Construyendo y plantando en Francia
HAY quienes critican a los testigos de Jehová por andar ‘demoliendo’ las falsas doctrinas que por mucho tiempo han enseñado las grandes religiones del mundo. Ciertamente los Testigos han sido precursores en la lucha contra falsedades religiosas como las de un infierno de fuego, la Trinidad y el bautismo de infantes... dogmas que hasta algunos teólogos de la cristiandad ponen en tela de juicio ahora.
Sin embargo, de modo semejante a como sucedió en el caso de Jeremías el profeta de Dios, los Testigos también son plantadores y edificadores, o constructores. (Jer. 1:10) Han plantado la Palabra de Dios en muchos corazones y han edificado en ellos una fe firme en Jehová Dios, en su Hijo Jesucristo y en sus promesas relacionadas con el Reino. Con este fin, los testigos cristianos de Jehová distribuyen Biblias y libros, folletos y revistas que se basan en la Biblia. La producción y distribución de esta literatura requiere locales y equipo apropiados para imprimir y enviar esa literatura, y muchas veces sucede que el aumento en la demanda hace necesario construir nuevos edificios.
PRIMER ANEXO DE BETEL
“Betel,” que significa “casa de Dios,” es el nombre que se da a los edificios que albergan al personal de la oficina, la imprenta y el departamento de envíos de los testigos de Jehová en cada país. Hasta el año 1972, un pequeño edificio en Boulogne-Billancourt, en las afueras de París, al oeste, fue adecuado para alojar a la entera familia de Betel francesa. Pero ese año se compró un terreno en Louviers, un pintoresco pueblito de Normandía, convenientemente situado entre París y el puerto marítimo de Le Havre, adonde se enviaba, para distribución en Francia, literatura que se había impreso en la fábrica de la Sociedad Watch Tower en Brooklyn.
Se erigió rápidamente un edificio de dos pisos prefabricado que medía 57 metros de largo y 21 de ancho, y, el 9 de junio de 1973, fue dedicado. El edificio contenía suficiente espacio para la imprenta y el departamento de envíos, así como para una cocina, un comedor, una lavandería, dormitorios y una biblioteca para el personal. Pero la expansión en la edificación espiritual y la obra de plantar pronto hizo necesario seguir edificando o construyendo en sentido literal.
Por lo tanto, en enero de 1974 se compró un solar en Incarville, una aldea a las afueras mismas de Louviers. Según los planos originales sería un edificio pequeño en el cual se incluiría un Salón del Reino para la congregación de los testigos de Jehová de Louviers, que estaba creciendo, así como espacio para almacenar la literatura. Pero antes de que se concediera el permiso para construir, la proscripción bajo la cual había estado por 22 años la revista La Atalaya fue levantada (en diciembre de 1974) y se había tomado la decisión de traer por camiones nuestras revistas desde Alemania hasta Francia, y, una vez aquí, enviarlas a sus suscriptores individuales. Esto significó establecer un nuevo departamento de revistas y un aumento de personal para atender el trabajo adicional.
SEGUNDO ANEXO DE BETEL
Así que los planes originales fueron modificados drásticamente para disponer de un edificio mucho más grande. El permiso para construir no se concedió sino hasta abril de 1976. Los Testigos franceses habían decidido hacer todo el trabajo de construcción ellos mismos, y un Testigo con experiencia en el oficio de la construcción bondadosamente se ofreció para coordinar la obra como parte de un comité de construcción supervisado por el comité de la sucursal y el Cuerpo Gobernante de los Testigos de Jehová. Se estableció una oficina de delineantes cerca de París, se erigieron barracas para los trabajadores en el lugar de la construcción, se alquilaron apartamentos amueblados para la cuadrilla de trabajadores, y allí mismo se organizó una cafetería y cantina.
Se comenzó la obra en mayo de 1976. Según la obra fue progresando, se establecieron talleres para el trabajo con metales, la carpintería, la fontanería o plomería, la electricidad y la pintura. Se compró una grúa de segunda mano que fue reparada y colocada en una vía de 35 metros situada en el centro del edificio, de modo que su brazo de 25 metros pudiera moverse hacia todo lugar. Se mantuvo ocupada una mezcladora de concreto de 500 litros, pues los Testigos que construían no solamente echaron 5.300 toneladas de concreto (hasta 110 toneladas se echaron en un día), sino que también hicieron todas las columnas de concreto reforzado, vigas y losas.
