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Anuario de los testigos de Jehová 2000
yb00 págs. 43-64

Informe mundial

Se construye para albergar a una gran muchedumbre

En 1935, los testigos de Jehová aprendieron la enseñanza bíblica respecto al propósito de Dios de reunir en este tiempo, en el presente sistema de cosas, a una gran muchedumbre con la mira de que sirvieran a Jehová para siempre en un paraíso terrestre (Rev. 7:9, 10). Aquel mismo año, uno de sus lugares de reunión recibió por primera vez el nombre de Salón del Reino, concretamente en Hawai. En la actualidad hay miles de Salones del Reino abarrotados de personas que han abrazado las alentadoras promesas de la Biblia y se someten a sus justas normas.

El número de quienes asisten regularmente a las reuniones que se celebran en los Salones del Reino se cuenta por millones. Dado que todos los años se bautizan cientos de miles de personas, es apremiante disponer de más lugares de reunión. Una encuesta llevada a cabo en 1998 indicó que hacían falta otros ocho mil Salones del Reino en 40 países en vías de desarrollo. ¿Qué se logró el pasado año al respecto?

Se establecieron oficinas regionales para la construcción de Salones del Reino en lugares clave como la República Sudafricana, Australia y Alemania. Desde estos centros de operaciones, los superintendentes de las obras están poniendo en marcha programas de construcción de Salones del Reino para África oriental y occidental, la región de Asia y el Pacífico, y Europa oriental, respectivamente. Hasta la fecha colaboran en esta labor 77 siervos internacionales en veintiún países de África, 7 en Europa oriental y 4 en la región de Asia y el Pacífico. Dos países de América Latina también están recibiendo ayuda. Donde es factible, se procura formar equipos de construcción de Salones del Reino que trabajen a tiempo completo. En lo posible se adoptan los métodos y materiales de construcción locales, y se anima a los hermanos de la zona a participar en los trabajos. Sin embargo, puede que al principio uno o dos siervos internacionales supervisen estos equipos a fin de darles la preparación necesaria. Hay lugares en los que se precisan Salones del Reino con urgencia, pero la situación económica hace que a los hermanos locales les resulte prácticamente imposible comprar los materiales de construcción. En estos casos, la hermandad internacional procura por todos los medios ayudar también en este sentido.

Tras recibir asistencia para mejorar la eficacia de su programa de construcción de Salones del Reino, los hermanos de Ghana lograron edificar el pasado año trece Salones, cuando en los últimos años el promedio había sido de cuatro solamente. Con ayuda internacional, en Burundi se levantaron once Salones del Reino en unos pocos meses. El Salón del Reino de Gitega fue el primer edificio que se construyó en cierta colina. En armonía con la costumbre local, ahora muchos lugareños la llaman “la Montaña de Jehová”.

La cifra de publicadores de Liberia aumentó un 40% en 1998 y un 19% en 1999. Tras años de guerra civil, la mayoría de las congregaciones necesitan Salones del Reino. Sin embargo, casi todos los hermanos afrontan graves dificultades económicas, y muchos están desempleados. Podemos imaginarnos su gratitud por el apoyo económico de sus hermanos de otros países para construir los lugares de reunión que tanta falta les hacen. También agradecen la colaboración de cinco siervos internacionales que han llegado al país a fin de ayudarlos a organizar los trabajos.

En Nigeria se necesitan más de mil ochocientos Salones del Reino. En Abeokuta, la unidad y diligencia de los Testigos locales que participaban en la construcción impulsaron a una mujer a colaborar con ellos, pese a ser dirigente de una iglesia cercana. Actualmente sirve a Jehová con la congregación que se reúne en el Salón del Reino que ayudó a levantar. En Togo, la oposición a la construcción de un Salón del Reino en cierto pueblo era tan fuerte, que los hermanos decidieron edificar en otro sitio. Sin embargo, una vez que los opositores vieron el hermoso local que estaban construyendo, les preguntaron si podrían hacer otro en el primer terreno.

En Sri Lanka, las congregaciones se han reunido hasta ahora en casas particulares, en provisionales y pequeñas edificaciones con techo de palmas de cocotero y bajo toldos colocados en patios traseros. Se sienten muy agradecidos por estar consiguiendo lugares de culto más apropiados y dignos. Actualmente hay 13 Salones del Reino en fase de construcción, se está trabajando en los planos de otros 20 y se pretende levantar 50 más en los próximos cinco años.

Donde se dispone de un Salón del Reino adecuado, la gente está más dispuesta a reunirse para beneficiarse de la educación que Jehová proporciona. Por ello, cuando se edificó un nuevo y espacioso Salón del Reino en las afueras de Lima (Perú), aumentó la asistencia de las tres congregaciones que lo usan, y en el transcurso de un año comenzaron a participar en el servicio del campo 75 nuevos publicadores.

En ciudades más grandes, donde hay muchas congregaciones, se aprovechan bien los solares levantando edificios que albergan más de un Salón del Reino. El fin de semana del 29 y 30 de mayo se dedicaron tres complejos de ese tipo en Rumania. Uno de ellos, el de Cluj-Napoca, consta de cuatro Salones del Reino; otro tiene dos. Al día siguiente se dedicó en Târgu-Mureş un complejo de siete Salones del Reino.

