Jueves 10 de julio
Háganle saber a Dios sus peticiones (Filip. 4:6).
Algo que nos dará más aguante es desahogarnos con Jehová frecuentemente (1 Tes. 5:17). Puede que usted no esté pasando por una prueba difícil en estos momentos. ¿Pero qué hace cuando se siente disgustado, confundido o agobiado? ¿Busca la guía de Jehová? Si tiene la costumbre de acudir a Jehová para afrontar los problemas del día a día, también lo hará en el futuro cuando las cosas se pongan peor. Estará convencido de que él sabe exactamente cuándo y cómo ayudarlo (Sal. 27:1, 3). Hay más posibilidades de que aguantemos la gran tribulación si aguantamos las pruebas que tenemos ahora (Rom. 5:3). ¿Por qué podemos decir esto? Muchos hermanos sienten que, con cada prueba que aguantan, se hacen más fuertes para afrontar la siguiente. Cuando aguantan una prueba con la ayuda de Jehová, aumenta su fe en que él quiere ayudarlos. Y, gracias a esa fe, logran aguantar la siguiente prueba (Sant. 1:2-4). w23.07 29:7, 8
Viernes 11 de julio
Volveré a mostrarte consideración (Gén. 19:21).
Jehová es razonable porque es humilde y compasivo. Por ejemplo, demostró su humildad cuando estaba a punto de destruir a los malvados habitantes de Sodoma. Mediante unos ángeles le dijo a su siervo Lot que huyera a la región montañosa. Pero a Lot le daba miedo ir allí. Por eso rogó que a él y a su familia se les permitiera ir a Zóar, una ciudad pequeña que Dios también tenía pensado destruir. Jehová podía haber insistido en que Lot obedeciera sus instrucciones al pie de la letra, pero no lo hizo. Aceptó su petición, aunque eso significara no destruir Zóar (Gén. 19:18-22). Siglos después, Jehová les mostró compasión a los habitantes de Nínive. Envió al profeta Jonás para decirles que tanto ellos como su ciudad iban a ser destruidos debido a su maldad. Pero, cuando los ninivitas se arrepintieron, Jehová sintió lástima por ellos y perdonó a la ciudad (Jon. 3:1, 10; 4:10, 11). w23.07 32:5
Sábado 12 de julio
Mataron a Jehoás, pero no lo enterraron en las sepulturas de los reyes (2 Crón. 24:25).
¿Qué lección sacamos de la historia de Jehoás? Él era como un árbol con raíces poco profundas que, para mantenerse en pie, necesitaba el apoyo de un tutor o estaca, el sumo sacerdote Jehoiadá. Cuando este murió y soplaron los vientos de la apostasía, Jehoás se vino abajo. Este caso encierra una poderosa lección: no podemos temer a Jehová solo porque otros hermanos y familiares lo hagan y nos den su apoyo. Para estar fuertes en sentido espiritual, tenemos que alimentar el amor y el respeto que sentimos por Jehová estudiando, meditando y orando con regularidad (Jer. 17:7, 8; Col. 2:6, 7). Jehová no nos pide imposibles. Lo que él espera de nosotros se resume muy bien en Eclesiastés 12:13: “Teme al Dios verdadero y obedece sus mandamientos, porque eso es todo lo que el hombre debe hacer”. Si tememos a Jehová, podremos enfrentarnos a cualquier dificultad que venga y mantenernos firmes. Nuestra amistad con Jehová será indestructible. w23.06 27:17-19