Cuoʼö jähuä Jah öäre rȩdȩcuä̧ra̧ʼa̧ ku̧nä̧rä̧tu̧cui̧

1. Iso päiʼönä repeäcuähuä jähuä, Dios I̧huȩnȩ Isäʼtä, ¿däje jiähuaʼattö?

LA Biblia describe el amor verdadero con estas palabras: “Sus llamas son un fuego ardiente, la llama de Jah. Las aguas embravecidas no pueden extinguir el amor, ni pueden los ríos llevárselo con la corriente” (Cant. 8:6, 7).b ¡Qué descripción tan bonita! Estas palabras nos muestran que el amor entre el esposo y la esposa puede ser invencible y durar toda la vida.

2. Öʼcähuätömä repettäcuäu diyahuächö juiya päʼömä, ¿däje jȩtta̧ päʼö ja̧ʼa̧ttö̧?

² El esposo y la esposa tienen que poner de su parte si quieren que el amor dure toda la vida. Pensemos en una fogata. Para que el fuego no se apague, hay que alimentarlo. Si no se hace nada, el fuego se apaga. Lo mismo pasa con el amor entre el esposo y la esposa: hay que alimentarlo para que siga vivo. Pero a veces las dificultades económicas, los problemas de salud y los desafíos de criar a los hijos pudieran hacer que la llama del amor se empezara a apagar. Si usted está casado, ¿qué puede hacer para mantener viva “la llama de Jah”? En este artículo veremos tres cosas que lo ayudarán a tener un matrimonio fuerte y feliz.c

JEOHUACU ESECU CU̧JÄ̧TU̧CU̧ ʼQUIYÖNÄ KA̧ PÄʼÖ JURUHUÄCHÄTUCUI

3. Öʼcähuätömä Jeohuacu esecu ttö̧ja̧ päʼö ja̧ʼa̧ repettäcuäu diyahuächö juiya päʼö. ¿Tocu päʼö? (Eclesiastés 4:12). (A̧ʼcua̧juä̧ʼi̧nä̧ topi).

³ Para mantener viva “la llama de Jah”, tanto el esposo como la esposa tienen que esforzarse por ser buenos amigos de Jehová. ¿Por qué lo decimos? Si los dos valoran su amistad con Jehová, estarán dispuestos a seguir sus consejos de buena gana. Así evitarán y superarán cualquier problema que pueda enfriar su amor (lea Eclesiastés 4:12). Además, quienes son amigos de Jehová se esfuerzan por ser como él e imitar sus cualidades. Por ejemplo, son amables y pacientes, y saben perdonar (Efes. 4:32-5:1). ¿Cómo no va a haber amor en un matrimonio así? Una hermana llamada Lena, que lleva más de 25 años casada, dice: “¡Qué fácil es querer y respetar a una persona espiritual!”.

4. Jeohuamä Joséröʼinä, Maríaröʼinä Cristo i̧chä̧cua̧ pättinäcu jä̧ʼo̧tö̧ pättiʼa päʼö, ¿tocu päʼö öʼojopinaʼattö?

⁴ Veamos un ejemplo de la Biblia. De todos los descendientes de David, Jehová escogió a José y a María para que fueran los padres del Mesías. ¿Por qué los eligió a ellos? Porque los dos eran muy amigos suyos, y sabía que siempre lo pondrían en primer lugar en su matrimonio. ¿Qué pueden aprender de José y María quienes están casados?

5. José jȩi̧nö̧ taʼanö, ttirecuarö ku̧nä̧rä̧tö̧mä̧, ¿tocu jö̧nä̧ jȩttö̧ʼa̧nö̧ ja̧ʼa̧ttö̧?

⁵ José no dudaba en seguir la guía de Jehová, y eso lo hacía un excelente esposo. En al menos tres ocasiones, Dios le dio instrucciones relacionadas con su familia. Y él las siguió inmediatamente aunque no fue fácil (Mat. 1:20, 24; 2:13-15, 19-21). Gracias a que obedeció a Jehová, José pudo proteger a María y cuidarla. Seguro que eso hizo que María lo quisiera y respetara aún más. Ustedes, esposos, pueden ser como José y buscar consejos basados en la Biblia que los ayuden a cuidar a su familia.d Cuando los ponen en práctica, aunque eso implique hacer cambios, demuestran que aman a sus esposas. Y, como resultado, su matrimonio será más fuerte. Una hermana de Vanuatu que lleva más de 20 años casada dice: “Cuando veo que mi esposo busca la guía de Jehová y la sigue, lo respeto más. Me ayuda a sentirme segura y a confiar en sus decisiones”.

