Enero
Sábado 1 de enero
Desde que naciste conoces los santos escritos, que pueden darte la sabiduría necesaria para la salvación por medio de la fe en Cristo Jesús (2 Tim. 3:15).
La fe de Timoteo se basaba en hechos que fortalecían su amistad con Dios. Nosotros también debemos estudiar lo que la Biblia dice sobre Jehová y razonar para llegar a conclusiones lógicas. Para comenzar, debemos convencernos a nosotros mismos al menos de tres verdades fundamentales. Primero, que Jehová es el Creador de todas las cosas (Éx. 3:14, 15; Heb. 3:4; Apoc. 4:11). Segundo, que la Biblia contiene el mensaje de Dios para la humanidad (2 Tim. 3:16, 17). Y, tercero, que Jehová tiene un grupo organizado de personas que lo adoran bajo la guía de Cristo: los testigos de Jehová (Is. 43:10-12; Juan 14:6; Hech. 15:14). Para esto no hace falta que seamos una enciclopedia andante de conocimiento bíblico. Nuestro objetivo debe ser usar nuestra “capacidad de razonar” para estar más convencidos de que tenemos la verdad (Rom. 12:1). w20.07 28:8, 9
Domingo 2 de enero
A las langostas no se les permitió matar a las personas, sino atormentarlas por cinco meses (Apoc. 9:5).
Esta profecía habla de un enjambre de langostas que tienen rostros humanos y “en la cabeza una especie de corona de oro” (Apoc. 9:7). Atormentan “a las personas que no tienen el sello de Dios en la frente” —o sea, los enemigos de Jehová— durante cinco meses, que es lo que suele vivir una langosta (Apoc. 9:4). Esto sí que parece ser una descripción de los siervos ungidos de Jehová, pues ellos proclaman con valor las sentencias de Dios contra este malvado mundo, lo que incomoda mucho a quienes lo apoyan. En otras palabras, las langostas de Joel 2:7-9 no son las mismas que las del libro de Apocalipsis. Esto no debe sorprendernos, pues la Biblia a veces usa un mismo símbolo para representar cosas diferentes en contextos diferentes. Por ejemplo, en Apocalipsis 5:5 se dice que Jesús es “el León de la tribu de Judá”, mientras que en 1 Pedro 5:8 se dice que el Diablo es como “un león rugiente”. w20.04 14:8, 10
Lunes 3 de enero
Los ojos de Jehová están en todas partes observando a los malos y a los buenos (Prov. 15:3).
Agar, la sierva de Sarái, actuó con falta de prudencia después que llegó a ser esposa de Abrán. Cuando quedó embarazada, empezó a despreciar a Sarái, que no tenía hijos. Entonces, Sarái la castigó humillándola, y Agar tuvo que huir (Gén. 16:4-6). Como somos imperfectos, quizás pensemos que Agar no era más que una mujer orgullosa que recibió su merecido. Pero Jehová vio algo más en ella. Le envió a un ángel para que la ayudara a cambiar su actitud y para que la bendijera. Ella se dio cuenta de que Jehová la había estado observando y que conocía muy bien su situación. Por ello, se sintió impulsada a decirle: “Tú eres un Dios que ve” (Gén. 16:7-13). ¿Qué vio Jehová en Agar? Conocía muy bien su pasado y todas sus vivencias. Es cierto que Jehová no justificó que Agar le faltara el respeto a Sarái, pero también fue comprensivo con sus sentimientos y sus circunstancias. w20.04 16:8, 9
Martes 4 de enero
He terminado la carrera (2 Tim. 4:7).
El apóstol Pablo dijo que todos los cristianos verdaderos estamos corriendo en una carrera (Heb. 12:1). De hecho, sin importar la edad o las energías que tengamos, todos debemos aguantar hasta el fin si queremos recibir el premio que Jehová nos ofrece (Mat. 24:13). Pablo podía hablar con confianza de este tema porque él había terminado la carrera (2 Tim. 4:7, 8). Pero ¿de qué carrera estaba hablando? A fin de enseñar lecciones importantes, Pablo a veces utilizaba ejemplos tomados de los juegos que se celebraban en la antigua Grecia (1 Cor. 9:25-27; 2 Tim. 2:5). En varias ocasiones, comparó la vida del cristiano a una carrera (1 Cor. 9:24; Gál. 2:2; Filip. 2:16). Una persona empieza esta carrera cuando se dedica a Jehová y se bautiza (1 Ped. 3:21). Y cruza la meta cuando Jehová le da el premio de la vida eterna (Mat. 25:31-34, 46; 2 Tim. 4:8). w20.04 18:1-3
Miércoles 5 de enero
Pónganse la armadura completa que Dios da (Efes. 6:13).
