RE TATRUUQ CHI TZOLOK Watchtower
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RE TATRUUQ CHI TZOLOK
Q’eqchi’
ʼ
  • ʼ
  • SANTIL HU
  • EBʼ LI TASAL HU
  • EBʼ LI CHʼUTAM
  • mwbr20 diciembre ebʼ li perel 1-6
  • Ebʼ li naʼlebʼ choʼq re Xhuhil li qachʼutam Qayuʼam ut Qakʼanjel joʼ aj Paabʼanel

Maakʼaʼ arin li bʼideo li nakaasikʼ.

Chaakuy qamaak, inkʼaʼ xchap li bʼideo.

  • Ebʼ li naʼlebʼ choʼq re Xhuhil li qachʼutam Qayuʼam ut Qakʼanjel joʼ aj Paabʼanel
  • Ebʼ li naʼlebʼ choʼq re Xhuhil li qachʼutam Qayuʼam ut Qakʼanjel joʼ aj Paabʼanel (2020)
  • Xkabʼ xjolomil li tzolom
  • 7-13 RE DICIEMBRE
  • 14-20 RE DICIEMBRE
  • 21-27 RE DICIEMBRE
  • 28 RE DICIEMBRE TOJ 3 RE ENERO
Ebʼ li naʼlebʼ choʼq re Xhuhil li qachʼutam Qayuʼam ut Qakʼanjel joʼ aj Paabʼanel (2020)
mwbr20 diciembre ebʼ li perel 1-6

Ebʼ li naʼlebʼ choʼq re Xhuhil li qachʼutam Qayuʼam ut Qakʼanjel joʼ aj Paabʼanel

7-13 RE DICIEMBRE

XCHAQʼALIL RU LI RAATIN LI YOS | LEVÍTICO 10, 11

«Qʼaxal tqara li Jehobʼa chiru li qajunkabʼal»

it-1-S 1200 raqal 4

Ilegítimo

Fuego e incienso ilegítimos. En Levítico 10:1, la palabra hebrea zar (femenino, za·ráh; literalmente, ʼextrañoʼ) se usa con respecto al “fuego ilegítimo, que [Dios] no les había prescrito”, pero que los hijos de Aarón, Nadab y Abihú, presentaron delante de Jehová, por lo que Jehová los ejecutó con fuego. (Le 10:2; Nú 3:4; 26:61.) Después, Jehová le dijo a Aarón: “No bebas vino ni licor embriagante, tú ni tus hijos contigo, cuando entren en la tienda de reunión, para que no mueran. Es estatuto hasta tiempo indefinido para sus generaciones, tanto para hacer distinción entre la cosa santa y la profana, y entre la cosa inmunda y la limpia, como para enseñar a los hijos de Israel todas las disposiciones reglamentarias que Jehová les ha hablado por medio de Moisés”. (Le 10:8-11.) Esto parece indicar que Nadab y Abihú se habían embriagado, y que esa condición los envalentonó para ofrecer fuego que no estaba prescrito. Tal fuego probablemente era ilegal debido al momento, lugar o manera de ofrecerlo, o podría haber sido incienso de diferente composición a la especificada en Éxodo 30:34, 35. Su estado ebrio no los excusó de su pecado.

w11-S 15/7 31 raqal 16

¿Ha entrado usted en el descanso de Dios?

16 Aarón, el hermano de Moisés, se enfrentó a una situación parecida con dos de sus hijos, Nadab y Abihú. Jehová los castigó con la muerte por haber cometido la grave ofensa de ofrecerle incienso de forma impropia. ¡Qué doloroso debió de ser para su padre saber que nunca más volvería a verlos, hablarles ni estar con ellos! Pero eso no fue todo. Aarón y sus demás hijos recibieron la orden divina de evitar las muestras de duelo acostumbradas: “No vayan a dejar sus cabezas desaseadas, y no deben rasgar sus prendas de vestir, para que no mueran ustedes y para que no se indigne [Dios] contra toda la asamblea” (Lev. 10:1-6). De este episodio extraemos una clara lección: nuestro amor a Jehová siempre debe estar por encima de nuestro amor a un familiar, y más aún si no se arrepiente de sus pecados.

