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  • ¿Cuál es el deseo de su corazón?
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Ministerio del Reino 1973
km 7/73 págs. 3-6

¿Cuál es el deseo de su corazón?

JEHOVÁ Dios no detiene a nadie de seguir el deseo de su corazón. Estamos libres para escoger lo que atrae a nuestro corazón y lo que deleita a nuestros ojos. El sabio rey Salomón dijo bajo inspiración: “Regocíjate, joven, en tu juventud, y hágate bien tu corazón en los días de tu mocedad, y anda en los caminos de tu corazón y en las cosas vistas por tus ojos.”

Pero esto no quiere decir que el joven que sigue cada deseo de su corazón y ojos no es responsable de sus acciones al Dador de vida, Jehová Dios. El rey Salomón continuó: “Pero sabe que debido a todas éstas el Dios verdadero te traerá a juicio. Por lo tanto quita de tu corazón la vejación y evita a tu carne la calamidad; pues la juventud y la flor de la vida son vanidad. Acuérdate, ahora, de tu magnífico Creador en los días de tu mocedad.”—Ecl. 11:9–12:1.

Jehová Dios no protegerá a nadie de los desengaños, frustraciones y perjuicios si los deseos de su corazón interfieren en gran manera con o limitan las actividades asociadas directamente con la adoración verdadera. Por lo tanto somos verdaderamente sabios si seguimos los deseos que toman en consideración nuestra preciosa relación con Jehová Dios.

Si usted es un joven o una joven, ¿dónde está el deseo de su corazón? ¿Es su principal interés su relación con Jehová? ¿Es su deseo usar sus habilidades y recursos materiales de tal modo que le brinden la mayor cantidad de tiempo posible para adelantar los intereses del Reino? ¿Está usted pensando seriamente acerca de ensanchar su participación en la obra vital de predicar el Reino y hacer discípulos? ¿Es el deseo de su corazón el llegar a ser un precursor regular tan pronto como pueda y, mientras tanto, aprovechar lo mejor que pueda las oportunidades de participar en el servicio de precursor temporero?

Por qué escogieron el ser precursor

Muchos jóvenes hombres y mujeres bautizados y dedicados están definitivamente interesados en usar sus energías plenamente en el servicio de Jehová Dios como discípulos dedicados del Señor Jesucristo. Un precursor de Nigeria hizo esta expresión: “Aun cuando asistía a la escuela estaba consciente de lo breve del tiempo y quise usar lo que quedaba del tiempo de manera prudente. Así es que solía participar con regularidad en el servicio de precursor temporero.” Otro precursor comenta: “Creo que el servicio de precursor es un modo en el cual jóvenes como yo podemos mostrar a Jehová nuestra gratitud por lo que él ha hecho por nosotros.”

Un joven casado, al completar su adiestramiento como maestro en Bandung, Indonesia, regresó a su aldea nativa. Regresó con más que conocimiento seglar, porque había llegado a ser un discípulo dedicado y bautizado del Señor Jesucristo. Solo, en esta aldea de las montañas, dedicó muchas horas a proclamar las “buenas nuevas” a la gente en su idioma nativo. Pronunció el discurso del Memorial a las 10 de la noche, después que los aldeanos habían regresado de su trabajo. Más de 100 personas se reunieron fuera de la plaza del mercado frente a una fogata. Estimulado por la asistencia y viendo la gran necesidad de aumentar la cantidad de tiempo que estaba dedicando a predicar y enseñar, se alistó como precursor temporero. Pronto dejó de enseñar seglarmente y se hizo precursor regular. Ahora muchos de sus antiguos discípulos son Testigos dedicados y bautizados.

Un superintendente de circuito del Japón declaró que los hermanos y las hermanas en ese país consideran el ser precursor como “lo normal,” si es que hay algún modo de hacerlo. Casi la mitad de los precursores del Japón son jóvenes. El prepararse por adelantado para ser precursor cuando se gradúan de la escuela superior es la cosa normal para ellos, aun si uno de los padres no está en la verdad.

Si usted está en la escuela, ¿sigue creciendo continuamente su amor por Jehová y la gente de su territorio? ¿Se refleja este amor en un deseo ardiente de hacer tanto como sea posible para adelantar los intereses del Reino? ¿Hace usted buen uso de sus períodos de vacaciones por medio de aumentar su participación en el ministerio del campo entonces? ¿Se está usted preparando para el servicio de precursor regular? ¿Se está usted aprovechando del entrenamiento que le facilitará el conseguir un trabajo de parte del tiempo al terminar su educación seglar? ¿Ha pensado usted acerca de un hermano o una hermana que quizás trabaje con usted como compañero de precursor? ¿Ha considerado esto con él o ella? ¿Participa usted en el servicio de precursor temporero siempre que se le presenta la oportunidad?

