Jueves 4 de septiembre
Habrá una senda allí, sí, un camino llamado Camino de la Santidad (Is. 35:8).
Los judíos que volvieran de Babilonia tendrían que llegar a ser “un pueblo santo” para su Dios (Deut. 7:6). ¿Significaba eso que estaban haciendo todo bien? No. Tendrían que hacer cambios para agradar a Jehová. Al parecer, la mayoría de los judíos que habían nacido en Babilonia se habían dejado influir por la manera de pensar y los valores morales de los babilonios. Décadas después de que el primer grupo de judíos volviera a Israel, el gobernador Nehemías se sorprendió muchísimo al ver que los hijos de esos judíos no sabían hablar hebreo (Deut. 6:6, 7; Neh. 13:23, 24). ¿Cómo aprenderían a amar y adorar a Jehová si ni siquiera entendían el idioma principal en el que estaba escrita la Palabra de Dios? (Esd. 10:3, 44). Así que esos judíos tenían que hacer grandes cambios, pero les sería mucho más fácil hacerlos al vivir en Israel, donde se estaba restaurando poco a poco la adoración pura (Neh. 8:8, 9). w23.05 22:6, 7
Viernes 5 de septiembre
Jehová sostiene a todos los que están a punto de caer y levanta a todos los que están encorvados (Sal. 145:14).
La triste realidad es que, aunque tengamos toda la motivación del mundo, pueden surgir obstáculos en nuestro camino. Por ejemplo, un “suceso imprevisto” podría quitarnos el tiempo que necesitamos para dedicárselo a una meta que tengamos (Ecl. 9:11). También podríamos tener un problema que nos desanime y nos robe las fuerzas (Prov. 24:10). Además, como somos imperfectos, cometemos errores que tal vez nos alejen de nuestra meta (Rom. 7:23). O quizás lo único que ocurre es que estamos cansados (Mat. 26:43). ¿Qué puede ayudarnos a seguir adelante o a superar un mal día? Recuerde que un paso atrás no es una derrota. La Biblia dice que es probable que pasemos por muchos problemas. Pero también nos dice que podemos seguir adelante y cumplir nuestra meta. Así es, cuando seguimos adelante a pesar de los problemas, le demostramos a Jehová que queremos complacerlo. ¿Se imagina la gran sonrisa de Jehová al verlo a usted luchar por alcanzar su meta? w23.05 24:14, 15
Sábado 6 de septiembre
Conviértanse en ejemplos para el rebaño (1 Ped. 5:3).
Joven, si te haces precursor, aprenderás a colaborar con personas muy distintas y a administrar bien el dinero (Filip. 4:11-13). ¿Por qué no empiezas por el precursorado auxiliar? Eso te puede ayudar a dar el salto al regular. Y esto, a su vez, puede llevarte a otras facetas del servicio de tiempo completo, como por ejemplo ser siervo de construcción o betelita. Todos los hermanos deberían esforzarse por llenar los requisitos para ser ancianos de congregación. La Biblia dice que quienes tienen la meta de servir así a sus hermanos desean “una labor muy buena” (1 Tim. 3:1). Primero hay que ser siervo ministerial. Los siervos ministeriales ayudan a los ancianos de muchas maneras prácticas. Tanto los ancianos como los siervos ministeriales sirven con humildad a sus hermanos y predican con entusiasmo. w23.12 53:14-16