Halle deleite en la Palabra de Jehová
“Feliz es el hombre [...] [cuyo] deleite está en la ley de Jehová.” (SALMO 1:1, 2.)
1. ¿Quiénes han sido asignados a enseñar “las cosas reveladas” por Jehová?
PUESTO que “las cosas reveladas” son tan vitales para nuestra salvación, a menudo Jehová ha asignado a personas responsables para que sean maestros de tales verdades reveladas. (Deuteronomio 29:29.) En Israel, los sacerdotes y los levitas desempeñaron este papel. (Levítico 10:8-11; 2 Crónicas 35:3.) También, los padres israelitas enseñaban a sus propios hijos. (Deuteronomio 11:19; Proverbios 6:20.) En el primer siglo E.C., los ancianos, debidamente nombrados, servían de maestros en la congregación de cristianos ungidos, y a los padres cristianos se les instaba a instruir a sus hijos. (Efesios 6:4; 1 Timoteo 3:2; 2 Timoteo 2:2.) Además, cada cristiano era individualmente responsable de dar a conocer las cosas reveladas por Jehová a los que todavía no pertenecían a la congregación cristiana. (Hechos 1:8.)
2. ¿Basta con solo dejar que otros nos enseñen de la Palabra de Jehová? Explique.
2 Pero ¿basta con solo dejar que otros nos enseñen de la Palabra de Dios? No. Cada uno de nosotros también es personalmente responsable de estudiar “las cosas reveladas” por Jehová. Por eso el salmista escribió a sus compañeros israelitas: “Feliz es el hombre [...] [cuyo] deleite está en la ley de Jehová, y día y noche lee en su ley en voz baja”. (Salmo 1:1, 2.) El apóstol Pedro también animó a sus compañeros de adoración al escribirles: “Desarrollen el anhelo por la leche no adulterada que pertenece a la palabra, para que mediante ella crezcan a la salvación”. (1 Pedro 2:2.)
3. ¿Qué tienen que hacer muchas personas debido a la inclinación natural que tienen respecto al estudio?
3 ¿Cuál es su actitud en cuanto a estudiar la Biblia? Si usted asiste con regularidad a las reuniones cristianas, sin duda ha escuchado muchas excelentes consideraciones basadas en la Biblia. Y si fue ‘criado en la verdad’, como dicen algunos, sin duda sus padres le enseñaron muchas de “las cosas reveladas” por Jehová. Pero además de eso, ¿estudia la Biblia personalmente? Es evidente que el salmista disfrutaba de esa clase de estudio, pero quizás usted personalmente no encuentre que esto sea fácil. Si así es, usted no es el único que piensa de esa manera. El hecho de que Pedro fuera inspirado a instar a sus compañeros de creencia a que ‘desarrollaran el anhelo por la [...] palabra’ indica que el estudio personal no sería una inclinación natural para muchos. Pero sí podemos aprender a disfrutar del estudio. ¿Cómo?
4. ¿Qué ilustración muestra que se puede hacer que el estudio personal sea más atractivo?
4 Pues bien, ¿qué hay si se le pidiera que excavara un hoyo profundo en el suelo? A menos que el trabajar duro físicamente fuera su inclinación natural, no estaría deseoso de efectuar una tarea como esa. Pero ¿qué hay si se le dijera que ahí debajo hay un tesoro enterrado? ¡Ahora la tarea de excavar no parecería tan ardua! Hasta pudiera ser emocionante, ya que usted espera descubrir el tesoro que está enterrado. De manera similar, aunque usted no sea estudioso por naturaleza, el estudio puede ser interesante y hasta emocionante cuando se tiene la actitud correcta. Y hay maneras de desarrollar esta actitud.
Cultive la actitud correcta
5, 6. Describa algunas de las bendiciones incomparables que recibimos mediante la Palabra revelada de Jehová.