6. María jȩji̧nö̧ttö̧ ttirecuorö ku̧nä̧rä̧tö̧, ¿däje ttu̧huo̧jui̧ʼö̧ʼa̧nö̧ ja̧ʼa̧ttö̧?

⁶ María era amiga de Jehová. Su amistad con él y su fe no dependían de José. Ella conocía muy bien las Escrituras (vea la nota de estudio de Lucas 1:46). Además, sacaba tiempo para meditar (Luc. 2:19, 51). Como María era una mujer espiritual, era una excelente esposa. Muchas cristianas de la actualidad se esfuerzan por ser como María. Veamos el ejemplo de Émiko. Ella cuenta: “Cuando era soltera, tenía mi propia rutina espiritual. Pero, después de casarme, mi esposo oraba por los dos y se encargaba de la espiritualidad de la familia. Me di cuenta de que mi fe dependía de lo que hacía mi esposo. Sabía que tenía que poner de mi parte. Era mi responsabilidad fortalecer mi amistad con Jehová. Por eso ahora saco tiempo para estar a solas y así poder orarle a Jehová, leer las Escrituras y meditar” (Gál. 6:5). Esposas, si siguen esforzándose por fortalecer su amistad con Jehová, sus esposos tendrán más razones para amarlas y felicitarlas (Prov. 31:30).

7. Joséʼinä, Maríaʼinä jȩtti̧nö̧ huȩnȩttö̧, öʼcähuätömä, ¿däje ttu̧huo̧jui̧ʼö̧ʼa̧nö̧ ja̧ʼa̧ttö̧?

⁷ José y María también trabajaron en equipo para mantener fuerte su relación con Jehová. Ellos sabían que era muy importante adorar a Jehová en familia (Luc. 2:22-24, 41; 4:16). Seguro que a veces era difícil, y más aún cuando la familia empezó a crecer. Pero lo lograron. ¡Qué buen ejemplo para los matrimonios! Si ustedes también tienen hijos, puede que sea todo un desafío ir a las reuniones y sacar tiempo para la adoración en familia. Además, encontrar momentos para estudiar y orar juntos como matrimonio puede ser aún más difícil. Pero recuerden que, si adoran juntos a Jehová, se fortalecerá su amistad con él y se sentirán más cerca el uno del otro. Así que pongan en primer lugar su adoración a Jehová.

8. Ya̧tȩ irecuacu huȩnȩ u̧ju̧nä̧ro̧mȩnä̧, ¿tta̧ʼa̧nö̧ ppädaʼattö ji̧nä̧ yo̧mȩtȩ Dios I̧huȩnȩ Isäʼtä ttu̧huo̧jui̧ʼo̧mȩnä̧mä̧?

⁸ ¿Qué pueden hacer si tienen problemas en su matrimonio? Quizás la adoración en familia sea lo último que quieran hacer. Si ese es su caso, ¿por qué no empiezan analizando algo breve y agradable, algo que a los dos les parezca bien? Este puede ser el primer paso para fortalecer su matrimonio y animarse a hacer actividades espirituales juntos.

JI̧NÄ̧ YO̧MȨTȨ CU̧JA̧CUÄ̧TU̧CUA̧ PÄʼÖ TIEMPO ʼQUȨʼȨPÖ̧ KU̧NÄ̧TU̧CUI̧

9. Ttirecuo huotöʼinä, ttirecua huotöʼinä, ¿tocu päʼö tiempo ʼquȩʼȩpö̧ ku̧nu̧ ji̧nä̧ yo̧mȩtȩ ttö̧ja̧cua̧ päʼö ja̧ʼa̧ttö̧?

⁹ Los que están casados pueden mantener vivo su amor si pasan tiempo juntos. Eso los ayudará a estar muy pendientes de lo que piensa y siente el otro (Gén. 2:24). Fijémonos en lo que Lilia y Ruslán descubrieron poco después de casarse, hace más de 15 años. Ella explica: “Nos dimos cuenta de que no íbamos a poder pasar tanto tiempo juntos como habíamos pensado. Estábamos muy ocupados con el trabajo, las tareas de la casa..., y después llegaron los niños. Entendimos que, si no sacábamos tiempo para estar juntos, acabaríamos distanciándonos”.

10. Ttirecuo huotöʼinä, ttirecua huotöʼinä Efesios 5:15, 16 päö taʼanö jȩtta̧ päʼömä, ¿tocu jö̧nä̧ jȩttö̧ʼa̧nö̧ ja̧ʼa̧ttö̧?

