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  • El verdadero culpable de la guerra y el sufrimiento

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  • El verdadero culpable de la guerra y el sufrimiento
  • La Atalaya. Anunciando el Reino de Jehová 2014
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La Atalaya. Anunciando el Reino de Jehová 2014
w14 1/2 págs. 5-7

TEMA DE PORTADA | LA GUERRA QUE CAMBIÓ AL MUNDO

El verdadero culpable de la guerra y el sufrimiento

La Primera Guerra Mundial terminó el 11 de noviembre de 1918. La gente cerró sus negocios y salió a bailar a las calles. Pero la celebración duró poco. Otra tragedia —más mortífera aún que la ametralladora— se cernía sobre el mundo.

En junio de 1918 apareció en los campos de batalla franceses una terrible plaga conocida como la gripe española, la cual no tardó en demostrar su agresividad. En unos cuantos meses mató a más soldados estadounidenses en Francia que el fuego enemigo. Y las tropas que regresaron a casa se la llevaron consigo y la esparcieron por todo el planeta.

El hambre y la pobreza también marcaron los años de la posguerra. Gran parte de Europa se moría de inanición al finalizar el conflicto. Para 1923, la moneda alemana había perdido casi todo su valor. Seis años después, la entera economía mundial se desplomó. Y finalmente, en 1939 estalló la Segunda Guerra Mundial, que en ciertos sentidos fue una continuación de la anterior. ¿Qué hubo detrás de esta singular cadena de catástrofes?

LA SEÑAL DE LOS ÚLTIMOS DÍAS

Para entender qué hay detrás de ciertos sucesos históricos, y en particular de la Primera Guerra Mundial, debemos recurrir a las profecías de la Biblia. Jesucristo predijo una época en la que las naciones lucharían unas con otras y habría epidemias y falta de alimentos por todos lados (Mateo 24:3, 7; Lucas 21:10, 11). Les dijo a sus discípulos que estas calamidades serían la señal de los últimos días. El último libro de la Biblia, Revelación (o Apocalipsis) ofrece más detalles, los cuales vinculan el sufrimiento en la Tierra con una guerra celestial. (Vea el recuadro “Guerra en la Tierra, guerra en el cielo”.)

Este libro habla de los cuatro jinetes del Apocalipsis. Tres de ellos representan los mismos desastres que ya había predicho Jesús: guerras, hambres y epidemias. (Vea el recuadro “¿Están cabalgando los cuatro jinetes del Apocalipsis?”.) Está claro, pues, que la Primera Guerra Mundial desató un período de sufrimiento que continúa hasta hoy. Y la Biblia revela que el Diablo es el verdadero culpable (1 Juan 5:19). ¿Podrá detenerlo algún día alguien?

Revelación asegura que al Diablo le queda solo “un corto espacio de tiempo” (Revelación 12:12). Por eso está lleno de rabia y está provocando tanto sufrimiento en la Tierra. En efecto, las dificultades que vemos a nuestro alrededor demuestran que el tiempo se le está agotando.

SE DESBARATAN LAS OBRAS DEL DIABLO

La Primera Guerra Mundial fue un acontecimiento que cambió por completo el rumbo de la historia. Dio inicio a una época de guerras, revoluciones y desilusión con la clase política. También demostró sin lugar a dudas que Satanás fue echado del cielo (Revelación 12:9). La reacción del gobernante invisible de este mundo ha sido igual a la de un dictador desalmado que sabe que su gobierno tiene los días contados. Cuando su tiempo se agote, la era de crisis que comenzó con la Primera Guerra Mundial por fin acabará.

Las profecías bíblicas nos dan sólidas razones para confiar en que Jesucristo, nuestro Rey celestial, pronto “desbaratar[á] las obras del Diablo” (1 Juan 3:8). Ya desde ahora, millones de personas están pidiendo que venga ese Reino. ¿Y usted? Gracias a ese gobierno, la gente de bien podrá ver cómo se hace la voluntad de Dios —y no la del Diablo— en la Tierra (Mateo 6:9, 10). Bajo el Reino de Dios, no volverá a ocurrir una guerra mundial ni ninguna otra guerra (Salmo 46:9). Aprenda más sobre él y vivirá para ver el tiempo en que la paz dominará el planeta (Isaías 9:6, 7).

