¿Puede salir victoriosa la fe en medio del mundo actual?

UN PROPÓSITO remunerador en la vida. Aquel joven no lo tenía. Por propia admisión, había sido “camorrista desde los 12 años de edad.” Por estar profundamente envuelto en el uso de drogas, no podía enfrentarse a los “problemas insolubles” del mundo, y confiesa: “Empecé a comer como por obsesión. En enero de 1977 empecé a tener pensamientos de suicidio. Me negaba a seguir viviendo así. Cada segundo dolía.”

Pocos meses después, el mismo joven había hallado felicidad y un remunerador propósito en la vida. ¿Por qué? ¿Qué había producido la transformación? ¡La fe!

Una vida familiar feliz ciertamente no era lo que había en el hogar de un obrero agrícola que vivía con su esposa e hijos en un país oriental. El padre era mal proveedor y gastaba su dinero principalmente en el tabaco, la bebida y la nuez de areca. Él y su familia vivían en condiciones deplorables, llevaban poca ropa encima y solían pasar hambre.

Pero entonces aquel hombre empezó a cambiar. Cesó de emborracharse, mejoró sus hábitos de trabajo y consiguió mejor salario. En tan solo unos cuantos meses limpió y mejoró su hogar. Su familia entonces tuvo alimento y ropa, y junto con ello felicidad.

¿Qué había dado lugar a que ahora hubiera una feliz vida familiar? ¡La fe que aquella familia acababa de hallar!

Un cambio en la personalidad que significara una mejora era lo que urgentemente necesitaba una joven de 16 años nativa de un país de América del Sur. En sus propias palabras, ella se rebelaba contra todo cuanto tuviera “siquiera el olor a autoridad.” La joven hasta se vio envuelta en actividades de contrabando desde su país y hacia él. Como lo expresó: ‘Era una rebelde sin causa.’

Sin embargo, esta joven pudo efectuar un cambio de personalidad, y abandonó sus rebeldías y sus actividades ilegales. ¿Cómo fue posible esto? Había adquirido una fe fundada en la Biblia.

La hermandad y unidad no son cosas comunes en el mundo de hoy. La guerra, especialmente, ha tenido mucho que ver con destruir este espíritu. Pero considere la experiencia de cuatro hombres... tres marineros canadienses y un oficial de artillería de un buque de guerra alemán. En cierta ocasión durante la II Guerra Mundial, los tres canadienses habían tratado de hundir el buque donde estaba aquel oficial. Treinta y cuatro años después, los tres individuos que habían sido marineros canadienses se encontraron. ¡Imagínese la sorpresa de ellos cuando se enteraron de que el que había sido su enemigo de tiempos de guerra había llegado a ser hermano espiritual de ellos durante el tiempo que había pasado desde entonces, y hasta había bautizado a uno de ellos como cristiano!

Entonces, ¿puede la fe salir victoriosa en medio del mundo actual? Lo está haciendo. Muchas personas que estuvieron sin esperanza tienen ahora un remunerador propósito en la vida. Padres, madres e hijos que anteriormente estaban tristes disfrutan ahora de vida familiar feliz. Muchas personas que han reconocido que la actitud y conducta suya era mala han efectuado cambios en la personalidad que los han hecho mejores personas. Y algunos individuos que habían sido enemigos han sido unidos con lazos inquebrantables de hermandad y unidad.

¿Cuál ha sido la causa principal de estos desenvolvimientos favorables? ¡La fe victoriosa! De hecho, todas las experiencias anteriores se presentaron en varias Asambleas Internacionales “Fe Victoriosa” que los testigos de Jehová celebraron el año pasado. En el siguiente artículo se consideran algunas de estas asambleas.

En asambleas para promover fe victoriosa

MÁS de 2.000.000 de cristianos valerosos siguen firmes en medio de los muchos problemas que afronta el mundo de hoy. Además, el hecho de que a su serie de más de 100 asambleas internacionales concurrirían mucho más de 2.000.000 de personas haría de estas personas un espectáculo delante de naciones e individuos. Y ciertamente fue dramático el tema de estas reuniones cristianas: “Fe Victoriosa.”

El primer día de la asamblea, el discurso clave enfocó atención en estas palabras: “Esta es la victoria que ha vencido el mundo, nuestra fe.” (1 Juan 5:4) “¿Qué clase de victoria es esta victoria por fe?” preguntó