equivocación en cuanto a lo serio e importante de la obra de estos superintendentes viajantes. Ellos deben tomar a pecho el principio de Proverbios 27:23, que dice: “Debes conocer positivamente la apariencia de tu rebaño. Fija tu corazón en tus hatos.” Estos subpastores viajantes deben observar de cerca la condición espiritual del rebaño, para protegerlo de peligro. Deben esforzarse también por ministrar o servir en armonía con las necesidades del rebaño, e interesarse en cada “oveja” individual. (Compare con 1 Samuel 17:34, 35; Filipenses 2:4.) Puesto que están interesados en beneficiar a sus hermanos, querrán esforzarse solícitamente por impartirles enseñanza y estimularlos en la obra de evangelizar. (1 Tim. 5:17; 2 Tim. 4:5) Al gastarse de este modo deben ser como Epafras, quien ‘se empeñó mucho’ a favor de la congregación.—Col. 4:12, 13.
4. ¿Qué podemos hacer individualmente para beneficiarnos de la visita de estos ancianos?
4 Al aprovecharnos plenamente de estas visitas, cada uno de nosotros puede obtener grandes beneficios del consejo, estímulo y ayuda que suministran estos ancianos. Sin embargo, el obtener estas bendiciones exige cooperación y un esfuerzo diligente por parte de cada uno de nosotros.
LA PREPARACIÓN ES ESENCIAL
5. ¿Qué preparaciones tienen mucho que ver con el éxito de la visita del superintendente viajante? (1 Cor. 14:40)
5 Con relación a la visita del superintendente viajante a una congregación se arregla un programa de varias actividades. El éxito de la visita depende, en gran parte, de las preparaciones que efectúe la congregación de antemano. Es necesario hacer planes para los días y horas y los lugares con relación al servicio, apartar territorio para actividad en grupos, y poner los registros de la congregación al día y hacerlos disponibles para que se les examine. Los publicadores se beneficiarían mucho de hacer arreglos para participar en la obra. Algunos quizás puedan servir de precursores auxiliares. Algunos ancianos y siervos ministeriales quizás pudieran ajustar sus asuntos para participar en actividad con el grupo o grupos que se organicen para el servicio durante mediados de semana. Los ancianos pueden pensar cuidadosamente en la agenda de la reunión de ancianos que se ha de celebrar esa semana. El que de antemano se anuncien con entusiasmo los arreglos de la semana puede contribuir a que haya un período repleto de asociación y actividad estimulantes.
6. ¿Qué hospitalidad y consideración pueden mostrarse?
6 Los superintendentes viajantes y sus esposas deben apreciar la hospitalidad que les extiende la congregación. (Heb. 13:1, 2) Deben aprender a ajustarse a las diferentes circunstancias que encuentren en sus asignaciones. Ellos tienen sus limitaciones, tal como las tenemos los de nosotros que tengamos problemas de salud, y necesitan suficiente descanso para mantener el paso que llevan cada día. Por eso, es necesario que se dé consideración a estos asuntos de antemano. Por supuesto, los superintendentes viajantes y sus esposas no deben esperar ningún arreglo complicado. Lo que con consideración se pueda arreglar en el sentido de alojamiento modesto y conveniente y comidas sanas debe recibirse con aprecio genuino.—Rom. 12:13.
7. ¿Cómo puede la congregación obtener mayor beneficio de la visita?
7 Al grado que los ancianos y el resto de la congregación se preparen debidamente y edifiquen entusiasmo por la visita, a ese grado todos se beneficiarán. Si la preparación es inadecuada o se deja hasta el último momento, no se obtendrán los mejores resultados.
MODOS DE OBTENER BENEFICIOS PERSONALMENTE
8. ¿Cómo podemos beneficiarnos personalmente de los discursos que se pronuncian? (Pro. 19:20; 20:18)
8 Cuando la visita comienza hay cosas que cada persona puede hacer para obtener el máximo beneficio de ella. Los discursos del superintendente viajante abarcan asuntos de adoración, el vivir cristiano y modos más eficaces de predicar y enseñar las “buenas nuevas.” Muchas veces ha sucedido que el estímulo y la exhortación bíblicos que se han dado han ayudado a las personas que los han tomado a pecho a tomar decisiones y hacer ajustes en su vida, y el resultado ha sido adelanto para ellos. (1 Tim. 4:15) Porque comprendemos esto, nuestro deseo debería ser el de participar de lleno en cada reunión y el recibir los puntos de consejo que apliquen a nosotros personalmente.—Heb. 10:23-25.
