Trabajemos para alcanzar metas teocráticas
1 ¿Por qué deberíamos todos fijarnos metas teocráticas? Una razón es que nos estimulan a trabajar más enérgicamente en el servicio de Jehová. Pablo nos ayuda a comprender una de las razones principales por las cuales debemos desear trabajar lo más duro que podamos en el servicio de Jehová. Él declara: “Porque a este fin estamos trabajando duro y esforzándonos, porque hemos cifrado nuestra esperanza en un Dios vivo, que es Salvador de hombres de toda clase, especialmente de los fieles” (1 Tim. 4:10). Así que trabajamos duro a fin de lograr la salvación para nosotros mismos y para ayudar a otras personas a que sean fieles también. El que tengamos metas teocráticas nos mueve a trabajar de modo que logremos esto.
VAYA EN POS DE LA EDUCACIÓN DIVINA
2 El servicio de tiempo completo es una excelente meta teocrática que podemos fijarnos. Pero ¿qué podría desviar a un hermano de tal meta teocrática? Algo que podría hacerlo es la educación seglar, especialmente la que se sigue después que uno ha cursado la escuela secundaria. En la Asamblea de Distrito “Aumento del Reino” nos conmovió el drama del viernes, titulado “La educación divina aumenta el fruto del Reino”. Sin duda, ustedes todavía recuerdan que se mencionó que “la mejor educación seglar en el mundo no significa nada si uno no ha mantenido sus metas espirituales y ha continuado ensanchando su educación divina”. ¿Es éste el parecer que usted ha adoptado?
3 Jesús preguntó: “Porque ¿de qué provecho le será al hombre si gana todo el mundo pero lo paga con perder su alma?” (Mat. 16:26). Muchos de nuestros jóvenes han visto la inutilidad de ir en pos de metas mundanas y materiales, incluso la educación seglar superior. Junto con sus padres, estos jóvenes han concluido que tales metas no merecen que uno haga frente a los peligros a los que estaría expuesto para lograrlas. A lo más, los beneficios que se obtienen al alcanzar dichas metas solo pueden durar mientras este sistema dure, el cual, al presente, se apresura a su fin completo. Una cabal educación divina prepara a uno para ir en pos de excelentes metas teocráticas. (2 Tim. 3:1-5, 14-17.)
LAS METAS EN EL SERVICIO DE TIEMPO COMPLETO
4 Muchos padres y jóvenes son dignos de encomio por el progreso espiritual que han logrado en los últimos años. Se ha notado que más jóvenes están poniendo en primer lugar los intereses del Reino. En noviembre de 1982, en los Estados Unidos, había 1.288 jóvenes de menos de 20 años de edad en la obra de precursor regular. En mayo de 1984 había 1.945. Esto significa que en un lapso de dieciocho meses hubo un aumento de 51% en la cantidad de los que emprendieron la obra de precursor regular poco después de terminar la escuela secundaria. Son muchos los beneficios que están obteniendo tanto los padres como los hijos que han trabajado para alcanzar tales metas teocráticas.
5 Todos nos alegramos de que Jehová esté produciendo el aumento. Este aumento crea la necesidad de más literatura. Por consiguiente, se necesitan más hermanos para que sirvan en Betel. Durante el período de agosto de 1977 a mayo de 1984, se necesitaron 800 hermanos más en el Betel de Brooklyn y en las haciendas Watchtower. Estos hermanos no solo han seguido concentrándose en metas teocráticas, sino que también han tenido que cumplir con las altas normas teocráticas que se exigen para este privilegio de servicio incomparable. Se puede decir lo mismo tocante a los hermanos y las hermanas que se han esforzado por alcanzar la meta de recibir entrenamiento en Galaad para la obra misional.
AYUDEMOS A LOS JÓVENES A FIJARSE METAS
6 Los padres sabios han ayudado a sus hijos a fijarse metas teocráticas desde temprana edad. Algunos lo han logrado por medio de hacer que sus hijos se asocien, en toda oportunidad posible, con los que están en el servicio de tiempo completo. Porque los padres han aprovechado las oportunidades de tener como invitados a superintendentes viajantes y a sus esposas, a misioneros, a betelitas y a precursores regulares, los hijos han observado por sí mismos el gozo del que disfrutan estos siervos de tiempo completo. Muchos de los que en la actualidad tienen éxito en la obra de precursor regular, el servicio de Betel o la obra de misionero recuerdan con cariño dicha asociación sana que tuvieron en su juventud. Haga que el hablar sobre tales metas teocráticas sea parte de las conversaciones diarias de la familia.
7 Es necesario que nuestros jóvenes tengan un punto de vista realista acerca de las metas espirituales. En especial, debemos ayudarlos a ver la ventaja de dedicarse a una carrera en el servicio de tiempo completo. En la conclusión del drama sobre “La educación divina”, que se presentó en la asamblea de distrito el verano pasado, se declaró: “Si usted se inclina a estimar en demasía una educación superior seglar, acuérdese de esto: para aumentar el fruto del Reino se requiere que demos más que la acostumbrada atención a la educación divina”. Así como Pablo, los padres y los jóvenes de la congregación cristiana querrán estimar el “sobresaliente valor del conocimiento de Cristo Jesús” (Fili. 3:7, 8). La educación divina asegurará que nos concentremos en las metas teocráticas.