La construcción de Salones de Asambleas

En muchos países se están construyendo Salones de Asambleas para reuniones más grandes. En Estonia se dedicaron durante el año dos complejos de Salones del Reino que pueden convertirse en Salones de Asambleas. Cada uno de ellos alberga tres Salones del Reino independientes que se unen para formar un amplio Salón de Asambleas. En Polonia, un acontecimiento destacado de este año de servicio fue la dedicación de tres Salones de Asambleas el mismo fin de semana. Dos miembros del Cuerpo Gobernante, Theodore Jaracz y Daniel Sydlik, estuvieron presentes en esta ocasión especial y pronunciaron discursos animadores en los tres Salones. Al más grande, el de la ciudad de Sosnowiec, se le añadió un anfiteatro con 6.400 asientos, y en el mes de julio se celebraron en él cinco asambleas de distrito.

En Estados Unidos, que ya cuenta con 980.419 publicadores del Reino, se dedicaron el pasado año otros cuatro Salones de Asambleas, lo que eleva la cifra a 40. En Brasil, que tiene 528.034 publicadores, se dedicó el decimoséptimo Salón de Asambleas. Es una estructura de dos auditorios con un aforo de 10.000 personas, a una hora en automóvil desde São Paulo. En Nigeria se dedicaron durante el año dos Salones de Asambleas más con los laterales abiertos, uno en Ota y otro en Ibadán, con capacidad para 10.000 y 5.000 asistentes, respectivamente.

También se han construido otras instalaciones que contribuyen al programa mundial de educación bíblica.

Centro Educativo de la Watchtower

En 1986 se dieron los primeros pasos legales con objeto de construir los veintiocho edificios que ahora componen el Centro Educativo de la Watchtower, ubicado en Patterson, en el estado de Nueva York (Estados Unidos). En 1989 se iniciaron por fin las obras, y en 1994 los edificios comenzaron a albergar diversas oficinas relacionadas con las actividades docentes de los testigos de Jehová. La Escuela de Galaad se trasladó en 1995 a las instalaciones, donde también se encuentran las escuelas para los miembros de los comités de sucursal y para los superintendentes viajantes. Finalmente, en 1999 tuvo lugar el programa de dedicación. (En La Atalaya del 15 de noviembre de 1999 aparece un informe al respecto.) Las decenas de miles de Testigos y simpatizantes que visitan anualmente las instalaciones, se regocijan al contemplar lo que se ha logrado con sus contribuciones voluntarias, con el esfuerzo unido de hermanos dispuestos y, sobre todo, con la bendición de Jehová.

Se necesitan nuevas sucursales

El aumento del número de alabadores de Jehová en muchos países también ha requerido la construcción de nuevas sucursales. Al igual que en la sede mundial, en ellas trabajan miembros de la familia Betel, los cuales forman parte de la Orden de Siervos Especiales de Tiempo Completo.

BOLIVIA. La sobresaliente expansión teocrática ha dado lugar a que el 20 de marzo de 1999 se dedicara una nueva sucursal en Santa Cruz. De los 714 publicadores que había en 1968, cuando se dedicó la sucursal anterior, el número de proclamadores del Reino en Bolivia ha crecido hasta alcanzar un máximo sin precedentes de 15.388, y la asistencia a la Conmemoración de 1999 fue de 53.312.

La nueva sucursal, ubicada en las tierras bajas tropicales de Bolivia, se construyó por completo con mano de obra local —en gran medida la de Testigos voluntarios— y utilizando con buen gusto los materiales propios de la zona. El resultado es un diseño que consigue un ambiente razonablemente fresco sin aire acondicionado y que se integra de modo armonioso en la propiedad arbolada. La sucursal y el primer Salón de Asambleas del país se dedicaron a Jehová durante una visita de Gerrit Lösch, miembro del Cuerpo Gobernante. La feliz ocasión contó con la presencia de miles de Testigos bolivianos, así como de visitantes de once países, entre ellos antiguos misioneros que habían servido en Bolivia en algún momento de los cincuenta y cuatro años que abarca la historia del servicio misional en el país.

MOZAMBIQUE. “Jehová es grande y ha de ser alabado en gran manera.” (Sal. 48:1.) Esta frase, una de las predilectas de los testigos de Jehová mozambiqueños, se escuchó muchas veces el 19 de diciembre de 1998, fecha en que se dedicó la nueva sucursal de Maputo, cerca del océano Índico. Hace pocos años, este suceso hubiera parecido imposible. Los testigos de Jehová estuvieron proscritos más de dos décadas, hasta 1991, cuando ascendían a poco más de seis mil. A finales de 1998 se alcanzó un máximo de 29.514 publicadores. Se requería una nueva sucursal.

