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  • Manteniéndose libre del espíritu de queja
    La Atalaya 1967 | 15 de diciembre
    • una persona mucho más feliz con la cual asociarse.

      18. (a) ¿Qué error está cometiendo el quejumbroso, según las palabras de Pablo a los corintios y a los romanos? (b) Por eso, ¿a quién le es más fácil vencer una actitud quejumbrosa?

      18 El que se queja da más atención a la carne y a sus debilidades y así está actuando como un pequeñuelo espiritual en ese sentido en particular. En vez de considerar la devoción y amor sinceros que muestran sus hermanos, considera a la carne caída, pecaminosa. La congregación de Corinto también fue culpable de esto, y por eso Pablo le escribió: “No pude hablarles a ustedes como a hombres espirituales, sino como a carnales, como a pequeñuelos en Cristo. . . . Porque mientras haya entre ustedes celos y contiendas, ¿no son ustedes carnales, y no están andando como andan los hombres?” (1 Cor. 3:1, 3) En Romanos 8:5, él menciona la razón por la cual esto es verdad, diciendo: “Porque los que están en conformidad con la carne fijan su mente en las cosas de la carne, mas los que están en conformidad con el espíritu en las cosas del espíritu.” Por lo tanto, aquel que se mantiene lleno de espíritu santo de Dios mediante estudio bíblico, asistencia a las reuniones, oración y servicio activo a Jehová con regularidad hallará menos difícil vencer una tendencia quejumbrosa que el que es irregular en estas actividades espirituales.

      QUEJAS PERSONALES

      19. ¿En qué dos categorías generales se dividen las quejas?

      19 Al analizar este asunto de quejarse, podemos dividirlo en dos categorías generales: (1) Quejas contra individuos y (2) quejas de una naturaleza más seria que envuelven a la organización de Jehová o a sus propósitos. Primero consideraremos el asunto de las quejas personales, y en el siguiente artículo de La Atalaya se considerará el segundo aspecto.

      20. ¿Qué causa por mucho la mayoría de quejas personales, y son premeditadas por lo general?

      20 Por mucho la mayoría de las quejas contra individuos se debe a conceptos falsos insignificantes o choques de personalidad. Una hermana que es calmada y reservada quizás se irrite por otra hermana que es mucho más franca en su modo de ser, y ella puede expresar esta irritación a otros. Hábitos, costumbres y acciones personales quizás sean aceptables para algunos, pero para otros quizás sean muy molestos, haciéndoles quejarse a veces. Casi todas estas quejas no son premeditadas, sino, más bien, son provocadas impulsivamente por alguna cosa pequeña y molesta que sucede. A menudo se dicen impensadamente y con frecuencia se deploran más tarde. ¿Qué se puede hacer para mantenerse libre de esta clase de queja?

      21. ¿Cómo debemos considerar estas fallas insignificantes de parte de nuestros hermanos, especialmente a la luz de las palabras de Jesús en Mateo 6:14, 15?

      21 Primero, es esencial que reconozcamos estas quejas por lo que son: insignificantes, de poca o ninguna importancia, hasta pueriles en muchos casos. No hay verdadera base para queja, sino que simplemente se trata de que cierto hermano o cierta hermana no hace las cosas de la manera que usted cree que deben hacerse. Nos ayudará, también, el considerar seriamente cómo Jehová considera estas “debilidades” de nuestros hermanos, comprendiendo que él está anuente a pasarlas por alto y perdonarlas. ¿No lo perdona a usted sin reserva Jehová a pesar de las muchas fallas de usted? ¿No hace usted concesiones para sus propias faltas, pidiéndole a Jehová perdón vez tras vez, quizás por la misma debilidad? Un requisito previo para conseguir el perdón de Jehová es que perdonemos a otros, como Jesús indicó en Mateo 6:14, 15: “Porque si perdonan a los hombres sus ofensas, su Padre celestial también los perdonará a ustedes; mientras que si no perdonan a los hombres sus ofensas, tampoco perdonará su Padre las ofensas de ustedes.”

