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Nuestro Ministerio del Reino 1995
km 9/95 págs. 3-5

Utilicemos nuestras revistas de la mejor manera

1 Cuando se acerca a un puesto de periódicos, ¿qué ve usted? Revistas. Al llegar a la tienda de la esquina, ¿qué capta su atención? Las revistas. ¿Qué hace que el cartero se doble por el peso de su cartera? Las revistas. Entonces, ¿qué leen muchas personas? Revistas. Las encuestas revelan que nueve de cada diez jóvenes entre 10 y 18 años y un buen porcentaje de adultos leen por lo menos una revista al mes. El mundo está aficionado a las revistas.

2 ¿Podemos hacer que las personas sinceras se aficionen a La Atalaya y ¡Despertad!? Claro, si NOSOTROS MISMOS nos hemos aficionado a ellas. ¿Qué puede ayudarnos? Pensar en las siguientes recomendaciones:

◼ Lea las revistas: Un superintendente viajante informó que, como promedio, solamente uno de cada tres publicadores lee todos los números de La Atalaya y ¡Despertad! de la primera a la última página. ¿Lo hace usted? Cuando lea un artículo, pregúntese: ‘¿A quién puede interesarle esta información?: ¿a una madre, a un agnóstico, a un comerciante, a un joven?’. Marque en su propio ejemplar uno o dos puntos que pueda utilizar para presentar la revista. Luego piense cómo puede despertar el interés en un tema con solo una o dos oraciones.

◼ Tenga un pedido definido de revistas: Haga un pedido realista al encargado de las revistas, una cantidad fija de ejemplares de cada número. De este modo, usted y su familia tendrán un surtido regular y adecuado.

◼ Programe un día regular de revistas: Muchas congregaciones dedican un día a predicar principalmente con las revistas. ¿Puede apoyar el día de revistas de la congregación? Si no puede, trate de emplear periódicamente cierta cantidad de tiempo para dar testimonio con ellas en las calles y ofrecerlas de casa en casa y en rutas de revistas.

◼ Aficiónese a “La Atalaya” y “¡Despertad!”: Lleve algunos ejemplares cuando viaje o vaya de compras. Ofrézcalas a los compañeros de trabajo, vecinos, condiscípulos y maestros. Un matrimonio que viaja a menudo en avión se valió del artículo de una revista reciente para iniciar una conversación con el pasajero que se sentó junto a ellos. Han tenido muy buenas experiencias. Con frecuencia, algunos jóvenes llevan a la escuela artículos que consideran de interés para los maestros y estudiantes. Lleve algunos ejemplares cuando vaya a hacer trámites y ofrézcalos a los comerciantes después de hacer sus compras. Muchos compramos gasolina con regularidad; ¿por qué no ofrecer las revistas en la gasolinera? Téngalas a mano cuando lo visiten parientes, cuando utilice el transporte público o mientras espere en una cita. ¿Se le ocurren otras ocasiones apropiadas?

◼ Prepare una presentación breve: Prepare algo breve, pero dígalo bien. Sea entusiasta. Motive el corazón. Sea específico. Escoja una idea de un artículo, exprésela en pocas palabras y ofrezca las revistas. La mejor presentación es aquella en la que se plantea una pregunta sobre un asunto interesante y luego se enlaza con un artículo que da la respuesta bíblica. Vea unos cuantos ejemplos de cómo puede hacerse:

3 Si quiere hacer resaltar un artículo sobre el aumento de la delincuencia, puede preguntar:

◼ “¿Qué se necesita para que podamos dormir sin temor de la delincuencia?” El amo de casa quizá se muestre pesimista en cuanto a que las cosas mejoren. Puede decirle que muchas personas piensan como él y que tiene información que cree que le va a interesar. Luego enséñele un punto apropiado del artículo.

4 Al ofrecer un artículo sobre la vida familiar, puede decir:

◼ “En estos días, muchas personas consideran un reto ganarse la vida y criar una familia. Se han escrito diversos libros sobre ese tema, pero los expertos mismos no coinciden en cuáles son las soluciones a nuestros problemas. ¿Podemos acudir a una fuente de guía que sea confiable?” Después mencione un comentario específico de la revista que muestre la sabiduría de la Biblia.

5 Si presenta un artículo sobre un problema social, puede utilizar este planteamiento:

◼ “En la actualidad, la mayoría de las personas se sienten tensas. Dios nunca quiso que viviéramos así.” Luego explique cómo la información bíblica de un artículo puede ayudarnos a superar los problemas de la vida actual y darnos la esperanza de una solución permanente en el futuro.