¿Cómo se edificó, considerando que la mayoría de los hermanos mozambiqueños carecían de experiencia en este tipo de construcciones? Muchos siervos y voluntarios internacionales prestaron su ayuda y enseñaron a los Testigos locales mientras avanzaban las obras. A la dedicación asistieron invitados de quince países, y en Matola, a 26 kilómetros [16 millas] de distancia, se dedicó ese mismo fin de semana el primer Salón de Asambleas de Mozambique. Realmente, Jehová es grande. Sin su tierno cuidado, sus siervos mozambiqueños jamás habrían presenciado estos históricos sucesos.

NUEVA CALEDONIA. El 24 de octubre de 1998 se dedicó una nueva sucursal y un Salón de Asambleas en Nueva Caledonia. Las instalaciones triplicaban con creces el tamaño de la antigua sucursal. En ellas realizan su labor tres equipos de traducción a fin de atender las necesidades de la isla y sus dependencias.

La dedicación fue una ocasión feliz y vistosa. El programa incluyó una presentación audiovisual con los aspectos más destacados de la construcción. Para los testigos de Jehová de Nueva Caledonia fue especial motivo de alegría la presencia de Lloyd Barry, miembro del Cuerpo Gobernante, quien también pronunció el discurso de dedicación.

SENEGAL. Desde que los primeros testigos de Jehová llegaron a Senegal en 1951, se ha puesto mucho empeño en predicar a los millones de personas que viven en el territorio que supervisa la sucursal. En el país han servido 194 misioneros de dieciocho nacionalidades, los cuales han ayudado a cientos de hermanos a servir a Jehová en este territorio en el que más del 90% de la población no profesa el cristianismo.

Para la construcción de la nueva sucursal en Cape Almadies, en las afueras de Dakar, se emplearon métodos desconocidos para la mayoría de los lugareños. Cada vez que la grúa alzaba uno de los grandes paneles prefabricados y lo colocaba en su lugar, los observadores prorrumpían en aplausos y vítores. Todo estaba medido y alineado al milímetro. En la conclusión del programa de dedicación, allí, en la punta más occidental del continente africano, todos los asistentes unieron sus voces para cantar de corazón “¡Gracias, Jehová!”.

África

La historia moderna de los testigos de Jehová en África se remonta a principios de los años ochenta del siglo XIX, y en 1920 ya se realizaba una intensa predicación pública. Este pasado año, un máximo de más de ochocientos treinta mil Testigos de todo el continente hablaron con sus vecinos y otras personas de “las cosas magníficas de Dios” (Hech. 2:11).

Es muy alentador ver que muchos jóvenes han hecho de la escuela su territorio de predicación. Dorcas, una hermana joven de Mozambique, se ha puesto la meta de predicar al director y a todos los profesores de su escuela, así como a sus compañeros de clase. Actualmente dirige ocho estudios bíblicos, y seis de sus estudiantes asisten asiduamente a las reuniones. Otros tres progresaron hasta llegar al bautismo y luego se hicieron precursores regulares. Cuatro profesores de Dorcas han aceptado en distintas ocasiones su invitación de asistir a las reuniones de la congregación, y uno de ellos está estudiando con el padre de la joven. Otra profesora, a la que Dorcas comenzó a predicar hace cinco años cuando asistía a otra escuela, acabó respondiendo a su perseverancia y aceptó estudiar la Biblia con ella con miras a abrazar la adoración verdadera.

Desde 1995 se ha prestado más atención a los aproximadamente cinco millones de sordos de Nigeria. Al ver que en una asamblea de distrito se interpretaban los discursos al lenguaje de señas, muchos publicadores oyentes quisieron aprender a comunicarse de ese modo. En poco más de un año, 216 publicadores y precursores de 61 congregaciones lo dominaban lo suficiente como para dirigir estudios bíblicos y servir de intérpretes en las reuniones, de manera que en más de ochenta congregaciones se interpretan reuniones para beneficio de los sordos.

Una joven de Côte d’Ivoire llamada Florence decidió hacerse monja, pero las doctrinas que supuestamente eran misterios para los que no se daba explicación alguna la descorazonaron. Además, las reiteradas insinuaciones inmorales de cierto sacerdote la indignaban. Dejó el convento, y más tarde, en Burkina Faso, los testigos de Jehová la encontraron mientras predicaban de casa en casa. El estudio del folleto Exige y del libro Conocimiento no tardó en hacer de ella una feliz sierva de Jehová.

Los Salones del Reino y hogares particulares de Bangui (República Centroafricana) abrieron sus puertas dos veces durante el año para acoger a Testigos de la República Democrática del Congo, país desgarrado por la guerra del que se vieron obligados a huir cruzando el río que separa ambas naciones. En el mes de julio tuvieron que pasar a Bangui más de doscientos hermanos con sus familias, así como otras personas. Mientras la mayoría de los refugiados se hacinaban a la intemperie en el puerto, nuestros hermanos estuvieron bien cuidados, tanto en sentido físico como espiritual. En dos Salones del Reino se empezaron a celebrar las cinco reuniones semanales en su idioma, el lingala. Al presenciar todo aquello, cierta autoridad del lugar declaró: “Lo que ustedes han hecho, abrir su local para albergar a esta pobre gente, es maravilloso. Hay que felicitarlos”. Otro hombre que pasaba por el Salón detuvo a un misionero y le dijo: “Ustedes viven lo que predican. Les deseo lo mejor. Que Dios los bendiga por lo que están haciendo”.