      22. Muestre cómo el quejarse acerca de faltas insignificantes revela una falta de amor.

      22 Realmente, entonces, estaríamos mostrando falta de amor y perdón si retuviéramos tales fallas insignificantes contra nuestros hermanos y las engrandeciéramos al ponerlas a la atención de otros. Eso ciertamente no sería imitar a nuestro Padre celestial. Al describir el amor la Palabra de Dios dice: “El amor es sufrido y bondadoso. El amor. . . no se siente provocado. No lleva cuenta del daño.” “El amor cubre una multitud de pecados. Sean hospitalarios los unos para con los otros sin rezongar.” (1 Cor. 13:4, 5; 1 Ped. 4:8, 9) En vista de esto, no es difícil entender por qué se nos aconseja a seguir ‘soportándonos los unos a los otros en amor.’—Efe. 4:2.

      23. ¿Qué, entonces, debe hacerse acerca de estos motivos de queja insignificantes?

      23 Por eso, si no hemos de ‘llevar cuenta del daño,’ nuestra obligación cristiana es olvidar estos motivos de queja insignificantes que surgen, desechándolos completamente de nuestra mente. No les permita crecer a proporciones irrazonables, sino córtelos temprano, antes de que tengan tiempo de arraigarse y florecer. Apague el espíritu de queja e impida mucha infelicidad para usted mismo y para otros.

      24. ¿Cómo dijo Jesús que deben tratarse las quejas personales más serias?

      24 Sin embargo, puede haber ocasiones cuando un hermano o una hermana realmente tenga causa de queja contra otro. Sea a sabiendas o sin saberlo, quizás un hermano haya hecho algo que lo haya lastimado a usted de alguna manera y, debido a su naturaleza, usted no puede olvidarlo y desecharlo de la mente. Quizás descubra que lo está perturbando a usted considerablemente y que hasta está afectando su servicio a Jehová. Es exactamente por tales sucesos que Jesús dio su consejo muy sano de Mateo 18:15: “Si tu hermano comete un pecado, ve y pon al descubierto su culpa entre ti y él a solas. Si te escucha, has ganado a tu hermano.”

      25. (a) ¿Qué no debe hacer nunca el que tiene una queja seria en contra de su hermano, y por qué? (b) Muestre por qué el seguir el consejo de Mateo 18:15 es muy prudente.

      25 Aun si usted tiene base para quejarse, jamás debe divulgarse esto en la congregación quejándose usted ante otros por la acción del hermano. Esto no contribuirá a la paz sino que perturbará a la entera congregación, posiblemente hasta creando una división entre los hermanos. Ciertamente no ayudará a la parte ofensora, que sin duda oirá su queja por conducto ajeno. El quejarse solo empeorará las cosas en vez de sanar la brecha, como lo muestra el proverbio: “El que sigue hablando de un asunto está separando a los que se han familiarizado entre sí.” (Pro. 17:9) No, una actitud quejumbrosa no ayudará a nadie. La manera correcta es abordar al hermano en privado y discutir el asunto calmada y pacíficamente con él. Quizás usted descubra que ni siquiera se dio cuenta de que lo había lastimado a usted y, si éste es el caso, ¡imagínese cuán feliz estará él de que usted lo abordó directamente en vez de divulgar una queja dentro de la congregación!

      26, 27. (a) ¿Qué obligación tiene el ofendido cuando su hermano le pide perdón, y cuán trascendente es? (b) Muestre cómo el consejo de Pablo en Colosenses 3:12-14 ayudará en todos los casos de quejas personales.

      26 Cuando su hermano humildemente le pide perdón, es obligación de usted aceptar su disculpa y perdonarlo, tal como su Padre celestial lo perdona a usted. El amor es una deuda que jamás se paga completamente. (Rom. 13:8) Por eso, cuando el apóstol Pedro le preguntó a Jesús: “¿Cuántas veces ha de pecar contra mí mi hermano y he yo de perdonarle? ¿Hasta siete veces?”, Jesús respondió: “No te digo: Hasta siete veces, sino: Hasta setenta y siete veces.” (Mat. 18:21, 22) Siendo generosos con nuestro amor, misericordia y perdón en relación con nuestros hermanos, segaremos mucho gozo y felicidad y podremos mantenernos libres del espíritu corrosivo y divisivo de queja. Al tener un aprecio profundo de Jehová y un amor a él y a nuestros hermanos podremos fijar nuestras mentes en las “cosas más importantes” que afectarán nuestra vida futura en vez de las muchas cosas insignificantes que caracterizan al presente sistema de cosas imperfecto.—Fili. 1:10.