Guerra en la Tierra, guerra en el cielo

Unos diecinueve siglos antes del inicio de la Primera Guerra Mundial, el Diablo le ofreció a Jesús “todos los reinos del mundo” (Mateo 4:8, 9). Jesús rechazó la tentación, pero no negó que dichos reinos pertenecieran a Satanás, a quien más tarde llamó “el gobernante del mundo” (Juan 14:30). Además, el apóstol Juan dijo: “El mundo entero [está] en el poder del inicuo” (1 Juan 5:19).

Si el Diablo tiene tal poder, ¿no es lógico pensar que estuvo involucrado en la Primera Guerra Mundial y los desastres que le siguieron? En efecto, el libro de Revelación lo vincula a las calamidades que ha sufrido el mundo desde 1914. El siguiente es un breve resumen de los sucesos descritos en el capítulo 12 de Revelación:

  • Versículo 7. Estalla la guerra en el cielo entre Miguel (Jesucristo) y el dragón (Satanás).

  • Versículo 9. Satanás, que “está extraviando a toda la tierra habitada”, es expulsado del cielo.

  • Versículo 12. “¡Ay de la tierra y del mar!, porque el Diablo ha descendido a ustedes, teniendo gran cólera, sabiendo que tiene un corto espacio de tiempo.”

La cronología bíblica y los sucesos mundiales muestran que la guerra celestial ocurrió en 1914, tras el establecimiento del Reino de Dios en los cielos.a Así que en ese crucial año estallaron dos guerras: una en la Tierra y otra en el cielo.

a Vea el capítulo 8 del libro ¿Qué enseña realmente la Biblia?, publicado por los testigos de Jehová.

¿Están cabalgando los cuatro jinetes del Apocalipsis?

El caballo blanco y su jinete, un rey celestial

El caballo blanco, montado por un rey celestial. (Revelación 6:2.) El Rey es Jesucristo y cabalga por la justicia (Salmo 45:4). Su primera tarea fue expulsar del cielo a Satanás y sus demonios (Revelación 12:9).

El caballo de color de fuego y soldados en el campo de batalla

El caballo rojo, cuyo jinete tiene autoridad para “quitar de la tierra la paz”. (Revelación 6:4.) Desde 1914, la guerra ha plagado a la humanidad. Solo veintiún años después de la Primera Guerra Mundial estalló la segunda y mató a muchas más personas: 60.000.000, según un cálculo. Desde 1945, las guerras han sido regionales, pero igual de despiadadas. Algunos historiadores estiman que durante el siglo XX murieron por esta causa mucho más de cien millones de personas.

El caballo negro y niños hambrientos

El caballo negro, cuyo jinete lleva en la mano una balanza que representa el hambre. (Revelación 6:5, 6.) Durante la Primera Guerra Mundial murieron de hambre 750.000 personas en Alemania debido a un bloqueo de los Aliados. Más de 2.000.000 de rusos murieron de hambre en 1921, y se dieron tragedias similares en otras partes del mundo. Se calcula que perecieron 70.000.000 de personas por esta causa en el siglo XX. Incluso hoy mueren anualmente más de 3.000.000 de niños menores de cinco años por causas relacionadas con la desnutrición.

El caballo pálido y enfermos

El caballo pálido, cuyo jinete produce epidemias mortíferas. (Revelación 6:8.) La primera gran epidemia del siglo XX fue la gripe española. Aunque las cifras varían, se estima que mató a 50.000.000 de personas. El libro Man and Microbes asegura: “Esta pandemia fue uno de los peores desastres de la historia [...]. Ni siquiera la peste bubónica mató a tanta gente tan rápido”. La viruela, la malaria y la tuberculosis son otras enfermedades infecciosas que causaron cientos de millones de muertes en el siglo XX.

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