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La respuesta de Jehová a una oración fervienteLa Atalaya 2008 | 15 de octubre
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17. ¿En qué situación crucial se encuentran los opositores, y qué palabras recordaremos pronto?
17 Por supuesto, sabemos que la lucha aún no ha terminado. Por eso, seguimos predicando las buenas nuevas, incluso a los opositores (Mat. 24:14, 21). No obstante, la oportunidad para que tales opositores se arrepientan y obtengan la salvación pronto llegará a su fin. Sin embargo, hay algo mucho más importante que la salvación humana: la santificación del nombre de Jehová (léase Ezequiel 38:23). Cuando todas las naciones —tal como se predijo— aúnen sus esfuerzos para aniquilar al pueblo de Dios, recordaremos estas palabras de la oración del salmista: “Oh, sean avergonzados y perturbados para todo tiempo, y queden corridos y perezcan” (Sal. 83:17).
18, 19. a) ¿Qué les espera a los enemigos obstinados de la soberanía de Jehová? b) ¿En qué le concierne a usted la vindicación final de la soberanía de Jehová que pronto tendrá lugar?
18 A quienes se oponen obstinadamente a la soberanía de Jehová les espera un final humillante. La Palabra de Dios revela que aquellos “que no obedecen las buenas nuevas” —y que por ello son ejecutados en Armagedón— sufren “destrucción eterna” (2 Tes. 1:7-9). Dicha destrucción, así como la supervivencia de quienes adoren de verdad a Jehová, serán pruebas convincentes de que él es el único Dios verdadero. En el nuevo mundo, esa gran victoria nunca será olvidada. Los que vuelvan en la “resurrección así de justos como de injustos” se enterarán de la gran hazaña de Jehová (Hech. 24:15). Ellos también hallarán pruebas irrefutables de lo sabio que es vivir bajo la soberanía divina. Y de ese grupo, los que sean mansos se convencerán rápidamente de que Jehová es el único Dios verdadero.
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“Este es, sin duda, el santísimo y supremo nombre de Dios”La Atalaya 2008 | 15 de octubre
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“Este es, sin duda, el santísimo y supremo nombre de Dios”
Así dijo Nicolás de Cusa en un sermón que pronunció en el año 1430.a ¿Y quién era él? Era un docto católico que estudió los idiomas griego y hebreo, además de Filosofía, Teología, Matemáticas, Astronomía y muchas otras disciplinas. A los 22 años de edad obtuvo el doctorado en Derecho Canónico, y en 1448 fue nombrado cardenal.
Hace unos quinientos cincuenta años fundó un hogar de ancianos en Cusa. Ahora, ese antiguo edificio alberga la biblioteca de Cusa, en la que hay más de trescientos manuscritos. Uno de estos es el Códice Cusano número 220, en el que figura el sermón que pronunció Nicolás de Cusa en 1430, titulado “In principio erat verbum” (En el principio era el Verbo). Allí Nicolás de Cusa empleó la grafía en latín Iehoua para referirse al nombre Jehová.b En el folio 56 se encuentra la siguiente afirmación respecto al nombre divino: “Dios lo ha dado. Es el Tetragrámaton, es decir, el nombre compuesto por cuatro letras. [...] Este es, sin duda, el santísimo y supremo nombre de Dios”. Así, lo que Nicolás de Cusa declaró concuerda con el hecho de que el nombre de Dios se halla en el texto original de las Escrituras Hebreas (Éxo. 6:3).
El Códice Cusano, que data de principios del siglo XV, es uno de los documentos más antiguos en los que aparece la grafía Iehoua como traducción del Tetragrámaton. Este testimonio escrito constituye una prueba más de que, desde hace siglos, las maneras más comunes de transliterar el nombre de Dios son las que se asemejan a la forma Jehová.
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