Unos años atrás, mientras estaba hospitalizada, una publicadora no bautizada de Ghana fue predicando de cama en cama pese a hallarse muy enferma. Algunos pacientes apreciaron lo que les dijo, y otros lo desdeñaron; cierta señora escuchó, pero no dio muestras de que el mensaje tuviera efecto en ella. Al cabo de varios años, en una de las asambleas de distrito “Andemos en el camino de Dios” celebradas en Ghana, aquella publicadora, ya precursora especial, se encontró con una mujer a quien reconoció. “¿Qué hace usted aquí?”, quiso saber la precursora. “Jehová es grande —dijo la señora—. Siempre me he preguntado si algún día volvería a verla para darle las gracias por la verdad del Reino que implantó en mi corazón cuando estaba en el hospital. En aquel momento me hallaba muy enferma para reaccionar, pero no pude dejar de pensar y meditar en lo que dijo sobre la vida en el Paraíso bajo el Reino de Dios, donde ‘ningún residente dirá: “Estoy enfermo”’. En cuanto salí del hospital, busqué a los testigos de Jehová, y ellos siguieron enseñándome. Poco después me mudé, y en mi nuevo vecindario localicé a los Testigos y continué estudiando la Biblia. Mañana me bautizo, en esta asamblea.” Ambas se abrazaron y lloraron de alegría. Verdaderamente, aquella predicación en el hospital fue muy fructífera.

Cuando conoció a los testigos de Jehová, una mujer de Malí llevaba trece años con una discapacidad física por causa de la brujería. Solo podía desplazarse a gatas. Emprendió un estudio bíblico, y se le habló de las reuniones de la congregación, pero en vista de su grado de discapacidad, la hermana tenía pocas esperanzas de que acudiera al Salón del Reino. No obstante, la verdad había llegado al corazón de la mujer. Imagínese la sorpresa de los hermanos al verla frente al Salón, esperando a que la reunión empezara. Un Testigo que posee automóvil la llevó a casa después. Según progresaba en el estudio y su fe en Jehová crecía, aquella señora fue liberándose de la esclavitud a los espíritus inicuos. Poco a poco, sus piernas recuperaron la movilidad, y en el plazo de seis meses volvió a caminar. Ahora es una sierva de Jehová bautizada.

Durante el descanso para el almuerzo del segundo día de trabajo en su nuevo lugar de empleo, un precursor regular de Uganda inició así la conversación con un compañero: “Hola, se me está haciendo muy difícil aprenderme los nombres de todos los compañeros”. “No te preocupes —respondió—. Pronto los aprenderás. Yo me llamo William.” “Gracias por presentarte —dijo el precursor—. Eres muy amable. Sin embargo, sé que conocer el nombre de otras personas es un problema mundial.” “¿A qué te refieres?”, quiso saber William. El hermano prosiguió: “Por ejemplo, si te preguntaran el nombre del Creador del universo y de todos los seres vivos, ¿sabrías cuál es?”. La conversación sobre el nombre de Dios condujo a que al día siguiente se iniciara un estudio de la Biblia. William invitó al precursor a su casa para que hablara con su familia. Actualmente, cinco miembros de esta son Testigos bautizados. Antes de la Conmemoración, el precursor fue de oficina en oficina invitando a los compañeros a esta ocasión tan importante. ¡Imagínese su gozo al ver que 40 de ellos asistieron!

Muchos africanos sufren a consecuencia de las guerras que se están librando en sus países, y con frecuencia tienen que abandonar sus hogares. Ahora bien, los refugiados que son testigos de Jehová continúan predicando las buenas nuevas. Numerosos hermanos de la capital de Guinea-Bissau (África occidental) emprendieron una huida de 240 kilómetros [144 millas], hasta la ciudad de Buba, donde vivía un Testigo y su esposa, pero no había congregación. No obstante, poco después de la llegada de los hermanos de la capital se organizaron las reuniones, y la predicación cobró ímpetu. En poco tiempo, 40 personas asistían a las reuniones y se dirigían 70 estudios bíblicos.

Treinta publicadores de la Congregación Giteranyi, de Burundi, caminaron unos 160 kilómetros [100 millas] para asistir a su asamblea de circuito en Kayanza. El viaje duró tres días. Los que tenían bicicleta llevaban a otros por cierta distancia, luego regresaban y recogían a los que seguían andando detrás, los transportaban hasta algún punto más adelante, y así sucesivamente. Nzeyimana Jean viajó con toda su familia: esposa, suegra y siete hijos, entre ellos uno que utiliza un bastón a causa de la polio. Con gran alegría, todos llegaron a la sede de la asamblea.

América

Para el siglo XVIII se podía leer la Biblia completa en español, francés, inglés y portugués, que acabaron siendo los idiomas más hablados en el continente americano. A finales del siglo XIX, los testigos de Jehová, como se les conoció más tarde, emprendieron un programa de educación bíblica que en 1935 había llegado a casi todos los países de América, donde en la actualidad hay 2.769.625 Testigos celosos.

