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LevíPerspicacia para comprender las Escrituras, volumen 2
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registrada en Lucas. Su nombre se incluye entre David y Zorobabel. (Lu 3:27-31.)
3. “Hijo de Melquí”; en la genealogía de Jesús registrada en Lucas está dos lugares antes de Helí, el padre de María. (Lu 3:23, 24.)
4. Recaudador de impuestos (Mr 2:14; Lu 5:27, 29) que llegó a ser apóstol de Jesucristo; se le conoció también por el nombre de Mateo. (Mt 9:9; 10:2-4; véase MATEO.)
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LeviatánPerspicacia para comprender las Escrituras, volumen 2
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LEVIATÁN
(heb. liw·ya·thán).
Se cree que esta palabra hebrea, que aparece seis veces en la Biblia, proviene de una raíz que significa “guirnalda”; por lo tanto, el nombre se refiere a algo “sinuoso” o “que forma pliegues”. La mayoría de las traducciones de la Biblia la transliteran.
Salvo en el caso de Job 3:8, las referencias a Leviatán lo relacionan con el agua, por lo que parece designar a un animal acuático de grandes proporciones y fuerza, aunque no necesariamente una especie concreta. En el Salmo 104:25, 26 se dice que juega en el agua donde los barcos navegan, por lo que muchos piensan que en este texto el término se refiere a algún tipo de ballena. Aunque las ballenas no son comunes en el Mediterráneo, tampoco son desconocidas, pues en un museo de Beirut (Líbano) se hallan dos restos de esqueletos de ballenas. An American Translation traduce “cocodrilo” en lugar de Leviatán. Además, la palabra “mar” (yam) por sí misma no es determinante, puesto que en hebreo puede aludir a un lago grande, como el mar de Galilea (mar de Kinéret) (Nú 34:11; Jos 12:3), o incluso al río Nilo (Isa 19:5) o al Éufrates. (Jer 51:36.)
La descripción de “Leviatán” que encontramos en Job 41:1-34 encaja perfectamente con el cocodrilo, y el “mar” del versículo 31 puede referirse a un río, como el Nilo, o a otra masa de agua dulce. No obstante, hay que tener en cuenta que a algunos cocodrilos, como los cocodrilos del Nilo (Crocodylus niloticus), se les ha hallado a lo largo de la costa, y que en algunas ocasiones se adentran en el mar, a cierta distancia de la tierra.
En el Salmo 74 se describe cómo salvó Dios a su pueblo, y los versículos 13 y 14 hacen referencia simbólicamente a la liberación de Israel de Egipto. En esta ocasión, el término “monstruos marinos [heb. than·ni·ním, plural de tan·nín]” se usa como una expresión paralela de “Leviatán”, y el quebrantar las cabezas de Leviatán bien puede aludir a la derrota aplastante infligida al Faraón y a su ejército al tiempo del éxodo. Los targumes arameos dicen “los fuertes del Faraón” en lugar de “las cabezas de Leviatán”. (Compárese con Eze 29:3-5, donde se asemeja al Faraón a un “gran monstruo marino” que está en medio de los canales del Nilo; también con Eze 32:2.) Al parecer, en Isaías 27:1 Leviatán (Septuaginta, “el dragón”) es el símbolo de un imperio: una organización de alcance internacional dominada por un personaje al que se denomina “serpiente” y “dragón”. (Rev 12:9.) Esta profecía trata del restablecimiento de Israel, y por consiguiente, el que Jehová ‘dirija su atención’ a Leviatán tiene que afectar a Babilonia. Sin embargo, los versículos 12 y 13 no solo mencionan a Babilonia, sino también a Asiria y a Egipto. De modo que el término Leviatán debe referirse en este contexto a una organización o imperio internacional que se opone a Jehová y a sus adoradores.
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LevitasPerspicacia para comprender las Escrituras, volumen 2
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LEVITAS
(De [Pertenecientes a] Leví).
Los descendientes de Leví, el tercer hijo de Jacob y Lea. (Gé 29:32-34.) A veces el término aplica a toda la tribu, pero normalmente excluye a la familia sacerdotal de Aarón (Jos 14:3, 4; 21:1-3); por este motivo es común la expresión “los sacerdotes y los levitas”. (1Re 8:4; 1Cr 23:2; Esd 1:5; Jn 1:19.) Los deberes sacerdotales estaban limitados a los varones de la familia de Aarón, mientras que los levitas, es decir, el resto de la tribu, eran sus ayudantes. (Nú 3:3, 6-10.) Este servicio empezó con la construcción del tabernáculo, ya que previamente ninguna familia o tribu en particular estaba asignada a ofrecer sacrificios. (Éx 24:5.)
Tomados como rescate por los primogénitos. Jehová escogió a los levitas en lugar de todos los primogénitos de las otras tribus. (Éx 13:1, 2, 11-16; Nú 3:41.) La cantidad total de varones levitas mayores de un mes ascendía a 22.000, que se podían cambiar por la misma cantidad de varones primogénitos de las otras tribus. El censo que se hizo en el desierto de Sinaí reveló que había 22.273 hijos primogénitos en las otras tribus. Por lo tanto, Dios estipuló que se les diera a Aarón y a sus hijos un precio de rescate de cinco siclos (11 dólares [E.U.A.]) por cada uno de los 273 primogénitos que excedían el número de los levitas. (Nú 3:39, 43, 46-51.)
Deberes. Los levitas se componían de tres familias procedentes de los hijos de Leví: Guersón (Guersom), Qohat y Merarí. (Gé 46:11; 1Cr 6:1, 16.) A cada una de ellas se le asignó en el desierto un lugar cerca del tabernáculo: la familia qohatita de Aarón acampó al E., enfrente del tabernáculo; el resto de los qohatitas lo hicieron en el lado S.; los guersonitas, al O., y los meraritas, al N. (Nú 3:23, 29, 35, 38.) El levantar, desmontar y llevar el tabernáculo era trabajo de los levitas. Cuando llegaba el momento de trasladarse, Aarón y sus hijos bajaban la cortina que dividía el Santo del Santísimo y cubrían el arca del testimonio, los altares, los otros muebles sagrados y los utensilios. Los qohatitas llevaban estos artículos. Los guersonitas transportaban las telas de tienda, las cubiertas, las pantallas y las cuerdas de tienda (seguramente las cuerdas del tabernáculo propiamente dicho). Por su
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