21 ”’Tampoco desees a la esposa de tu prójimo.+ Tampoco desees egoístamente la casa de tu prójimo ni su campo, ni su esclavo ni su esclava, ni su toro ni su burro, ni nada que le pertenezca a tu prójimo’.+
7 Entonces, ¿qué diremos? ¿Es pecado la Ley? ¡Claro que no! En realidad, yo no habría sabido qué es el pecado si no hubiera sido por la Ley.+ Por ejemplo, no habría sabido qué es la codicia si la Ley no hubiera dicho “No codicies”.+