Estudio 12
Oratoria espontánea e improvisada
1, 2. ¿Cómo nos ayuda Jehová a hablar?
1 “No se inquieten acerca de cómo o qué han de hablar; porque se les dará en aquella hora lo que han de hablar; porque los que hablan no son únicamente ustedes, sino que el espíritu de su Padre es lo que habla por ustedes.” (Mat. 10:19, 20) Esas palabras deben haber infundido maravillosa confianza en los primeros discípulos de Jesús. Y fortalecen a los ministros de las buenas nuevas de Dios hoy día cuando se les exige que den un testimonio ante funcionarios gubernamentales. Eso no significa que los cristianos de hoy día, los testigos de Jehová, reciben “habla de sabiduría” y “habla de conocimiento” milagrosas como las que recibieron algunos de aquellos testigos cristianos del primer siglo. (1 Cor. 12:8) No obstante, sí disfrutamos de la oportunidad de adquirir una excelente educación teocrática y, según se prometió, el espíritu de Dios nos hace recordar las respuestas cuando surge la necesidad de ello.
2 Debido al entrenamiento que usted recibe en los estudios bíblicos, las sesiones de la Escuela del Ministerio Teocrático y otras reuniones de congregación, va acumulando un amplio caudal de conocimiento bíblico. Aprende principios fundamentales de la justicia y cómo aplicarlos en su propia vida en una variedad de circunstancias. Entonces, aplicándose al ministerio del campo, adquiere experiencia en hablar a otros, impartiendo la información que ha adquirido. De modo que usted puede hablar de manera espontánea o improvisadamente.
3. Explique la diferencia entre la oratoria espontánea y la improvisada.
3 Aunque estos dos tipos de habla están estrechamente relacionados, no son idénticos. Una ilustración quizás aclare la distinción. Suponga que usted se acerca a un amo de casa y empieza una presentación que ha preparado, de la cual usted tiene ya el bosquejo firmemente grabado en la mente. Aparte de ese bosquejo usted no se ha aprendido de memoria con exactitud las palabras mismas con las cuales expondría la información. Al hablar, se basa en los puntos que ha preparado. Pero entonces el amo de casa presenta alguna objeción imprevista para la cual usted no ha hecho ninguna preparación específica. Sin embargo, debido a su entrenamiento en el Salón del Reino usted está equipado para ofrecer algún comentario o explicación, sacando la información de su caudal de información bíblica. En esas circunstancias usted pudiera decir que su discurso es improvisado, compuesto y expresado sin reflexión detenida.
4. ¿Qué preparación se necesita para un discurso eficaz en sus propias palabras?
4 Oratoria espontánea. La preparación es el factor clave en este tipo de exposición, ya sea una presentación de casa en casa o un discurso desde la plataforma. Si usted va a pronunciar un discurso en sus propias palabras, prepare un buen bosquejo con varios puntos principales sobre los cuales elaborar. Bajo los puntos principales puede alistar las ideas, pruebas, textos bíblicos e ilustraciones que suministran apoyo, para estar listo para presentar un discurso verdaderamente informativo. Determine de antemano todo excepto las mismas palabras que usará.
5-7. Mencione las ventajas de la oratoria espontánea.
5 Este tipo de exposición, en sus propias palabras, tiene varias ventajas. Una es que permite diversidad. La información no está tan rígidamente fija que uno no se pueda apartar de ella como sucede cuando se lee un discurso escrito o recita de memoria. Acontecimientos de último momento quizás dicten cambios en el discurso que se ha planeado. Suponga que usted descubre precisamente antes de subir a la plataforma que en el auditorio hay un número inesperadamente grande de personas que recientemente han mostrado interés. El método de oratoria espontánea le permite hacer ajustes para ayudarlas a captar plenamente los argumentos. O quizás note que hay muchos jóvenes de edad escolar en el auditorio. Usted puede ajustar sus ilustraciones y la aplicación con el fin de ayudarles a comprender cómo afecta sus vidas la información.
6 Una segunda ventaja de la oratoria espontánea es que tiene el efecto de estimular la mente del que habla. Lo deja considerablemente libre para desarrollar nuevas ideas. A menudo, cuando uno se encuentra con un auditorio que muestra aprecio y responde, uno se entusiasma y le vienen ideas nuevas a la mente, ideas que fácilmente se pueden incorporar en un discurso presentado en sus propias palabras.