Pese a que en algunos lugares hace mucho frío, la predicación de las buenas nuevas sigue adelante. Se predica de casa en casa incluso a temperaturas de 37 °C bajo cero [35 °F bajo cero] y se llevan a cabo las reuniones aun con temperaturas de 48 °C bajo cero [55 °F bajo cero], nos informa un anciano de la Congregación North Pole, de Alaska. Se necesita aguante para servir en esas circunstancias.

En algunos territorios de las grandes ciudades abundan los edificios en los que, a causa del miedo a la delincuencia, los amos de casa rara vez dan a los publicadores la oportunidad de hablarles en persona. En la Argentina, una publicadora que predicaba en uno de esos edificios habló por el intercomunicador con una señora que la escuchó con atención. Acordaron continuar la conversación en otro momento. La hermana hizo muchas revisitas sin hablar cara a cara con la señora; sin embargo, mantenía buenas conversaciones con ella y le leía textos bíblicos por el intercomunicador. Finalmente, después de cuatro meses, la señora invitó a la hermana a subir a su apartamento, y se inició un estudio bíblico. La paciente perseverancia de la publicadora se vio recompensada.

En Estados Unidos hay más de diecisiete mil residencias de ancianos, donde viven cientos de miles de personas de edad avanzada. ¿Cómo se pueden llevar las buenas nuevas a este sector de la población? Algunas congregaciones han tenido buenos resultados al entrevistarse con el coordinador de las actividades recreativas del centro, y ofrecerse para colaborar en satisfacer las necesidades espirituales de los residentes. En un caso se anunció que algunos voluntarios de la congregación estarían encantados de dirigir gratuitamente un estudio bíblico semanal con todo el que quisiera acudir. El ofrecimiento tuvo muy buena aceptación. Muchas veces se unían al estudio los empleados, los familiares y otras visitas y voluntarios. La coordinadora escribió: “Este grupo de estudio suministra apoyo espiritual y mejora el bienestar de nuestros residentes, quienes valoran mucho su estudio de la Biblia”. Ella reconoció lo mucho que esta actividad estimulaba mentalmente a las personas mayores. Para gran alegría del personal, empezó a comentar en el estudio una anciana que no había hablado desde su llegada al centro. Un hombre mayor que nunca había acudido a las actividades sociales de la residencia estaba deseoso de asistir al estudio bíblico.

Mientras predicaba en un cementerio, una hermana de Chile conversó con una señora que había perdido a su hijo de 12 años de edad en un accidente. Esta afligida madre visitaba la tumba de su hijo dos veces al día. La Testigo le habló de la esperanza de la resurrección, y empezaron un estudio bíblico. La mujer se lo contó a su vecina, a quien también se le había muerto un hijo joven. Esta, que visitaba la tumba de su hijo a diario, también se puso a estudiar. En una visita al cementerio, la madre de esta última señora le pidió a su sacerdote que celebrara un oficio religioso por la muerte del nieto. Debido a la desagradable respuesta del sacerdote, dejó de asistir a la iglesia e inició un estudio bíblico. Ahora las tres mujeres dan a conocer su nueva esperanza en el cementerio.

¿Permitiría usted que Jehová lo utilizara para ayudar a alguien a aprender la verdad, aunque no pudiese hacerlo todo lo bien que deseara? Eso es lo que hizo una misionera en Costa Rica. Pese a que aún no se expresaba bien en español, comenzó un estudio bíblico con Ana, una católica devota. Para ello empleó el folleto ¿Qué exige Dios de nosotros?, además de la Biblia. Como Ana no veía muy bien, simplemente escuchaba la lectura de los párrafos y de los textos bíblicos, y luego los comentaba. Una semana, Ana le dijo estas animadoras palabras a la misionera: “No me preocupa que no podamos comunicarnos a la perfección. Muchas de las doctrinas que hemos analizado son diferentes de las que enseña la Iglesia Católica. Si me hubiera dado unas explicaciones minuciosas y perfectamente expresadas, no las habría creído. Por el contrario, usted me lo demuestra todo directamente con la Biblia, sin muchas más palabras, y así me doy cuenta de que es en realidad lo que enseña la Biblia”.

Los Testigos de Nicaragua han puesto todo su empeño en ofrecer a los maestros de escuela algunos ejemplares seleccionados de la revista ¡Despertad! Un ejemplo del tipo de artículos que ofrecen es el titulado “¿Qué esperanza hay para la juventud?”, cuyo valor es evidente. El director del colegio de cierta ciudad pidió a los Testigos, pese a la oposición de una profesora, que dieran una conferencia ante todos los alumnos. Se presentó un simposio de una hora y media de duración, al final del cual muchos estudiantes solicitaron publicaciones. Luego, la profesora que había puesto objeciones al acto quiso que los Testigos repitieran la conferencia en la escuela que ella dirigía, y así se hizo. Se empezó un estudio bíblico con ella, y ahora desea que los Testigos den discursos a los estudiantes todos los meses.