5 En primer lugar, siempre debemos reflexionar sobre el tesoro que tenemos en la Biblia. El apóstol Pablo exclamó: “¡Oh la profundidad de las riquezas y de la sabiduría y del conocimiento de Dios!”. (Romanos 11:33.) Los propósitos de Jehová, que han ido revelándose a través de un período de miles de años, son inspiradores de temor y nos han abierto el camino para tener una esperanza que no solo es maravillosa, sino también segura. El consejo sobre el vivir cotidiano que Jehová ha hecho que se registre en la Biblia siempre surte efecto cuando se aplica. (2 Timoteo 3:16.) Por eso no es de extrañar que el salmista cantara: “La manifestación misma de tus palabras da luz, y hace entender a los inexpertos”. (Salmo 119:130.)
6 Además, la Biblia contiene los pensamientos de Dios, y al llegar a conocer dichos pensamientos nos acercamos más a él. (Santiago 4:8.) También, se nos ha comisionado para que enseñemos a otros a ser discípulos de Jesús. (Mateo 28:19, 20.) Puesto que la Biblia es nuestro instrumento principal en esta obra, tenemos que estudiarla a fin de poder utilizarla debidamente. (Efesios 6:17; 2 Timoteo 2:15.) Y por último, el llenar nuestra mente de pensamientos bíblicos nos protege y nos ayuda a andar en integridad y a evitar las dudas e ideas erróneas que debilitan la fe. (Proverbios 4:5, 6; 20:7; Filipenses 4:8.)
7, 8. Con relación a “las cosas reveladas”, ¿por qué somos más privilegiados hoy día que los siervos de Dios de tiempos pasados?
7 Considere, también, el hecho de que hoy día podemos ser “capaces de comprender con todos los santos cuál es la anchura y longitud y altura y profundidad” de la verdad de una manera que los siervos de Dios del pasado no pudieron comprender. (Efesios 3:14-18.) Pero recuerde lo que hizo Abrahán: abandonó su ciudad natal para vivir el resto de su vida en tiendas, aunque en aquel tiempo no llegaría a ver el cumplimiento de las promesas de Dios. (Hebreos 11:8-10.) Y Daniel pidió entender las visiones que él mismo presenció, pero se le dijo: “Las palabras quedan secretas y selladas hasta el tiempo del fin”. (Daniel 12:8, 9.) Ya hace mucho tiempo que apareció la descendencia que Abrahán anheló ver. Actualmente vivimos en “el tiempo del fin”, cuando mucho del significado de lo que Daniel vio en visión ha aumentado nuestro entendimiento de “las cosas reveladas”.
8 El apóstol Pedro escribió: “Respecto a esta misma salvación, los profetas que profetizaron acerca de la bondad inmerecida que había de ser para ustedes hicieron una indagación diligente y una búsqueda cuidadosa. A ellos les fue revelado que, no para sí mismos, sino para ustedes, ministraban las cosas que ahora han sido anunciadas a ustedes [...] En estas mismas cosas los ángeles desean mirar con cuidado”. (1 Pedro 1:10, 12.) Puesto que Jehová ha revelado tantas cosas que aquellos profetas de la antigüedad anhelaron ver, considerémoslas como algo de verdadero valor y no las demos por sentado.
9, 10. ¿Qué ejemplos deben ayudarnos a apreciar la libertad que la mayoría de nosotros tenemos de efectuar un estudio personal de la Biblia?
9 Para tener la actitud correcta, debemos comprender que algunos han tenido que luchar mucho para poder estudiar la Biblia. En los días de William Tyndale, era un delito el que un inglés vendiera, comprara o leyera una traducción de las Escrituras Griegas en su propio idioma. John Foxe, predicador puritano del siglo XVI, informó lo que ocurrió cuando cierto protestante recién convertido llevó de contrabando algunas Biblias a España. Fue traicionado y después murió quemado en la hoguera; 800 de los que compraron las Biblias fueron arrestados. Veinte de ellos murieron en la hoguera. Otros recibieron cadena perpetua, azotes en público o fueron enviados a las galeras. Solo unos pocos salieron absueltos.