¹⁰ Para pasar tiempo juntos, es posible que el esposo y la esposa tengan que planificarse bien; lo mejor es no dejarlo a la casualidad (lea Efesios 5:15, 16). Un hermano de Nigeria llamado Uzondu dice: “Cuando hago mi horario, incluyo el tiempo que voy a pasar con mi esposa. Para mí ese tiempo es sagrado” (Filip. 1:10). Veamos el ejemplo de Anastasia, la esposa de un superintendente de circuito de Moldavia. Ella explica cómo aprovecha el tiempo de la mejor manera: “Hago mis cosas mientras mi esposo atiende sus responsabilidades. Así podemos pasar tiempo juntos después”. Ahora bien, ¿y si tienen un horario apretado y les cuesta encontrar momentos para estar juntos?

11. Aquilaʼinä, Priscilaʼinä ji̧nä̧ yo̧mȩtȩ, ¿däje jȩtti̧na̧ʼa̧ttö̧?

¹¹ Quienes están casados pueden aprender mucho del ejemplo de Áquila y Priscila, un matrimonio muy querido del siglo primero (Rom. 16:3, 4). Aunque la Biblia no da muchos detalles de su matrimonio, dice que trabajaban juntos, predicaban juntos y ayudaban a los demás juntos (Hech. 18:2, 3, 24-26). De hecho, siempre que la Biblia menciona a Áquila y a Priscila, estaban juntos.

12. Ttirecuo huotöʼinä, ttirecua huotöʼinä juhuaʼa yabocu tiempo ʼquȩʼȩpö̧ ku̧nu̧ ji̧nä̧ yo̧mȩtȩ ttö̧ja̧cua̧ päʼö, ¿däje jȩttö̧’a̧nö̧ ja̧ʼa̧ttö̧? (A̧ʼcua̧juä̧ʼi̧nä̧ topi).

¹² ¿Cómo pueden imitar el ejemplo de Áquila y Priscila quienes están casados? Piensen en todas las actividades que tiene que hacer cada uno. ¿Podrían atender algunas de esas tareas juntos, en vez de hacerlas por separado? Por ejemplo, Áquila y Priscila predicaban juntos. ¿Tienen ustedes la costumbre de hacer lo mismo? Áquila y Priscila también trabajaban juntos. Claro, puede que usted y su esposo o su esposa no tengan el mismo trabajo. Pero ¿y si hacen las tareas del hogar juntos? (Ecl. 4:9). Si se ayudan, se sentirán como un equipo y tendrán la oportunidad de conversar. Robert y Linda llevan más de 50 años casados. Él cuenta: “La verdad es que no tenemos mucho tiempo libre. Pero, cuando yo estoy lavando los platos y mi esposa los seca o cuando estoy trabajando en el jardín y ella viene a darme una mano, me siento muy feliz. Hacer cosas juntos nos une, y nuestro amor sigue creciendo”.

13. Ttirecuo huotöʼinä, ttirecua huotöʼinä iso päiʼönä ji̧nä̧ yo̧mȩtȩ amöcuädö ttö̧ja̧cua̧ pättöttömä, ¿däje jȩtta̧ päʼö ja̧ʼa̧ttö̧?

¹³ No olviden lo siguiente: estar juntos no siempre es lo mismo que estar unidos. Una hermana casada de Brasil dice: “Con tantas distracciones es fácil pensar que, como estamos viviendo bajo el mismo techo, ya estamos pasando tiempo juntos. Pero me he dado cuenta de que estar juntos es solo la mitad del camino. La otra mitad es darle a mi esposo la atención que necesita”. Fíjense en lo que han hecho Bruno y su esposa, Tays, para estar pendientes el uno del otro. Él explica: “Para disfrutar de nuestros ratos juntos, guardamos los teléfonos”.

14. Ttirecuo huotöʼinä, ttirecua huotöʼinä ji̧nä̧ yo̧mȩtȩ tiempo ʼquȩʼȩpö̧ ku̧nu̧ ttö̧ja̧cua̧ pättocomenä, ¿däje jȩttö̧ʼa̧nö̧ ja̧ʼa̧ttö̧?

¹⁴ Pero ¿y si no les gusta pasar tiempo juntos? Quizás les gustan cosas distintas o a veces sienten que se sacan de quicio. ¿Qué pueden hacer si ese es su caso? Piensen en la fogata que mencionamos antes. Cuando se enciende, es pequeña; solo hay una llamita. Para que crezca y arda con fuerza, hay que echarle poco a poco trozos de leña cada vez más grandes. De manera parecida, intenten pasar juntos unos pocos momentos cada día. Encuentren algo que les guste hacer a los dos y que no genere problemas (Sant. 3:18). Si empiezan con cosas pequeñas, podrán reavivar la llama de su amor.

UCUOTÄCUÄHUÄ I̧JȨPÄ̧TU̧CUI̧

15. ¿Tocu päʼö rö̧ȩnä̧ micuähuaʼattö ttirecuo huotöʼinä, ttirecua huotöʼinä ucuotäcuähuä tti̧jȩpa̧ päʼömä?