Sirviendo de precursor mientras asiste a la escuela

Algunos hermanos y hermanas han hallado que hasta pueden ser precursores regulares mientras asisten a la escuela.

Un joven que sirve como precursor en Hawai relata: “Me dí cuenta que el ser precursor por medio día durante cada día escolar serviría como una protección de las influencias de los compañeros de escuela mundanos y también desanimaría las actividades que no formaban parte del plan de estudios pues estaría muy ocupado en el ministerio del campo. Con mucha ayuda de Jehová y mucho estímulo de mi familia, pude hacer bien en la obra de precursor. Estoy verdaderamente contento de que fui precursor mientras asistí a la escuela, porque verdaderamente profundizó mi aprecio por el precioso privilegio de servir a Jehová en los últimos días y me ayudó a confiar más fuertemente en Jehová como mi Fuente de fuerza.”

Una hermana en la ciudad de Nueva York que comenzó a ser precursora mientras todavía estaba en la escuela tenía el siguiente horario: Ella llegaba a casa de la escuela aproximadamente a las 2 de la tarde. Su día en el servicio comenzaba media hora más tarde y continuaba hasta aproximadamente las 6 o las 7 de la noche. Hacía parte de su tarea escolar durante el período de almuerzo y el resto de ello después del servicio del campo. Todavía disfruta de ser precursora y lo considera como una protección contra el dejarse desviar por las cosas que el mundo hace.

Una hermana en Kansas pudo hacer arreglos para tomar la mayor parte de las asignaturas durante los primeros tres años de la escuela secundaria. Esto le hizo posible el ser precursora durante el último año, cuando se le dio permiso para tomar solo tres clases.

En las Filipinas, otra hermana, a pesar de haber sido obligada por su padre a ir a la universidad, puede ser precursora. ¿Cómo lo hace? “Al comienzo de cada curso escolar,” dice ella, “me aseguro de alistarme durante la primera semana de la matrícula a fin de poder seleccionar un buen horario para asistir a la escuela. Desde entonces en adelante soy una estudiante por la mañana y una precursora por la tarde.”

Si actualmente usted asiste a la escuela, ¿puede usted hacer ajustes que le permitan ser precursor, y a pesar de eso no descuidar su educación seglar? ¿Es este el deseo de su corazón?

Rechazando la educación universitaria para ser precursor

No todos los que ahora son precursores tenían este deseo originalmente. Hay algunos que querían obtener una educación superior a fin de abrirse paso en el mundo. Una hermana que sirve como precursora en Hawai comenta: “Mi meta era obtener una buena educación universitaria. Ingresé en la universidad y llegué a estar espiritualmente inactiva. Sin embargo, encontré que la universidad no era muy satisfactoria. Pensé que debería haber algo mejor en la vida, algo que hiciera la vida más remuneradora. Comencé a asistir a las reuniones de nuevo y a asociarme con los precursores. Pronto dejé la universidad y seguí tras el deseo de servir a Jehová como una precursora.”

Otra hermana de Hawai relata la siguiente experiencia: “Mi padre deseaba que yo asistiera a una universidad con una beca. Yo tenía el deseo de aprender lo suficiente para ver si las filosofías humanas podían ayudar a la gente con sus problemas. Después de un año de universidad, me dí cuenta de la vanidad de la sabiduría mundana y descontinué mi beca escolar. Mi madre era un ejemplo excelente como precursora. Había otros precursores celosos en la congregación y su fe y celo eran contagiosos, estimulaban en mí el deseo de unirme a ellos en el servicio de precursor.

“Después de una visita del superintendente de circuito, quedé determinada a llegar a ser precursora. Le hablé a mi madre acerca de esto, y debido a que mi padre no estaba en la verdad, pensé que tendría que dejar el hogar para ser precursora. Le expliqué a mi madre que, aunque el ser precursora significara abandonar el hogar, lo haría. La idea de separarnos nos hizo llorar a ambas. Le oré a Jehová que ablandara el corazón de mi padre a fin de que él me permitiera ser precursora y permanecer en el hogar. Jehová respondió a mis oraciones y he disfrutado de varios años en mi hogar y en el servicio de precursor. He tenido trabajo de parte del tiempo disponible para proveerme lo necesario.”

