¿Por qué ‘recordar los días pasados’?
“RECORDAD los días pasados.” El apóstol Pablo escribió este consejo a los cristianos hebreos de Judea hacia el año 61 E.C. (Hebreos 10:32, Nácar Colunga, 1947.) ¿Qué motivó este comentario? ¿Por qué era necesario que aquellos adoradores de Jehová del siglo primero no olvidaran el pasado? ¿Nos beneficiará a nosotros prestar atención a un consejo semejante hoy día?
A través de los siglos, los escritores bíblicos advirtieron en repetidas ocasiones que no se pasara por alto ni se desatendiera el pasado. Los tiempos y acontecimientos antiguos debían mantenerse presentes y examinarse. El propio Jehová dijo: “Acuérdense de las primeras cosas de mucho tiempo atrás, que yo soy el Divino y no hay otro Dios, ni nadie semejante a mí”. (Isaías 46:9.) Vamos a analizar tres importantes razones por las que prestar atención a este consejo.
Motivación y estímulo
En primer lugar, puede ser una importante fuente de motivación y estímulo. Cuando Pablo escribió la carta a la congregación hebrea, se dirigía a compañeros cristianos cuya fe era sometida a prueba a diario por causa de la oposición de los judíos. Reconociendo la necesidad que tenían de fortalecer su aguante, Pablo dijo: “Sigan acordándose de los días anteriores, en los cuales, después que hubieron sido iluminados, ustedes aguantaron una gran contienda bajo sufrimientos”. (Hebreos 10:32.) El que recordaran hechos pasados de lealtad durante su guerra espiritual les daría el ánimo necesario para finalizar la carrera. Siguiendo la misma idea, el profeta Isaías escribió: “Acuérdense de esto, para que cobren ánimo”. (Isaías 46:8.) El mismo efecto deseable tenía presente Jesucristo cuando dijo a la congregación de Éfeso: “Por lo tanto, recuerda de qué has caído [el amor que tenías al principio], y arrepiéntete, y haz los hechos de antes”. (Revelación [Apocalipsis] 2:4, 5.)
La exhortación de ‘recordar los días de la antigüedad, considerar de generación en generación los años pasados’, fue un tema recurrente en los discursos de Moisés a Israel, cuando instaba a la nación a ser leal a Jehová sin temor. (Deuteronomio 32:7.) Fíjese en lo que les dijo, según leemos en Deuteronomio 7:18: “No debes tenerles miedo [a los cananeos]. Sin falta debes acordarte de lo que Jehová tu Dios hizo a Faraón y a todo Egipto”. El que recordaran los hechos salvadores de Jehová en favor de su pueblo habría de ser un incentivo para seguir adhiriéndose fielmente a las leyes de Dios. (Deuteronomio 5:15; 15:15.)
Tristemente, los israelitas cayeron muchas veces en el pecado del olvido. ¿Con qué resultado? “Vez tras vez ponían a Dios a prueba, y causaban dolor aun al Santo de Israel. No se acordaron de su mano, del día en que los redimió del adversario.” (Salmo 78:41, 42.) Con el tiempo, Jehová los rechazó por haber olvidado sus mandamientos. (Mateo 21:42, 43.)
Un excelente ejemplo lo dio el salmista que escribió: “Me acordaré de las prácticas de Jah; pues ciertamente me acordaré de tu maravilloso obrar de mucho tiempo atrás. Y ciertamente meditaré en toda tu actividad, y en tus tratos sí me interesaré intensamente”. (Salmo 77:11, 12.) Recordar de esa manera reflexiva el servicio leal del pasado y los hechos amorosos de Jehová nos darán la motivación, el ánimo y el aprecio necesarios. Además, ‘acordarse de los días anteriores’ puede ser útil para que desaparezca el cansancio, así como darnos aliento a fin de que hagamos todo lo que esté a nuestro alcance y aguantemos fielmente.