10 En tiempos modernos también ha habido ocasiones en que los testigos de Jehová han tenido que estudiar la Biblia frente a graves peligros. En campos de concentración y en prisiones han corrido el riesgo de que se les castigue o hasta de perder la vida por haber conseguido una Biblia. Un misionero a quien mantuvieron incomunicado debido a su fe escribía todos los textos bíblicos que podía recordar y miraba en la sección de “religión” de los periódicos y anotaba cualquier texto bíblico que hallaba. Este fue su único acceso a la Biblia por varios años. Sí, cuando la Biblia está proscrita, los cristianos hacen gran esfuerzo por leerla. ¿Deberíamos ser menos diligentes nosotros que, en la mayoría de los casos, tenemos que sólo extender la mano y sacarla del estante?
11. ¿Deberíamos interesarnos menos en el estudio de la Biblia solo porque a veces se repita alguna información?
11 Algunos dicen que pueden contestar sin mucha dificultad las preguntas que se presentan en los artículos de la revista La Atalaya porque parte del material es repetido. Por eso no ven la necesidad de tener un estudio personal. Tales personas subestiman el valor de la repetición. El salmista amó los recordatorios de Jehová, y nosotros también deberíamos amarlos. (Salmo 119:119.) Recuerde que el mundo sigue inundándonos de propaganda inmoral y materialista. Por eso tenemos que fortalecer nuestra mente mediante considerar repetidas veces los recordatorios bíblicos a fin de hacerle frente a tal propaganda.
Esfuércese por vencer los problemas
12. Mencione algunas sugerencias prácticas de cómo vencer el problema de hallar tiempo para estudiar la Biblia.
12 La persona que tiene la actitud correcta en cuanto a estudiar la Biblia por lo general halla la manera de estudiarla, aunque tal vez no le sea fácil. Quizás tenga que vencer ciertos problemas. Por ejemplo, ¿cuándo en este mundo tan ocupado de hoy día podemos hallar tiempo para el estudio personal? El primer paso que hay que dar para resolver este problema es reconocer que el estudio de la Biblia es una necesidad, al igual que el ministerio del campo y el asistir a las reuniones. (1 Timoteo 4:15.) Entonces podemos examinar nuestra rutina diaria a fin de hallar lugar para ello. Algunos logran estudiar mientras viajan en transportación pública. Otros escuchan las grabaciones de la lectura de la Biblia mientras conducen su automóvil o cuando están haciendo quehaceres en el hogar. Hay quienes estudian durante la hora del almuerzo en el trabajo. Otros se levantan un poco más temprano en la mañana y estudian un rato antes de comenzar la rutina diaria, o lo hacen por la noche después que los niños se han acostado. A menudo tenemos que comprar el tiempo de otras actividades para poder estudiar, tal vez hasta de períodos que apartamos para distraernos. (Colosenses 4:5.) Pero muchos descubren pronto que en realidad no necesitan tanto esos períodos de distracción, pues el estudio mismo les ayuda a sentirse relajados.
13. ¿Qué nos puede ayudar a concentrarnos en lo que estudiamos?
13 Algunos hallan que la concentración es un problema. Les es difícil dejar de pensar en los problemas de la vida diaria y concentrarse en el estudio bíblico. La oración puede ayudar a vencer esta dificultad. Antes de comenzar a estudiar, ¿por qué no le da las gracias a Jehová por las cosas que él ha revelado y le pide ayuda para que usted pueda concentrarse en ellas y discernir su valor? (Filipenses 4:6; 2 Timoteo 2:7.) Tales oraciones están completamente en armonía con la voluntad de Jehová para nosotros. (1 Juan 5:14.) La autodisciplina también es imprescindible, especialmente al principio. (1 Corintios 9:25.) Los habitantes de Berea examinaron la Palabra de Dios diariamente. (Hechos 17:10, 11.) Dieron un buen ejemplo. De modo que el estudio regular pronto puede llegar a ser interesante, y probablemente se desarrolle en usted el deseo de estudiar sin sentirse obligado a hacerlo.