7 Una tercera ventaja de este tipo de oratoria es que también le permite a uno mantener sus ojos puestos en los oyentes. Esto significa mejor comunicación con el auditorio. El resultado es que probablemente presten más atención a lo que se les dice. Y el auditorio pensará que uno conoce el asunto de que habla, puesto que no tiene que mantener siempre los ojos fijos en algún texto escrito. Además, se puede notar cómo responde el auditorio. Si se ve que su interés va disminuyendo, se pueden dar pasos para resolver esa dificultad. Así, pues, este tipo de presentación se presta para una presentación afectuosa y conversacional, un verdadero discurso de corazón a corazón.
8-10. ¿Cómo pueden evitarse los peligros de la oratoria espontánea?
8 Sin embargo, hay algunos peligros relativos a los discursos que se pronuncian en sus propias palabras; pero pueden ser evitados. Por ejemplo, puede suceder que el discursante incorpore demasiadas ideas adicionales y su discurso se pase del tiempo asignado. Además, en vista de la libertad que tiene para introducir espontáneamente ideas que le vienen a la mente, el discursante pudiera espaciarse por mucho más tiempo de lo planeado en ciertos puntos. Eso puede evitarse si uno anota en su bosquejo el tiempo que se permite para cada sección del discurso. Entonces uno debe apegarse estrechamente a esa distribución del tiempo.
9 También hay el peligro de omitir puntos, hacer declaraciones incompletas o inexactas, o hacer alegaciones sin suficiente evidencia para apoyarlas. Si de vez en cuando usted mira sus notas, sin apresurarse, debería poder apegarse a su información y evitar omisiones e inexactitudes. Al formar un buen bosquejo, con varios puntos principales sobre los cuales elaborar con pruebas y textos bíblicos que los apoyen, usted puede evitar el peligro de hacer afirmaciones sin prueba.
10 Aunque no es necesario aprender de memoria las palabras mismas de un discurso en sus propias palabras, se puede practicar el uso de frases apropiadas y eso ayuda a uno a grabar con firmeza en la mente el encadenamiento de los pensamientos. De este modo se puede evitar lenguaje inferior y pobre selección de palabras. Y si en su conversación de cada día usted trata de usar buen lenguaje, se le hará más fácil hacerlo al pronunciar un discurso. Es verdad que es posible que aun así usted no tenga las más selectas expresiones y la precisión gramatical del discurso leído, pero esto estará más que contrapesado por su estilo de conversación. Además, propóngase repasar su discurso varias veces antes de pronunciarlo. Para algunos es suficiente hacerlo silenciosamente, en su propia mente. Pero para muchos es muy útil, particularmente en lo que tiene que ver con mantenerse dentro del tiempo asignado, el practicar pronunciándolo en voz alta.
11, 12. ¿Por qué es una salvaguarda el que el discursante tenga un bosquejo?
11 Con el tiempo, y con práctica, pronto usted debería poder reducir su bosquejo a solo unas cuantas palabras para cada punto de su discurso. Estas, junto con un apunte de los textos bíblicos que se propone usar, podrían anotarse en una tarjeta u hoja de papel para consulta rápida. Mientras que para discursos más cortos, tales como un discurso estudiantil en la escuela del ministerio, algunos quizás prefieran aprender de memoria el bosquejo, no hay nada malo en tener un bosquejo breve a la mano para consulta por si alguna distracción u olvido momentáneo interrumpe el encadenamiento de sus ideas. Para discursos más largos, tales como un discurso público, por lo general el proceder sabio es tener un bosquejo detallado disponible para remitirse a él mientras habla.
12 El estilo de oratoria espontánea es muy valioso en el ministerio de casa en casa. Porque cuando el amo de casa presenta una objeción o interrumpe de alguna manera, es posible apartarse brevemente de los puntos que se consideran, encargarse de la objeción y entonces continuar con la información que se ha preparado. Sería difícil, si uno se hubiese aprendido de memoria con exactitud las palabras mismas de la presentación, encargarse de una interrupción de esa clase y entonces volver al discurso original.