“El Señor es fiel y él los fortalecerá y los protegerá del Maligno” (2 Tes. 3:3). ¿De qué maneras nos protege Jehová? Él nos da una armadura espiritual que puede protegernos de los ataques de Satanás (Efes. 6:13-17). Esta armadura es fuerte y eficaz, pero solo nos protegerá si siempre llevamos puestas todas las partes. Por ejemplo, el cinturón de la verdad representa las verdades que se hallan en la Palabra de Dios, la Biblia. ¿Por qué debemos ponérnoslo? Porque Satanás es “el padre de la mentira” (Juan 8:44). Lleva miles de años mintiendo y ha logrado engañar “a toda la tierra habitada” (Apoc. 12:9). Pero las verdades de la Biblia nos protegen de los engaños. ¿Cómo nos ponemos este cinturón? Aprendiendo la verdad sobre Jehová, adorándolo “con espíritu y con verdad”, y comportándonos “con honradez en todo” (Juan 4:24; Efes. 4:25; Heb. 13:18). w21.03 13:3-5
Jueves 6 de enero
También invadirá la Tierra Hermosa (Dan. 11:41).
Lo que hacía que aquella tierra fuera particularmente hermosa era que allí se adoraba a Jehová. Pero, desde el Pentecostés del año 33 de nuestra era, esa “Tierra” no es un lugar literal en sentido geográfico. Y no puede serlo, pues los siervos de Jehová están esparcidos por todo el mundo. Más bien, “la Tierra Hermosa” hoy en día es el lugar simbólico donde el pueblo de Dios realiza actividades como su adoración mediante las reuniones y la predicación. En los últimos días, el rey del norte ha invadido una y otra vez “la Tierra Hermosa”. Por ejemplo, cuando la Alemania nazi era el rey del norte, sobre todo durante la Segunda Guerra Mundial, invadió “la Tierra Hermosa” al perseguir y matar a los siervos de Dios. Después de la Segunda Guerra Mundial, cuando la Unión Soviética llegó a ser el rey del norte, invadió esta tierra al perseguir a quienes adoraban a Jehová y enviarlos al exilio. w20.05 20:7, 8
Viernes 7 de enero
La amistad íntima con Jehová es para quienes le temen, y él les da a conocer su pacto (Sal. 25:14).
Hablemos de algunos amigos de Dios que vivieron antes de la muerte de Jesús. Abrahán tuvo una fe extraordinaria. Cuando ya habían pasado más de mil años de su muerte, Jehová lo llamó “mi amigo” (Is. 41:8). Así que ni la muerte puede separar a Jehová de sus buenos amigos. De hecho, Abrahán sigue vivo en la memoria de Jehová (Luc. 20:37, 38). Otro buen ejemplo es Job. En una ocasión en que los ángeles estaban reunidos en el cielo, Jehová expresó su confianza en Job. Hablando de él, dijo: “Es un hombre íntegro y recto que teme a Dios y evita todo lo malo” (Job 1:6-8). ¿Y qué opinaba de Daniel, quien le sirvió fielmente unos ochenta años en un país donde la gente adoraba otros dioses? Cuando Daniel ya era muy mayor, los ángeles le aseguraron tres veces que él era alguien “muy valioso” para Dios (Dan. 9:23; 10:11, 19). Estamos seguros de que Jehová espera con ansias el día en que resucitará a sus queridos amigos (Job 14:15). w20.05 22:3, 4
Sábado 8 de enero
Enséñame tus normas (Sal. 119:68).
Puede ser que un buen estudiante aprenda cuáles son las leyes de Dios e incluso llegue a admirarlas. Pero ¿obedecerá a Jehová porque ha llegado a amarlo? Recordemos el caso de Eva. Ella conocía la ley de Dios, pero no sentía verdadero amor por él. Y lo mismo se puede decir de Adán (Gén. 3:1-6). Así que no debemos limitarnos a enseñar las justas normas y leyes de Dios. Las normas y leyes divinas son atrayentes y nos benefician (Sal. 119:97, 111, 112). Pero el estudiante no las verá del mismo modo a menos que comprenda que Jehová las ha dado porque nos ama. Así que podríamos preguntarle: “¿Por qué crees que Dios nos pide que hagamos o no hagamos esto? ¿Qué te enseña eso sobre él?”. Si lo ayudamos a pensar en Jehová y a amar de verdad su glorioso nombre, es más probable que le lleguemos al corazón. Así no solo amará sus leyes, sino que también lo amará a él. Su fe se hará más fuerte y podrá resistir pruebas muy difíciles (1 Cor. 3:12-15). w20.06 24:10, 11
Domingo 9 de enero
Deben ser rápidos para escuchar, pero lentos para hablar (Sant. 1:19).