Qasikʼaq li tertokil pek

w14-S 15/11 17 raqal 18

Seamos santos en todo aspecto de la vida

18 Para ser santos a la vista de Jehová, debemos examinar las Escrituras con cuidado y hacer lo que él nos pide. Volvamos al ejemplo de Nadab y Abihú, a quienes Jehová ejecutó por ofrecer “fuego ilegítimo”, quizás mientras estaban bajo los efectos del alcohol (Lev. 10:1, 2). Fijémonos en lo que Dios le mandó a su padre, Aarón, justo después de aquel incidente (lea Levítico 10:8-11). ¿Quiere decir esto que no debemos consumir bebidas alcohólicas antes de las reuniones cristianas? Reflexionemos en los siguientes puntos. Nosotros ya no tenemos que obedecer la Ley (Rom. 10:4). En algunos países, los hermanos toman bebidas alcohólicas con moderación durante las comidas antes de ir a las reuniones. En la Pascua se compartían cuatro copas de vino. Cuando Jesús instituyó la Conmemoración, les pidió a los apóstoles que bebieran del vino que representaba su sangre (Mat. 26:27). La Biblia condena beber en exceso y emborracharse (1 Cor. 6:10; 1 Tim. 3:8). Y, movidos por su conciencia, muchos hermanos tal vez decidan abstenerse por completo de alcohol antes de participar en cualquier faceta del servicio sagrado. Hay que tener en cuenta, sin embargo, que las circunstancias no son las mismas en todos los países, y que lo importante es que distingamos “entre la cosa santa y la profana” para asegurarnos de agradar a Dios y de ser santos en todo lo que hacemos.

it-1-S 142 raqal 4

Animales

Estas limitaciones alimentarias solo aplicaban a los que estaban bajo la ley mosaica, pues la declaración registrada en Levítico 11:8 dice: “Son inmundos para ustedes”, es decir, para los israelitas. Con la derogación de la Ley sobre la base de la muerte sacrificatoria de Cristo Jesús, se canceló la prohibición, y una vez más los humanos podían considerarse bajo la misma provisión amplia anunciada después del Diluvio. (Col 2:13-17; Gé 9:3, 4.)

14-20 RE DICIEMBRE

XCHAQʼALIL RU LI RAATIN LI YOS | LEVÍTICO 12, 13

«Kʼaru naqatzol saʼ li Xchaqʼrabʼ laj Moisés chirix li saqlep?»

wp18.1-S 7, kaaxukuut

¿Anticuada, o adelantada para su tiempo?

• Poner a los enfermos en cuarentena

La Ley mosaica estipulaba que los enfermos de lepra debían estar separados de las personas sanas. Esta medida, que aún sigue siendo útil, no se puso en práctica hasta que surgieron las epidemias de la Edad Media (capítulos 13 y 14 de Levítico).

wp16.4-S 9 raqal 1

¿Lo sabía?

Los judíos de la antigüedad sentían pavor por un tipo de lepra que era común en tiempos bíblicos. Esa espantosa enfermedad podía atacar las terminaciones nerviosas de la persona, produciéndole daños permanentes y desfigurándola. Como no se conocía ninguna cura, se ponía en cuarentena a los enfermos, quienes tenían la obligación de alertar a otros de su enfermedad (Levítico 13:45, 46).

it-2-S 210 raqal 5

Lepra

En las prendas de vestir y en las casas. La lepra también podía afectar las prendas de lana o lino, así como un artículo de cuero. La plaga podía desaparecer una vez lavado el artículo, después de lo cual se ponía en cuarentena. Pero cuando esta plaga de color verde amarillento o rojizo persistía, era lepra maligna y había que quemar el artículo. (Le 13:47-59.) Si aparecían manchas verde amarillentas o rojizas en el muro de una casa, el sacerdote decretaba una cuarentena. Tal vez fuese necesario arrancar las piedras afectadas, raspar el interior de la casa y deshacerse de las piedras y del mortero raspado en un lugar inmundo fuera de la ciudad. Si la plaga volvía, se declaraba inmunda la casa, se demolía y se tiraban los materiales en un lugar inmundo. Cuando se pronunciaba limpia una casa, debía purificarse según una disposición de la Ley. (Le 14:33-57.) Se ha dicho que la lepra que afectaba las prendas de vestir y las casas era un tipo de moho, pero no puede asegurarse.

