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  • Amor a primera vista... ¡y para siempre!
    ¡Despertad! 1991 | 22 de septiembre
    • agosto de 1989 dijo acertadamente: “Cuando los padres no son demasiado duros a la hora de castigar, pero ponen límites firmes y se apegan a ellos, es muy probable que sus hijos obtengan muchos logros y se lleven bien con otros”. El artículo decía en la conclusión: “Quizás lo más importante que puede sacarse de todos los datos científicos es que lo que realmente cuenta es poner dentro de cada familia un patrón de amor y confianza y unos límites aceptables, y no montones de detalles técnicos. El verdadero objetivo de la disciplina (una palabra que tienen la misma raíz latina que ‘discípulo’) no es castigar a niños revoltosos, sino enseñarles, guiarlos y ayudarlos a que se grabe en ellos una serie de controles internos”.

      Ellos oyen lo que usted dice y copian lo que hace

      Un artículo sobre la disciplina publicado en la revista The Atlantic Monthly decía en la introducción: “Solo puede esperarse que un niño se comporte bien si sus padres viven de acuerdo con los valores que enseñan”. El artículo procedió a mostrar la importancia de los valores internos: “Por lo general, los adolescentes que se comportaban bien tenían padres responsables, rectos y autodisciplinados, que vivían de acuerdo con los valores que profesaban y animaban a sus hijos a seguir su ejemplo. Cuando, como parte de la investigación, se puso a los buenos adolescentes en contacto con adolescentes problemáticos, su comportamiento no se vio afectado permanentemente. Tenían muy bien grabados en su interior los valores de sus padres”. Resultó cierto el proverbio: “Entrena al muchacho conforme al camino para él; aun cuando se haga viejo no se desviará de él”. (Proverbios 22:6.)

      Los padres que trataron de inculcar en sus hijos valores buenos que ellos mismos no seguían no tuvieron éxito. Sus hijos “no pudieron hacer suyos esos valores”. El estudio demostró que “lo que marcaba la diferencia era cuánto se apegaban los padres a los valores que trataban de enseñar a sus hijos”.

      Ocurre lo que dijo el autor James Baldwin: “A los niños nunca se les ha dado muy bien escuchar a sus mayores, pero jamás han fallado a la hora de imitarlos”. Si ama a sus hijos y quiere enseñarles valores verdaderos, utilice el mejor método de todos: sea el ejemplo de sus enseñanzas. No haga como los escribas y los fariseos a los que Jesús condenó como hipócritas: “Por eso, todas las cosas que les digan, háganlas y obsérvenlas, pero no hagan conforme a los hechos de ellos, porque dicen y no hacen” (Mateo 23:3); ni como aquellos a quienes el apóstol Pablo preguntó en tono acusador: “Tú, sin embargo, el que enseñas a otro, ¿no te enseñas a ti mismo? Tú, el que predicas: ‘No hurtes’, ¿hurtas?”. (Romanos 2:21.)

      Hoy día muchas personas prescinden de la Biblia por considerarla anticuada y opinan que sus directrices son poco prácticas. Pero Jesús pone en tela de juicio esta postura con las siguientes palabras: “De todos modos, la sabiduría queda probada justa por todos sus hijos”. (Lucas 7:35.) Los siguientes relatos de familias de muchos países demuestran la veracidad de estas palabras de Jesús.

  • Criar a los hijos. Informe mundial. Padres que dan amor, disciplina, ejemplo y valores espirituales
    ¡Despertad! 1991 | 22 de septiembre
    • Criar a los hijos. Informe mundial. Padres que dan amor, disciplina, ejemplo y valores espirituales

      PADRES de varios países han explicado cómo han logrado criar bien a sus hijos desde la infancia y durante la adolescencia. Todos ellos son testigos de Jehová, así que lo que dicen subraya la necesidad de dar atención a los cuatro campos que se mencionan en el título de este artículo. Los extractos reproducidos a continuación solo recogen unos pocos de los diversos criterios que aplicaron en la crianza de su familia.

      Desde Hawai

      “Como dice la Biblia, el amor es la ‘mayor’ cualidad. Deben respirarse todas sus preciosas facetas en el hogar y la familia. Carol y yo hemos compartido esta cualidad divina en nuestro matrimonio. Estamos unidos, y nos gusta estar juntos. Creo firmemente, y nunca lo enfatizaré demasiado, que la clave para tener éxito en la crianza de los hijos es que el matrimonio sea feliz.

      ”Todavía recuerdo los profundos sentimientos que surgieron en mi corazón durante los días y semanas que siguieron al nacimiento de nuestro primer hijo. Me

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