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Dediquémonos a la lecturaLa Atalaya 1996 | 15 de mayo
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“Toda persona en la puerta de mi pueblo se da cuenta de que eres una mujer excelente”. (Rut 3:11.) Al poco tiempo, Boaz se casa con Rut, y el hijo que les nace es, en conformidad con la ley de levirato, un hijo nacido “a Noemí”. Rut pasa a formar parte de la genealogía de David y, finalmente, de Jesucristo. Así recibe un “salario perfecto”. De la lectura de este pasaje bíblico extraemos otra lección valiosa: seamos leales a Jehová y recibiremos una generosa recompensa. (Rut 2:12; 4:17-22; Proverbios 10:22; Mateo 1:1, 5, 6.)
16. ¿A qué prueba se enfrentaron los tres hebreos, y cómo puede ayudarnos este relato?
16 El relato de los hebreos Sadrac, Mesac y Abednego puede ayudarnos a guardar fidelidad a Dios en situaciones críticas. Visualicemos lo sucedido conforme leemos en voz alta el capítulo 3 de Daniel. Una enorme estatua de oro se yergue sobre la llanura de Dura, donde se ha convocado a todos los funcionarios babilonios. Al sonido de los instrumentos musicales, todos se postran y rinden culto a esta imagen erigida por el rey Nabucodonosor; todos salvo Sadrac, Mesac y Abednego, quienes, con respeto y firmeza, informan al rey que no servirán a sus dioses ni adorarán la estatua de oro. Los jóvenes hebreos son arrojados en un horno calentado más de lo que es costumbre. ¿Qué sucede entonces? Al mirar en el interior del horno, el rey observa a cuatro hombres sanos, uno de los cuales “se asemeja a un hijo de los dioses”. (Daniel 3:25.) Los tres hebreos son sacados del horno y Nabucodonosor alaba al Dios de ellos. Realmente valió la pena visualizar el relato. Y ¡qué gran lección nos enseña de ser fieles a Jehová en períodos de prueba!
Beneficios de leer la Biblia en familia
17. Mencione brevemente algunos de los beneficios que se obtienen de leer la Biblia en familia.
17 Las familias pueden sacar mucho provecho de leer regularmente la Biblia juntas. Comenzando en Génesis, pueden contemplar la creación y echar una mirada al hogar paradisíaco donde Dios instaló originalmente al hombre. También pueden vivir las experiencias de los fieles patriarcas y sus familias, y seguir a los israelitas en su paso por el lecho seco del mar Rojo; ver al pastorcillo David derribar al gigante filisteo Goliat; observar la construcción del templo de Jehová en Jerusalén, ver cómo las hordas babilonias lo arrasan y asistir a su reconstrucción bajo el mando del gobernador Zorobabel. Asimismo pueden escuchar, junto con los humildes pastores en las cercanías de Belén, el anuncio angélico del nacimiento de Jesús; leer los detalles de su bautismo y su ministerio; verlo dar su vida humana en rescate y participar del gozo de su resurrección. Luego, pueden viajar con el apóstol Pablo y presenciar el establecimiento de las congregaciones a medida que el cristianismo se difunde. Finalmente, al llegar al libro de Revelación, pueden gozar de la grandiosa visión sobre el futuro dada al apóstol Juan, la cual incluye el Reino milenario de Cristo.
18, 19. ¿Qué sugerencias se dan para la lectura de la Biblia en familia?
18 Al leer la Biblia en familia hay que hacerlo con claridad y entusiasmo. En ciertos pasajes uno de los miembros, posiblemente el padre, puede hacer de narrador, mientras los demás interpretan el papel de los personajes bíblicos con el sentimiento apropiado.
19 La lectura de la Biblia en familia contribuye a mejorar la habilidad de cada uno como lector; además, amplía nuestro conocimiento de Dios y nos acerca más a él. Asaf cantó: “En cuanto a mí, el acercarme a Dios es bueno para mí. En el Señor Soberano Jehová he puesto mi refugio, para declarar todas tus obras”. (Salmo 73:28.) Tal intimidad con Dios ayudará a nuestras familias a ser como Moisés, quien “continuó constante como si viera a Aquel que es invisible”, es decir, a Jehová Dios. (Hebreos 11:27.)
La lectura y el ministerio cristiano
20, 21. ¿Qué relación hay entre nuestra comisión de predicar y el saber leer bien?
20 El deseo de adorar a “Aquel que es invisible” debe impulsarnos a poner mucho empeño en ser buenos lectores. Saber leer bien resulta muy ventajoso al dar testimonio de la Palabra de Dios. En verdad nos ayuda a cumplir con la orden que Jesús dio a sus seguidores de predicar el Reino, cuando dijo: “Vayan [...] y hagan discípulos de gente de todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del espíritu santo, enseñándoles a observar todas las cosas que yo les he mandado”. (Mateo 28:19, 20; Hechos 1:8.) Dar testimonio es la principal tarea del pueblo de Jehová, y leer bien nos ayuda a efectuar dicha comisión.
21 Ser un buen lector y un hábil maestro de la Palabra de Dios supone esfuerzo. (Efesios 6:17.) Por consiguiente, ‘hagamos lo sumo posible para presentarnos aprobados a Dios, trabajadores que manejamos la palabra de la verdad correctamente’. (2 Timoteo 2:15.) Aumentemos nuestro conocimiento de la verdad bíblica y nuestra habilidad como testigos de Jehová dedicándonos a la lectura.
¿Qué respondería usted?
◻ ¿En qué sentido depende la felicidad de leer la Palabra de Dios?
◻ ¿Por qué debemos meditar sobre lo que leemos en la Biblia?
◻ ¿Por qué hay que establecer relaciones y visualizar los sucesos cuando leemos las Escrituras?
◻ ¿Cuáles son algunas de las lecciones que se extraen de la lectura de la Biblia?
◻ ¿Por qué hay que leer la Biblia en voz alta en familia, y cómo se relaciona la lectura con el ministerio cristiano?
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Leamos la Palabra de Dios y sirvámosle en verdadLa Atalaya 1996 | 15 de mayo
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Leamos la Palabra de Dios y sirvámosle en verdad
“Instrúyeme, oh Jehová, acerca de tu camino. Andaré en tu verdad.” (SALMO 86:11.)
1. En esencia, ¿qué comentó sobre la verdad el primer número de esta revista?
JEHOVÁ nos envía su luz y su verdad. (Salmo 43:3.) También nos da la capacidad de leer su Palabra, la Biblia, y aprender la verdad. El primer número de esta revista, de julio de 1879, se expresó de este modo: “La verdad, como una modesta florecilla en el desierto de la vida, está rodeada y casi asfixiada por el lujuriante crecimiento de las malas hierbas del error. Si aspira a encontrarla, debe permanecer alerta; si quiere ver su belleza, debe apartar las malas hierbas del error y las zarzas de la intolerancia; si desea poseerla, es preciso doblarse para tomarla. No se conforme con una sola flor de la verdad. De haber bastado con una, no habría más. Siga recogiendo; siga buscando”. La lectura y el estudio de la Palabra de Dios nos permite adquirir conocimiento exacto y andar en su verdad. (Salmo 86:11.)
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