Representantes de firmas constructoras y muchos trabajadores individuales se detenían para ofrecer sus servicios. Estos hombres recibían un testimonio excelente, y quedaban muy impresionados cuando se enteraban de que todos los obreros eran voluntarios. Congregaciones de Testigos de toda Francia alquilaban autobuses y, en los fines de semana, cientos de trabajadores voluntarios venían para ayudar a hacer el trabajo. Unos trabajadores voluntarios de Bélgica y Alemania ofrecieron su amorosa ayuda para trabajos especializados.
UNA GRAN EMPRESA
El levantar este gran edificio fue una tremenda empresa. Hubo varios problemas y momentos de desánimo. Pero los trabajadores voluntarios recordarán por mucho tiempo el día 24 de mayo de 1977, pues aquel día Frederick W. Franz, un miembro del Cuerpo Gobernante, visitó el lugar de construcción en Incarville. El pronunció un excelente discurso bíblico en el cual estimuló a los trabajadores reunidos a permanecer en el trabajo y terminarlo, tal como habían hecho los constructores de Jerusalén y su templo en tiempos antiguos.
Algunos cambios a los planos originales hicieron que se necesitara más tiempo para finalizar la construcción. Por ejemplo, el crecimiento de la obra de edificar y plantar en sentido espiritual en Francia impulsó al Cuerpo Gobernante a sugerir que el ático se usara para construir 10 habitaciones adicionales. Más adelante, se tomó la decisión de trasladar el comedor, la cocina, las cámaras frigoríficas, la lavandería y la biblioteca del anexo de Louviers al nuevo edificio en Incarville, para mayor conveniencia de la familia de Betel, pues la mayoría de ésta viviría en el segundo anexo. Esto también significó una gran cantidad de trabajo adicional.
Finalmente, después de mucho trabajo arduo y afán, se terminó la construcción. Mide 61 metros de largo y 26 de ancho, lo que representa una superficie de 2.873 metros cuadrados. En el piso bajo hay oficinas, una cocina y cámaras frigoríficas, un comedor con cabida para 150 personas, la lavandería, una biblioteca, una sala de recreo, y espacio para el departamento de envíos que despacha Biblias y literatura bíblica a 1.192 congregaciones de testigos de Jehová en Francia, y a muchos países extranjeros.
En el segundo piso hay un espacioso Salón del Reino (con cabida para 200 personas) y 24 habitaciones que proveen una placentera vivienda para los miembros de la familia de Betel. Todas estas habitaciones dan hacia el hermoso paisaje normando. En el tercer piso hay otras 10 habitaciones, así como espacio para almacenaje.
DEDICACIÓN
El sábado 13 de mayo de 1978 un autobús alquilado partió del Betel de Boulogne a las 7:15 de la mañana y se dirigió hacia Normandía. En éste iba la parte de la familia de Betel que trabajaba en Boulogne, para reunirse con el personal del anexo de Louviers. Después de visitar el nuevo edificio de Incarville, se sentaron para disfrutar de un almuerzo preparado por los cocineros de Betel.
Después del programa en el cual se repasaron los dos años de esfuerzos que se requirieron para terminar el nuevo edificio, se escucharon algunos mensajes grabados de Testigos de otros países de habla francesa. Entonces Raymond Franz, un miembro del Cuerpo Gobernante, pronunció el discurso de dedicación. Hizo resaltar la importancia de servir a Jehová con gozo. (Neh. 8:10) Contrastó la vanidad de los esfuerzos humanos y la gloria efímera (como la de César y la de Napoleón) con la gozosa obra de predicar las buenas nuevas del reino de Jehová. (Ecl. 1:3-7, 11) Mostró que si los cristianos continúan con gozo en el servicio de Jehová, esperando el debido tiempo en que El destruirá la iniquidad, terminarán por convencerse de que todo ha salido a la perfección, sin que haya “nada que añadir” y “nada que substraer.”—Ecl. 3:11, 14.
La dedicación de este nuevo anexo de Betel verdaderamente fue una ocasión muy feliz. Y las evidencias continuas de bendiciones divinas nos llenan de la determinación de continuar adelantando fielmente en la obra de construir y plantar en sentido espiritual en Francia.
[Ilustración de la página 9]
Nuevo anexo de Betel en Incarville, Francia, cuando la dedicación