¿Deja usted una hoja suelta?
¿Qué hace usted cuando una persona está tan ocupada que no tiene tiempo ni siquiera para ofrecer las revistas? ¿Suponga que alguien no acepta ninguna literatura después que usted le habla acerca de la verdad? Y, ¿qué hace usted cuando no hay nadie en casa? Las hojas sueltas están diseñadas para satisfacer la necesidad en estas situaciones y en muchas otras. ¿Lleva usted siempre hojas sueltas consigo y trata de dejarlas en cada hogar? A menudo éstas pueden dar un testimonio cuando usted no puede hacerlo.
Además de las hojas sueltas que anuncian el programa de conferencias públicas de la congregación para varias semanas, están las que suministran información general en cuanto a las horas de las reuniones y la ubicación del Salón del Reino. Es provechoso tener a mano un buen surtido de éstas. Ambas tienen breves consideraciones bíblicas impresas al reverso que están diseñadas para hacer que una persona comience a pensar y para avivar su interés en la respuesta bíblica.
Se han relatado muchas experiencias en las que individuos llegaron a ponerse en comunicación con la verdad debido a que recibieron una hoja suelta. Un hombre, después de quedar desilusionado con varias iglesias, oró una noche: ‘Querido Dios, si hay un Dios, ayúdame a hallar la religión correcta.’ La mañana siguiente notó una hoja suelta que había sido dejada en su puerta cuando nadie estaba en casa. Aceptó la invitación de ésta para asistir a una conferencia bíblica en el Salón del Reino. Qué felices están él y su familia de que un testigo cristiano de Dios dejó esa hoja suelta. Trate de por lo menos dejar una hoja suelta en cada puerta.