Qasikʼaq li tertokil pek

w04-S 15/5 23 raqal 1

Puntos sobresalientes del libro de Levítico

12:2, 5. ¿Por qué se volvía “inmunda” la mujer como resultado del parto? Los órganos reproductivos fueron hechos para transmitir vida humana perfecta. No obstante, en vista de los efectos heredados del pecado, lo que se transmitió fue vida imperfecta y pecaminosa. Los períodos temporales de ʼinmundiciaʼ relacionados con el parto, así como la menstruación y las emisiones seminales, recordaban esta herencia pecaminosa (Levítico 15:16-24; Salmo 51:5; Romanos 5:12). Las disposiciones reglamentarias de purificación ayudaban a los israelitas a comprender la necesidad de un sacrificio redentor para cubrir el pecado de la humanidad y devolverle la perfección. Por eso, la Ley llegó a ser su “tutor que [los condujo] a Cristo” (Gálatas 3:24).

wp18.1-S 7, kaaxukuut

¿Anticuada, o adelantada para su tiempo?

• El momento de la circuncisión

La Ley de Dios estipulaba que debía circuncidarse a los niños cuando tenían ocho días de vida (Levítico 12:3). La coagulación de la sangre en los recién nacidos alcanza niveles normales a partir de la primera semana. En tiempos bíblicos, mucho antes de contar con tratamientos médicos avanzados, era una buena medida de protección esperar más de una semana antes de circuncidar a un niño.

21-27 RE DICIEMBRE

XCHAQʼALIL RU LI RAATIN LI YOS | LEVÍTICO 14, 15

«Saqaq ru li qayuʼam naq tqaloqʼoni li Jehobʼa»

it-1-S 282

Bañar, bañarse

Se requirió que los israelitas se sometieran a un baño ceremonial por varias razones. Se consideraba “inmundo” y debía bañarse cualquiera que se hubiera recobrado de la lepra, que tocara algo que había estado en contacto con alguien que tuviera “un flujo”, un hombre que tuviera una emisión de semen, una mujer después de la menstruación o de una hemorragia, o cualquiera que tuviera relaciones sexuales. (Le 14:8, 9; 15:4-27.) Cualquiera que estuviera en una tienda con un cadáver humano o lo tocara, sería “inmundo” y tendría que ser purificado con agua. Si alguien rehusaba cumplir este reglamento, ʼtenía que ser cortado de en medio de la congregación, porque era el santuario de Jehová lo que había contaminadoʼ. (Nú 19:20.) Por lo tanto, el uso figurado de “lavar” está indicado cuando se hace referencia a una posición limpia ante Jehová. (Sl 26:6; 73:13; Isa 1:16; Eze 16:9.) Bañarse con la palabra de verdad de Jehová, simbolizada por el agua, tiene un efecto limpiador. (Ef 5:26.)

it-2-S 365

Menstruación

Asimismo, se consideraba inmunda a la mujer durante un flujo irregular de sangre o un “flujo que durara más tiempo que su impureza menstrual”, y en ese tiempo convertía en inmundos los artículos sobre los que se acostaba o sentaba, así como a las personas que los tocaban. Tenía que contar siete días cuando cesaba el flujo normal y luego era limpia. Al octavo día la mujer debía llevar dos tórtolas o dos pichones al sacerdote, que hacía expiación por ella, y presentaba una de estas aves a Jehová como ofrenda por el pecado y la otra como holocausto. (Le 15:19-30; véase LIMPIO, LIMPIEZA.)