¹⁵ El respeto es vital en el matrimonio. Es como el oxígeno, que mantiene viva la fogata. Sin el oxígeno, el fuego se apaga rápidamente. De la misma manera, si no hay respeto en el matrimonio, el amor terminará enfriándose en muy poco tiempo. En cambio, si el esposo y la esposa se tratan con respeto, mantendrán viva la llama del amor. Pero recuerde que lo que cuenta no es si usted cree que es respetuoso, sino si la otra persona se siente respetada. Penny y Aret llevan más de 25 años casados. Ella comenta: “Como los dos nos respetamos, en el hogar se respira amor. Expresamos con total libertad lo que pensamos y sentimos porque sabemos que cada uno valora la opinión del otro”. ¿Y qué pueden hacer para que su esposo o su esposa se sienta respetado? Veamos lo que hicieron Abrahán y Sara.

16. Abrahán jȩi̧nö̧ttö̧, ¿däje ttu̧huo̧jui̧ʼö̧ʼa̧nö̧ ja̧ʼa̧ttö̧ ttirecuo huotömä? (1 Pedro 3:7). (A̧ʼcua̧juä̧ʼi̧nä̧ topi).

¹⁶ Abrahán trató con respeto a Sara. Escuchó sus opiniones y tuvo en cuenta sus sentimientos. En una ocasión en que Sara estaba muy angustiada, descargó su frustración con Abrahán e incluso le echó la culpa. Pero él no se enojó con ella ni le dijo nada brusco. La conocía bien, y sabía que Sara respetaba su autoridad y apoyaba sus decisiones. Lo que hizo fue escucharla e intentar solucionar el problema (Gén. 16:5, 6). ¿Cuál es la lección? El esposo tiene la autoridad para tomar decisiones en la familia (1 Cor. 11:3). Pero, como ama a su esposa, tiene en cuenta su opinión, y más aún si la decisión la afectará (1 Cor. 13:4, 5). También puede que haya ocasiones en que su esposa se sienta estresada y necesite desahogarse. ¿La trata usted con respeto y consideración escuchándola atentamente? (Lea 1 Pedro 3:7). Angela y Dimitri llevan casi 30 años casados. Ella cuenta lo que hace su esposo para hacerla sentir respetada: “Dimitri siempre me escucha cuando tengo un mal día o solo tengo ganas de hablar. Es paciente conmigo, incluso cuando estoy alterada o sensible”.

17. Sara jȩji̧nö̧ttö̧, ¿däje ttu̧huo̧jui̧ʼö̧ʼa̧nö̧ ja̧ʼa̧ttö̧ ttirecua huotömä? (1 Pedro 3:5, 6)

¹⁷ Sara demostró que respetaba a Abrahán porque apoyaba sus decisiones (Gén. 12:5). En una ocasión, Abrahán decidió ser hospitalario con unos hombres que llegaron sin previo aviso. Así que le pidió a Sara que preparara muchos panes aunque ella estaba ocupada haciendo otras cosas (Gén. 18:6). Sara actuó de inmediato y apoyó la decisión de Abrahán. Esposas, ustedes pueden ser como Sara y apoyar las decisiones de sus esposos. Si lo hacen, su matrimonio se hará más fuerte (lea 1 Pedro 3:5, 6). Dimitri, de quien hablamos en el párrafo anterior, explica lo que hace su esposa para hacerlo sentir respetado: “Sé que, cuando tomo una decisión, tengo el apoyo de mi esposa, incluso si no estamos de acuerdo. Cuando las cosas no salen bien, ella no me lo echa en cara. ¡Cuánto agradezco que Angela sea así!”. ¡Qué fácil es querer a alguien que te respeta!

18. Ttirecuo huotöʼinä, ttirecua huotöʼinä repettäcuäu diyahuächö juiya päʼö ttujuruhuächöttömä, ¿däje adihuä juäi iʼcächäcuaʼattö?

¹⁸ Satanás quiere apagar la llama del amor que existe en los matrimonios cristianos. Sabe que, si la esposa y el esposo se dejan de querer, es probable que también empiecen a alejarse de Jehová. ¡Pero no hay nada que pueda apagar el amor verdadero! Por eso, que el amor que se tienen sea como el que se describe en El Cantar de los Cantares. Pongan a Jehová en primer lugar en su matrimonio, saquen tiempo para estar juntos y muestren que se respetan tomando en cuenta los sentimientos y las necesidades del otro. Si lo hacen, su matrimonio honrará a Jehová —de quien viene el amor verdadero— y su amor será como una fogata bien cuidada: arderá con fuerza para siempre.