Eurasia

Se aplica la denominación Eurasia al conjunto continental formado por Europa y Asia. Fue en esa parte del mundo donde declaró Jehová buenas nuevas a Abrahán (Gál. 3:8). Y también allí puso Jesús el fundamento de una obra de evangelización que ha durado hasta nuestros días (Mat. 28:19, 20). Los testigos de Jehová procuran difundir las buenas nuevas en los aproximadamente ochenta países que componen los continentes europeo y asiático. Además de los cientos de idiomas en los que ya imprimía publicaciones bíblicas la Sociedad Watch Tower, desde 1995 se han sumado otras 36 lenguas (entre ellas, azerí, kazaj, mongol, panjabí [nasta‘liq], tayik y uzbeko), a fin de llegar a 170 millones de personas más en esa parte de la Tierra.

Durante 1999 aumentaron los graves problemas de Kosovo. Se refugiaron en los países colindantes cerca de ochocientos mil albanokosovares; casi quinientos mil de ellos huyeron a Albania. Entre los refugiados se hallaban catorce testigos de Jehová con sus ocho hijos. Los Testigos albaneses les brindaron sus hogares y los ayudaron durante aquellos momentos tan difíciles. A medida que el conflicto étnico empeoraba, las prioridades de los hermanos kosovares se hacían cada vez más patentes. Deseaban asegurarse de que sus hermanos serbios no corrían peligro. A su vez, los Testigos serbios trataban por todos los medios de ponerse en contacto con sus hermanos de origen albanés para tener la certeza de que estaban bien. ¡Cómo contrasta su amor con el odio étnico que los rodeaba! A los cuatro meses, los hermanos kosovares anhelaban volver a casa. No les preocupaba llevarse muchos bienes materiales. En lugar de eso, solicitaron cajas de publicaciones para hacer llegar al prójimo el reconfortante mensaje del Reino de Dios.

En Bélgica, una Testigo habló por el intercomunicador con una mujer que le dijo francamente que por el momento no estaba de humor para conversar sobre temas religiosos. La hermana se ofreció para telefonearla en otra ocasión. La señora se sorprendió al recibir la llamada telefónica unos días después. Le contó a la Testigo que debía mudarse y que le había pedido a la Agencia de Asistencia Social ayuda para encontrar otro apartamento. Tras otra conversación telefónica, perdieron la comunicación, de modo que la Testigo decidió escribirle una carta y enviarla a la mencionada agencia, donde se archivó junto con el expediente de la señora. Cuando la mujer finalmente recibió la carta, pocas semanas después, se reanudaron las conversaciones. Fue justo el mes en que Nuestro Ministerio del Reino indicó: “Si todos aunamos nuestros esfuerzos para comenzar estudios y rogamos a Jehová que bendiga nuestros intentos, de seguro lo lograremos”. Nuestra hermana hizo una oración ferviente a Jehová y acto seguido telefoneó a la señora para decirle que deseaba estudiar la Biblia con ella. La mujer aceptó. En la actualidad asiste con su esposo a las reuniones de congregación y habla con su familia y amigos de lo que aprende.

Un día lluvioso, una precursora especial temporera y su compañera daban testimonio a los comerciantes de una ciudad de Malaysia donde se había predicado poco. Se les acercó una estudiante de secundaria que se había detenido cerca de ellas esperando a que la lluvia torrencial parara y les pidió las publicaciones que distribuían. Las precursoras le ofrecieron la oportunidad de tener un estudio bíblico gratuito y le indicaron dónde se hospedaban. Cerca de una semana después llamó la joven; había leído todas las publicaciones y deseaba más. Se inició un estudio bíblico con ella. Como esta muchacha es una ávida lectora, seguía pidiendo publicaciones en casi todas las visitas. A veces llamaba tarde por la noche para solicitar las publicaciones que se anunciaban en otras que ya tenía. Puesto que las precursoras estuvieron en la ciudad solo durante una temporada, el estudio se continuó por correspondencia. En dos meses, la muchacha terminó el libro Conocimiento y ya predicaba a sus amistades y también en el autobús. Progresó muy bien y ahora es una publicadora que desea llenar los requisitos para el bautismo.

Una Testigo de Italia trabó amistad con una nueva vecina que había regresado al país procedente de Alemania porque a su marido le habían prometido un puesto de trabajo. Sin embargo, la promesa no se cumplió. De manera que el esposo dejó a la familia en Italia y se volvió al extranjero en busca de empleo. Durante su ausencia, la Testigo y su esposo ayudaron a la señora con la compra, llevaron a uno de sus hijos a la escuela, los invitaron a comer a ella y a sus hijos varias veces y le dieron el apoyo moral que tanto necesitaba. Cuando la señora preguntó por qué hacían todo eso, la respuesta fue: “Porque, como testigos de Jehová, amamos a nuestro prójimo”. La mujer confesó que nunca había tenido tiempo de escuchar a los Testigos, pero que después de aquello sentía curiosidad por saber lo que creían. Se dirigió un estudio regular de la Biblia con ella, y empezó a asistir a las reuniones de congregación. Mientras tanto, su marido volvió a casa. Los Testigos también le ofrecieron un estudio bíblico, pero él lo rechazó debido a que se sentía intranquilo. De nuevo se le estaba haciendo difícil encontrar empleo. Cuando la familia se mudó a otra región de Italia, los Testigos consiguieron la dirección del Salón del Reino y animaron a la mujer a que asistiera a las reuniones. Pero debido a su timidez, no fue. Sin embargo, la hermana la telefoneaba todas las semanas y avivaba su interés en Jehová. Con el tiempo, la señora pidió un estudio bíblico a dos Testigos que vio en la calle predicando y reanudó asimismo la asistencia a las reuniones. En el ínterin, su marido encontró trabajo y también solicitó un estudio. Ambos son ahora cristianos dedicados y bautizados. Sus dos hijos mayores también lo son, y el tercero es publicador no bautizado.

