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Benefíciese de la Escuela del Ministerio Teocrático
be pág. 33-pág. 38 párr. 5

La investigación eficaz

EL REY SALOMÓN “meditó e hizo un escudriñamiento cabal, a fin de arreglar muchos proverbios ordenadamente”. ¿Por qué? Porque se interesó en escribir “palabras correctas de verdad” (Ecl. 12:9, 10). Por su parte, Lucas indagó “todas las cosas desde el comienzo con exactitud”, a fin de narrar en orden lógico los sucesos de la vida de Cristo (Luc. 1:3). Ambos siervos de Dios llevaron a cabo una investigación.

¿Qué es investigar? Es buscar con detenimiento información sobre un asunto concreto. Para ello es preciso leer, aplicar los métodos y técnicas de estudio, y quizá preguntar a otras personas.

¿En qué situaciones se requiere investigar? He aquí algunos ejemplos: en su estudio o lectura personal de la Biblia le surgen incógnitas que considera importantes; alguien a quien predica le formula una pregunta que usted desearía contestar aportando datos exactos, o se le ha encomendado pronunciar un discurso.

Centrémonos en este último caso. La información que debe abarcar tal vez dé la impresión de ser muy general. ¿Cómo podría aplicarla a las circunstancias locales? Enriquézcala investigando. Un aspecto en apariencia obvio resulta informativo y hasta motivador cuando lo apoya algún dato estadístico o un ejemplo adecuado con el que se identifiquen los oyentes. Es posible que la información con la que trabaja se haya publicado pensando en lectores de todo el mundo, pero usted debe ampliarla, ilustrarla y adaptarla a una congregación o persona en particular. ¿Cómo lo logrará?

Antes de iniciar la investigación, piense en su auditorio. ¿Qué es lo que ya sabe? ¿Qué necesita saber? Luego determine su objetivo. ¿Es explicar, convencer, refutar, o motivar? Explicar significa ampliar la información a fin de esclarecer un asunto; aunque los hechos fundamentales se entiendan, quizá tenga que indicar el cuándo o el cómo. Convencer requiere dar razones que muestren el porqué, e incluye la exposición de los hechos correspondientes. Refutar exige un conocimiento exacto de los dos lados de una cuestión, además de un análisis detenido de las pruebas. Claro está, no solo procuramos emplear argumentos de peso, sino también exponerlos con tacto. Motivar supone tocar el corazón de los oyentes, incentivarlos, infundirles el deseo de actuar en consonancia con lo que se dice. Para ello son muy útiles los ejemplos de personas que hayan obrado así pese a afrontar diversas dificultades.

¿Ya está listo para empezar? No del todo. Piense en la cantidad de información que necesita. El tiempo suele ser un factor importante. Si va a hablar en público, ¿de cuánto dispondrá? ¿De cinco minutos? ¿De cuarenta y cinco? ¿Está la duración ya fijada, como en las reuniones de la congregación, o es más flexible, como en un estudio bíblico o una visita de pastoreo?

Por último, ¿qué fuentes de información están a su alcance? Aparte de las que tiene en casa, ¿hay más en la biblioteca del Salón del Reino? ¿Le permitirían los hermanos que llevan muchos años sirviendo a Jehová examinar las que poseen? ¿Existe alguna biblioteca pública cercana con obras de consulta que podría utilizar?

Las Escrituras, nuestra principal fuente de información

Si desea investigar el significado de un pasaje bíblico, empiece por la propia Biblia.

Examine el contexto. Pregúntese: “¿A quién se dirige el texto? De acuerdo con los versículos que lo enmarcan, ¿qué circunstancias provocaron lo que se declara? ¿Cuál fue la actitud de los implicados?”. Estos detalles suelen ayudarnos a entender el pasaje y añaden interés a los discursos.

Tomemos como ejemplo Hebreos 4:12, citado a menudo para referirse al poder de la Palabra de Dios, que llega al corazón de la gente e influye en su vida. Pues bien, el contexto nos permite entender mejor esta verdad, ya que habla de las experiencias de los israelitas en sus cuarenta años en el desierto, antes de entrar en la tierra que Jehová había prometido a Abrahán (Heb. 3:7–4:13). Lejos de estar muerta, “la palabra de Dios” —la promesa de conducirlos a un lugar de descanso en virtud de Su pacto con aquel patriarca— estaba muy viva y se encaminaba a su cumplimiento. Los israelitas tenían sobradas razones para cifrar su fe en ella. Sin embargo, una y otra vez demostraron falta de fe cuando Jehová los condujo desde Egipto al monte Sinaí y luego a la Tierra Prometida. Sus reacciones ante la forma en que Dios cumplió Su palabra revelaron lo que había en su corazón. Hoy, de igual modo, las promesas de la palabra de Dios ponen de manifiesto lo que hay en el corazón de los hombres.