Necesitamos paciencia porque a la persona que ha perdido su amistad con Jehová le llevará tiempo recuperarla. Muchos cristianos que estuvieron inactivos reconocen que los ancianos y otros hermanos de la congregación tuvieron que visitarlos muchas veces antes de que regresaran a Jehová. Una hermana llamada Nancy, del sureste de Asia, escribe: “Una buena amiga de la congregación me ayudó muchísimo. Me quería como si yo fuera su hermana mayor. Me hacía recordar los buenos momentos que pasamos juntas. Cuando le hablaba de mis sentimientos, me escuchaba con paciencia y no dudaba en aconsejarme. Fue una amiga de verdad y siempre estuvo ahí para ayudarme”. La empatía es como una pomada que nos ayuda a curar los sentimientos heridos. Algunos inactivos se alejaron porque los ofendió alguien de la congregación, y llevan años resentidos. Por eso no desean volver a Jehová. Otros quizás piensen que sufrieron una injusticia. Puede que necesiten que alguien los escuche y comprenda cómo se sienten. w20.06 26:10, 11
Lunes 10 de enero
Han vencido al Maligno (1 Juan 2:14).
Cuantas más tentaciones resistamos, más fácil será para nosotros hacer lo correcto. No olvidemos que Satanás está detrás del criterio torcido de este mundo sobre el sexo. Así que, cuando nos negamos a pensar como las personas de este mundo, vencemos al Maligno. Sabemos que Jehová tiene el derecho de decir qué cosas son pecado. Y nos esforzamos al máximo por evitarlas. Pero, cuando pecamos, se lo confesamos en oración (1 Juan 1:9). Y, si se trata de un pecado grave, buscamos la ayuda de los ancianos, pues Jehová los ha nombrado para que nos cuiden (Sant. 5:14-16). Ahora bien, no deberíamos permitir que los sentimientos de culpa por errores pasados nos aplasten. ¿Por qué no? Porque nuestro cariñoso Padre dio el sacrificio de su Hijo para que se nos puedan perdonar los pecados. Cuando Jehová dice que perdonará a los pecadores arrepentidos, cumple su palabra. Así que podemos servirle con la conciencia limpia (1 Juan 2:1, 2, 12; 3:19, 20). w20.07 30:9, 10
Martes 11 de enero
En ti está la fuente de la vida (Sal. 36:9).
Hubo un tiempo en el que Jehová estuvo solo, pero nunca se sintió solo. No le faltaba nada en ningún sentido. Pero quería compartir la alegría de vivir. Así que el amor lo impulsó a empezar a crear (1 Juan 4:19). En primer lugar, Jehová creó a su Hijo, Jesús. Luego, por medio de él “todo lo demás fue creado”, incluidos millones de ángeles (Col. 1:16). Jesús se sintió feliz de poder trabajar con su Padre (Prov. 8:30). Y los ángeles también tuvieron motivo para alegrarse, pues, por decirlo así, vieron en primera fila cómo Jehová y su obrero experto, Jesús, crearon el cielo y la Tierra. ¿Cómo reaccionaron los ángeles? La Biblia dice que “lanzaron gritos de alabanza”, y seguro que continuaron alabando a Jehová por todo lo que hizo hasta que culminó con su obra maestra, los seres humanos (Job 38:7; Prov. 8:31). Todas sus creaciones reflejan su amor y sabiduría (Sal. 104:24; Rom. 1:20). w20.08 33:1, 2
Miércoles 12 de enero
Todas las naciones los odiarán por causa de mi nombre (Mat. 24:9).