Una precursora de Luxemburgo estaba muy interesada en llegar a toda persona de su territorio. Pero había cierta casa que siempre tenía cerradas las persianas y en la que nunca había nadie. Sin embargo, un día que la precursora iba a recoger a su hija de la escuela, se percató de que estaba estacionado un automóvil delante de aquel eterno “nadie en casa”. Ella no había salido con la intención de predicar en aquel momento, claro está, pero tampoco quería dejar escapar esa oportunidad. De modo que llamó a la puerta. Salió un hombre que dijo no estar interesado en la Biblia, aunque sí deseaba conocer más de Jesucristo. Así que la hermana le dejó el libro El hombre más grande de todos los tiempos. Después de que su marido y ella visitaron al hombre varias veces, se inició un estudio. Al principio, el señor aceptó estudiar una vez cada tres semanas, ya que tenía un horario muy apretado. Pero poco a poco comenzó a cambiar su actitud ante la vida. Se dio cuenta de que tenía que invertir más tiempo en aprender y hacer la voluntad de Dios. Abandonó su intensa afición al tenis de mesa, a la que dedicaba cuatro noches a la semana. Cuando llegó a entender claramente la cuestión de la neutralidad cristiana, renunció a su trabajo y aceptó otro en el que ganaba menos de la mitad del sueldo anterior. ¿Qué opinaba de haber dado ese paso? Dijo: “Me alegró hacerlo. Después de todo, estaba deseoso de regir mi vida de acuerdo con los principios bíblicos. Seguí progresando en la verdad para que nada me impidiera llegar a ser publicador no bautizado y, cinco meses más tarde, simbolizar mi dedicación a Jehová en bautismo en agua”. Está muy agradecido a la precursora por haber efectuado su ministerio a plenitud.

Islas de la Tierra

Jehová invita a todos los habitantes de la Tierra, incluidos los de las islas, a regocijarse con su reinado (Sal. 97:1). En Pentecostés del año 33 E.C. ya había algunos naturales de Creta entre quienes recibieron esta invitación. En el siglo XX, decenas de miles de personas que viven en los territorios insulares del planeta han respondido a ella. En las Filipinas hay 132.496 proclamadores de las glorias del reino de Jehová, y 222.857 toman parte en este feliz servicio en el archipiélago japonés. Incluso hay islas con muy pocos habitantes que tienen la oportunidad de regocijarse con las buenas nuevas del Reino de Dios.

La bondad de un joven precursor de Samoa contribuyó a vencer el prejuicio contra los testigos de Jehová. Cuando fue al consultorio de pacientes externos del hospital de la localidad, le dieron un número y le dijeron que esperara su turno para ver al doctor. Sin embargo, en el momento en que anunciaron su número, se hallaba sentado junto a una señora de edad avanzada que parecía más enferma que la mayoría de los presentes, así que, bondadosamente, el hermano preguntó a la enfermera si podía cambiar el turno con la anciana. La enfermera se sorprendió, pero dijo que sí. Para cuando lo llamaron de nuevo, uno de los jefes (matais) de su pueblo había llegado y se hallaba sentado a su lado. Puesto que estaba peor que nuestro hermano, este volvió a ceder su turno para permitirle que viera al doctor sin demora. Más tarde, el joven volvió a encontrarse con la anciana, esta vez en el mercado. Ella se alegró mucho de verlo y le preguntó si era testigo de Jehová. Ante su respuesta afirmativa, la señora admitió que no había recibido a los Testigos cuando la habían visitado, pero ahora sabía que realmente amaban a sus vecinos. Luego le dio su dirección, y se comenzó un estudio bíblico. ¿Y el jefe del pueblo? Este explicó al padre del precursor que aunque antes no sentía ningún respeto por los Testigos, ahora los recibía en su casa. Asistió a la Conmemoración, y afirmó: “Lo que al principio te disgusta, puede acabar agradándote”.

¿Es práctico tratar de iniciar estudios bíblicos en territorios de negocios? Algunas veces, sí. Un precursor especial de Chipre llevaba las revistas regularmente a cierto comerciante. Cuando este manifestó aprecio por lo que estaba leyendo, el precursor le enseñó con el folleto Exige cómo se lleva a cabo un estudio bíblico. El estudio tiene lugar ahí mismo, en el lugar de trabajo de la persona, pero el precursor toma en consideración las circunstancias y limita las sesiones a diez o quince minutos.