Anuencia a renunciar a aparentes ventajas materiales

Cuando el deseo de ser precursor es lo suficientemente fuerte, uno está dispuesto a renunciar a aparentes ventajas materiales. A menudo hasta los jóvenes que entran en el servicio de precursor han tenido que hacer ajustes. Los que lo han hecho así han sido grandemente bendecidos.

Un hermano de Ubiri, Nigeria, que escogió ser precursor, aunque sus padres incrédulos estaban haciendo arreglos para que él recibiera una educación universitaria, escribe: “Puesto que he terminado mi curso en la escuela secundaria y solo estoy capacitado para el trabajo de oficinista —pues no había aprendido un oficio— me obligué a ser pescador. Aunque no tenía a nadie que me mantuviera financieramente, no renuncié a mi oportunidad de ser precursor, pues he estado llorando por ésta.” Ahora está conduciendo quince estudios bíblicos en su asignación de precursor regular.

Una hermana de Portugal relata su experiencia: “Yo era la única hija y por lo tanto el centro de la atención. Pero me dí cuenta de que la mayoría del tiempo lo estaba dedicando a mi trabajo seglar. Mis padres no dependían de mí financieramente. Mientras más pensaba en ello, más me convencía de que el tiempo que dedicaba a mi trabajo como secretaria podría usarse mucho mejor en el servicio de precursor. Tan pronto como había hecho mi decisión de ser precursora comenzaron a surgir problemas. Recibí una oferta tentadora de ser secretaria en otra compañía con el doble del salario que estaba ganando ahora. Cuando mi padre, que no está en la verdad, se enteró de mi decisión de ser precursora, dijo que nunca me volvería a hablar otra vez y hasta amenazó con quitarse la vida. Pero yo me mantuve firme en mi decisión. Inmediatamente mi padre me ordenó que me fuera de la casa.

“Durante esos tiempos difíciles mi madre me animaba constantemente. Además, jamás podré olvidar como mis amorosos hermanos y hermanas muy bondadosamente llenaron el vacío de amor que necesitaba. Siempre les estaré agradecida. Las ofertas para comidas eran más que el número de comidas en un día. Los hermanos deseaban mantenerme saludable y hasta que aumentara de peso para que mi padre no pensara que yo estaba sufriendo. Cuando me dirigía a Jehová en oración, especialmente le pedía fuerzas y ánimo para continuar en el servicio de precursor. Entonces un día, nueve meses más tarde, me encontré con mi padre en la calle. A él le fue difícil decir ‘hola,’ pero me pareció que se sintió feliz de verme. Para mi sorpresa, poco después de ello recibí aviso de regresar al hogar y continuar con mi servicio de precursora. Después de pasar más de cinco años como precursora, mi padre decidió asistir a su primera asamblea. Puedo concordar plenamente con las palabras registradas en el Salmo 27:10: ‘En caso que mi propio padre y mi propia madre de veras me dejaran, aun Jehová mismo me acogería.’”

Un joven matrimonio en las Filipinas cuenta acerca de cómo entraron en el servicio de precursor: “Nuestro aprecio por la urgencia de los tiempos nos hizo abandonar nuestro trabajo seglar de tiempo cabal y emprender el servicio de precursor. Debido a esto, ahora disfrutamos de paz mental y una relación mucho más estrecha como esposo y esposa debido a trabajar juntos en el ministerio del campo. Hemos aprendido como presupuestar tanto nuestro tiempo como nuestro dinero. Al trabajar en el territorio tratamos de planear nuestra actividad de modo que podemos hacer la obra de casa en casa y las revisitas en la misma zona. Esto aminora nuestros gastos de transportación. En nuestro hogar hemos aprendido a comprar solo los artículos necesarios de alimento y en grandes cantidades cuando esto es aconsejable.”

Al terminar la escuela secundaria, una joven hermana en Nigeria comenzó a pensar seriamente acerca de ser precursora. Tenía varias oportunidades para empleo. Aunque significaba menos sueldo, decidió aceptar el trabajo que le permitía dedicar más tiempo a predicar. Razonó: “Cuando este sistema de cosas pase junto con sus instituciones, me aseguraré de tener una profesión.”

Una hermana precursora de la ciudad de Davao, en las Filipinas, habla de las bendiciones que le vinieron cuando abandonó su trabajo seglar para ser precursora: “No había hallado verdadera felicidad en mi trabajo seglar, pues tenía mucho descontento y frustraciones. Cuando entregué mi renuncia, la compañía me ofreció una posición más elevada con un aumento de sueldo. Sin embargo, yo estaba firme en mi deseo de ser precursora. Después de dos años de ser precursora lo único que he segado es mucha felicidad y bendiciones. Mi conocimiento de la Biblia ha mejorado enormemente y mi obra de predicar es más eficaz. También he hallado que me es más fácil manifestar los frutos del espíritu de Dios. Ahora siempre acostumbro animar a los jóvenes como yo a participar en la obra de precursor.”

