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“Anden de una manera digna de Jehová”La Atalaya 1979 | 1 de enero
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el profeta Samuel: “Jehová no abandonará a su pueblo por amor de su gran nombre, porque Jehová ha tomado a su cargo hacerlos pueblo suyo.”—1 Sam. 12:22.
21. ¿Qué expectativa tienen los que ahora andan en el nombre de Jehová de manera digna?
21 Si tomamos en serio nuestra responsabilidad ante Dios y verdaderamente andamos en el nombre de Jehová de manera digna, él estará con nosotros como nuestro amigo. Es cosa segura que, si continuamos adquiriendo y aplicando el conocimiento de su Palabra inspirada, Jehová no nos abandonará. Como Testigos de él, hemos declarado que vamos a ‘andar en el nombre de Jehová nuestro Dios.’ (Miq. 4:5) Cumplamos con tal decisión. Al hacer eso, tendremos la maravillosa expectativa de andar de manera digna de Jehová por toda la eternidad.
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La “semilla” del Reino lleva fruto en el África australLa Atalaya 1979 | 1 de enero
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La “semilla” del Reino lleva fruto en el África austral
EL DOMINGO 26 de febrero de 1978 una muchedumbre mixta de 1.867 personas —negros, blancos, mestizos e indios— se reunió en un edificio grande y hermoso situado a 16 kilómetros al este de Johannesburgo. De Botswana, Lesotho, Suazilandia, África del Sudoeste y todas partes del África del Sur habían venido representantes de congregaciones cristianas. La ocasión era la dedicación de la extensión que se le había construido a Betel, la oficina central de la Sociedad Watch Tower Bible and Tract en África del Sur.
Los primeros dos oradores dieron alguna información sobre los antecedentes históricos que condujeron a esta dedicación de la nueva extensión. A principios del siglo, todo el continente africano era todavía “tenebroso” con relación al mensaje del Reino... era un vasto campo virgen para el cultivo. Aunque en 1902 la “semilla” del Reino había empezado a arraigarse en unos cuantos lugares, no fue sino hasta 1910 que en Durban se estableció una sucursal que consistía en una pequeña oficina. Solo un Testigo atendía la obra.
En 1917 la sucursal fue mudada a Ciudad del Cabo, en el extremo meridional del continente. La sucursal superentendía la predicación en todo el África al sur del ecuador. Al principio el progreso fue lento. Para 1931, la cantidad de los que proclamaban activamente las “buenas nuevas” en el enorme territorio era solo de unos 100 individuos. Sin embargo, en 1948 se establecieron nuevas sucursales en regiones donde hoy se encuentran los países de Malawi, Rodesia y Zambia. Para 1952 había más de 9.500 proclamadores del Reino en África del Sur. Durante aquel año la sucursal fue mudada de Ciudad del Cabo a un nuevo edificio en Activia Park, Germiston, en el mismo lugar donde está la sucursal actual.
Como lo mostró el tema del programa de dedicación, “Dios siguió haciéndolo crecer.” (1 Cor. 3:6) En 1959 se añadió una gran extensión al edificio original, y, en 1971, hubo que darle más expansión. No pasó mucho tiempo antes de que se necesitara más espacio. Por eso, en junio de 1975 se hicieron planes para aumentar el tamaño del edificio a casi el doble de lo anterior.
La siguiente parte del programa mostró que Jehová Dios suministró los ayudantes y el equipo que se necesitaban urgentemente. Un arquitecto, ingenieros, delineantes, electricistas, albañiles, plomeros o fontaneros, carpinteros y otros hombres hábiles ofrecieron sus servicios. Aunque muchas personas carecían de experiencia, ofrecieron voluntariamente el vigor y la fortaleza juveniles que se necesitaban para efectuar tan vasta obra.
El espíritu de Jehová movió a muchos no solo a ofrecer voluntariamente su trabajo, tiempo y habilidad, sino también a suministrar dinero, materiales y maquinaria. Por ejemplo, se necesitaba una grúa de 20 metros. Financieramente, parecía que el alquilar o comprar una grúa nueva era imposible. Pero, en una venta especial, un Testigo podía obtener una por un precio razonable. Al mismo tiempo, se recibió una generosa donación que cubría el costo. Pero ¿quién podría erigir y manejar la grúa? Precisamente al momento apropiado, un Testigo, reconocido como perito en aquel tipo de grúa en la localidad, ofreció sus servicios voluntariamente para reparar la grúa, erigirla y manejarla.
En un taller local para la venta de chatarra y piezas de repuesto que era posesión de un Testigo había una sorprendente cantidad de máquinas y equipo de muchos tipos y tamaños. Vez tras vez se pudo obtener allí, gratis, precisamente lo que se necesitaba.