9. ¿Por qué no debemos vacilar en cuanto a hablar con el superintendente viajante, y qué pudiéramos considerar con él?
9 Nuestra actitud para con el superintendente viajante también nos puede ayudar a beneficiarnos de su presencia. Algunos quizás vacilen en hablarle debido a que saben que él tiene un programa lleno de actividades. Sin embargo, él está allí para ayudar. Por eso, todos deben sentir que pueden acercarse a él con libertad para saludarlo y conocerlo. (2 Cor. 6:11-13) Podemos considerar con él lo que hemos aprendido en las reuniones, puntos de interés en las publicaciones, experiencias del campo y preguntas acerca de cómo mejorar nuestra actividad personal al rendir nuestro servicio.—Fili. 4:8, 9.
10. ¿De qué maneras podemos beneficiarnos al acompañar al superintendente viajante en la actividad del campo?
10 Tampoco debemos ser temerosos, ni retraernos de acompañarlo en el servicio del campo. El único objetivo de él es suministrarnos estímulo y ayudarnos, más bien que criticar lo que hacemos. (Hech. 18:27, 28) Por supuesto, si él nos ofrece alguna sugerencia, con gusto la aceptamos. Él no debe darse demasiada importancia, sino que debe esforzarse por tratar con las demás personas de manera bondadosa y amorosa. (1 Tes. 2:7, 8) Sí en el pasado algunos de nosotros hemos vacilado en cuanto a beneficiarnos plenamente de su visita, decidamos hacer algo en cuanto a ello la próxima vez que él venga. Esto aumentará mucho el gozo de él y el nuestro.
11. ¿Qué beneficios pudieran derivarse del hecho de que las hermanas se asociaran con la esposa del superintendente viajante y cooperaran de corazón con ella?
11 La mayoría de los superintendentes viajantes son casados y sus esposas los acompañan. Aunque el superintendente viajante es la persona con la cual se debe hablar acerca de problemas serios, especialmente puede ser beneficioso para las hermanas de la congregación el asociarse con la esposa de él y ver el ejemplo de ésta en el campo. Ella trabaja bajo la dirección de su esposo y con gusto aceptará invitaciones de las hermanas para acompañarlas en varios rasgos del servicio. Siempre se aprecia el que el excelente apoyo que se da a la actividad del campo en la mañana pueda continuar durante la tarde, cuando quizás las hermanas de la localidad puedan suministrar transportación y participar en la obra. A menudo esto le permite al esposo acomodar citas adicionales. Como se ve, de este modo las hermanas tienen una excelente oportunidad de hacer que la visita sea más eficaz.
12. ¿Qué pudieran hacer las personas que desearan servir donde hubiera mayor necesidad de ayuda?
12 ¿Se interesa usted en participar de manera más plena en la obra del Reino en otro lugar? Si el territorio de su congregación ya está bien “trabajado,” pida sugerencias al superintendente viajante en cuanto a en qué otro lugar pudiera usarse mejor la ayuda que usted puede dar. (2 Cor. 10:15, 16) En cada país, por toda la Tierra, los que atienden la obra quieren ayudarle a dar expansión a sus esfuerzos.
13. (a) ¿Por qué y cómo han recibido ayuda los precursores al considerar sus problemas particulares con el superintendente viajante? (b) ¿Qué aprecio han expresado algunos precursores acerca de la visita del superintendente viajante? (c) ¿Tienen comentarios similares los precursores de su congregación?
13 Muy probablemente el superintendente viajante ha trabajado de precursor en el campo por muchos años, y está bien familiarizado con los problemas que con frecuencia tienden a desanimar a uno. A otros precursores que pasan algún tiempo con él considerando sus problemas particulares, sea que éstos envuelvan dificultades económicas, salud, obligaciones de familia, y así por el estilo, con frecuencia se les da un nuevo punto de vista y se les ayuda a renovar su determinación de continuar efectuando este servicio. (Fili. 4:11-13; 1 Tes. 3:7-10; Gál. 4:13; 1 Tim. 5:8) Dos precursoras que recientemente recibieron ayuda de un superintendente viajante escribieron:
“Apreciamos la visita [de él] a nuestra congregación. Nos animó mucho, tanto a nosotras dos como a la congregación entera. Nos estimuló a apegarnos al servicio de precursor a pesar de la naturaleza de nuestros problemas.”
