Trabajando en edificar la fe
1 Si ha habido tiempo en que se necesitara edificar la fe es ahora. Se siente uno triste al ver a tantas personas, jóvenes y ancianas, sin fe en Dios y sin esperanza en el futuro. Las expectativas creadas por las promesas falsas de los caudillos seglares y religiosos han sido postergadas tantas veces que por todas partes se ve que el corazón de la gente está enfermo. (Pro. 13:12) Pero, como lo explicó el apóstol Pablo, “la fe no es posesión de todos.” Lo es, sin embargo, de los testigos cristianos de Jehová. Por este motivo, nuestro corazón está lleno de felicidad. Tenemos confianza en las seguras promesas de la Palabra de Dios.—2 Tes. 3:2.
2 Dado que sabemos que “sin fe” no podemos ganarnos el buen agrado de Dios y que hay vidas en peligro, tenemos razones sólidas para querer edificar fe en otros. (Heb. 11:6) Nuestra oferta de literatura para junio es la Traducción del Nuevo Mundo de las Santas Escrituras y el libro ¿Es la Biblia realmente la Palabra de Dios?, por $1,25. ¡Qué maravillosos instrumentos son éstos con que trabajar para edificar fe! ¡Cuánto podemos agradecerles a Jehová y su organización por haber hecho disponibles éstos para nuestro uso! Si se les agota su surtido del libro Palabra de Dios, pueden ofrecer el libro La verdad o Evolución. La oferta que hacemos dependerá de los libros que tengamos disponibles y la necesidad de la persona con quien hablamos. Pero en cada caso queremos dar la mayor importancia a la Biblia porque todos sabemos, juzgando por nuestra propia experiencia, que el leer y estudiar la Biblia es lo que realmente edifica fe.
3 Recientemente un siervo de congregación les preguntó a los concurrentes a una reunión de servicio cómo se les había ayudado a ellos a desarrollar fe en la Palabra de Dios. Convinieron a una en que se había logrado por medio de un estudio de la Biblia en su hogar que alguien había conducido con ellos con gran paciencia. ¿No es cierto que el colocar una Biblia o libro, o ambos, no es el fin de nuestros esfuerzos edificadores de fe, sino solo el principio? Así como nosotros nos hemos beneficiado tanto de que alguien haya vuelto y estudiado la Biblia con nosotros, nosotros también desearemos volver prontamente a aquellos con quienes colocamos literatura, y ofrecerles, por lo menos una vez, un estudio de la Biblia en su hogar.
4 Aunque no hay preguntas en los libros Palabra de Dios y Evolución, se pueden conducir estudios en estos libros si ésa es la información que el amo de casa necesita. Tal vez usted desee hacer sus propias preguntas o simplemente considerar porciones del libro con la persona interesada. Considere esta sugerencia: Lean juntos todos los párrafos bajo determinado subtítulo y entonces haga una o dos preguntas. Proceda de la misma manera con el siguiente subtítulo. De este modo se abarcan los argumentos completos antes de que surjan preguntas. Para obtener variedad, después de leer una sección pregúntele al amo de casa si él tiene alguna pregunta. Todo el libro Palabra de Dios y la materia del libro Evolución desde el capítulo 12 en adelante se prestan muy bien para esta clase de consideración. Podemos usar el acostumbrado método de estudiar donde colocamos el libro La verdad.
5 ¿Es usted una de las personas que han estado estudiando con los testigos de Jehová por varios meses y que asisten a las reuniones de modo que se le haya dado este número del Ministerio del Reino? Si así es, ¿ha pensado en participar usted mismo en esta obra de edificar fe? Junio sería un mes excelente en el cual empezar. Usted ahora aprecia la Biblia y por eso puede ofrecérsela entusiásticamente a otros. Le invitamos a que empiece este mes si llena los requisitos para hacerlo. Hable con el que estudia con usted y pregúntele si puede acompañarlo en la obra de predicar. Una excelente manera de expresar su agradecimiento por lo que ha aprendido será el que comparta con otros el mensaje urgente del Reino. Cada uno de nosotros podemos manifestar que nuestra fe es una fe viva por medio de participar en la predicación.—Sant. 2:17-26.
6 Mientras trabajamos diligentemente para edificar la fe de otros, ninguno de nosotros querrá pasar por alto la necesidad de mantener firme nuestra propia fe. Así como se edifica la fe en otros por medio de conocimiento, también se mantiene firme por medio de conocimiento. Por eso el estudio personal y el estudio de familia tienen que ser una parte regular de nuestra vida. La buena asociación también edifica la fe. El valernos de estas provisiones hace posible aumentar nuestra fe, y damos gracias a Dios por el privilegio de alabarlo y de trabajar en unión con nuestros hermanos en edificar la fe.
Venciendo el mal con el bien cristiano.