14. ¿Por qué es deseable un ambiente tranquilo cuando efectuamos nuestro estudio personal?
14 Un ambiente apropiado también ayuda a la concentración. Isaac salía a caminar por el campo cuando quería meditar, pues así se alejaba del alboroto y del bullicio de la gente. (Génesis 24:63.) Es cierto que no todos podemos hallar un lugar donde estudiar que esté tan libre de distracciones como un lugar campestre, pero por lo general podemos disminuir las distracciones a nuestro alrededor. El estudiar enfrente de un televisor encendido o con el ruido de un radio o aparato estereofónico hace que el estudio sea mucho menos provechoso o interesante que si estudiáramos en otro lugar más tranquilo. No siempre podemos escaparnos de las distracciones, pero la mayoría de nosotros sin duda puede hallar algún rincón relativamente tranquilo para estudiar.
15. ¿De qué maneras informales podemos adquirir conocimiento bíblico?
15 Puede que haya otro problema: Algunos tal vez no sepan cómo estudiar. Particularmente hoy día, no se puede dar por sentado el que los niños aprenden a estudiar en la escuela, y los que dejaron de asistir a la escuela hace algún tiempo tal vez hayan perdido el hábito de estudiar. Pero en realidad, el estudiar no es tan difícil. Puede ser tan sencillo como el leer ciertos artículos que le interesen de alguna publicación de la Sociedad o el leer la Traducción del Nuevo Mundo con referencias. Otras formas de estudio son escuchar la lectura de la Biblia mediante las grabaciones de casetes o realizar proyectos de investigación personal. ¿Ha probado usted el sencillamente hojear algunos de los números pasados de La Atalaya o ¡Despertad! y ha leído los artículos que hayan captado su atención? Es cierto que eso no sería estudio concentrado, pero le ayudará a desarrollar deleite en la Palabra de Jehová.
16. ¿Con qué propósito debemos prepararnos para el estudio semanal de La Atalaya?
16 Pero ¿qué se puede decir en cuanto al estudio más formal, como cuando usted se prepara para el estudio semanal de La Atalaya? Para este estudio, el estudiante tiene que tener presente un propósito. ¿Qué clase de propósito? Si está preparándose para el Estudio de La Atalaya, querrá sacar el mayor provecho del “alimento al tiempo apropiado” que “el esclavo fiel y discreto” ha provisto y también querrá ayudar a otros al comentar en la reunión. (Mateo 24:45.) ¿Cómo se puede lograr esto? Aunque no existen reglas, he aquí una sugerencia:
17, 18. a) Mencione algunas sugerencias de cómo podemos prepararnos para el estudio semanal de La Atalaya. b) Mencione otras sugerencias que usted haya hallado útiles para el estudio personal. (Véase la nota al pie de la página 20.)
17 En primer lugar, lea el artículo completo, tal vez poco después de haber recibido su ejemplar de La Atalaya. Puede que dicha lectura preliminar le tome solo 20 minutos, pero le dará un cuadro general de los puntos principales del artículo y de lo que se considera en él. Cuando llegue el momento de sentarse a estudiar seriamente el artículo, tenga la Biblia y un bolígrafo o marcador a mano. Entonces, lea detenidamente el primer párrafo, prestando atención a los argumentos y a la manera como se desarrollan las ideas. Busque en su Biblia los textos que aparecen en el párrafo pero que no están citados y vea si usted puede discernir por qué se han alistado allí. Luego, lea la pregunta del párrafo y trate de contestarla. Después de determinar la respuesta, subraye unas cuantas palabras del párrafo que le ayuden a recordar la respuesta cuando asista al Estudio de La Atalaya. Además, puede que usted quiera hacer algunos apuntes breves al margen de la revista acerca de los textos bíblicos que haya buscado o de puntos que quiera investigar más a fondo después, y así sucesivamente.