Aprendemos de los errores pasados
En segundo lugar, no olvidar puede ser el medio de aprender de los errores pasados y sus consecuencias. Moisés tenía esto presente cuando aconsejó a los israelitas: “Acuérdate: No olvides cómo has provocado a Jehová tu Dios en el desierto. Desde el día en que saliste de la tierra de Egipto hasta la llegada de ustedes a este lugar, han resultado rebeldes en su comportamiento para con Jehová”. (Deuteronomio 9:7.) El resultado de la desobediencia de los israelitas fue, como señaló Moisés, que ‘Jehová su Dios los hizo andar cuarenta años en el desierto’. ¿Por qué se les animó a recordar este hecho? Con el fin de humillarlos y de que corrigieran sus caminos rebeldes, de modo que ‘guardaran los mandamientos de Jehová su Dios, andando en sus caminos y temiéndolo’. (Deuteronomio 8:2-6.) Tenían que aprender en el sentido de no repetir sus errores pasados.
Cierto escritor dijo: “El hombre prudente se beneficia de la experiencia personal, el sabio, de la experiencia de otros”. Mientras que Moisés hizo un llamamiento a la nación para que se beneficiara de analizar sus propios errores pasados, el apóstol Pablo aconsejó a los cristianos de la congregación de Corinto del siglo primero, y, por extensión, a nosotros, que aprendieran una lección del mismo relato histórico. Escribió: “Pues bien, estas cosas siguieron aconteciéndoles como ejemplos, y fueron escritas para amonestación de nosotros a quienes los fines de los sistemas de cosas han llegado”. (1 Corintios 10:11.) Jesucristo pensaba aún en otro suceso bíblico antiguo y en la necesidad de aprender de él cuando dijo: “Acuérdense de la esposa de Lot”. (Lucas 17:32; Génesis 19:1-26.) Samuel Taylor Coleridge, filósofo y poeta inglés, escribió: “Si los hombres aprendieran de la historia, cuántas lecciones nos enseñaría”.
Modestia y gratitud
En tercer lugar, recordar el pasado puede generar en nosotros modestia y gratitud, cualidades que agradan a Dios. Las muchas facetas del paraíso espiritual mundial nos regocijan, pero no olvidemos nunca que descansa sobre ciertos fundamentos esenciales. Entre ellos están la lealtad, el amor, la abnegación, el valor ante la adversidad, el aguante, la gran paciencia y la fe: cualidades que manifestaron los hermanos y hermanas que décadas atrás comenzaron la obra en diversos lugares. Al final de la narración de la historia moderna del pueblo de Dios en México, el Anuario de los Testigos de Jehová 1995 dijo: “A las personas que se reúnen desde hace poco con los testigos de Jehová quizás les sorprendan las pruebas que afrontaron los que dieron comienzo a la obra en México. Se han acostumbrado al paraíso espiritual, donde abunda el alimento, se cuenta con centenares de miles de compañeros temerosos de Dios y se lleva a cabo el servicio piadoso de manera organizada”.
Estos primeros pioneros muchas veces trabajaron solos o en pequeños grupos aislados. Se enfrentaron a la soledad, a privaciones y a otras duras pruebas de integridad, y perseveraron en proclamar el mensaje del Reino. Aunque la muerte se ha llevado a muchos de estos siervos de días pasados, es reconfortante saber que Jehová recuerda su servicio fiel. Así lo confirmó el apóstol Pablo cuando escribió: “Dios no es injusto para olvidar la obra de ustedes y el amor que mostraron para con su nombre”. (Hebreos 6:10.) Si Jehová recuerda con gratitud, ¿no deberíamos nosotros mostrar este mismo espíritu?
Los que conocen la verdad desde hace poco, pueden enterarse de estos sucesos históricos gracias a la publicación Los testigos de Jehová, proclamadores del Reino de Dios.a Además, si tenemos el privilegio de formar parte de una familia o de una congregación cristiana entre cuyos miembros hay hermanos o hermanas mayores que han servido a Jehová por mucho tiempo, se nos insta, en palabras de Deuteronomio 32:7: “Recuerda los días de la antigüedad, consideren de generación en generación los años pasados; pregunta a tu padre, y él podrá informarte; a los tuyos que han envejecido, y ellos podrán decírtelo”.
En efecto, recordar los hechos antiguos de devoción piadosa nos estimulará a continuar aguantando con gozo en el servicio cristiano. Además, la historia contiene lecciones que necesitamos aprender. Y meditar en el paraíso espiritual bendecido por Dios generará en nosotros las atractivas cualidades de modestia y gratitud. De modo que ‘recordemos los días pasados’.
[Nota]
a Editado por Watchtower Bible and Tract Society of New York, Inc.