Jehová nos creó para amar y ser amados. Por eso nos duele y tal vez hasta nos asustemos cuando alguien nos odia. Un hermano escribe: “Cuando los soldados me pegaron, me insultaron y me amenazaron por ser testigo de Jehová, me sentí asustado y humillado”. Aunque nos duela, no nos sorprende que nos odien, pues Jesús predijo que eso sucedería. ¿Por qué nos odia el mundo? Porque, al igual que Jesús, no somos “parte del mundo” (Juan 15:17-19). Por eso, aunque respetamos a los gobiernos humanos, nos negamos a adorarlos a ellos y a sus símbolos. Le damos a Jehová adoración exclusiva. Nosotros defendemos el derecho de Dios a gobernar a la humanidad, mientras que Satanás y su descendencia lo atacan (Gén. 3:1-5, 15). Predicamos que solo el Reino de Dios solucionará todos los problemas de la humanidad y pronto acabará con todos sus enemigos (Dan. 2:44; Apoc. 19:19-21). Estas son buenas noticias para los mansos, pero malas noticias para los malvados. w21.03 12:1, 2
Jueves 13 de enero
Sabemos que provenimos de Dios (1 Juan 5:19).
Jehová les da a las hermanas un lugar importante en la congregación. Ellas dan un buen ejemplo de sabiduría, fe, entusiasmo, valor, generosidad y buenas obras (Luc. 8:2, 3; Hech. 16:14, 15; Rom. 16:3, 6; Filip. 4:3; Heb. 11:11, 31, 35). También contamos con la bendición de tener a muchos hermanos mayores. Puede que estén luchando con los achaques de la edad, pero hacen todo lo posible en la predicación y usan sus energías para animar y capacitar a otros. ¡Y cuánto nos enseña su experiencia! Sin duda, son hermosos para Jehová y para nosotros (Prov. 16:31). Pensemos también en los jóvenes. No es fácil para ellos crecer en este mundo dominado por el Diablo y sus ideas satánicas. Pero cuánto nos anima verlos comentar en las reuniones y predicar, y saber que defienden con valor su fe en otras ocasiones. Jóvenes, ustedes también ocupan un lugar importante en la congregación de Jehová (Sal. 8:2). w20.08 34:9-11
Viernes 14 de enero
Los estoy enviando como a ovejas en medio de lobos (Mat. 10:16).
Cuando empezamos a predicar y nos identificamos como testigos de Jehová, puede que lleguen “tormentas”, como la oposición de nuestros familiares, las burlas de nuestros amigos y el rechazo de la gente a nuestro mensaje. ¿Qué lo ayudará a ser valiente? Primero, tenga la seguridad de que Jesús sigue dirigiendo esta obra desde el cielo (Juan 16:33; Apoc. 14:14-16). Luego, fortalezca su fe en que Jehová cumplirá su promesa de cuidarlo (Mat. 6:32-34). Cuanto más fuerte sea su fe, más valiente será. Usted demostró tener mucha fe cuando les dijo a sus amigos y familiares que había empezado a estudiar la Biblia con los testigos de Jehová y a asistir a sus reuniones. Y seguro que ha hecho cambios importantes en su forma de vivir y actuar para respetar las justas normas de Jehová. Así también demostró que tiene fe y valor. Si sigue esforzándose por ser valiente, puede confiar en que Jehová estará con usted vaya donde vaya (Jos. 1:7-9). w20.09 36:11, 12
Sábado 15 de enero
Jehová le dio descanso (2 Crón. 14:6).
El rey Asá nos puso un magnífico ejemplo, pues tomó la buena decisión de confiar completamente en Jehová. No solo le sirvió en momentos difíciles, sino también en épocas de paz. Desde joven, “Asá sirvió a Jehová con un corazón completamente dedicado” (1 Rey. 15:14, nota). Lo demostró al eliminar la adoración falsa de Judá. La Biblia dice que “quitó los altares de dioses extranjeros y los lugares altos, destrozó las columnas sagradas y derribó los postes sagrados” (2 Crón. 14:3, 5). Incluso le quitó el puesto de reina madre a su abuela, Maacá, porque había hecho un ídolo para que el pueblo lo adorara (1 Rey. 15:11-13). Asá no se limitó a eliminar la adoración falsa. También ayudó a los habitantes de Judá a adorar de nuevo a Jehová. Dios bendijo a Asá y a la nación de Judá con una época de paz. Durante su reinado, hubo un periodo de diez años de paz en la región (2 Crón. 14:1, 4, 6). w20.09 38:2, 3
Domingo 16 de enero
Timoteo, cuida de lo que se te ha confiado (1 Tim. 6:20).