6 ¿Qué puede decirse sobre las donaciones? Para que las personas que muestran aprecio sepan cómo ayudar, puede decirles: “Aunque nuestras publicaciones se ofrecen sin costo, aceptamos cualquier donación para la obra mundial”.

7 La predicación en las calles es productiva: La primera vez que se animó a los publicadores a programar un horario semanal para dar testimonio en las calles con las revistas, fue en el número de enero de 1940 del Informador (Nuestro Ministerio del Reino). ¿Da usted testimonio en las calles de vez en cuando? Si así es, ¿tiene un método verdaderamente eficaz? Se ha visto a publicadores de pie en esquinas transitadas conversando entre sí mientras decenas de personas pasan inadvertidamente junto a ellos. En lugar de estar juntos exhibiendo las revistas, es mejor separarse y abordar a la gente. Un desconocido quizá se detenga un momento y escuche cuando una sola persona le habla, pero pocos se animarían a hablar con un grupo que estuviese conversando. Puesto que llamamos mucho la atención en las calles, es especialmente importante que nos arreglemos bien y nos vistamos con modestia, como es propio de los ministros de Dios. (1 Tim. 2:9, 10.)

8 Rutas de revistas: Los que tienen rutas de revistas distribuyen muchos ejemplares aunque los territorios se abarquen con frecuencia. Las rutas de revistas son una excelente materia prima de posibles estudios bíblicos.

9 Si hace revisitas regulares para llevar las revistas, percibirá cómo aumentan el afecto y la amistad entre usted y el amo de casa. Cuanto más se familiaricen, más fácil les resultará conversar sobre asuntos bíblicos. Eso puede llevar a comenzar un estudio bíblico productivo. En las revisitas donde se vea un interés claro en las revistas ofrezca una suscripción. Recuerde, además, que puede informar una revisita cada vez que se ponga en contacto con el amo de casa.

10 Una hermana le llevaba las revistas con regularidad a una señora que, aunque siempre las aceptaba, le decía: “No creo lo que usted me dice”. Durante una visita, la hermana habló con el esposo de la señora. Tras una conversación amistosa, se concordó en empezar un estudio bíblico. La hermana entabló amistad con los tres hijos de la señora, quienes se sumaron al estudio. Con el tiempo, la señora y sus tres hijos dedicaron su vida a Jehová y se bautizaron. Hasta la fecha, 35 familiares han aceptado la verdad. Todo esto ocurrió gracias a que la hermana persistió en hacer la ruta de revistas.

11 Hay muchas formas de comenzar una ruta de revistas. Puede empezar una simplemente haciendo una lista de las revistas que ha dejado y volviendo cada dos semanas con los números más recientes. Puede usar la información del recuadro “En el próximo número”. Al regresar, diga al amo de casa que le ha traído el artículo que le había mencionado antes. O puede decir cuando haga una revisita: “En cuanto leí este artículo, pensé que le interesaría”. Después haga comentarios breves sobre el artículo y ofrezca la revista. Una vez que termine la revisita, anote cinco datos importantes en su registro de casa en casa: 1) el nombre del amo de casa, 2) su dirección, 3) la fecha de la visita, 4) los números que le dejó y 5) el artículo que presentó. Algunos publicadores han obtenido muy buenos resultados con las rutas de revistas y tienen hasta más de cuarenta personas en su lista.

12 Territorio de negocios: Los publicadores que trabajan en territorio de negocios distribuyen muchas revistas. ¿Ha intentado predicar de tienda en tienda? Los informes indican que algunas congregaciones participan muy poco en esta faceta del servicio. Al principio algunos sienten temor de hablar con los comerciantes, pero cuando lo hacen varias veces, les parece interesante y remunerador. ¿Por qué no le pide a un publicador experimentado o a un precursor que le ayude a iniciarse en esta faceta del servicio?

13 Son muchas las ventajas de trabajar de tienda en tienda. Hay muy pocos no en casa, al menos en horas de trabajo. Los comerciantes por lo común son corteses hasta cuando no se interesan en la Biblia. Si empieza temprano, es probable que lo reciban mejor. Tras presentarse puede decir que rara vez encuentra a los comerciantes en su hogar y que por ello los visita brevemente en su trabajo para ofrecerles los últimos números de La Atalaya y ¡Despertad! Diga que muchos de ellos aprecian nuestras revistas porque, aun cuando tienen poco tiempo para leer, necesitan mantenerse al día con lo que sucede en el mundo. Las revistas presentan información interesante de manera diferente, sin prejuicios religiosos ni sesgos políticos o comerciales. Se pueden comenzar rutas de revistas con las personas interesadas de los territorios de negocios.

