Adquiriendo felicidad por el estudio de la Palabra de Dios
1 El sabio rey Salomón escribió: “Feliz es el hombre que ha hallado sabiduría, y el hombre que consigue discernimiento.” (Pro. 3:13) ¿Ha adquirido usted la felicidad de la que habló Salomón? En realidad, ésa es una meta de cada testigo de Jehová hoy. Note que la clave para adquirir esta felicidad es ‘hallar sabiduría y conseguir discernimiento.’
2 El hallar sabiduría y conseguir discernimiento requiere esfuerzo y tiempo. Envuelve estudio de la Palabra de Dios, el adquirir conocimiento piadoso y aplicarlo en nuestra vida. (Pro. 2:2-4) Los que buscan entendimiento y sabiduría mediante el estudio regular de la Palabra de Dios estarán de acuerdo con que “los que la mantienen firmemente asida han de ser llamados felices.”—Pro. 3:18.
3 Una definición de estudio es: “Fijar la mente atentamente en un tema.” Otra definición es: “Utilizar la mente en algo; leer y examinar a fin de aprender y entender, o grabar en la memoria.” El saber esto nos ayuda a comprender por qué los que estudian la Palabra de Dios con regularidad son felices. Ellos ‘fijan su mente’ en los pensamientos de Dios y sus maravillosas promesas. Así adquieren la mejor educación, una piadosa. El alimentar la mente con las verdades de Dios es una experiencia muy deleitable y nos ayuda a seguir creciendo como hombres y mujeres espirituales.—Heb. 5:13, 14.
LA ORGANIZACIÓN PROVEE AYUDA
4 La organización de Jehová nos ayuda a adquirir la felicidad que buscamos. De hecho, el “esclavo fiel y discreto” nos presenta un excelente programa de estudio. ¿Cómo? Bueno, en el párrafo anterior notamos que la lectura es una parte importante del estudio, y nosotros tenemos muchas cosas buenas que leer, ¿no es cierto? De modo que sería importante leer los libros y cada número de La Atalaya y ¡Despertad! a medida que se publican. Ciertamente, si sugerimos a otros que lean las publicaciones, nosotros debemos leerlas primero. Verdaderamente podemos adquirir felicidad por medio de leer con regularidad publicaciones tan excelentes.
5 Sobre todo, debemos incluir entre nuestro material de lectura la mismísima Palabra de Dios. Qué agradable es mantenerse al día con la asignación semanal de la lectura de la Biblia para el programa de la Escuela del Ministerio Teocrático. Muchos hermanos apartan tiempo diariamente para leer otras porciones de la Palabra de Dios. ¿Está adquiriendo usted felicidad de ese modo?
6 La preparación para nuestras reuniones es otra parte importante de nuestro programa de estudio. Usted hallará que está mejor preparado para participar y recordará más de lo que se considere en las reuniones. Pero, ¿cómo podemos prepararnos? He aquí algunas sugerencias: lea cuidadosamente el material asignado, subraye palabras o frases claves y busque los textos bíblicos a los que se hace referencia, pero que no están citados. Algunos hermanos hallan que es útil anotar en los márgenes textos bíblicos o puntos relacionados. Mientras más información podamos recordar y aplicar como cristianos, más felices seremos.—Juan 13:17.
7 ¿Qué otras cosas podemos incluir en nuestro programa cristiano de estudio? La lectura y consideración del texto diario debe ser imprescindible en los hogares cristianos. También sería necesario prepararnos antes de hacer revisitas, conducir estudios bíblicos y pronunciar discursos bíblicos. (Pro. 15:28; 1 Ped. 3:15) Muchos hermanos buscan más información relacionada con su lectura semanal de la Biblia para entender mejor el material. ¡Qué bendición puede ser nuestro programa de estudio regular!
8 ¿Halla usted “deleite en la ley de Jehová” mediante su programa de estudio? (Sal. 1:2) Si así es, usted ciertamente es dichoso y sabe que el conseguir sabiduría procedente de Jehová “es mejor que tener la plata como ganancia.” (Pro. 3:14) Pero, si usted no puede mantenerse al día con todo lo que usted quisiera leer y estudiar, no se desanime ni se dé por vencido. ¿Pudiera usted, quizás, ajustar sus actividades para dedicar más tiempo a la lectura y el estudio? A medida que haga esto, hallará que su gozo aumenta cuando aumenta su conocimiento de Jehová. Entonces comprenderá de modo más cabal que la sabiduría procedente de Jehová “es árbol de vida a los que se asen de ella, y los que la mantienen firmemente asida han de ser llamados felices.”—Pro. 3:18.