Cuando alguien tiene algo valioso, a veces se lo da a otra persona para que se lo cuide. Por ejemplo, puede que deposite el dinero en el banco para mantenerlo seguro y evitar que se le pierda o se lo roben. El apóstol Pablo le recordó a Timoteo que él había recibido algo muy valioso: el conocimiento exacto del propósito de Dios para la humanidad. Jehová también le había confiado a Timoteo el honor de predicar la palabra y hacer su “trabajo de evangelizador” (2 Tim. 4:2, 5). Pablo le dijo a Timoteo que tenía que cuidar de lo que se le había confiado. A nosotros Jehová también nos ha encomendado cosas valiosas. En su bondad, nos ha dado conocimiento exacto de las verdades que se hallan en su Palabra, la Biblia. Estas verdades son valiosas porque nos enseñan cómo ser amigos de Jehová y cómo ser verdaderamente felices. Cuando aceptamos estas verdades y las ponemos en práctica en nuestra vida, ya no somos esclavos de las enseñanzas falsas y de las prácticas inmorales (1 Cor. 6:9-11). w20.09 40:1-3
Lunes 17 de enero
Ustedes saben qué clase de hombres llegamos a ser entre ustedes por su bien (1 Tes. 1:5).
Es importante que el estudiante vea el entusiasmo y la convicción con que hablamos de las enseñanzas de la Biblia. Así es más probable que se emocione con lo que está aprendiendo. Quizás podamos contarle cómo nos han beneficiado los principios bíblicos en nuestra vida. Esto lo ayudará a ver que también pueden ser útiles en la suya. Mientras estudiamos, contémosle al estudiante experiencias de hermanos que hayan superado problemas parecidos a los que él tiene. ¿Podría beneficiarse del ejemplo de algún hermano de la congregación? Entonces, pidámosle que nos acompañe. Ayudémoslo a ver los buenos resultados de guiarse por los principios bíblicos. Si la persona está casada y su cónyuge no está estudiando, ¿por qué no lo invitamos a unirse a las clases? Además, animemos al estudiante a hablar con su familia y amigos de lo que está aprendiendo (Juan 1:40-45). w20.10 42:7-9
Martes 18 de enero
Tienes que inculcarlas en tus hijos (Deut. 6:7).
José y María pudieron ayudar a Jesús a ganarse la aprobación de Dios porque siguieron las instrucciones que Jehová les dio a los padres (Deut. 6:6, 7). Los dos amaban mucho a Jehová, y lo más importante para ellos era ayudar a sus hijos a que tuvieran ese mismo amor. José y María decidieron mantener un buen programa espiritual para la familia. Iban todas las semanas a la sinagoga de Nazaret y todos los años a Jerusalén para celebrar la Pascua (Luc. 2:41; 4:16). Puede que aprovecharan aquellos viajes en familia a Jerusalén para enseñarles a Jesús y a sus hermanos la historia del pueblo de Jehová. Y tal vez por el camino visitaban lugares que se mencionan en las Escrituras. Cuanto más grande era la familia, más difícil debió ser para José y María mantener la rutina espiritual. Pero valió la pena poner en primer lugar la adoración de Jehová, pues la familia disfrutaba de una buena salud espiritual. w20.10 44:8, 9
Miércoles 19 de enero
Esdras había preparado su corazón para consultar la Ley de Jehová y enseñar sus normas (Esd. 7:10).
Cuando acompañemos a alguien a un curso bíblico, es bueno que preparemos de antemano la lección. Dorín, un precursor especial, explica: “Agradezco que mi compañero vaya bien preparado. Así puede aportar algo útil”. Además, esto le dará un buen ejemplo al estudiante, pues es probable que se dé cuenta de que ambos van bien preparados. Incluso si no podemos estudiar a fondo la lección, dediquemos tiempo a identificar los puntos clave. La oración es una parte esencial de la clase bíblica, así que pensemos de antemano qué diremos si nos piden que oremos. De este modo, podremos ser más específicos (Sal. 141:2). Hanae es una hermana de Japón que recuerda las oraciones de una hermana que acompañaba a su maestra. Dice: “Me daba cuenta de la profunda amistad que tenía con Jehová, y quería ser como ella. Además, cuando mencionaba mi nombre en sus oraciones, me hacía sentir querida”. w21.03 10:7, 8
Jueves 20 de enero
¡Ten valor! También tendrás que dar testimonio en Roma (Hech. 23:11).