it-2-S 256

Lugar santo

2. La tienda de reunión y, con el tiempo, el templo. Todas las instalaciones, incluidos el patio del tabernáculo y los patios del templo, eran un lugar santo. (Éx 38:24; 2Cr 29:5; Hch 21:28.) Los principales utensilios situados en el patio eran el altar de sacrificio y la palangana de cobre. Estos objetos eran santos. La entrada en el patio del tabernáculo se limitaba en todo momento a las personas que estuviesen limpias ceremonialmente; sucedía lo mismo en el caso del templo. Nadie podía entrar en sus patios en una condición de inmundicia. Por ejemplo, una mujer en condición inmunda no podía tocar ninguna cosa santa ni tampoco entrar en el lugar santo. (Le 12:2-4.) Incluso el que los israelitas se mantuvieran en una condición de inmundicia se consideraba una contaminación del tabernáculo. (Le 15:31.) Los que presentaban ofrendas por haberse limpiado de la lepra llevaban su sacrificio solo hasta la puerta del patio. (Le 14:11.) Ninguna persona inmunda podía participar de un sacrificio de comunión en el tabernáculo o el templo bajo pena de muerte. (Le 7:20, 21.)

Qasikʼaq li tertokil pek

it-2-S 528 raqal 2

Oído

Cuando se instaló el sacerdocio en Israel, se le mandó a Moisés que tomara un poco de la sangre del carnero de la instalación y la pusiese sobre el lóbulo de la oreja derecha de Aarón y de cada uno de sus hijos, así como sobre la mano derecha y el pie derecho, indicando que lo que oyesen, lo que hiciesen y el modo de comportarse, todo debería verse afectado directamente por lo que allí estaba sucediendo. (Le 8:22-24.) La Ley también decía que en el caso de un leproso que llegara a estar limpio de su mal, el sacerdote tenía que poner algo de la sangre del carnero ofrecido como ofrenda por la culpa y parte del aceite sobre el lóbulo de la oreja derecha del leproso. (Le 14:14, 17, 25, 28.) Se hacía algo similar cuando un hombre deseaba continuar en esclavitud a su amo hasta tiempo indefinido. En ese caso, se debía llevar al esclavo al poste de la puerta, donde su amo le agujereaba la oreja con un punzón. Esta marca visible en el órgano auditivo debía representar el deseo del esclavo de seguir prestando atención obediente a su amo. (Éx 21:5, 6.)

w14-S 15/11 9 raqal 7

Por qué tenemos que ser santos

7 Cuando se instauró el sacerdocio de Israel, Moisés puso sangre de un carnero en la oreja derecha, en el dedo pulgar de la mano derecha y en el dedo gordo del pie derecho de Aarón, el sumo sacerdote, y de sus hijos (lea Levítico 8:22-24). Esta acción indicaba que los sacerdotes serían obedientes y se esforzarían al realizar sus labores. De igual modo, Jesús, nuestro Sumo Sacerdote, les dejó un excelente ejemplo a los ungidos y las otras ovejas. Sus oídos estuvieron atentos a la guía de Jehová; sus manos estuvieron ocupadas en hacer la voluntad divina, y sus pies se mantuvieron en el camino correcto (Juan 4:31-34).

g-S 1/06 14, kaaxukuut

El moho: amigo y enemigo

¿SERÍA MOHO?

La Biblia habla de “la plaga de lepra en una casa”, es decir, en el edificio en sí (Levítico 14:34-48). Hay quienes opinan que el fenómeno, también denominado “lepra maligna”, era una forma de mildiu o moho, pero no se tiene certeza al respecto. Como quiera que sea, la Ley divina ordenaba que el dueño retirara las piedras infectadas, raspara por completo el interior de la casa y se deshiciera de todo material sospechoso, arrojándolo “en un lugar inmundo” fuera de la ciudad. Si la plaga reaparecía, había que declarar inmunda la casa, demolerla y desechar los materiales. Las instrucciones detalladas de Jehová reflejaron el profundo amor que sentía por su pueblo, así como el interés por el bienestar físico de ellos.