14 Prepárense como familia: Pueden dedicarse unos momentos del estudio de familia a comentar qué artículos de las revistas serían más apropiados para el territorio. Todos, incluso los niños, pueden practicar presentaciones y vencer objeciones que se presentan habitualmente, como por ejemplo: “Estoy ocupado”, “Tenemos nuestra propia religión” o “No me interesa”. La cooperación contribuirá a que toda la familia participe con regularidad en la distribución de las revistas.

15 Los conductores de los estudios de libro pueden ayudar: Siempre que sea práctico, la reunión para el servicio del campo en el día de revistas debe realizarse en los estudios de libro, en lugar de reunirse todos en el Salón del Reino. Los encargados de dichas reuniones han de prepararse bien y tener recomendaciones específicas para el grupo. Puede incluirse una presentación modelo y uno o dos puntos de las revistas recientes que sean de interés en la localidad. La reunión para el servicio del campo, incluida la organización del grupo, debe ser breve y no durar más de diez o quince minutos. Los conductores tienen que cerciorarse de contar con suficiente territorio para que el grupo se mantenga ocupado en el servicio del campo todo el tiempo previsto.

16 Muestre aprecio por las revistas: El artículo “Usemos apropiadamente La Atalaya y ¡Despertad!”, que apareció en Nuestro Ministerio del Reino en julio de 1993, afirmó: “La Atalaya y ¡Despertad! no pierden su valor solo porque han pasado uno o dos meses desde su impresión. El tiempo no le resta importancia a su información [...]. Dejar que se acumulen las revistas atrasadas sin utilizarlas indica falta de aprecio por estos instrumentos valiosos. [...] En lugar de apilar los números menos recientes y olvidarse de ellos, ¿no sería mejor poner un empeño especial en dejarlas en las manos de las personas interesadas?”.

17 Actualmente hay muchas personas sinceras que buscan la verdad. La información de una sola revista puede ser todo lo que necesiten para encontrarla. Jehová nos ha dado un mensaje emocionante que proclamar, y las revistas desempeñan un papel importante en transmitirlo. ¿Será usted desde ahora más consciente de distribuir las revistas? ¿Seguirá algunas de estas recomendaciones este mismo fin de semana? Si lo hace, obtendrá muchas bendiciones.

Recomendaciones prácticas:

◼ Lea con antelación las revistas y familiarícese con los artículos.

◼ Escoja un artículo que sea de interés general en la comunidad.

◼ Prepare una presentación que pueda usar con diferentes personas: hombres, mujeres o jóvenes. Muestre cómo se relaciona la revista con el amo de casa y por qué toda la familia disfrutaría con su lectura.

◼ Programe su servicio del campo cuando haya más personas en los hogares. Algunas congregaciones programan la predicación con las revistas al anochecer.

◼ Haga presentaciones breves y directas.

◼ No hable muy rápido. Si su interlocutor no se interesa, de nada servirá hablar deprisa. Procure estar calmado y deje que el amo de casa responda.

Al ofrecer las revistas de casa en casa:

◼ Sonría amigablemente y hable en un tono bondadoso.

◼ Exprésese con entusiasmo sobre las revistas.

◼ Hable despacio y con claridad.

◼ Comente un solo punto; despierte brevemente el interés y explique su valor al amo de casa.

◼ Resalte un solo artículo.

◼ Presente una sola revista y ofrezca la otra como su compañera.

◼ Póngalas en las manos del amo de casa.

◼ Dígale que piensa regresar.

◼ Si no acepta las revistas, concluya de forma amigable y positiva.

◼ Anote en el registro de casa en casa a todos los interesados y qué información les dejó.

Oportunidades para dejar las revistas:

◼ Al dar testimonio de casa en casa

◼ Al predicar en las calles

◼ De tienda en tienda

◼ En rutas de revistas

◼ Al predicar por la noche

◼ Al hacer revisitas

◼ Al visitar a anteriores estudiantes de la Biblia

◼ En viajes o al ir de compras

◼ Al hablar con familiares, compañeros de trabajo, vecinos, condiscípulos o maestros

◼ En el transporte público y las salas de espera

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