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  • ¿Se puede hablar con los muertos?
    ¿Es esta vida todo cuanto hay?
    • y los que los consultaban merecían la sentencia de muerte. Ese mismo engaño tiene que hallarse detrás de la alegada comunicación con los muertos hoy.

      Un hecho que indica esto es que, bajo la influencia de supuestas “voces” del más allá, muchas personas han cometido suicidio. Han dado su más preciosa posesión —la vida— en un esfuerzo por unirse a amados muertos. Otros han empezado a temer pavorosamente a esas voces, puesto que los mensajes han sido sombríos, sobre algún terrible accidente o muerte que está por ocurrir. ¿Cómo sería posible que esas voces vinieran de una fuente buena? ¿Quién o qué pudiera estar detrás de esas voces?

  • ¿Pudiera ser un hábil engaño?
    ¿Es esta vida todo cuanto hay?
    • Capítulo 10

      ¿Pudiera ser un hábil engaño?

      A TRAVÉS de los siglos los hombres han sido testigos de acontecimientos rarísimos. Se ha visto rocas, vasos de beber agua y objetos similares viajar por el aire como si los movieran manos invisibles. Se han oído voces, toques y otros ruidos aunque no hubiera fuente o causa manifiesta para ellos. Figuras como sombras han aparecido y entonces desaparecido rápidamente. A veces estos acontecimientos han tenido tan sólida atestación que queda poco lugar para la duda.

      Muchas personas consideran que manifestaciones de esta índole son prueba de que la existencia consciente no termina cuando llega la muerte. Algunos creen que se trata de espíritus de difuntos que están esforzándose por atraer de alguna manera la atención de los vivos y comunicarse con ellos.

      Pero se pudiera preguntar: Si en verdad éstos son amados que han muerto y están tratando de comunicarse con los vivos, ¿por qué debería ser que por lo general sus manifestaciones asusten a los observadores? ¿Qué hay, en realidad, detrás de esas cosas?

      La Biblia muestra claramente que la muerte termina toda la existencia consciente. (Eclesiastés 9:5) Por eso, tiene que haber otras fuerzas que sean responsables de cosas que suelen atribuirse a los espíritus de los muertos. ¿Qué pudieran ser esas fuerzas? ¿Pudieran ser inteligentes? Si así es, ¿pudieran ser culpables de perpetrar un hábil engaño contra la humanidad?

      De seguro que no queremos que se nos engañe. El que se nos engañara significaría pérdida para nosotros y, quizás, hasta nos metiéramos en una posición de grave peligro. Por eso tenemos buena razón para examinar la evidencia disponible, razonando en cuanto a ella, para asegurarnos de que no se nos haya hecho víctimas de un hábil engaño. Deberíamos estar dispuestos a remontarnos cuan lejos fuera en la historia humana en un esfuerzo por conseguir la verdad en cuanto a este asunto.

      La Biblia nos permite hacer eso. Nos lleva al tiempo en que la primera pareja humana vino a la existencia. En el tercer capítulo de Génesis 3 la Biblia relata una conversación que pudiera parecer increíble para muchos hoy. Pero no es ficción. Esta conversación suministra una clave en cuanto a si hay o no un hábil engañador que esté operando en los asuntos humanos.

      EL COMIENZO DEL ENGAÑO

      Cierto día, mientras no estaba en compañía de su esposo, Eva la primera mujer oyó una voz. Todo parecía indicar que era la voz de una serpiente. En cuanto a la conversación, la Biblia informa lo siguiente:

      “Ahora bien, la serpiente resultó ser la más cautelosa de todas las bestias salvajes del campo que Jehová Dios había hecho. De modo que empezó a decirle a la mujer: ‘¿Es realmente el caso que Dios dijo que ustedes no deben comer de todo árbol del jardín?’ Ante esto, la mujer le dijo a la serpiente: ‘Del fruto de los árboles del jardín podemos comer. Pero en cuanto a comer del fruto del árbol que está en medio del jardín, ha dicho Dios: “No deben comer de él, no, no deben tocarlo para que no mueran.”’ Ante esto, la serpiente le dijo a la mujer: ‘Positivamente no morirán. Porque Dios sabe que en el mismo día que coman de él tendrán que abrírseles los ojos y tendrán que ser como Dios, conociendo lo bueno y lo malo.’ Por consiguiente, vio la mujer que el árbol era bueno para alimento y que a los ojos era algo que anhelar, sí, el árbol era deseable para contemplarlo.”—Génesis 3:1-6.

