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Mito 1: El alma es inmortalLa Atalaya 2009 | 1 de noviembre
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Mito 1: El alma es inmortal
¿Cómo se creó el mito?
“Los primeros filósofos cristianos adoptaron el concepto griego de que el alma es inmortal. Pensaban que Dios creaba e infundía el alma en el cuerpo al momento de la concepción.” (The New Encyclopædia Britannica, 1988.)
¿Qué dice la Biblia?
“El alma que pecare, esa morirá.” (Ezequiel 18:4, Reina-Valera, 1960.)
Las Escrituras describen así la creación de la primera alma humana: “Jehová Dios procedió a formar al hombre del polvo del suelo y a soplar en sus narices el aliento de vida, y el hombre vino a ser alma [en hebreo, néfesch] viviente” (Génesis 2:7).
La palabra hebrea néfesch, que se traduce por “alma”, significa literalmente “criatura que respira”. Cuando Dios creó a Adán, lo que infundió en su cuerpo no fue un alma inmortal, sino la fuerza de vida, que se conserva por medio de la respiración. Por lo tanto, cuando la Biblia habla del alma, se refiere al entero ser vivo. Y ¿qué ocurre si el alma pierde la fuerza de vida? Dicho sencillamente, muere (Génesis 3:19; Ezequiel 18:20).
Claro, cuando se adoptó la doctrina de la inmortalidad del alma, surgieron otras cuestiones: ¿Dónde va el alma tras la muerte? ¿Qué le sucede al alma de las personas malas? Todo esto dio lugar a la creación de otro mito: los malos son atormentados en el infierno.
Examine estos versículos: Eclesiastés 3:19; Mateo 10:28; Hechos 3:23.
LA VERDAD:
Cuando una persona muere, deja de existir.
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Mito 2: Las personas malas sufren tormento en el infiernoLa Atalaya 2009 | 1 de noviembre
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Mito 2: Las personas malas sufren tormento en el infierno
¿Cómo se creó el mito?
“De todos los filósofos griegos de la época clásica, Platón es quien más ha influido en el pensamiento tradicional sobre el infierno.” (Historia de los infiernos, de Georges Minois, página 64.)
“Desde mediados del siglo II d.C., algunos cristianos educados en la filosofía griega empezaron a sentir la necesidad de expresar sus creencias en los términos de esta [...]. La filosofía que más les convino fue el platonismo.” (The New Encyclopædia Britannica, 1988.)
“La enseñanza de la Iglesia afirma la existencia del infierno y su eternidad. Las almas de los que mueren en estado de pecado mortal descienden a los infiernos inmediatamente después de la muerte y allí sufren las penas del infierno, ‘el fuego eterno’ [...]. La pena principal del infierno consiste en la separación eterna de Dios.” (Catecismo de la Iglesia Católica, tercera edición revisada, página 242.)
¿Qué dice la Biblia?
“Los vivos saben que han de morir, pero los muertos no saben nada, [...] pues no hay actividad ni planes, ni ciencia ni sabiduría, en el Seol adonde te encaminas.” (Eclesiastés 9:5, 10, Biblia de Jerusalén Latinoamericana.)
Seol es una palabra de origen hebreo que se refiere a “la morada de los muertos” y que algunas Biblias traducen por “infierno”. ¿Qué nos enseña este pasaje sobre el estado en que se encuentran los muertos? ¿Están siendo atormentados en el Seol para pagar por sus pecados? No, pues el versículo dice que “no saben nada”. En efecto, los muertos ni sienten ni padecen. Eso explica por qué el patriarca Job, cuando estaba sufriendo una enfermedad muy grave, le pidió a Dios que lo protegiera “en el infierno” (Job 14:13, Biblia Americana San Jerónimo). ¿Habría hecho esa petición si el infierno fuera un lugar donde se torturara eternamente a las almas? Claro que no. En la Biblia, el infierno (o Seol) es la sepultura colectiva adonde va la gente al morir, un lugar simbólico donde no existe ninguna actividad.
Esta definición del infierno no solo concuerda con las Escrituras, sino que también es más lógica. Al fin y al cabo, ¿qué horrible crimen podría cometer alguien para merecer que el Dios de amor lo torturara por los siglos de los siglos? (1 Juan 4:8.) Ahora bien, si el tormento del infierno es un mito, ¿qué hay del cielo?
Examine estos versículos: Salmo 146:3, 4; Hechos 2:25-27; Romanos 6:7, 23.
LA VERDAD:
Dios no castiga a las personas en el infierno.
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Mito 3: Todos los buenos van al cieloLa Atalaya 2009 | 1 de noviembre
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Mito 3: Todos los buenos van al cielo
¿Cómo se creó el mito?