28 RE DICIEMBRE TOJ 3 RE ENERO

XCHAQʼALIL RU LI RAATIN LI YOS | LEVÍTICO 16, 17

«Kʼaru xyaalalil li Xkutankil li Kuyuk Maak choʼq qe?»

w19.11 21 raqal 4

Ebʼ li chaabʼil naʼlebʼ li natawmank saʼ li hu Levitico

4 (Taayaabʼasi Levitico 16:12, 13). Kʼoxlanqo chirix aʼin. Li xyuwaʼil aj tij naʼok saʼ rochoch li Yos. Saʼ jun li ruqʼ naxkʼam jun li naʼaj rikʼin sununkil kʼajpom ut saʼ li jun chik naxkʼam jun li sansaar re oor nujenaq rikʼin ruxaml. Naxaqliik chiru li tzʼaplebʼ tʼikr li naxmuq li rokebʼaal li naʼaj li Qʼaxal Saant. Naxkubʼsi ribʼ chi anchal xchʼool naq naʼok xbʼeen sut, tixbʼaanu wiibʼ sut chik chiru li kutan, ut naxaqliik chiru li Xkaaxil li Sumwank. Chanchan tawiʼ naq wank tzʼaqal chiru li Jehobʼa. Tojaʼ naq, naxkut li kʼajpom saʼ xbʼeen li ruxaml ut li xbʼook li jwal sununk naxnujobʼresi li naʼaj. Moqon, t-oq wiʼ chik saʼ li naʼaj li Qʼaxal Saant rikʼin li xkikʼel li mayej re kuyuk maak. Qakʼehaq reetal aʼin: naxkʼat li kʼajpom naq toj maajiʼ naxyeechiʼi li xkikʼel li mayej re kuyuk maak.

w19.11 21 raqal 5

Ebʼ li chaabʼil naʼlebʼ li natawmank saʼ li hu Levitico

5 Kʼaru naqatzol chirix chanru keʼroksi chaq li kʼajpom saʼ li Xkutankil li Kuyuk Maak rikʼin li xkikʼel li xul? Li Santil Hu naxjuntaqʼeeta rikʼin kʼajpom li tij li nekeʼxbʼaanu laj paabʼanel li inkʼaʼ nekeʼxqʼet ribʼ chiru li Yos (Sal. 141:2; Apoc. 5:8). Qajultikaq naq li xyuwaʼil aj tij naxkubʼsi ribʼ chi anchal xchʼool naq naxkʼam li kʼajpom chiru li Jehobʼa. Joʼkan ajwiʼ, naq nokootijok chiru li Yos naqakubʼsi qibʼ chi anchal qachʼool. Oxloqʼ chiqu naq laj Yobʼtesinel re li choxachʼochʼ naxkanabʼ naq toojiloq chixkʼatq, joʼ naxbʼaanu jun li yuwaʼbʼej rikʼin li ralal (Sant. 4:8). Naxkʼulubʼa naq toowanq choʼq ramiiw (Sal. 25:14). Jwal oxloqʼ tzʼaqal chiqu aʼin, joʼkan naq inkʼaʼ naqaj xbʼaanunkil junaq li naʼlebʼ li inkʼaʼ nawulak chiru.

w19.11 21 raqal 6

Ebʼ li chaabʼil naʼlebʼ li natawmank saʼ li hu Levitico

6 Jultikaq qe naq li xyuwaʼil aj tij tento tixkʼat chaq li kʼajpom naq toj maajiʼ naxyeechiʼi li mayej. Chi joʼkan chʼolchʼo chiru naq xtaw rusilal li Jehobʼa. Kʼaru naqatzol chirix aʼin? Naq li Jesús kiwank saʼ Ruuchichʼochʼ ut toj maajiʼ naxyeechiʼi li xyuʼam joʼ mayej kixbʼaanu jun li naʼlebʼ li wank xwankil, qʼaxal wank xwankil aʼin chiru xkolbʼalebʼ li kristiʼaan. Re naq li Jehobʼa tixkʼulubʼa joʼ mayej, kiʼabʼink chiru chi anchal xchʼool. Chi joʼkan, kixkʼut chiqu naq qʼaxal us wank joʼ naxye li Jehobʼa. Li Jesús kixkʼutbʼesi naq li xnimajwal wankilal li Xyuwaʼ ut li xʼawabʼejihom tiik ru.

