¡Ya tengo uno de ellos!
1 El año pasado se distribuyeron 6.881.190 libros encuadernados y Biblias en los Estados Unidos. ¡Eso realmente es muchísima literatura! No obstante el que coloquemos ayudas para el estudio de la Biblia solo es el medio para conseguir nuestro objetivo y no el objetivo en sí. Por eso lo que ha pasado como resultado de estas colocaciones es de interés para nosotros.
2 Algo bueno pasó, pues el informe anual de los Estados Unidos muestra un aumento promedio de 31.332 publicadores en el campo. El informe también muestra que el número de estudios conducidos aumentó en 14.981, llegando el total a 310.449 como promedio mensual. Esto ciertamente es muy estimulador. Empero, ¿podrían conducirse más estudios? ¿Es necesaria una obra más eficaz de atender el interés? Si asumimos que muchos de estos estudios se comenzaron y condujeron según el programa de seis meses que recomienda la Sociedad, entonces, en su mayoría estos son estudios nuevos o solo han sido conducidos unos cuantos meses. Esto podría significar que de cada 23 libros colocados, solo uno resultó en un estudio bíblico.
3 Sin embargo, ¿qué hay de los otros 22 de cada 23 libros colocados que se hallan en el hogar de las personas en nuestro territorio? ¿Están esos excelentes libros, junto con el mejor de los libros, la Biblia, en los anaqueles? Muchas veces al trabajar en la obra de casa en casa usted comienza a explicarle al amo de casa que tiene un libro que le servirá a él como una excelente ayuda para el estudio de la Biblia, pero él le informa: “Ya tengo uno de ellos.” Esto hace que usted se sienta feliz y le dice cuán complacido se siente, pero después ¿qué? ¿Trata usted de colocar un libro diferente con él? ¿O le dice que espera que él haya leído el que ya tiene? ¿Le dice usted que la persona que dejó el libro va a regresar y que cuando regrese, sería una buena idea el que pudieran considerar la Biblia juntos y tener un estudio bíblico usando esa publicación? ¿Es eso todo lo que se necesita? ¿Resultaría esta clase de estímulo en que se comenzara un estudio bíblico? Probablemente no.
4 Por lo tanto, al ofrecer el libro La verdad durante mayo ¿por qué no poner en práctica el principio bíblico de plantar y regar, y dejar que Dios lo haga crecer? (1 Cor. 3:6-9) El plantar ya se ha efectuado, pero la semilla está latente. Nadie ha hecho la revisita. Aprovéchese, como lo hizo Apolo, de la oportunidad de regar. Nuestro propósito en la puerta no cambia cuando el amo de casa ya tiene el libro. Sería mejor seguir adelante con la meta de comenzar un estudio bíblico en la primera visita. La segunda reunión bosquejada en el Ministerio del Reino de abril de 1971 presentó una manera muy práctica y factible para comenzar estudios usando el libro La verdad. ¿Por qué no la pone a prueba a la puerta cuando la persona dice: “Ya tengo uno de ellos”?
5 ¡Las perspectivas son maravillosas! Un buen porcentaje de los 22 libros de cada 23 libros colocados con las personas en nuestro territorio están en las manos de personas que están suspirando y gimiendo por las cosas que ven. Han mostrado que están interesadas en Dios, pues tomaron el libro. Por eso la próxima vez que alguien nos diga: “Ya tengo uno de ellos,” ayudémosle a ver lo que Dios se ha propuesto para el futuro, por medio de comenzar un estudio bíblico con él y así hacer que su suspirar sea uno de alivio y que sus lágrimas sean lágrimas de gozo.—Eze. 9:4.