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Manejemos la Palabra de Dios correctamenteMinisterio del Reino 2001 | diciembre
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3 Leamos directamente de la Biblia. Intentemos predicar sin el bolso o el maletín. Llevemos la publicación que pensemos ofrecer en una carpeta delgada, y la Biblia en la mano o en el bolsillo. Así, utilizaremos la Biblia cuando conversemos con alguien sin hacerle sentir que queremos darle un sermón. Ubiquémonos de tal manera que le sea fácil seguir la lectura en nuestra Biblia. Quizás podamos pedirle que lea un versículo en voz alta. Se causa una mayor impresión cuando el amo de casa ve lo que dicen las Escrituras, en vez de solo oírlo de nosotros. Claro está, para ayudarlo a captar el sentido del versículo, hay que recalcar las palabras clave.
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La Escuela del Ministerio Teocrático del año 2002Ministerio del Reino 2001 | diciembre
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3 Leamos la Biblia a diario. Si solemos tener una Biblia a mano, podemos aprovechar cualquier tiempo libre para leerla. Casi todos disponemos de algunos minutos libres durante el día que pudiéramos utilizar con ese propósito. Es muy provechoso leer por lo menos una página al día, lo cual es todo lo que se requiere para mantenernos al paso con el horario de lectura bíblica que aparece en el programa de la escuela (Sal. 1:1-3).
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