Busque las remisiones. Algunas Biblias cuentan con referencias marginales. ¿Las tiene la que usted posee? Si es así, pueden serle útiles. Observe un ejemplo tomado de la Traducción del Nuevo Mundo de las Santas Escrituras. En 1 Pedro 3:6 se pone a Sara como modelo para las esposas cristianas. Refuerza la idea una remisión a Génesis 18:12, donde se indica que ella llamaba señor a Abrahán “dentro de sí”, señal de que su sumisión era sincera. Las referencias marginales, además de arrojar luz sobre el texto bíblico, lo dirigirán a versículos que muestran el cumplimiento de una profecía bíblica o un patrón del pacto de la Ley. No obstante, tenga en cuenta que no todas las remisiones pretenden dar esta clase de explicaciones, ya que quizá se limiten a conducirlo a pensamientos paralelos o a datos biográficos o geográficos.

Utilice las concordancias bíblicas. Estas listas alfabéticas de palabras que aparecen en la Biblia lo dirigirán a versículos que aportan información útil sobre el tema de su investigación, y en los que encontrará ejemplos del “modelo” de la verdad expuesto en la Palabra de Dios (2 Tim. 1:13). La Traducción del Nuevo Mundo contiene un “Índice de palabras bíblicas” básico. La Gran Concordancia, editada en varios idiomas, es mucho más completa, pues indica todos los versículos en que figuran los términos principales de la Biblia.

Aprenda a buscar en otras fuentes

En el recuadro de la página 33 se enumeran otras obras de consulta facilitadas por “el esclavo fiel y discreto” (Mat. 24:45-47). Muchas de ellas cuentan con un índice, y con frecuencia poseen en sus últimas páginas una lista de palabras que le ayudará a encontrar la información deseada. Además, en las revistas La Atalaya y ¡Despertad! aparece al final de cada año un índice con los artículos de los últimos doce meses.

Si conoce el tipo de información que aporta cada una de estas publicaciones, el proceso de investigación le tomará menos tiempo. Digamos, por ejemplo, que desea analizar aspectos referentes a las profecías, las doctrinas, la conducta cristiana o la aplicación de principios bíblicos. En ese caso, es probable que encuentre en La Atalaya lo que busca. ¡Despertad! trata de los sucesos actuales, los problemas de nuestro tiempo, la religión, la ciencia y los pueblos de diversas partes del mundo. En El hombre más grande de todos los tiempos se comentan en orden cronológico todos los relatos evangélicos. Publicaciones como Apocalipsis... ¡se acerca su magnífica culminación!, Prestemos atención a las profecías de Daniel y los dos volúmenes de Las profecías de Isaías, una luz para toda la humanidad analizan versículo por versículo libros de la Biblia completos. En el manual Razonamiento a partir de las Escrituras se da cumplida respuesta a centenares de preguntas bíblicas que suelen surgir en el servicio del campo. Si desea entender mejor otras religiones, sus enseñanzas, origen y desarrollo, consulte El hombre en busca de Dios. El libro Los testigos de Jehová, proclamadores del Reino de Dios refiere en detalle la historia moderna de los testigos de Jehová. En el último Anuario de los testigos de Jehová hallará un informe reciente sobre la marcha de la predicación mundial de las buenas nuevas. La obra Perspicacia para comprender las Escrituras es una enciclopedia y un atlas de la Biblia, una fuente magnífica si necesita datos adicionales sobre la gente, los lugares, los objetos, los idiomas o los sucesos históricos relacionados con las Escrituras.

Índice de las publicaciones Watch Tower. Esta obra, editada en más de veinte idiomas, lo dirigirá a la información contenida en una amplia variedad de publicaciones cristianas. Se divide en un índice de materias y otro de textos bíblicos. Para utilizar el primero, busque en él una palabra que resuma el tema que quiere investigar. En cuanto al segundo, localice en la lista el texto que desea comprender mejor. Si se ha publicado algo en su idioma respecto a dicho tema o texto bíblico en los años abarcados en el Índice, hallará una relación de referencias que puede consultar. En sus primeras páginas se indica a qué publicaciones corresponden las abreviaturas utilizadas (de este modo averiguará, por ejemplo, que w99 1/3 15 significa La Atalaya de 1999, número del 1 de marzo, pág. 15). Las entradas principales como “Biografías de testigos de Jehová” y “Ministerio del campo” pueden serle útiles en la preparación de discursos que motiven a la congregación.

Puesto que la investigación es una actividad muy absorbente, tenga cuidado de no desviarse de su objetivo; para ello, céntrese en él y busque únicamente lo que necesita. Si el Índice lo conduce a cierta fuente, diríjase a las páginas citadas y válgase de los subtítulos y las frases iniciales de los párrafos para encontrar la información que precise. Si indaga el significado de un versículo bíblico, empiece por localizar la cita en la página indicada y luego examine los comentarios que la preceden y la siguen.