Qasikʼaq li tertokil pek

it-1–S 261

Azazel

Tal como explicó el apóstol Pablo, el que Jesús sacrificara su vida humana perfecta como expiación por los pecados de la humanidad logró infinitamente mucho más que lo que se había conseguido con “la sangre de toros y de machos cabríos”. (Heb 10:4, 11, 12.) Por lo tanto, sirvió de “víctima expiatoria”, ʼcargó con nuestras dolenciasʼ y “se le estuvo traspasando por nuestra transgresión”. (Isa 53:4, 5; Mt 8:17; 1Pe 2:24.) Él “cargó” con los pecados de todos los que ejercen fe en el valor de su sacrificio y así ha materializado la provisión de Dios para desterrar por completo el pecado. De estas diversas maneras, el macho cabrío “para Azazel” representó el sacrificio de Jesucristo.

lv 74 raqal 5

Ma Naqoxloqʼi li Yuʼam joʼ Naxbʼaanu li Yos?

5 Li wiibʼ chi naʼlebʼ aʼin wank ajwiʼ saʼ li Xchaqʼrabʼ laj Moises. Saʼ Levitico 17:10 ut 11, SBG, li Jehobʼa kixye: «Laaʼin tinjosqʼoʼq rikʼin chixjunilebʼ laj Israel malaj aj abʼl tenamit li wanqebʼ saʼ eeyanq wi teʼtzekanq kikʼ aʼ yaal chanru. Laaʼin teʼwisi saʼ xyanqebʼ li rechtenamitul. Xbʼaan naq chixjunil li wank xyuʼam yoʼyo saʼ xkʼabʼaʼ li kikʼ ut laaʼin xinkʼe eere li xkikʼel saʼ xbʼeen li artal, re naq rikʼin li kikʼ aʼan texruuq laaʼex chi xkolbʼal rix leeyuʼam, xbʼaan naq li kikʼ natojok li xkolbʼal rix li yuʼamej» (chaawil ajwiʼ li kaaxukuut bʼarwiʼ naxye: «Li Kikʼ Nakuyuk Maak»).

lv 75, 76 raqal 8, 9

Ma Naqoxloqʼi li Yuʼam joʼ Naxbʼaanu li Yos?

8 Naq keʼxchʼutubʼ ribʼ li Keʼjolomink re Xmolam li Jehobʼa saʼ xkutankilebʼ li Apostol, kinumeʼk tana 2.400 chihabʼ chalen naq kikʼeemank re laj Noe li chaqʼrabʼ chirix li kikʼ, ut kinumeʼk tana 1.500 chihabʼ chalen naq kikʼeemank li chaqʼrabʼ re laj Moises. Naq li Jehobʼa kixkʼe li xsantil musiqʼej saʼ xbʼeenebʼ keʼxtzʼiibʼa: «Kixkʼuubʼ li Santil Musiqʼej joʼwiʼ laaʼo naq maajun chik iiq tqakʼe saʼ eebʼeen; kaʼajwiʼ aʼin tento xbʼaanunkil: naq chekolaq eeribʼ chiru li tzekemq mayejanbʼil rehebʼ li jalanil yos, chiru li kikʼ, chiruhebʼ li yatzʼbʼil xul ut li koʼbʼeetak yumbʼeetak» (Hechos 15:28, 29, SBG).

9 Ebʼ li Keʼjolomink chaq saʼ xkutankilebʼ li Apostol chʼolchʼo chiruhebʼ naq oxloqʼ ru li kikʼ ut nekeʼxnaw ajwiʼ naq roksinkil li kikʼ nimla maak joʼ xloqʼoninkil ebʼ li pechʼbʼil yos malaj li tzʼajnink ibʼ saʼ li muxuk. Ut saʼebʼ li qakutan joʼkan ajwiʼ nekeʼxkʼoxla ebʼ li tzʼaqal aj paabʼanel. Joʼkan naq, wi inkʼaʼ naqanaw kʼaru tqabʼaanu rikʼin li qakikʼel, tento tqatzʼil xsaʼ li Santil Hu re naq tqabʼaanu li naraj li Yos.

    Ebʼ li tasal hu saʼ Qʼeqchiʼ (1993-2025)
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