¿Está usted disponible para ayudar donde se le necesite?
1 Al destacar la necesidad de más ministros cristianos, Jesús dijo: “La mies es mucha, mas los obreros son pocos”. Aunque esto fue cierto en los días de Jesús, hay aún mayor necesidad ahora en este tiempo del fin. Por lo tanto, en obediencia al mandato de Jesús, ‘rogamos al Amo de la mies que envíe obreros a su siega’. (Mat. 9:37, 38.)
SE NECESITA AYUDA
2 Aunque estamos bien adentrados en el tiempo de la siega, ésta aún no se ha terminado. Jehová Dios continúa bendiciendo nuestro ministerio con excelentes aumentos en el campo, y el adiestrar a los nuevos es un desafío (Mat. 28:20). La mayoría de las congregaciones de este país trabajan con regularidad su territorio asignado, pero hay unas cuantas que todavía necesitan ayuda. Hay algunos territorios que en la actualidad no están asignados a ninguna congregación. Todavía hay urgente necesidad de más obreros.
3 También existe gran necesidad de fortalecer a algunas congregaciones en sentido espiritual. Hay varias congregaciones que necesitan la ayuda de más ancianos, siervos ministeriales, familias cristianas espiritualmente fuertes y precursores. Cuando una congregación recibe esta clase de obreros dispuestos, esto fortalece a los hermanos y, a menudo, resulta en que haya aumento en dicha congregación.
¿CÓMO SE PUEDEN SATISFACER ESTAS NECESIDADES?
4 Primero, sería bueno que los ancianos de las congregaciones que tienen necesidad de ayuda analizaran las circunstancias de éstas. ¿Cuáles son las necesidades de la localidad? ¿Qué pueden hacer para satisfacer estas necesidades los que al presente se asocian con la congregación? ¿Pudieran algunos aumentar su actividad en el servicio del campo? ¿Podrían más de ellos servir de precursores auxiliares o regulares? ¿Están esforzándose los hermanos bautizados, y se les está utilizando al máximo? ¿Pueden los ancianos y siervos ministeriales dar un mejor ejemplo de celo en el ministerio? ¿Se pudiera animar a algunos de la congregación a mayor actividad mediante darles estímulo y encomio de manera bondadosa y amorosa?
5 Luego, considere la situación con el superintendente de circuito. Puede que él ofrezca sugerencias significativas sobre lo que la congregación misma puede hacer para satisfacer las necesidades de la localidad. O tal vez sepa de otras congregaciones o conozca a precursores del circuito que podrían prestar ayuda. Si así es, él puede pedir que se comuniquen con ustedes. En los casos en que no haya ayuda disponible dentro del circuito, el superintendente de circuito o los ancianos de la localidad pueden escribir a la Sociedad y hacerle saber las circunstancias y las necesidades.
6 Si su congregación está trabajando el territorio con frecuencia o si hay suficientes ancianos, siervos ministeriales o precursores para atender a las necesidades de la localidad, ¿pudieran algunos de éstos brindarse a ayudar en otro sitio? Los publicadores individuales, y los grupos de familia, harían bien en examinar sus propios dones espirituales, sus ventajas o recursos y sus capacidades. ¿Sería posible aceptar temporalmente una asignación para trabajar territorio no asignado o quizás mudarse permanentemente para ayudar en una congregación donde los obreros sean pocos?
7 A los que puedan aceptar temporalmente una asignación o trasladarse permanentemente, se recomienda que escriban una carta a la Sociedad para hacer saber que están disponibles. Dicha carta debe entregarse al comité de servicio de la congregación para que éste añada su recomendación y la envíe por correo a la Sociedad. (Sírvase ver Nuestro ministerio, páginas 112 y 113, y Nuestro Ministerio del Reino de julio de 1982, página 3, párrafo 5.)
8 Antes de mudarse, es muy prudente calcular los gastos (Luc. 14:28). Tenga presente que en la mayoría de las regiones donde se necesita ayuda los pueblos son pequeños, a menudo escasea el empleo y quizás usted no siempre tenga a alguien con quien salir al servicio del campo. Puede que con frecuencia se le asignen partes en las reuniones, y quizás las reuniones no sean de la calidad a la que usted esté acostumbrado. El deseo sincero de ayudar y el amor intenso a nuestros hermanos son esenciales. El comprender lo que significa ser abnegado es un requisito indispensable. ¿Califica usted? ¡Existe la necesidad! ¿Está usted disponible? (Isa. 6:8.)