Watchtower Library en CD-ROM. Si dispone de computadora, podrá utilizar este disco compacto que contiene una gran cantidad de nuestras publicaciones. El programa de búsqueda le permite localizar con facilidad palabras, combinaciones de palabras o citas bíblicas en las obras incluidas en la Watchtower Library. En el caso de que no exista este programa en su lengua materna, tal vez conozca algún idioma con difusión internacional en el que pueda consultarlo.

Otras bibliotecas teocráticas

En su segunda carta inspirada al joven Timoteo, Pablo le pidió que le llevara a Roma “los rollos, especialmente los pergaminos” (2 Tim. 4:13). El apóstol valoraba ciertos escritos y los guardaba, y usted puede hacer lo mismo. ¿Conserva sus ejemplares de La Atalaya, ¡Despertad! y Nuestro Ministerio del Reino, incluso después de estudiarlos en las reuniones de la congregación? Si así es, podrá utilizarlos como fuentes de información junto con las demás publicaciones cristianas que haya adquirido. La mayoría de las congregaciones disponen de una biblioteca teocrática en el Salón del Reino, accesible a todos los miembros de la congregación cuando asisten a las reuniones que allí se celebran.

Lleve un archivo personal

Esté atento a los datos de interés que podría usar cuando hable en público o enseñe. Si en un periódico o revista encuentra una noticia, estadística o ejemplo que crea útil para el ministerio, recorte o copie la información. Consigne la fecha, el nombre de la publicación, y quizá el del autor o editor. En las reuniones de la congregación anote puntos e ilustraciones que podría utilizar para explicar la verdad al prójimo. ¿Ha pensado alguna vez en una buena ilustración, pero no ha tenido ocasión de emplearla enseguida? Escríbala y guárdela en un archivo. Cuando lleve algún tiempo en la Escuela del Ministerio Teocrático, ya habrá preparado varias asignaciones. Conserve las notas de tales discursos, pues la investigación que ha realizado tal vez le sirva más adelante.

Hable con la gente

Las personas constituyen una valiosa fuente de información. Cuando Lucas recopiló su Evangelio, al parecer obtuvo muchos datos hablando con testigos presenciales (Luc. 1:1-4). Es posible que un compañero cristiano lo ilumine sobre algún asunto que usted haya tratado de indagar. Según Efesios 4:8, 11-16, Cristo emplea “dádivas en hombres” para que crezcamos “en el conocimiento exacto del Hijo de Dios”. Los siervos de Jehová con experiencia tal vez le den ideas útiles. En la conversación con los demás también puede aflorar lo que piensan, y ello le permitirá preparar intervenciones realmente prácticas.

Evalúe los resultados

Una vez cosechado el trigo, hay que quitarle la cáscara al grano. Lo mismo sucede con el fruto de nuestra investigación. Antes de utilizarlo, debe separarse lo que es valioso de lo que resulta superfluo.

Si va a emplear la información en un discurso, pregúntese: “¿Realmente aporta algo este punto? ¿O, aunque es interesante, podría desviar la atención del tema?”. Si piensa incluir sucesos o datos actuales de los cambiantes campos de la ciencia o la medicina, cerciórese de que estén al día. Tenga presente, además, que algunos aspectos tratados en nuestras publicaciones menos recientes quizá se hayan revisado, de modo que examine lo último que se haya publicado sobre el asunto.

En particular, sea cauteloso si recopila datos de fuentes seglares. No olvide que la Palabra de Dios es la verdad (Juan 17:17). Dado el papel clave de Jesús en el propósito divino, Colosenses 2:3 declara: “Cuidadosamente ocultados en él están todos los tesoros de la sabiduría y del conocimiento”. Evalúe los frutos de su investigación desde esta perspectiva. Respecto a la información que encuentre en obras seglares, pregúntese: “¿Es exagerada, especulativa o estrecha de miras? ¿Está escrita con fines egoístas o comerciales? ¿La apoyan otras fuentes autorizadas? Y, sobre todo, ¿armoniza con la verdad bíblica?”.

Proverbios 2:1-5 anima a buscar el conocimiento, el entendimiento y el discernimiento “como a la plata, y como a tesoros escondidos”. Ello supone trabajo, pero también muchas recompensas. Aunque requiere esfuerzo, la investigación le permitirá averiguar lo que Jehová piensa sobre los asuntos, corregir las ideas erróneas y afianzar su comprensión de la verdad. Además, dará sustancia y vida a sus discursos, de modo que serán una fuente de placer tanto para usted como para su auditorio.

¿TIENE TODAS ESTAS FUENTES DE INFORMACIÓN?

  • Traducción del Nuevo Mundo de las Santas Escrituras

  • Gran Concordancia

  • La Atalaya y ¡Despertad!

  • Razonamiento a partir de las Escrituras

  • Los testigos de Jehová, proclamadores del Reino de Dios

  • Perspicacia para comprender las Escrituras

  • Índice de las publicaciones Watch Tower

  • Watchtower Library en CD-ROM

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