      El mensaje que transmitió la serpiente fue una mentira. Esa mentira fue la primera de que hay registro. Por consiguiente, la fuente de ésa tiene que ser el originador o padre de las mentiras. Puesto que la mentira llevó a consecuencias mortíferas, el mentiroso también fue asesino. Obviamente este mentiroso no fue la serpiente literal, una criatura que no está dotada de la facultad del habla. Más bien, tiene que haber habido alguien detrás de la serpiente, alguien que, por lo que pudiera llamarse ventriloquia, hiciera parecer que la serpiente hablaba. Eso no debería parecernos tan extraño a nosotros los de este siglo veinte cuando se puede hacer que una bocina en el amplificador de un aparato de radio o televisión vibre de tal manera que reproduzca la voz humana. Pero, ¿quién habló detrás de la serpiente?

      UN ENGAÑADOR INVISIBLE

      Jesucristo, venido él mismo del cielo y sabedor de lo que sucedía en la región invisible, lo identifica. (Juan 3:13; 8:58) Cuando ciertos líderes religiosos buscaban la manera de matar a Jesús, él les dijo: “Ustedes proceden de su padre el Diablo, y quieren hacer los deseos de su padre. Ese era homicida cuando principió, y no permaneció firme en la verdad, porque la verdad no está en él. Cuando habla la mentira, habla según su propia disposición, porque él es mentiroso y el padre de la mentira.”—Juan 8:44.

      El Diablo, siendo mentiroso y homicida, es obviamente alguien que posee inteligencia. Esto hace surgir esta pregunta: ¿Cómo llegó a existir?

      La Biblia revela que aun antes que la Tierra existiera había personas invisibles, espíritus, que disfrutaban de vida. Job 38:7 dice que estas personas espíritus, “hijos de Dios,” ‘gritaron en aplauso’ cuando la Tierra fue creada. Como “hijos de Dios,” recibieron la vida de él.—Salmo 90:2.

      Por eso, el que engañó a Eva por medio de la serpiente tiene que haber sido uno de estos hijos espíritus, una de las criaturas inteligentes de Dios. Al contradecir la advertencia de Dios acerca del árbol del conocimiento de lo bueno y lo malo, éste difamó a su Creador, haciendo que pareciera que Dios era mentiroso. Por lo tanto se le llama correctamente el “Diablo,” puesto que esa palabra viene del término griego diábolos, que significa “acusador falso, tergiversador, calumniador.” Por su derrotero esta criatura se puso en resistencia a Dios y de ese modo se hizo Satanás (hebreo, satán; griego, satanás), que significa “resistidor.”

      No se puede culpar a Jehová Dios por lo que esta criatura hizo. “Perfecta es su actividad,” dice la Biblia acerca de Dios, “porque todos sus caminos son justicia. Dios de fidelidad, con quien no hay injusticia; justo y recto es él.” (Deuteronomio 32:4) Él creó a sus hijos inteligentes, tanto a los de la región de espíritus como a los humanos, con la capacidad de ejercer libre albedrío. No los obligó a servirle, sino que quiso que hicieran eso voluntariamente, por amor. Los dotó de la capacidad de desarrollar cada vez mayor amor a él como Dios y Padre de ellos.

      La criatura espíritu que se hizo a sí mismo un resistidor y calumniador de Dios, sin embargo, no optó por perfeccionar su amor al Creador. Permitió que en su corazón arraigaran ambiciones egoístas. (Compare con 1 Timoteo 3:6.) Esto se refleja en la conducta del “rey de Tiro” sobre el cual se hizo una endecha en la profecía de Ezequiel. En la endecha, se le dice lo siguiente al rey de Tiro que se hizo traidor al reino de Israel:

      “Estás sellando un modelo, lleno de sabiduría y perfecto en hermosura. En Edén, el jardín de Dios, resultaste estar. . . . Tú eres el querubín ungido que cubre, y yo te he colocado. En la montaña santa de Dios resultaste estar. En medio de piedras de fuego te paseabas. Fuiste exento de tacha en tus caminos desde el día que fuiste creado hasta que se halló injusticia en ti. . . . Tu corazón se hizo altivo debido a tu hermosura. Arruinaste tu sabiduría por causa de tu radiante esplendor.”—Ezequiel 28:12-17.

      El rebelde hijo espíritu de Dios, a la manera del traicionero “rey de Tiro,” se estimó a sí mismo en demasía. El orgullo hizo que quisiera controlar a la raza humana, y se dirigió al logro de sus fines por medio del engaño. Hasta este día la mayoría de la humanidad todavía es víctima de este engaño. Al rehusar hacer la voluntad de Dios según se da en su Palabra, la Biblia, de hecho se ponen del lado de Satanás. Al hacer eso, aceptan la misma mentira que Eva aceptó, a saber, que el optar por obrar de manera contraria a la voluntad de Dios puede traer verdadera ganancia.

      Puesto que la Palabra de Dios condena la comunicación con los muertos, los que tratan de hablar con los muertos se ponen del lado de Satanás. Aunque quizás piensen que están hablando con los muertos, han llegado a ser víctimas de un engaño. Tal como

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