      27 Al concluir este artículo, escuchemos cuidadosamente y apliquemos diligentemente las palabras de Pablo dichas hace muchos años a los colosenses. Si lo hacemos, seremos ayudados grandemente a mantenernos libres de toda clase de quejas personales. Pablo instó: “De consiguiente, como escogidos de Dios, santos y amados, vístanse de los tiernos cariños de compasión, de bondad, humildad de mente, apacibilidad y gran paciencia. Continúen soportándose los unos a los otros y perdonándose sin reserva los unos a los otros si alguno tiene causa de queja contra otro. Como Jehová los perdonó sin reserva a ustedes, así también háganlo ustedes. Pero, además de todas estas cosas, vístanse de amor, porque es un vínculo perfecto de unión.”—Col. 3:12-14.

  • Hallando contentamiento con la organización de Jehová
    La Atalaya 1967 | 15 de diciembre
    • Hallando contentamiento con la organización de Jehová

      “Señor, ¿a quién nos iremos? Tú tienes dichos de vida eterna.”—Juan 6:68.

      1. ¿Por qué pueden las criaturas de Jehová tener plena confianza en él?

      JEHOVÁ mantiene y siempre ha mantenido pleno dominio de todo en el universo. Con su omnipotencia mantiene las estrellas, el Sol, la Luna y los planetas en sus órbitas respectivas y amorosamente mantiene y preserva la Tierra como hogar del hombre. Todo lo que hace es absolutamente perfecto y debido a esto sus criaturas pueden tener plena confianza en su gobierno soberano y superintendencia misericordiosa.

      2. (a) ¿Cómo ejerce Jehová sus atributos? (b) ¿Por qué, entonces, se quejan algunos, y contra quién, de hecho, están quejándose?

      2 Siendo todopoderoso y teniendo poder para observar todo, Jehová ejerce sus ilimitadas cualidades de amor, sabiduría, justicia y poder de manera perfectamente bien equilibrada cuando trata con sus criaturas. Jamás exagera su justicia sin templarla con amor y misericordia. Jamás abusa de su ilimitado poder, sino que siempre lo ejerce con amor y con sabiduría. Jamás se contradice, ni es inconsistente con él mismo en el uso de sus atributos. Puesto que esto es verdad, ¿por qué algunas de sus criaturas se quejan a veces acerca de sus arreglos y maneras de hacer las cosas? Muchas veces se debe a una falta de entendimiento de la manera en que Jehová lleva a cabo sus propósitos, o a causa de tener un punto de vista muy falto de perspicacia de los tratos de Jehová con sus criaturas. Sin embargo, aunque quizás sea verdad que a menudo no apreciamos a grado cabal la razón del porqué Jehová hace ciertas cosas, el quejarnos en cuanto a esto mostraría falta de confianza y fe en Jehová Dios y en su habilidad para efectuar las cosas a su propio modo y tiempo. Este es un error sumamente serio. Hace unos 3.500 años, cuando el pueblo de Dios, Israel, viajaba en el desierto al sur de Palestina, comenzó a quejarse ante sus superintendentes, Moisés y Aarón, acerca de una falta de alimento. Moisés le mostró exactamente lo serio que era su espíritu quejumbroso cuando dijo: “Sus murmuraciones no son contra nosotros, sino contra Jehová.”—Éxo. 16:8.

      HALLANDO GOZO EN NUESTRAS ASIGNACIONES

      3. ¿Qué hace que algunos se quejen tocante a su obra de predicación?

      3 Algunos hermanos en el presente que han estado en la verdad por varios años quizás comiencen a mostrar un espíritu de descontento semejante al que mostraron los israelitas del día de Moisés. Por muchos años han estado diciendo a sus amigos y

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