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¿Vale la pena leer la Biblia?La Atalaya 2015 | 1 de diciembre
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EN PORTADA | TODOS PODEMOS ENTENDER LA BIBLIA
¿Vale la pena leer la Biblia?
“La Biblia es un libro religioso muy conocido. Pero no tiene nada que ver con la cultura china.” (LIN, DE CHINA)
“No puedo entender ni los escritos sagrados de mi religión hinduista. Así que, ¿cómo voy a entender la Santa Biblia?” (AMIT, DE LA INDIA)
“Respeto la Biblia porque es un libro antiguo y sé que es el más vendido del mundo. Pero nunca he visto una.” (YUMIKO, DE JAPÓN)
Por todo el mundo hay gente que respeta la Biblia aunque conoce poco o nada de su contenido. En especial, esto les ocurre a millones de personas de Asia, pero también sucede en países donde la Biblia tiene amplia difusión.
“¿Para qué querría leer la Biblia?”, quizás usted se pregunte. Descubrir lo que este libro sagrado enseña puede ayudarle a lograr lo siguiente:
Tener una feliz vida
Resolver problemas en la familia
Hacer frente a las inquietudes
Mejorar su relación con los demás
Usar bien el dinero
Por ejemplo, una mujer de Japón llamada Yoshiko quiso saber de qué hablaba la Biblia, así que decidió leerla por su cuenta. ¿Qué descubrió? Ella dice: “La Biblia me ha ayudado a encontrar un propósito en la vida y me ha dado una esperanza para el futuro. Ya no me siento vacía”. Amit, mencionado arriba, decidió analizar su contenido. Él comenta: “Lo que leí me dejó impactado. La información de la Biblia es útil para todo el mundo”.
La Biblia ha ayudado a millones de personas a mejorar su vida. ¿Por qué no se da una oportunidad y la lee para ver en qué puede ayudarle a usted?
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Un libro que se puede entenderLa Atalaya 2015 | 1 de diciembre
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EN PORTADA | TODOS PODEMOS ENTENDER LA BIBLIA
Un libro que se puede entender
La Biblia es un libro muy antiguo, de eso no hay duda. Se empezó a escribir en el Oriente Medio hace unos tres mil quinientos años. En esa época existía en China la poderosa dinastía Shang, la más antigua de la que se tiene registro. Y unos mil años después, el budismo empezó en la India. (Vea el recuadro “Datos generales de la Biblia”.)
La Biblia da respuestas convincentes a las preguntas más importantes de la vida
Un libro es útil para las personas si es fácil de entender y ofrece consejos prácticos. Pues así es la Biblia: da respuestas convincentes a las preguntas más importantes de la vida.
Por ejemplo, siempre ha habido gente a la que le ha desconcertado saber cuál es la razón de nuestra existencia. Y sin embargo, la respuesta está en los primeros dos capítulos del primer libro de la Biblia, Génesis. Allí dice que “en el principio”, hace miles de millones de años, llegó a existir el universo, incluidas las galaxias, las estrellas y la Tierra (Génesis 1:1). Después describe cómo, de manera progresiva, la Tierra se transformó en un lugar habitable, cómo aparecieron diferentes formas de vida y cómo llegó a existir el ser humano. También muestra cuál es el propósito de todo el universo.
SE PUEDE ENTENDER
La Biblia nos da consejos útiles para resolver problemas de la vida diaria. Estos consejos son fáciles de entender por dos razones que veremos a continuación.
Por un lado, son claros, directos y atractivos. En vez de usar expresiones abstractas, místicas o misteriosas, usa palabras sencillas y descriptivas. Hasta ideas difíciles se expresan con palabras que usamos todos los días.
Por ejemplo, Jesús tomaba situaciones de la vida cotidiana para enseñar lecciones que llegaran al corazón. Esto se puede ver en su conocido Sermón del Monte, que se encuentra en los capítulos 5 a 7 del Evangelio de Mateo. Un comentarista bíblico dijo que “es un discurso práctico” que “no llena la cabeza de ideas, sino que da guía y normas de conducta”. Aunque puede leer estos capítulos en quince o veinte minutos, le asombrará la fuerza de las palabras de Jesús a pesar de su sencillez.
Otra razón por la que la Biblia es fácil de entender es su contenido, pues no habla de mitos y leyendas. Más bien, es como dice The World Book Encyclopedia: “Cuenta la lucha, la esperanza, los fracasos y los triunfos tanto de gente común como de gente extraordinaria”. Podemos sentirnos identificados con estos relatos de personas y acontecimientos reales. También son fáciles de entender y nos enseñan valiosas lecciones (Romanos 15:4).
AL ALCANCE DE TODOS
Para entender un libro, tiene que estar escrito en un idioma que usted sepa. En el caso de la Biblia, lo más seguro es que pueda encontrarla en un idioma que entienda, sin importar dónde viva usted. ¿Cómo ha sido posible esto?