Un precursor especial que había estado enfermo y en cama durante dos semanas declaró:
“Me sentía muy desanimado porque no había tenido un buen mes. Pero nos visitó el superintendente de circuito y fue muy animador para todos nosotros. Disfrutamos muchísimo de su visita y todos (yo, especialmente) estamos dispuestos a esforzarnos más por mejorar el servicio que rendimos a Jehová.”
Sí, tanto los precursores como toda otra persona de la congregación se pueden beneficiar de su visita.—Fili. 3:16.
BENEFICIANDO A LOS INDIVIDUOS NOMBRADOS A POSICIONES DE RESPONSABILIDAD
14, 15. (a) ¿Qué muestra que Pablo se interesaba en los ancianos y siervos ministeriales? (b) ¿Qué asuntos importantes se pueden considerar con el superintendente viajante, y cómo pueden los ancianos usar sabiamente el tiempo que pasan con él?
14 En el primer siglo Pablo se interesó especialmente en los ancianos y siervos ministeriales. (Fili. 1:1) En 1 Timoteo 3:1-10, 12, 13 y Tito 1:5-9 suministró un bosquejo de los requisitos que éstos deberían satisfacer y les dio mucho consejo excelente. De igual manera, los superintendentes viajantes de hoy día benefician a los hermanos responsables de la congregación al suministrar consejo y ayuda específicos.
15 En su reunión con los ancianos, los superintendentes viajantes han dado sugerencias y consejo animadores. Su fondo de experiencia con relación a encargarse de responsabilidades en la congregación, junto con la experiencia que han adquirido al prestar servicio en veintenas de congregaciones, los capacita para ofrecer observaciones y consejos prácticos sobre varios aspectos de la obra de evangelizar y hacer discípulos, sobre la actividad del pastoreo y sobre la manera de mejorar las reuniones. Sin embargo, si en esta reunión se consume tiempo en asuntos incidentales, los ancianos pudieran perder los beneficios de considerar estos asuntos de mayor importancia que afectan a la congregación. Por eso, los ancianos locales deben preparar una agenda apropiada para la visita cuando ésta se aproxima, y suministrar en ella oportunidad para abarcar lo que mayor importancia tenga para el bienestar y progreso espiritual de la congregación.—Pro. 21:5; Fili. 1:9-11.
16. ¿Cómo y por qué deben usar los siervos ministeriales las oportunidades que tienen de recibir ayuda durante la visita?
16 Si alguien es siervo ministerial, quizás el superintendente viajante pueda ayudarle a cumplir con los rasgos de su obra en un estudio de libro de algún grupo de la congregación, en sus asignaciones de encargarse de registros o respecto a otros deberes que desempeñe en el Salón del Reino. El siervo ministerial debe aprovechar las oportunidades de recibir ayuda para que logre mejoras. (Luc. 16:10) Al demostrar que es confiable e inclinado al progreso, dará evidencia de su deseo de servir a los hermanos y de ser digno de recibir mayores privilegios en el futuro.—1 Cor. 4:1, 2.
17. ¿Cómo pueden beneficiarse de la visita los ancianos que están encargándose de problemas serios?
17 Para los ancianos también pueden ser muy útiles las observaciones y el consejo del superintendente viajante cuando están tratando con problemas serios. (Pro. 13:10) Puede ser que los ancianos hayan experimentado alguna dificultad al encargarse de un caso reciente sobre un mal que se haya cometido, o con relación a un caso que esté pendiente. El consejo bíblico del visitante puede ayudarles a pesar cuidadosamente los asuntos antes de tomar una decisión.—Pro. 15:22.
18, 19. (a) Debido a las imperfecciones humanas, ¿qué problemas pudieran presentarse a veces entre los ancianos? (b) En un caso de esa índole ¿cómo puede prestar ayuda el superintendente viajante?
18 Puede ser que, debido a las imperfecciones humanas, los ancianos o siervos ministeriales a veces tengan algunos problemas entre sí. (Sant. 3:2) Puede que haya habido alguna crítica innecesaria o algunos malos entendidos. Puede ser que uno de los ancianos haya revelado algún asunto confidencial y esto haya resultado en que alguien se haya sentido herido y en que se haya socavado el respeto a ese anciano y otros. (Pro. 25:9) Puede ser que el orgullo haya desequilibrado a alguien hasta tal punto que esa persona se dé demasiada importancia y se haga irrazonable. (Rom. 12:3) ¿Qué hay si estas dificultades y otras semejantes han causado trastorno en la cooperación, y los hermanos responsables de la localidad no han podido resolver los asuntos?