Jesús le aseguró al apóstol Pablo que llegaría a Roma. Pero algunos judíos de Jerusalén planeaban una emboscada para matarlo. Cuando el comandante militar romano Claudio Lisias se enteró del plan, acudió en su ayuda. Enseguida envió a Pablo escoltado por muchos soldados a Cesarea. Allí, el gobernador Félix “ordenó que lo tuvieran vigilado en el palacio de Herodes”. De esa manera, Pablo estaba a salvo de los que querían matarlo (Hech. 23:12-35). Pero Félix fue reemplazado en el puesto de gobernador por Festo, que quería quedar bien con los judíos y por eso le preguntó a Pablo: “¿Deseas subir a Jerusalén y ser juzgado allí delante de mí por estas cosas?”. El apóstol sabía que, si iba a Jerusalén, probablemente lo matarían. Así que dijo: “¡Apelo a César!”. Festo le contestó: “Has apelado a César y a César irás”. Ir a Roma puso a Pablo fuera del alcance de sus enemigos (Hech. 25:6-12). w20.11 46:8-10
Viernes 21 de enero
Quizás nuestro corazón nos condene (1 Juan 3:20).
Todos podemos sentirnos culpables de vez en cuando. Puede ser por cosas que hicimos antes de conocer la verdad o quizás por errores que cometimos después de bautizarnos (Rom. 3:23). Claro, por mucho que nos esforcemos por hacer lo correcto, “todos tropezamos muchas veces” (Sant. 3:2; Rom. 7:21-23). Los sentimientos de culpa no son agradables, pero pueden ser útiles. ¿Por qué? Porque nos pueden ayudar a rectificar nuestro rumbo y a tomar la firme decisión de no repetir nuestros errores (Heb. 12:12, 13). Ahora bien, puede ser que nos sigamos sintiendo culpables incluso después de habernos arrepentido y de que Jehová nos haya mostrado que nos ha perdonado. Ese exceso de culpa puede hacernos mucho daño (Sal. 31:10; 38:3, 4). Es esencial que no caigamos en ese sentimiento. A Satanás le encantaría que pensáramos que somos un caso perdido, aunque Jehová no nos ve así (compare con 2 Corintios 2:5-7, 11). w20.11 48:12, 13
Sábado 22 de enero
Está claro que no ha valido la pena que mantuviera puro mi corazón ni que lavara mis manos en la inocencia (Sal. 73:13).
El levita que escribió el Salmo 73 empezó a envidiar a los malvados y arrogantes. No es que quisiera hacer las cosas malas que ellos hacían, pero le atraía la buena vida que parecían llevar (Sal. 73:2-9, 11-14). Parecían tenerlo todo: riquezas, placeres y cero preocupaciones. Pero, cuando él empezó a ver las cosas desde el punto de vista de Jehová, recuperó la paz interior y la felicidad. Dirigiéndose a Jehová, dijo: “En la tierra, aparte de ti, no deseo nada” (Sal. 73:25). Esto nos enseña que no debemos envidiar la buena vida que parecen llevar los malvados. Su felicidad es superficial y no durará, pues ellos no vivirán para siempre (Ecl. 8:12, 13). Envidiarlos sería abrirle la puerta al desánimo y nos pondría en peligro en sentido espiritual. Entonces, si alguna vez nos sentimos como el levita, hagamos lo que él hizo: escuchemos los consejos de nuestro amoroso Dios y pasemos tiempo con quienes le sirven. Si Jehová es nuestra mayor alegría, seremos felices de verdad y seguiremos en el camino que lleva a “la vida que realmente es vida” (1 Tim. 6:19). w20.12 51:14-16
Domingo 23 de enero
El problema es que a veces no sabemos lo que necesitamos pedir en oración, pero el espíritu mismo ruega por nosotros con lamentos no expresados (Rom. 8:26).
Cuando le ore a Jehová para desahogarse, es importante que además piense en todas las cosas buenas que tiene a pesar de los problemas y que le dé las gracias por ellas. Habrá ocasiones en las que le costará encontrar las palabras adecuadas para expresar sus intensas emociones. Pero recuerde que Jehová puede contestarle aunque solo alcance a decir: “¡Ayúdame, por favor!” (2 Crón. 18:31). Confíe en Jehová, no en usted mismo. En el siglo octavo antes de nuestra era, el pueblo de Judá tenía tanto miedo de que los asirios los atacaran y de acabar siendo sus esclavos que le pidieron ayuda a Egipto (Is. 30:1, 2). Jehová les advirtió que ese camino los llevaría al desastre (Is. 30:7, 12, 13). Mediante Isaías, Jehová le dijo a su pueblo cómo encontrar auténtica protección. Isaías dijo: “Su fuerza dependerá de que mantengan la calma y demuestren confianza” en Jehová (Is. 30:15b). w21.01 1:8, 9
Lunes 24 de enero
Y oí el número de los sellados: 144.000 (Apoc. 7:4).