En Guadalupe se ha fomentado de un modo especial el testimonio en las calles. Con una proporción de 1 publicador por cada 55 habitantes, ¿realmente es necesario ese tipo de predicación? La televisión por satélite y por cable absorbe cada vez más a la gente cuando está en casa. Fuera de su hogar es más fácil lograr que se detengan y escuchen las buenas nuevas. Un superintendente de circuito señaló que un grupo de quince publicadores de la isla de San Martín distribuyó 250 revistas, además de tratados, en unas dos horas de predicación en las calles. Entre los que aceptan con gusto las publicaciones hay, por supuesto, quienes dicen que están muy ocupados para hablar. Pero cuando las circunstancias de la vida abren el apetito espiritual de alguien, las prioridades pueden cambiar. Por ejemplo, en la ciudad de Les Abymes (Guadalupe), a cierta mujer le surgieron muchas preguntas tras la muerte de su padre, así que quiso estudiar casi todos los días, primero con el folleto Exige y luego con el libro Conocimiento. Además, investiga en el libro Razonamiento y escribe en una hoja los textos bíblicos citados. Afirma que se siente “como los reyes de Israel, que hacían su propia copia de las Escrituras”. Ha llegado a la conclusión de que tal vez “todas las religiones llamadas cristianas tengan la Biblia, pero solo una pone en práctica sus enseñanzas: la de los testigos de Jehová”.

Hatsuko es una madre de Japón que está criando sola a dos hijos. A fin de mantener a la familia, tiene dos trabajos. ¿Qué tiempo le queda para dar testimonio de Jehová y su propósito amoroso para la humanidad? Puesto que le toma unos veinte minutos desplazarse en bicicleta a cada uno de sus lugares de empleo, se propuso aprovechar ese tiempo a diario para predicar. De manera que habla con transeúntes, usuarios de máquinas expendedoras, mensajeros, obreros de la construcción..., con todo el que se encuentra. Al principio le resultó difícil, pues es bastante tímida. Decidió que en vez de hablar mucho, le iría mejor si dejaba que lo hicieran las revistas. Además, oraba antes de salir, y se le fue haciendo más fácil abordar a la gente. Ha persistido en predicar de este modo durante los pasados dos años, y actualmente distribuye de 200 a 300 revistas al mes, contando las correspondientes a su ruta de revistas en las calles.

La videocinta Los testigos de Jehová... la organización tras el nombre ha sido un instrumento muy eficaz para infundir aprecio por la organización que Jehová utiliza. Una mujer de Australia llevaba cinco años recibiendo las revistas y otras publicaciones de la Sociedad. Entonces, cierta semana, los Testigos le dejaron la videocinta. En la siguiente visita invitó a los publicadores a pasar. Al ver el vídeo, se le habían saltado las lágrimas. Ella confiaba en los Testigos que la visitaban, pero ahora sabía que también podía confiar en su organización. Ese mismo día se comenzó un estudio con el libro Conocimiento, y a la semana siguiente asistió a las reuniones en el Salón del Reino.

¿A quién acude la gente en busca de consejos? En ocasiones, a columnistas de periódicos y revistas. Una precursora de Nueva Caledonia se percató de que una pregunta que alguien había dirigido a una revista seglar se había contestado de forma muy satisfactoria en un número de la revista ¡Despertad! De manera que escribió una carta a la persona que hizo la consulta y la envió al editor de la publicación seglar, pidiéndole que la hiciera llegar a su destinatario. En la carta afirmó que disponía de información valiosa sobre el asunto, mencionó el tema y algunos subtítulos, incluyó algunas citas escogidas y se ofreció a mandársela. La respuesta no tardó en llegar, así que la precursora envió la revista, lo que abrió el camino para dar más ayuda espiritual.

Los publicadores de Irlanda están encontrando en su territorio a inmigrantes de África, Europa del Este y el Oriente. En una congregación de Belfast tuvo lugar un discurso y una sesión del Estudio de La Atalaya en chino mandarín. Gracias a la buena labor de una pareja de misioneros que sirve entre la población china que trabaja o cursa estudios universitarios en Belfast, asistieron veintidós simpatizantes. Desde 1993, los misioneros han estudiado la Biblia con 75 personas de diecisiete provincias chinas y de varias ciudades de Taiwan, y muchas de las que han mostrado interés se han mantenido en contacto después de volver a su país. Cierto matrimonio disfrutaba de un estudio de la Biblia. Cuando la esposa tuvo que regresar a China, le entristeció pensar que allí no podría continuarlo. Sin embargo, al cabo de unas semanas, su esposo relató entusiasmado que había recibido un mensaje de ella, en el que le contaba que los Testigos habían ido a su casa un día que estaba en el trabajo y le habían dejado una nota que decía: “Sus amigos de Irlanda nos pidieron que la visitáramos. Volveremos otro día”. Y cumplieron su palabra. Otra pareja escribió desde China: “Los echamos mucho de menos. Hay multitud de cosas que recordamos con agrado, pero la más valiosa ha sido estudiar la Biblia con ustedes. Nos parece que la Biblia se ha convertido en el pilar de nuestra vida”.

[Ilustraciones de la página 49]

1) Mozambique. 2) Senegal. 3) Nueva Caledonia. 4) Bolivia

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