La traducción. La Biblia originalmente se escribió en hebreo, arameo y griego. Claro, esto limitaba la cantidad de personas que podían leerla. A lo largo de la historia ha habido muchos traductores celosos trabajando para que las Escrituras estén disponibles en otros idiomas. Gracias a sus esfuerzos, la Biblia se ha traducido completa o en parte a unos 2.700 idiomas. Esto significa que más del 90% de la población mundial puede leer al menos alguna porción de la Biblia en su lengua materna.
La distribución. El texto original se escribió en materiales perecederos, como el papiro y el cuero. Para conservar el mensaje había que copiarlo a mano una y otra vez. Estas copias eran tan caras que muy pocas personas podían comprarlas. Pero con la imprenta que inventó Gutenberg, hace más de quinientos cincuenta años, la distribución de la Biblia aumentó rápidamente. Se calcula que se han impreso unos cinco mil millones de ejemplares.
Ningún otro texto religioso se ha traducido ni distribuido tanto como la Biblia. Sin duda, es un libro al alcance de todo el mundo. Aunque entenderlo puede ser un desafío, hay ayuda disponible. ¿De qué se trata? ¿Dónde puede obtenerla? Descúbralo en el siguiente artículo.
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Ayuda para entender la BibliaLa Atalaya 2015 | 1 de diciembre
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EN PORTADA | TODOS PODEMOS ENTENDER LA BIBLIA
Ayuda para entender la Biblia
Imagine que visita un país por primera vez. Descubre que las personas, costumbres, comidas y la moneda son totalmente diferentes a lo que conoce. Lógicamente, podría sentirse frustrado.
Algo similar pudiera pasarle cuando lea la Biblia por primera vez. Se encontrará con un mundo antiguo y desconocido para usted. Conocerá a muchos pueblos, como los filisteos, y aprenderá nuevas costumbres, por ejemplo, rasgarse las prendas de vestir. También leerá sobre un alimento, llamado maná, y sobre una moneda, el dracma (Éxodo 16:31; Josué 13:2; 2 Samuel 3:31; Lucas 15:9). Quizás todo esto le confunda. Mientras esté en el extranjero, seguramente agradecerá que alguien le ayude. ¿No le gustaría que alguien le explicara lo que no entiende de la Biblia?
AYUDA EN EL PASADO
Desde que comenzó a escribirse la Biblia, en el siglo dieciséis antes de nuestra era, se ha dado ayuda para entenderla. Por ejemplo, Moisés, el primer líder de la nación de Israel, explicó los escritos que tenían hasta ese momento (Deuteronomio 1:5).
Unos diez siglos después, aún había maestros de las Escrituras. En el año 455 antes de nuestra era, un grupo grande de judíos, entre ellos muchos niños, se reunió en una plaza pública en la ciudad de Jerusalén. Los maestros de la Biblia “leyeron el libro de la ley de Dios y explicaron parte por parte lo que significaba para que todos pudieran entender” (Nehemías 8:1-8, La Palabra de Dios para Todos [PDT]).
Unos quinientos años más tarde, Jesucristo mismo participó en una labor educativa parecida. De hecho, la gente lo conocía principalmente como un maestro (Juan 13:13). Enseñaba a individuos y a grupos grandes. En cierta ocasión, se dirigió a una multitud de personas y dio el famoso Sermón del Monte. “La gente quedó muy impresionada.” (Mateo 5:1, 2; 7:28, PDT, 2005.) En el año 33, Jesús tuvo una conversación con dos de sus discípulos mientras iban caminando a un pueblo cerca de Jerusalén. Les “estaba abriendo por completo las Escrituras”, es decir, les explicó claramente su contenido (Lucas 24:13-15, 27, 32).
Los discípulos de Jesucristo también fueron maestros de la Palabra de Dios. Una vez, un funcionario etíope estaba leyendo un pasaje de las Escrituras. El discípulo Felipe se le acercó y le preguntó: “¿Verdaderamente sabes lo que estás leyendo?”. El etíope le contestó: “¿Cómo podría hacerlo, a menos que alguien me guiara?”. Entonces Felipe le explicó el pasaje (Hechos 8:27-35).
AYUDA EN EL PRESENTE
Así como en el pasado hubo maestros que enseñaban lo que la Biblia dice, hoy día, los testigos de Jehová también hacen lo mismo en 239 países y territorios (Mateo 28:19, 20). Todas las semanas ayudan a más de nueve millones de personas a entender lo que enseña la Biblia. Muchas de estas personas son de culturas que no son cristianas. Las clases son gratis y usted puede tomarlas en su propio hogar o en cualquier otro sitio, también por teléfono o mediante videoconferencia.
Si desea tomar este curso, hable con un testigo de Jehová. Descubrirá que la Biblia no es un libro difícil de entender. Más bien, comprobará que es “provechosa para enseñar, para censurar, para rectificar las cosas, para disciplinar en justicia, para que [usted] sea enteramente competente y esté completamente equipado para toda buena obra” (2 Timoteo 3:16, 17).
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