A partir del siglo II, cuando los apóstoles de Jesús ya habían muerto, cobró importancia un grupo de teólogos conocidos hoy como los Padres de la Iglesia. Según una enciclopedia, “enseñaban que el alma incorpórea recibe la gloria celestial inmediatamente después de cualquier purificación que sea necesaria tras la muerte” (New Catholic Encyclopedia, 2003).
¿Qué dice la Biblia?
“Felices son los de genio apacible, puesto que ellos heredarán la tierra.” (Mateo 5:5.)
Aunque Jesús prometió a sus discípulos que les prepararía un lugar en el cielo, no dio a entender que todas las personas buenas irían allí (Juan 3:13; 14:2, 3). Recordemos que él oró para que se hiciera la voluntad de Dios no solo “en el cielo”, sino también “sobre la tierra” (Mateo 6:9, 10). En realidad, existen dos posibles destinos para los justos. Unos pocos irán al cielo para reinar con Cristo, pero la mayoría vivirá eternamente en la Tierra (Revelación [Apocalipsis] 5:10).
Con el tiempo, la Iglesia primitiva cambió el concepto que tenía sobre su función en la Tierra. Una enciclopedia explica que “la Iglesia como institución poco a poco fue ocupando el lugar del esperado Reino de Dios” (The New Encyclopædia Britannica). A fin de consolidar su poder, comenzó a mezclarse en la política, a pesar de que Jesús había indicado claramente que sus seguidores no serían “parte del mundo” (Juan 15:19; 17:14-16; 18:36). Bajo la influencia del emperador romano Constantino, la Iglesia llegó a cambiar algunas de sus creencias fundamentales. Como veremos, una de ellas tenía que ver con la mismísima naturaleza de Dios.
Examine estos versículos: Salmo 37:10, 11, 29; Juan 17:3; 2 Timoteo 2:11, 12.
LA VERDAD:
La mayoría de las personas buenas vivirán para siempre en la Tierra, no en el cielo.
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Mito 4: Dios es una TrinidadLa Atalaya 2009 | 1 de noviembre
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Mito 4: Dios es una Trinidad
¿Cómo se creó el mito?
“Podría parecer que el dogma trinitario es, a fin de cuentas, un invento de finales del siglo IV. Y en cierto sentido, así es [...]. La fórmula ‘tres Personas distintas y un solo Dios’ no se arraigó firmemente sino hasta finales del siglo IV. Y, desde luego, no llegó a ser parte integral de la vida cristiana y de su profesión de fe antes de esa fecha.” (New Catholic Encyclopedia, 1967.)
“En el Concilio de Nicea que se celebró el 20 de mayo del año 325, Constantino mismo presidió y dirigió activamente las deliberaciones. Fue él quien propuso [...] la idea de que el Hijo es ‘consustancial al Padre’, fórmula fundamental con la que se describió la relación entre Cristo y Dios en el credo que allí se emitió. [...] Intimidados por el emperador, los obispos —con solo dos excepciones— firmaron el credo, muchos de ellos en contra de su opinión.” (Encyclopædia Britannica, 1970.)
¿Qué dice la Biblia?
“[Esteban], lleno del Espíritu Santo, miró fijamente al cielo, vio la gloria de Dios y a Jesús de pie a la diestra de Dios; y dijo: ‘Estoy viendo los cielos abiertos y al Hijo del hombre de pie a la diestra de Dios’.” (Hechos 7:55, 56, Biblia de Jerusalén Latinoamericana.)
Como vemos, Esteban se llenó del espíritu santo de Dios —su fuerza activa— y vio a Jesús “de pie a la diestra de Dios”. ¿Qué nos enseña eso? Que Jesús no se convirtió en Dios después de resucitar y subir al cielo; en efecto, él es un ser espiritual diferente a su Padre. Además, el relato no indica que hubiera una tercera persona al lado de Dios. A lo largo del tiempo se han hecho muchos intentos por encontrar versículos con los que defender la Trinidad; con todo, un sacerdote dominico tuvo que reconocer: “En ningún lugar del Nuevo Testamento se encuentra la afirmación de que existen tres personas en un solo Dios” (À l’aube du christianisme: la naissance des dogmes [Los albores del cristianismo: el nacimiento de los dogmas], de Marie-Émile Boismard).
La intención de Constantino al promover este dogma era acabar con los desacuerdos que había en la Iglesia durante el siglo IV. Sin embargo, la creación de este mito generó otra cuestión: María, la mujer que dio a luz a Jesús, ¿es “la Madre de Dios”?
Examine estos versículos: Mateo 26:39; Juan 14:28; 1 Corintios 15:27, 28; Colosenses 1:15, 16.
LA VERDAD:
La Trinidad es una doctrina inventada a finales del siglo IV.
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