La recompensa que reciben los hermanos ungidos de Cristo por su fidelidad es convertirse en reyes y sacerdotes con él en el cielo (Apoc. 20:6). Jehová, Jesús y los ángeles estarán muy felices cuando los 144.000 ungidos reciban su recompensa celestial. Después de mencionar a los 144.000 reyes y sacerdotes, el apóstol Juan ve algo emocionante: una “gran muchedumbre” que sobrevive a Armagedón. A diferencia del primer grupo, este segundo grupo es mucho más grande y no se sabe exactamente cuántos son (Apoc. 7:9, 10). Van “vestidos con túnicas largas blancas”, lo que indica que se han mantenido “sin mancha del mundo” de Satanás y han sido leales a Dios y a Cristo (Sant. 1:27). Gritan con voz fuerte que la salvación se la deben a lo que han hecho Jehová y Jesús, el Cordero de Dios. Además, llevan hojas de palmera en las manos como señal de que con gusto aceptan a Jesús como el Rey que Jehová ha nombrado (compare con Juan 12:12, 13). w21.01 3:6, 7
Martes 25 de enero
Tu humildad me hace grande (2 Sam. 22:36).
Un hombre puede aprender a ser un buen cabeza de familia imitando la manera en que Jehová y Jesús ejercen su autoridad. Por ejemplo, pensemos en cómo demuestran humildad. Jehová es el ser más sabio que existe y, aun así, escucha la opinión de sus siervos (Gén. 18:23, 24, 32). Aunque es perfecto, no espera que nosotros lo seamos. Más bien, ayuda a sus siervos, aunque sean imperfectos, a que les vaya bien (Sal. 113:6, 7). De hecho, en la Biblia, David le dijo: “Tú eres quien me ayuda” (Sal. 27:9; Heb. 13:6). Él sabía que todo lo que hizo lo logró solamente gracias a que Jehová es humilde y lo ayudó. Veamos el ejemplo de Jesús. Aunque él era “Maestro y Señor” de sus discípulos, estuvo dispuesto a lavarles los pies. Dijo: “Yo les he dado el ejemplo para que hagan lo mismo que yo les hice” (Juan 13:12-17). Aunque tenía mucha autoridad, no esperaba que le sirvieran, sino que él servía a los demás (Mat. 20:28). w21.02 5:8-10
Miércoles 26 de enero
La gloria de los jóvenes está en su fuerza (Prov. 20:29).
Jovencitos, ustedes tienen mucho que ofrecer. Muchos de ustedes son fuertes y están llenos de energía. Son de gran ayuda para la congregación. Seguro que muchos desean ser nombrados siervos ministeriales. Pero puede que algunos sientan que los demás los ven demasiado jóvenes o inexpertos para encargarse de tareas importantes. ¿Es ese tu caso? Aunque seas joven, hay cosas que puedes hacer desde ahora para ganarte la confianza y el respeto de los hermanos de tu congregación. Muchos jovencitos tienen habilidades que pueden ayudar a otros en la congregación. Por ejemplo, algunos hermanos mayores agradecen que se les enseñe a usar la tableta u otros aparatos electrónicos para su estudio personal y para las reuniones. Tu habilidad con estos dispositivos puede serles de gran ayuda. En todas las cosas, esfuérzate por hacer que tu Padre celestial se sienta orgulloso de ti. w21.03 9:1, 3, 18
Jueves 27 de enero
Cada uno llevará su propia carga de responsabilidad (Gál. 6:5).
Aunque la esposa haya estudiado más que su esposo, es él quien tiene la responsabilidad de que se lleven a cabo la adoración en familia y otras actividades espirituales (Efes. 6:4). La esposa debe respetar la autoridad de su esposo, pero ella sigue siendo responsable de mantener fuerte su propia fe. Así que tiene que apartar tiempo para su estudio personal y para meditar. Esto la ayudará a seguir amando y respetando a Jehová, y a ser feliz estando bajo la autoridad de su esposo. Las esposas que respetan la autoridad de sus esposos por amor a Jehová serán más felices que las que rechazan el principio de autoridad. Además, les ponen un buen ejemplo a los hombres y mujeres más jóvenes, y contribuyen a que haya un buen ambiente en la familia y en la congregación (Tito 2:3-5). w21.02 6:21-23
Viernes 28 de enero
Acérquense a Dios y él se acercará a ustedes (Sant. 4:8).