El estímulo de los padres es útil

El ejemplo de otros ciertamente puede ser una fuente de estímulo. Pero, en adición a ello, a veces se necesita fortalecer el deseo del corazón en cuanto a lo que es bueno. Los padres pueden hacer mucho para ayudar a sus hijos en este respecto.

Una hermana de las islas Visayas declaró: “Mis padres hicieron mucho para ayudarme en mi determinación de ser precursora. Aprovechaba las vacaciones de la escuela llenando una solicitud para el servicio como precursora temporera. Además las experiencias de nuestros hermanos relatadas en La Atalaya animaron en mi corazón el deseo de aspirar al privilegio de tomar parte en la obra de precursor.”

Un anciano en Corea estimuló a sus cuatro hijos a ser precursores. En una asamblea de circuito él y los hijos fueron entrevistados. La hija mayor relató que ella había tenido las notas más altas en su clase de escuela secundaria. Hubo un tiempo en que ella misma quería ir a la universidad. Sin embargo, su padre le informó que, aunque ella estaba libre para elegir ese derrotero, ella no podría esperar apoyo financiero de parte de él. Ella cambió su idea acerca de ir a la universidad, y ahora está disfrutando de muchas bendiciones como precursora. El próximo hijo en edad, dijo que en un tiempo él también había querido ir a la universidad y seguir un proceder mundano. Pero su padre se sentó con él y repasaron juntos las Escrituras. Su padre también le dijo que, si él insistía en un proceder mundano, también tendría que encontrar otro lugar en el cual vivir. Siguió el consejo de su padre y está muy agradecido de que su padre fue bondadoso pero firme en su posición. Los dos hijos más jóvenes explicaron que a ellos les impresionó lo que había pasado con los dos hijos mayores. Desde el principio hicieron planes para llegar a ser precursores. El más joven renunció a su educación en la escuela secundaria para ser precursor.

Considere el servicio de precursor

Aunque es posible que el deseo de su corazón sea participar en los gozos de ser precursor, sus circunstancias actuales quizás simplemente no le permitan hacerlo. En ese caso no se sienta desanimado. Usted puede estar seguro de que Jehová Dios y su hijo Cristo aprecian mucho su servicio fiel.

Es posible que, con oración persistente, los obstáculos que están en su camino al fin sean removidos, libertándolo a usted para cumplir el deseo de su corazón. Esa fue la experiencia de una hermana que ahora está sirviendo como misionera. Cuando ella dio a conocer sus planes de ser precursora, todavía era una menor y vivía en el hogar. Su padre incrédulo no quería que ella fuera precursora sino que fuera a la universidad. Ella oró constantemente a Jehová para que suavizara el corazón de su padre. En menos de un año, pudo entrar en el servicio de precursor. Su salud también comenzó a mejorar y esto hizo una impresión favorable en su padre. Reflexionando en su servicio como precursora, esta hermana dice: “Valió la pena el vencer todas las dificultades que se han presentado en mi camino.”

A medida que usted piensa acerca de las experiencias de otros, considere si usted puede asirse del privilegio de llegar a ser un precursor. Jehová Dios, por supuesto, ha dejado a cada uno de nosotros el decidir exactamente cuánto tiempo dedicará a la obra de predicar el Reino y hacer discípulos. También nos ha hecho claro la necesidad de esta obra vital. Él ha revelado que este sistema de cosas pronto llegará a su fin. Esto quiere decir que las vidas de la gente están en grave peligro. Necesitan llegar a entrar en una relación aprobada con Jehová si es que van a sobrevivir la “grande tribulación.” Entonces, también, Jehová ha revelado que es su voluntad para nosotros el esparcir este mensaje salvavidas de su Palabra. El que nos conformemos a hacer su voluntad es por lo tanto una expresión de nuestro amor por él y por nuestro prójimo.

¿Es su amor por Jehová el móvil que impulsa los deseos de su corazón? Si lo es, sea que usted pueda ser precursor o no, usted puede tener la profunda satisfacción de saber que sirve a Jehová de toda alma. Jesús le dijo a sus hermanos que predicaran y enseñaran. “Hagan discípulos,” dijo. Todos los cristianos dedicados saben lo que deben hacer y se mantendrán ocupados diciendo las buenas nuevas a otros de casa en casa, por todas partes, a todo tiempo.

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