19 Los ancianos deben hablar al superintendente viajante confidencialmente y buscar su ayuda para restaurar la armonía en sus tratos de unos con otros. (Efe. 4:1-3) Él pudiera ayudarles a razonar las cosas sobre la base de la Palabra de Dios. (Pro. 20:3) Los ancianos, al esforzarse así por resolver los asuntos pronta y apaciblemente, pueden mostrar que aprecian esta provisión de considerar los asuntos con un hermano visitante de más experiencia en el Señor y dejar que la Palabra de Dios enderece los asuntos.—2 Tim. 3:16.
20. Si un superintendente viajante ha cometido un error de juicio, ¿cómo pudiera tratarse este asunto?
20 Además, los ancianos deben reconocer que el superintendente viajante también es imperfecto. Pudiera ser que en alguna ocasión a los ancianos locales les pareciera que el anciano visitante ha cometido un error de juicio, tal como el apóstol Pedro no quedó sin cometer faltas. (Gál. 2:11-14) Como cualquier otro anciano, el superintendente visitante nunca debe pensar que a él no se le puede aconsejar. Si algunos ancianos se sienten perturbados por algo que él haya hecho o dicho, sería una bondad el que ellos le preguntaran acerca del asunto. Quizás se trate de un mal entendido o algo que se haya pasado por alto, y en ese caso se puede ejercer comprensión en cuanto a la situación, y el amor puede encubrir el asunto. (1 Ped. 4:8) Por otra parte, puede que los ancianos tengan un punto válido de consejo que pudiera ser necesario que el superintendente viajante aplicara para servir de manera más beneficiosa a sus hermanos. Como David, él considerará el consejo de ellos como una bondad amorosa que “no querría rehusar.”—Sal. 141:5.
CONSEJERO AL CONSIDERAR RECOMENDACIONES
21, 22. (a) ¿Por qué es una responsabilidad seria la recomendación de ancianos y siervos ministeriales? (b) ¿Cómo se benefician los ancianos de que el superintendente viajante se siente entre ellos como consejero cuando los ancianos consideran recomendaciones?
21 Los cuerpos o grupos de ancianos se han esforzado por cumplir debidamente con sus responsabilidades al recomendar a nuevos ancianos y siervos ministeriales, o al iniciar la remoción de personas que ya han sido nombradas a esos puestos. El considerar si un hombre califica o no para responsabilidades de congregación es un asunto serio. A esto dan énfasis las palabras del apóstol Pablo en 1 Timoteo 5:22: “Nunca impongas las manos apresuradamente en ningún hombre; ni seas partícipe de los pecados ajenos; consérvate casto.”
22 Por eso, otra manera en que el superintendente viajante beneficia a la congregación es por medio de sentarse con el grupo local de los ancianos y considerar recomendaciones. Es esencial que cada individuo recomendado cumpla con los requisitos bíblicos. (1 Tim. 3:1-10, 12; Tito 1:5-9; 1 Ped. 5:1-4) Por ejemplo, ¿es realmente un hombre espiritual? ¿Es ejemplar en ‘llevar mucho fruto y demostrar que es discípulo de Jesús’? (Juan 15:8) En su papel de consejero, el superintendente visitante puede ayudar a los ancianos que afrontan estas cuestiones, y hará eso objetivamente. Esto suministra a los ancianos la oportunidad de beneficiarse del consejo que él dé y de las cosas que haya observado. De manera similar, él pudiera hacer preguntas para llegar a tener un claro entendimiento de los asuntos. Una consideración de esta índole tendría como propósito determinar con equilibrio si los individuos realmente califican para recibir responsabilidad.
23. (a) ¿Cómo podemos obtener mayor beneficio de las visitas de los superintendentes viajantes? (b) ¿En qué puede resultar el que mostremos aprecio por estas visitas?
23 Los superintendentes viajantes verdaderamente hacen grandes esfuerzos a favor de nosotros. Beneficiémonos de su servicio. Aceptemos cualquier consejo debido que nos den para ayudarnos a resolver o sobrellevar problemas personales o a estar más estrechamente enlazados con la hermandad en amor. (1 Ped. 2:17) Ellos ciertamente pueden contribuir al fortalecimiento de nuestra resolución de resistir las presiones que nos presenta este mundo, y de seguir plenamente vestidos con la armadura espiritual mientras permanecemos firmes en nuestro pelear contra el Diablo. (Efe. 6:11-18) Sí, apreciemos las visitas de los superintendentes viajantes como otra provisión para ayudarnos a cultivar esa cualidad probada de la fe que será “hallada causa de alabanza y gloria y honra al tiempo de la revelación de Jesucristo.”—1 Ped. 1:7.
-