El apóstol Pablo fue un excelente ejemplo de valor y aguante. A veces se sintió débil, pero pudo aguantar porque confiaba en que Jehová le daría las fuerzas que necesitaba (2 Cor. 12:8-10; Filip. 4:13). Nosotros también podemos tener esa clase de fuerza y valor si admitimos con humildad que necesitamos la ayuda de Jehová (Sant. 4:10). Podemos estar seguros de que las pruebas no son un castigo de Jehová. El discípulo Santiago nos asegura: “Que nadie diga durante una prueba: ‘Dios me está probando’. Porque, con cosas malas, nadie puede probar a Dios ni él prueba a nadie” (Sant. 1:13). Si estamos convencidos de eso, nos acercaremos más a nuestro amoroso Padre celestial. Jehová “no varía ni cambia” (Sant. 1:17). Tal como ayudó a los cristianos del siglo primero a aguantar las pruebas, también nos ayudará a cada uno de nosotros hoy. Roguémosle a Jehová que nos dé sabiduría, fe y valor. Él contestará nuestras oraciones. w21.02 8:19-21
Sábado 29 de enero
Así como el hierro afila el hierro, un hombre hace mejor a su amigo (Prov. 27:17).
Podemos animar a un estudiante de la Biblia que asiste a las reuniones mostrando interés personal en él (Filip. 2:4). Sin invadir su privacidad, podríamos intentar conocerlo mejor preguntándole sobre la familia, sobre el trabajo o sobre cómo le va en el curso bíblico. También podemos felicitarlo por cualquier cambio positivo que haya hecho. Así podríamos ir haciéndonos amigos del estudiante y ayudarlo a progresar y llegar al bautismo. A medida que progrese, hagamos que sienta que forma parte de la congregación. Una manera de lograrlo es mostrándole hospitalidad (Heb. 13:2). Cuando un estudiante se hace publicador, podemos invitarlo a predicar con nosotros. Un hermano de Brasil llamado Diego dice: “Muchos hermanos me invitaban a salir a predicar. Fue la mejor manera de conocerlos bien. Así aprendí mucho y me acerqué más a Jehová y a Jesús”. w21.03 10:15, 16
Domingo 30 de enero
No devuelvan mal por mal a nadie (Rom. 12:17).
Jesús nos dijo que debemos amar a nuestros enemigos (Mat. 5:44, 45). Esto no es nada fácil, pero con la ayuda del espíritu santo de Dios es posible. El fruto del espíritu incluye cualidades que nos ayudan a aguantar el odio, como el amor, la paciencia, la amabilidad, la apacibilidad y el autocontrol (Gál. 5:22, 23). Muchos opositores han cambiado de actitud porque su esposa, su esposo, su hijo o un vecino mostró estas cualidades. Muchos incluso se han hecho Testigos. Por eso, si nos cuesta mucho amar a quienes nos odian solo por nuestras creencias, pidámosle a Jehová espíritu santo (Luc. 11:13). No nos quepa la menor duda: siempre es mejor hacer las cosas como Dios dice (Prov. 3:5-7). El odio es poderoso, pero el amor lo es más. El odio puede causar heridas, pero el amor se gana el corazón de los demás. Cuando mostramos amor, hacemos feliz a Jehová. Y, aunque los opositores continúen odiándonos, nosotros podemos seguir siendo felices. w21.03 12:15, 17
Lunes 31 de enero
Una nación poderosa e innumerable ha invadido mi país (Joel 1:6).
El profeta Joel estaba prediciendo un ataque militar (Joel 2:1, 8, 11). Jehová dijo que usaría a su “gran ejército” (los soldados babilonios) para castigar a los israelitas desobedientes (Joel 2:25). Se dice que el ejército invasor “viene del norte” porque los babilonios llegarían desde allí para invadir Israel (Joel 2:20). A este ejército se lo compara con un enjambre de langostas que está bien organizado. Joel describe así a los soldados: “Cada hombre avanza por su camino. [...] Invaden la ciudad [...]. Trepan por las casas, entran por las ventanas como un ladrón” (Joel 2:8, 9). ¿Podemos imaginarlo? Hay soldados por todas partes. No hay donde esconderse. Nadie puede escapar de la espada de los babilonios. Como si fueran langostas, los babilonios (o caldeos) invadieron Jerusalén en el año 607 antes de nuestra era. Hablando de lo que hizo el “rey de los caldeos” en esta ciudad, la Biblia dice: “No sintió compasión ni por los jóvenes ni por las vírgenes, ni por los ancianos ni por los débiles” (2 Crón. 36:17). w20.04 14:11, 12