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Lo que el futuro tiene para ustedLa Atalaya 1969 | 15 de abril
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bíblicas identifican a este tiempo como el tiempo del fin para este sistema. Y regocíjese en la seguridad de sobrevivir para entrar en un magnífico nuevo sistema en que habrá indescriptible felicidad.
También, esmérese por amoldar su vida en armonía con los principios de la Palabra de Dios. Cultive en su vida los frutos del espíritu. Sea manso, enseñable y dispuesto a obedecer. (Sant. 3:17) No se deje envolver en los asuntos de este mundo de humanidad inicua... en sus ambiciones, sus esperanzas, sus deseos de placeres sensuales y la importancia exagerada que da a las comodidades materiales. Preste atención a la exhortación bíblica: “Busquen a Jehová, todos ustedes los mansos de la tierra . . . Busquen justicia, busquen mansedumbre. Probablemente sean ocultados en el día de la cólera de Jehová.”—Sof. 2:3.
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Dios tiene una organizaciónLa Atalaya 1969 | 15 de abril
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Dios tiene una organización
¿TIENE el Dios y Padre del Señor Jesucristo una organización visible que lo represente en la Tierra en estos días? Si la tiene, ¿cuál es? Ciertamente, él no tendría muchas organizaciones, todas enseñando doctrinas y dogmas que estuvieran en desacuerdo unos con otros. “Dios no es Dios de desorden, sino de paz,” escribió el apóstol de Cristo, Pablo. (1 Cor. 14:33) Por eso, ¿cuál es la organización que refleja de modo más evidente al Dios de paz y verdad?
Al examinar las alegaciones de las diversas sectas religiosas, hacemos bien en tener presente la advertencia de Jesús de que no todos los que afirman adorar a Dios como seguidores de él resultarían ser verdaderamente siervos de Dios. Dijo él: “Muchos me dirán en aquel día [de juicio]: ‘Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre expulsamos demonios, y en tu nombre ejecutamos muchas obras poderosas?’ Y sin embargo, entonces les confesaré: ¡Nunca los conocí! Apártense de mí, obreros del desafuero.”—Mat. 7:22, 23.
La entera fachada imponente de las sectas religiosas de la cristiandad, grandes y pequeñas, ciertamente parece hermosa exteriormente, con sus pretensiones de santidad y de estar haciendo la obra que Cristo comisionó. Pero, ¿qué resulta de la investigación que se hace detrás de ese frente? ¿Permanecen firmes las organizaciones eclesiásticas de la cristiandad bajo la luz escrutadora de los requisitos de Dios? ¿Se han llevado a cabo en armonía con los principios de la justicia y la verdad las obras poderosas que han hecho?
EL CRITERIO
Cristo Jesús no dejó a sus seguidores sin una prueba confiable mediante la cual se pudiera determinar si la profesión de cristianismo es verdadera o falsa. Jesús expresó la marca que identifica al cristianismo verdadero, el criterio por medio del cual se pueden juzgar apropiadamente las organizaciones religiosas, según se registra en Juan 13:35: “En esto todos conocerán que ustedes son mis discípulos, si tienen amor entre ustedes mismos.”
¡Esta es una prueba que podemos aplicar justamente a todo grupo religioso que afirma estar sujeto a Jesucristo! ¿Diría usted que las personas que van a los campos de batalla y matan a miembros de sus iglesias porque sucede que son de una nacionalidad diferente salen aprobados al aplicarles esta prueba? ¿Es una demostración de amor entre ellos mismos? Usted tiene que concordar en que no lo es. Entonces, pregúntese si los miembros de su religión han sido y son culpables de tal conducta. Si lo han sido, entonces no satisfacen la norma que estableció Cristo. Y las organizaciones que excusan tal falta de amor no representan al Dios de paz.
¿Y qué hay de los grupos religiosos cuyos miembros pasan por alto la dirección de la Biblia de evitar la amistad con el mundo y se envuelven en las contiendas y rivalidades de los partidos políticos? (Sant. 4:4) Miembros del mismo grupo religioso pertenecen a partidos contrarios y por el mismísimo hecho de ser miembros aprueban las peleas y los insultos que caracterizan a la rebatiña por puestos políticos. ¿Participan miembros de su congregación en tales escaramuzas políticas unos contra otros? Si lo hacen, entonces la organización en la que afirman adorar no puede ser la congregación de Cristo, el Príncipe de Paz, que declaró acerca de sus seguidores genuinos: “Si ustedes fueran parte del mundo, el mundo le tendría afecto a lo que es suyo. Ahora bien, porque ustedes no son parte del mundo, sino que yo los he escogido del mundo, a causa de esto el mundo los odia.”—Juan 15:19.
Hay otros grupos de llamados seguidores de Cristo que se separan del mundo, es cierto, pero que se entregan a una religión de contemplación, sea dentro de los muros de un monasterio o afuera. Pero, ¿son obedientes al mandato que dio Cristo a todos los cristianos verdaderos: “Por lo tanto vayan y hagan discípulos de gente de todas las naciones”? (Mat. 28:19) Si obedecen este mandamiento, entonces se hace patente que no aman a Cristo. (Juan 14:15) Y se desprende que no son parte de la organización bajo Cristo que representa a Dios en la Tierra en la actualidad.
IDENTIFICANDO LA ORGANIZACIÓN DE DIOS
Pero, ¿hay una organización entre los hombres que cumpla los requisitos de la Palabra de Dios, la Biblia? ¿Hay una organización cuyos miembros, por el amor que se tienen unos a los otros, se hallen unidos, haciendo por completo caso omiso de clase, raza, nacionalidad, idioma u otras distinciones? Y, ¿participa tal organización en un programa de predicación y enseñanza mundial, extendiendo a los ciudadanos más pobres la oportunidad de adelantar en conocimiento bíblico? ¡Sí, hay tal organización... solo una! Es la organización de los testigos de Jehová, bien conocida por su predicación en 200 países.
¿Cuáles son los hechos que demuestran esto? Considere unos cuantos de ellos. Dentro de la congregación de los testigos de Jehová en la sección que sea no hay distinción de clases. Los miembros más pobres y los más prósperos se asocian sin reservas y sirven juntos como predicadores y maestros de la Palabra de Dios. Todos los Testigos tienen igual oportunidad de expresarse en las consideraciones de asuntos bíblicos de la congregación. Cuando se reúnen los Testigos para sus asambleas grandes comen juntos, adoran juntos y se asocian como una gran familia feliz... como si se hubieran conocido unos a otros toda la vida. La gente de afuera se maravilla del hecho de que ‘tienen amor entre ellos mismos.’
En otro respecto los Testigos se amoldan a lo que presenta la Biblia como la imagen verdadera de la organización que estaría haciendo la voluntad de Dios en la Tierra. Están ocupados en predicar por todo el mundo las buenas nuevas del reino de Dios, dando énfasis a que ese Reino —y no las Naciones Unidas ni ninguna otra organización humana— es la única esperanza para la humanidad que sufre. Además de proclamar esta esperanza hasta
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