Maneras de predicar las buenas nuevas. Prediquemos a personas de todas las lenguas
1 La humanidad entera necesita aprender de Jehová Dios, de su Hijo y del Reino (Rev. 14:6, 7). Queremos ayudar a quienes hablan otro idioma a que invoquen el nombre de Jehová para ser salvos y a que se vistan de la personalidad cristiana (Rom. 10:12, 13; Col. 3:10, 11). Pero ¿cómo abordar de manera amorosa y eficaz las diversas situaciones y dificultades que se presentan cuando intentamos transmitir las buenas nuevas a tales personas?
2 Los cristianos debemos tratar al prójimo como nos gustaría que nos trataran a nosotros (Mat. 7:12). Al mostrar bondad a los extranjeros les demostramos que nos interesamos por ellos (Rom. 15:7). Esta actitud es indispensable al predicar en comunidades de inmigrantes, pues nos permite ver a los demás como Dios los ve (Hech. 10:34, 35; 17:26).
3 Cuando se encuentre con alguien que habla una lengua que usted no entiende, trate de averiguar qué idioma lee y muéstrele el mensaje que se halla en el folleto Buenas nuevas para gente de todas las naciones. Si hay cerca una congregación o un grupo en ese idioma, procure ayudarlo a ponerse en contacto con esos hermanos. En el caso de que en su congregación haya algún publicador que sepa dicho idioma, tal vez él pueda seguir cultivando el interés. De lo contrario, comuníquele a la persona que intentará llevarle una publicación bíblica en su propia lengua, y luego pregunte al siervo de publicaciones cuáles hay en ese idioma.
4 Muchos publicadores han aprendido lo suficiente de alguna lengua como para poder comunicar un mensaje sencillo. Otros han aceptado el reto de dar clases de la Biblia a un extranjero utilizando una de nuestras publicaciones impresas en su idioma. Si nos valemos de los grabados e invitamos a la persona a que lea los textos bíblicos (en caso de que tenga una Biblia en su idioma), el estudiante captará algunas ideas básicas de la Palabra de Dios. Incluso puede que alguien de su familia sepa ambos idiomas y esté dispuesto a hacer de intérprete.
5 Dado que nuestro objetivo es hacer discípulos, anime a la persona a asistir a las reuniones de su congregación si no se celebra ninguna en la lengua que ella entiende. El compañerismo cristiano, de por sí, puede ser edificante y ayudarle a seguir progresando espiritualmente.