El orador principal señaló que, no solo se había completado un excelente proyecto de edificación material, sino que, lo que era más importante, una gran obra de construcción espiritual se había estado efectuando en el África austral. Mostró que, al considerar que hubo una concurrencia de 77.357 personas el año pasado a la observación del Memorial o Conmemoración de la muerte de Cristo en el territorio que estaba bajo la sucursal local, se podía ver que había excelentes posibilidades de alcanzar mayor crecimiento. El orador pasó a mostrar que, en comparación con el aspecto de “lo más tenebroso del África” que tenía el continente al principio del siglo, ahora hay más de 6.000 congregaciones de testigos de Jehová en el continente, y en ellas unos 274.000 predicadores activos de las “buenas nuevas.”
Centenares de visitantes visitaron la oficina sucursal e hicieron un recorrido del lugar. El edificio mismo, con su posición dominante, altura y apariencia atractiva, descuella sobre la zona circundante. Causó gran admiración el Salón del Reino con aire acondicionado, con su piso en declive, cómodos asientos y hermosa decoración. Junto al salón hay un nuevo cuarto a prueba de sonido para hacer grabaciones de dramas bíblicos en los muchos idiomas que se usan en este campo.
Sobre el Salón del Reino está la nueva oficina, bien equipada para trabajo eficaz. Los visitantes también admiraron la hermosa escalera, con cataratas en miniatura que van cayendo por la caja o cañón de la escalera de un punto a otro hacia abajo. En el piso superior del nuevo anexo están algunas de las cómodas habitaciones de la familia. Ahora hay un total de 87 habitaciones en el Betel del África del Sur.
Otra gran atracción para los visitantes fue el espacioso nuevo comedor. Junto a él está la gran cocina, con equipo moderno que ahorra trabajo; en ella se prepara diariamente alimento suficiente para 450 platos. Junto a la cocina hay un excelente cuarto de vegetales, entonces un lugar para almacenaje de productos lácteos refrigerados, y, finalmente, una puerta que lleva al amplio cuarto de congelación, donde se mantienen frescas grandes cantidades de carne, pescado y así por el estilo.
Lo que siempre atrae a los visitantes al Betel sudafricano es la extensa fábrica con sus nueve máquinas de linotipia, el departamento donde se hacen las planchas que se usan para imprimir, y nueve prensas, entre ellas una rotativa que puede producir 12.000 revistas por hora. Ahora, con la extensión del edificio, hay también mucho espacio para almacenar las grandes cantidades de papel que se usan. Cada mes esta sucursal produce 28 diferentes números de las revistas La Atalaya y ¡Despertad!, en 11 idiomas como total. También se están haciendo arreglos para mayor expansión aún.
Estimulados y edificados espiritualmente por lo que habían visto y oído, los que visitaron a Betel regresaron a sus hogares, contentos por la parte que ellos mismos habían desempeñado en el excelente aumento en el número de proclamadores del Reino en el África austral. Todos concordaron sinceramente con la solicitud que se expresó en la oración de dedicación en el sentido de que Jehová bendijera este edificio mejorado y más amplio, para honra de Su gran nombre.
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“Gusten y vean que Jehová es bueno”La Atalaya 1979 | 1 de enero
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“Gusten y vean que Jehová es bueno”
ESTA invitación —a ‘gustar y ver que Jehová es bueno’— la hizo el salmista bíblico David. (Sal. 34:8) ¿Ha aceptado usted la invitación? ¿Cómo puede hacerlo?
Primeramente, es necesario que sepamos lo que dice la Palabra de Dios. Esto se debe a que es en la Biblia que Jehová habla de las buenas cosas que proveerá para sus siervos. “El don que Dios da es vida eterna,” dice la Biblia. (Rom. 6:23) Pero Dios ofrece más que eso a sus siervos fieles. También les promete paz interna y verdadera satisfacción en la vida, aun en la actualidad.
Entonces, ¿cómo ‘gustamos’ y descubrimos si realmente Jehová cumple con estas buenas cosas? Tenemos que someternos a él en obediencia humilde, tal como él invita: “Hijo mío, no olvides mi ley, y observe tu corazón mis mandamientos.” (Pro. 3:1) Por medio de conducir nuestra vida en armonía con las leyes y mandamientos de Jehová, en realidad estamos gustando y viendo si esto resulta en nuestro bien.
LA EXPERIENCIA DE DAVID
Eso fue lo que hizo el salmista David. Es cierto que él cometió errores. Pero David tenía el deseo de corazón de servir a Jehová, y obedientemente puso la voluntad de Dios como la cosa principal en su vida. Esto no siempre se le hizo fácil. De hecho, en algunas ocasiones lo expuso a peligro extremado.
Hubo la ocasión en que, por envidia, el rey israelita Saúl trató de matar a David. Así que David se vio obligado a huir al territorio enemigo de los filisteos. Allí encubrió su cordura al fingir que era un loco, y pudo escapar con vida. Fue en esta ocasión, cuando su vida estaba en gran peligro, que David compuso el Salmo 34. Note cómo el entendimiento de estas circunstancias añade significado a sus palabras:
“Inquirí de Jehová, y él me contestó, y de todos mis sustos él me libró. El ángel de Jehová está acampando todo alrededor de los que le temen, y los libra. Gusten y vean que Jehová es bueno; feliz es el hombre
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