13-15. ¿Cuándo hablamos improvisadamente, y qué preparación está envuelta en esto?
13 Discurso improvisado. La palabra “improvisado” ha sido definida como “sin preparación, casualmente, sin reflexión.” Pero, ¿significa esto que no ha habido ninguna preparación en absoluto en cuanto al asunto o punto? No, porque en toda enseñanza genuina tiene que haber preparación. Sin embargo, hay ocasiones en que quizás a usted no se le haya dado notificación por adelantado de que va a tratar cierto asunto, de modo que usted no se prepara específicamente para darle consideración. Esto pudiera suceder cuando el amo de casa a quien se predica en la obra de casa en casa hace una pregunta. O quizás sea en revisitas, estudios bíblicos en los hogares, al efectuar testificación informal, o al comparecer ante un tribunal o junta. En esos casos, el orden de la información y la fraseología serán improvisados, pero su fondo de conocimiento que es el resultado de sus estudios teocráticos le suministrará la base para lo que diga. Por eso, lo que pudiéramos llamar habla improvisada también se basa en preparación de antemano, aunque la preparación no haya sido planeada para aquella ocasión en particular.—Isa. 50:4.
14 Si usted se da cuenta, aun con pocos minutos de adelanto, de que va a tener que decir algo, hay pasos útiles que puede dar para prepararse. Primero, decida qué punto o qué par de puntos principales tratar. Seleccione algunos argumentos en apoyo de éstos, incluso unos cuantos textos bíblicos adecuados. Entonces reflexione en una introducción breve. Ahora, si se hace necesario, está listo para comenzar a hablar. Esto pudiera ser necesario, por ejemplo, cuando en la Escuela del Ministerio Teocrático se necesita una sustitución de emergencia para un discursante estudiantil.
15 En las Escrituras hay ejemplos de ministros de Jehová que inesperadamente se vieron en la necesidad de dar un testimonio sobre la verdad. Uno de éstos fue Esteban, quien fue llevado por fuerza al Sanedrín y acusado por testigos falsos. Su impresionante discurso improvisado se puede leer en el Hch capítulo 7 del libro de los Hechos. El apóstol Pablo, en manos de unos atenienses, fue llevado al Areópago e interrogado en cuanto a sus creencias. Su excelente consideración improvisada se encuentra en el capítulo 17 de Hechos.
16-18. ¿Por qué deben los estudiantes tener práctica en la oratoria espontánea, prefiriéndola a usar escritos o aprenderse de memoria sus discursos?
16 El mejor método. Para presentar sus discursos estudiantiles, a veces los principiantes desean usar un escrito que contenga todo su discurso. Este no es por lo general el mejor método, y deben hacer un esfuerzo por apartarse de él pronto, puesto que perjudica el contacto con el auditorio y la cualidad de conversación del discurso. Hay ocasiones en que usamos discursos leídos, pero se obtiene práctica para éstos cuando se recibe una asignación de lectura. Use sus otros discursos para hablar libremente con el uso de notas.
17 Algunos estudiantes tratan de aprenderse de memoria los discursos, para estar libres de todas las notas. Pero los discursos aprendidos de memoria tienen claras desventajas, no son adaptables, carecen de naturalidad y presentan la posibilidad de que el discursante olvide una porción vital. El aprender de memoria podría ser adecuado para unas cuantas oraciones claves, como en la introducción o en la conclusión, pero no es apropiado para todo el discurso.
18 El mejor método es por lo general el de la oratoria espontánea. Este es el que se usa en el ministerio del campo, donde verdaderamente se nos entrena a pensar mientras estamos en actividad. Igualmente, en las reuniones de congregación este método es el que más frecuentemente se debe usar, puesto que permite una presentación sincera y directa de nuestro mensaje que produce excelentes resultados. Por eso, practíquelo constantemente. Y aunque a veces nos veamos en la necesidad de pronunciar un discurso improvisadamente, estaremos preparados para ello, porque Jehová se encarga de que estemos bien equipados tanto para hablar en nuestras propias palabras como para hablar improvisadamente. Ambos tienen su lugar correcto en nuestro ministerio.