18 Cuando haya terminado de estudiar así el artículo completo, lea las preguntas de repaso que están en el recuadro al final del artículo para ver si ha captado los puntos principales. Si hay alguna pregunta que no pueda contestar, examine de nuevo el artículo a fin de hallar la respuesta. Si usted hace esto varios días antes del estudio semanal de La Atalaya, tal vez halle práctico dar un vistazo al artículo el mismo día del estudio para refrescar la información en la mentea.
La importancia de la meditación
19. ¿Cómo puede ayudarnos la meditación a cultivar amor por la Palabra de Jehová?
19 Recuerde que el estudio también requiere meditación. El estudiar sin meditar es como comer alimento y no digerirlo. Por eso, reflexione sobre lo que estudia. Trate de relacionarlo con otras cosas que usted sabe. ¿Cómo afecta su vida? ¿Cómo puede utilizar esa información para ayudar a otros? (Proverbios 15:28.) Aprenda a prestar atención a los detalles que se dan. Hable con otras personas acerca de lo que usted aprenda. Comparta con otros los nuevos puntos que haya descubierto. (Proverbios 27:17.) Esto también contribuirá a aumentar su deleite al estudiar la Biblia.
20. Describa el profundo aprecio que el rey David le tenía a la Palabra revelada de Jehová.
20 El rey David mostró aprecio extraordinario por la Palabra de Jehová. Él escribió: “La ley de Jehová es perfecta, hace volver el alma. El recordatorio de Jehová es fidedigno, hace sabio al inexperto. Las órdenes de Jehová son rectas, hacen regocijar el corazón; el mandamiento de Jehová es limpio, hace brillar los ojos. El temor de Jehová es puro, subsiste para siempre. Las decisiones judiciales de Jehová son verdaderas; han resultado del todo justas. Más han de desearse que el oro, sí, que mucho oro refinado; y más dulces son que la miel, y la miel que fluye de los panales”. (Salmo 19:7-10.)
21. ¿De qué bendiciones disfrutaremos si desarrollamos verdadero amor para con “las cosas reveladas” por Jehová?
21 Si presta atención al primer salmo y estudia la Biblia con regularidad, usted también podrá desarrollar esta clase de aprecio para con “las cosas reveladas” por Jehová. Y esto, en cambio, resultará en que llegue a disfrutar de la bendición que se promete en este salmo a la persona que se deleita en la Palabra de Jehová: “Ciertamente llegará a ser como un árbol plantado al lado de corrientes de agua, que da su propio fruto en su estación y cuyo follaje no se marchita, y todo lo que haga tendrá buen éxito. [...] Jehová va conociendo el camino de los justos”. (Salmo 1:3, 6.)
[Nota a pie de página]
a Para sugerencias sobre otros aspectos de cómo estudiar y preparar discursos, véase el libro Guía para la Escuela del Ministerio Teocrático, publicado por la Watch Tower.
¿Qué contestaría usted?
◻ ¿Por qué no basta con solo dejar que otros nos enseñen la Palabra de Dios?
◻ ¿Qué bendiciones obtendremos del estudio de la Biblia?
◻ ¿Cómo podemos hallar tiempo para estudiar la Biblia?
◻ ¿Qué nos puede ayudar a concentrarnos cuando estudiamos?
◻ ¿Cuál debe ser nuestro propósito al prepararnos para el Estudio de La Atalaya?
[Fotografías en la página 18]
Aunque tengamos una vida ocupada, debemos hallar algún tiempo para estudiar la Palabra de Dios
[Ilustración en la página 17]
Personas han muerto debido a leer la Biblia